Partida Rol por web

Los heroes mas aclamados se reunen en una sala gigante y preciosa. ¿Motivo? Los dioses,quieren destruirlo todo,se han cansado de humanos y heroes,se han vuelto malvados y vengativos.Pero vosotros,no quereis que esto pase.

Pero por suerte,la diosa del amor,se ha unido a vosotros,con la esperanza de que el mundo sea pacifico y lleno de amor.

Os hace llamar al denominado Bosque de las maravillas,donde una gran puerta se os abre entre los frondosos arboles verdes,quedais impresionados por tanta belleza,veis una gran luz,y entrais sin miedo atraidos por la llamada de Afrodita.

Una vez dentro,todo es claridad,y una mesa redonda cristalina ante vosotros,presidiendola la diosa.

-Hola a todos y seais bienvenidos,pense que no contaria con vosotros,pero estais aqui gracias al padre Zeus!-pensativa corrige- o no! Ya nada por el todopoderoso malvado!

Sentaos,sentaos.

Sonrie

-¿Gracias a Zeus?-Pregunto a mi hermanastra mirándola con ironía-Zeus solo sabe causar mal y sufrimiento, a todos, buenos o malos-Digo, a sabiendas de que Zeus era el causante de todas mis desgracias, por haberme dado la vida había nacido con una enemiga tan poderosa como Hera, sin siquiera tener conciencia.Me senté y esperé a que hablara.

Quedé impactado de la belleza del lugar, pude entrar sin miedo por aquellas puertas de luz porque no se sentía maligno aquel lugar y quedé aún más impresionado al ver que una la Diosa Afrodita nos hablaba en persona con rapidez me incline de rodillas haciendo una reverencia a aquella Diosa majestuosa mientras susurraba.

-Sabía que los dioses existían y estoy en presencia de uno-

Me levanté y me senté en una de las sillas aunqué quedé algo extrañado por lo que dijo acerca de Zeús pero estaba muy contento al saber que los dioses existían como por pasar por alto ese detalle.

-Oh Heracles! ¿no ves que me corregi? -hace una mueca y una risita- deberias estar mas atento querido! Tenemos que valernos de nuestros sentidos-sonrie- ¿que pensais Heracles? ¿Alguna idea de que debemos hacer? Muestranos tu astucia.

-Hola Belerofonte ¿que propondrias tu?

-Me he dado cuenta de tu corrección-Digo con una mueca-Pero me ha molestado tu desliz ¿O crees acaso que no tengo que molestarme?El fué el causante de toda mi vida de sufrimiento tras sufrimiento-Hice una pausa para concederle a mi hermanastra su petición-Creo que, apesar de que todos los dioses nos aborrezcan, primero he de saber en qué bando está Atenea ¿O acaso su gran sabiduría se ha envenenado?-Hago una pausa-¿O tal vez a decidido por primera vez trabajar codo con codo junto mi querido hermano Ares en la destrucción de los mortales?-Sabía bién que mi hermano no se llevaba bién con mi hermana Atenea, pero si se habían decidido unir, aunque sea por orden de mi padre estábamos en un lio más grande del que ninguno podríamos imaginar.

-De Atenea no sabe nada ningun Dios,en cuanto empezo a rumorearse esta batalla,desaparecio sin decir nada Heracles...Me compadezco de ti,y tu sufrimiento,mas no tienes ya porque sufrir.

-No se sí podamos ganar con armas simples necesitaremos armamento que puedan detener un Dios y un ejercitó conformado por todos los mortales, a decir verdad la batalla estaría muy muy difícil porqué vamos a luchar con dioses y ellos con solo mover un dedo provocan cualquier cosa- 

Decía con baja autoestima pero si teniamos que combatir para vivír lo haría por el honor de mi padre y la gloria de los mortales.

-Coincido con Belerofonte,por eso debemos utilizar la inteligencia. Y por eso decidi,no decirles nada a los Dioses,sobre que me cambio de bando...pense que seria muy util dejarlo en secreto,y asi,saber que planes tienen.

Di un largo suspiro, en relidad mi vida había ido de traspiés en traspiés, incluso a Afrodita tenía que reprocharle el hecho de que no me diera nunca el amor que merecía, todas las mujeres que había tenido, por muchas que fueran, me habían engañado o tricionado.

