Partida Rol por web

Mientras oyes como parlotean los dos que os tenían que defender y los demás les gritan cabreados por la estúpida e innecesaria broma, te parece oír algo a tu derecha. Una voz a lo lejos, algo de “yulaifri” y el sonido inconfundible de algo metálico siendo desenfundado… Y están muy cerca, más de lo que te gustaría.

Khan se queda en silencio con su arma desenfundada, dispuesto a cortar manos y rebanar cuellos a lo que venga, sea lo que sea, mientras Tristan hace lo mismo, pero situándose entre Grey y lo que pueda aparecer por entre los árboles. Shade se ha convertido en lo que es su nombre y ha desaparecido de vuestra completa vista, mientras Clover se queda parada delante de Loki, que se queda paralizado, pensando si lo que les ataque será bueno para él o algo peor aún que ahora.

Entonces oís voces gritando entre sí, mayormente masculinas aunque hay alguna femenina. Es un grupo de humanos, indudablemente, y muy escandalosos.

Vale, no sólo eran unos matones, eran unos imbéciles. Por unos instantes mi pacifismo y no-violencia habitual se ve asaltado por imágenes mías con una piedra en las manos reventando sus putas cabezas y pintando de sangre el suelo.

—¿Sois idiotas? ¡Todos precavidos! ¡Hemos visto huellas de felinos y voces de nativos! ¡Joder! ¡Están a nuestro alrededor y les habéis llamado con vuestros gritos! ¡Preparad las armas! 

Estarían encima nuestro en nada, iba a morir gente y todo por culpa de aquellos dos miserables gilipollas. 

Aún con el cuchillo en la mano, me vuelvo rápidamente hacia Khan, indicándole que se adelante junto a Tristán y Grey. Mientras tanto, empujo a Loki hacia unas piedras para cubrirnos tras ellas.

- Fue una pantera quien hizo daño a tu hermana - le recuerdo utilizando torpemente las mismas palabras que él, que probablemente debido a su dolor no ha sido capaz de hablar directamente de su muerte. - No nosotros... ¡Espera aquí! - digo asegurándome de que estará a cubierto de un ataque desde la entrada, pero que al mismo tiempo no hay ningún lugar próximo por el que pueda escabullirse.

Vuelvo junto a la hoguera en la que habíamos estado hablando con Tristán y cojo mi arco del lugar en el que lo había dejado, colocando una flecha rápidamente para disparar a cualquier enemigo que pueda aparecer ahora.

En mi posicion, con la cuchilla desnuda en mi mano escucho el jaleo que montan quienes se aproximan. Sin duda es dificil que sean de los nuestros, nadie en su sano juicio haria tanto ruido en medio de estos bosques. ¿Quien esta tan loco como para ir de fiesta de esa manera por un sitio como este? Miro a mis compañeros, la posicion defensiva de Tristan protegiendo a Grey, Shade desaparecido en los arboles y Clover dispuesta para el combate. Sun simple gesto de cabeza y yo mismo me interno en el bosque.

La naturaleza me acoge como siempre, mientras me deslizo por sus elementos. Me alejo un poco antes de aproximarme al centro del ruido, dejando espacio entre ellos y yo para asi poder ver quienes son y cuales son sus motivos para generar tanto ruido. Ire acercandome lentamente segun capte mas indicios de quienes son. Mi arma sigue en la mano.

Cuando ve saltar a los dos chicos siente unas ganas irresistibles de darles un puñetazo en la mandíbula. Scott no era particularmente conflictivo, pero tenía medio torso desgarrado y cosido, y había corrido para ver a los hijos de puta riéndose como críos. No solo habían llamado la atención de los nativos - que ya estaba seguro que tenían - sino que además había pasado por alto su propio dolor por ayudarlos, cuando no necesitaban ayuda. Podría haberse habido abierto la herida y estos de fiesta. 

Putos críos - dice de mala hostia, llevándose una mano al torso para ver que la herida siguiera cerrada - No soy indio, pero te digo que he visto dos huellas distintas descalzas además de las felinas. Distintos a los de ayer. - repitió ahora a los que no habían escuchado antes - Solo los vamos a ver si se dejan, hasta ahí es cierto, pero sus putas bromas no ayudan a nadie 

Las risas de Murphy y Lorenzo no paran de oírse y aumentan cuanto más enfadados estáis vosotros. Entre protestas y risotadas avanza el tiempo y alguien va a tener que tomar la decisión de volver a casa o seguir explorando, o algo. Finn está visiblemente nervioso y Scott concentrado en su cabreo interior, mientras Sean parece a por uvas.

Lo oyes como se suele decir claro y cristalino, alguien está intentando acercarse hacia vuestra posición. Está intentando ocultar su llegada pero no se te escapa absolutamente ni uno de sus movimientos. Y lleva armas, unas cuantas, ese clinclineo metálico le delata. Eso sí, no se parece en nada a los del día anterior, este es sigiloso en comparación con los de ayer, que eran como elefantes en una cacharrería, no por el ruido si no por la suavidad al pisar, al desplazarse por entre la vegetación circundante… Es diferente. Lo cual no significa que sean menos peligrosos, claro. Y te dispones a pelear y defender a los tuyos con uñas y dientes y todo lo que lleves encima.