-Ya veremos si el futuro me depara felicidad o sufrimiento-Dije al final-Ahora ¿Como podemos decidir entonces que hacer si no se sabe nada de los demás Dioses?-Pregunto

Beleforonte se estaba dejando maravillar por todo lo que había en esa sala, incluida Afrodita, eso era el peor error que un mortal podía cometer delante de un Dios.

¿Como se podía preguntar si los Dioses existían?Si no fuera así yo ni siquiera hubiera nacido.

-Podríamos conseguir la sangre de la cierva de oro-Eso era una crueldad que yo mismo impedí una vez, derramar una sola gota de su sangre era un acto indigno, pero con esa sangre se podía matar a un Dios-Pero yo no lo haré ni permitiré que nadie lo haga, ¿No hay nada más que podamos conseguir para detenerlos?

Mire atentamente a Heracles,e intente adivinar sus pensamientos,mas no pude,lo veia muy triste,y no sabia como ayudarle,mas,dentro de mi,sufria por el.Pero no sabia como dirigirme hacia a el sobre estos temas,aun que yo fuese la diosa del amor,

  tengo tanto que decirte Heracles

Mire a Belerofonte,y lo vi entusiasmado,sabia que podria otorgar ideas,y que entre todos,podriamos idear un plan contra el mal.

-Por el momento,astucia. ¿De que nos sirve la cierva Heracles? Ya lo hiciste una vez...

-No la cierva, la sangre, la abatí sin matarla ni derramar ni una gota de su sangre, pero su sangre podría matar a un dios-Debía admitir a mi pesar que Afrodita se merecía el título de diosa del amor, no había diosa que la igualara en belleza ni en sensualidad-Pero...Ese debería ser nuestro último recurso, si todo se vuelve desesperado, ¿No hay nada más capaz de matar a un dios?-Recordaba que había algo más pero no venía ahora a mi mente.

Mire a Heracles profundamente,debia de hablar con el de asuntos pasados.Pero,esperaba alguna seña suya,que me indicara que queria hablar conmigo.

-Heracles,tu idea no es mala,pero no se si seria conveniente utilizarla tan deprisa ,los dioses aun no han dado golpe.

-¿Y no existen armas misticas creadas por los Dioses?-

Pregunté mientras que veía a Afrodita sintiendo un reconfortante calor en mi pecho.

Miro a Belerofonte y presiento lo que le hago sentir,asi que le sonrio gracilmente.

-Compañero Belerofonte,quizas mi marido...Hefesto...tenga algo-cuando pronuncio a Hefesto derramo una lagrima- He de confesar que me gustaria que mataseis a Hefesto,mi maldito marido,ya que me vi obligada a contraer matrimonio con una persona que no amaba,y me ha hecho ser infeliz todos los dias de mi vida.

Oculto mi triste rostro.

-Hera nos ha hecho sufrir demasiado-Digo compadeciendome de Afrodita-Creo que tengo un idea sobre Hefesto, pero creo que es mejor que lo hablemos en privado, no me parece educado hablar de eso con tanta gente aquí-Digo amablemente, la cara de tristeza de la diosa me había atravesado.

Seguramente sea un truco pero ¿Que otra cosa puedo hacer?

-Hefesto podría tener algo, o quizás trate de forjar algo para matarme a mí con facilidad, quizás algo que sea capaz de dañar a los dioses-Digo poco convencido

Accedo a hablar con Heracles,si eso ayuda a que todo salga mejor.

-Disculpenme compañeros,volvere en un instante,pero por el momento,me gustaria que pensaseis mas ideas,para enfrentarnos

Alzo una ceja. Me refería a hablar después de la reunión, pero bueno, estos dioses no saben de cortesía.Me levanto y sigo a Afrodita hasta fuera de la sala.

Mientras Afrodita y Heracles se alejan,veis como la diosa del amor,hace una señal a la puerta,esta se abre,y aparece el dios Hermes.

Abro la puerta delicadamente y entro en la sala mientras veo como Afrodita se marcha con Heracles,frente a mi,un grupo de heroes que se sorprenden al verme.

-Hola heroes,soy Hermes,antes de nada,he de deciros que intentare colaborar con lo que pueda en esto,ya que lo que van a hacer los dioses me parece una traicion,pero he de advertiros,que tampoco estoy en vuestro bando,no sere yo quien elija quien debe ganar esta batalla,pero que os ayudare si mi conciencia lo permite.Al fin y al cabo soy dios de los ladrones...