Crees que te deslizas como una serpiente entre la hierba cuando en realidad, bueno, has tenido días más brillantes al respecto. Quizás los nervios por lo de Grey te traicionan o algo, pero eres consciente de que no tienes puesta toda tu alma en ello. Alcanzas el punto de donde proceden los gritos y ves a un grupo de chicos y chicas vestidos de forma extraña, que se gritan los unos a los otros, cabreados, mientras dos de ellos no paran de reír como unos locos.

Y entonces le ves asomar la cabeza por entre la maleza. Un tipo bajito, fuerte y con más mierda encima que una junta de la Factoría del Arka. Él todavía no te ha visto, por lo que sea, ¡es tu oportunidad!

El enfado contra tus compañeros te ha puesto nervioso, más de lo normal. Tratando de calmarte enfocas toda tu ira en los alrededores, en fijarte, encontrar algo que os sea útil. Ye te pegas el susto de tu vida cuando ves al cazador, sucio, maloliente y armado, mirándoos…

Loki te lanza una mirada de resentimiento, pero obedece, al menos por el momento. Os preparáis para la batalla mientras esperáis que vuestro explorador de la señal de fuego amigo o enemigo. Y la tensión aumenta en vuestros músculos y en los latidos acelerados de vuestros corazones.

Yo mismo soy capaz de darme cuenta de lo inutil de mis movimientos. Es como si la pelea, el posterior golpe a Grey y toda la situacion que se daba a una distancia prudencial de este campamento hiciera que mi mente estuviera en otro lado. Habia pasado mucho tiempo desde que me preocupase de esa manera por otras personas, realmente mucho tiempo, pero Tristan habia sabido unirnos. Habia tirado del carro y yo... necesitaba que ese chico raro cumpliera su parte del trato. No podia eprder a Grey, no solo por él mismo, sino tambien por mi egoismo.

Asi que mientras dejaba atras arboles y arbustos, mi mente seguia fija en ese chico raro y mis ojos por lo tanto no perdian detalle de lo que hacia. Su campamento o como lo llamase en su extraño dialecto era raro. No parecian haber adultos, todo eran chicos jovenes como el que habia capturado Clover. Todos jovenes, gritandose, riendo, enfadados... esto... esto no era un clan. No eran de los nuestros, eso saltaba a la vista, pero tampoco parecian de la montaña. ¿Quien coño eran estos chicos? Eso pico mi curiosidad, mas aun asi, no estaba aqui por mis locuras sino para asegurarme de que el niño resentido, cumplia su parte del trato.

Entre más se reían, más cabreado estaba Scott. ¿Cómo era posible que fueran tan imbéciles? ¿Tenían una idea de las consecuencias de sus actos? Claro que no, si actuaban como críos. Críos con músculos y armas. Intentando recomponerse en vano, suspiró pesadamente, mirando alrededor para encontrar algo útil que contrarrestara la futilidad de la existencia de esos dos. Y entonces lo vio. Un cazador, sucio, casi primitivo, mirándolos. Más importante aún, un cazador armado. Un nativo. El cual, irónicamente, podía ser tanto su salvación como su muerte dependiendo de como salieran las cosas. No, esto no estaba nada bien. Pero nada, nada bien. 

Fingiendo no haberlo visto, esperando que su repentina palidez pasara por perdida de sangre, y confiando en que su amigo diría cualquier cosa en el peor de los casos, le dio la espalda para mirar fijo a Finn. - Detrás mío. Un cazador armado. - murmura por lo bajo. - Baja las armas, está solo y observando. Puede ser de ayuda. - A fin de cuentas, si no conseguían ayuda de nativos iban a terminar por morir igual bajo esas condiciones.

Los habían tirado a la Tierra, apenas tenían comida y agua... y los dos gilipollas bromeaban con atacantes... ¡Cuando ayer mismo habían matado a muchos de los nuestros! Bromeaban con lo único que no deberían.

Y veo al que viene, un maldito atacante... y le tengo atiro, es mi oportunidad pero yo no soy violento, yo no ataco, no me siento capaz de dar el primer golpe. De defenderme cuando me están matando o matando a otros sí, como hice ayer, pero hoy no puedo, es imposible.

Pero puedo hacer otra cosa, cabreado me acerco a Murphy y le agarro del brazo —¿Que no hay nadie? —le llevo hacia donde ví al espía (poniéndole delante)— ¿Qué es esto, una mujer desnuda?

El muchacho no para de hacer burlas y soltar risotadas hasta que Finn le enseña algo que lo deja paralizado. Lorenzo continúa riéndose y le da un empellón a su compañero cuando le ve callado de golpe.

-Tío, ¡no seas aguafiestas! No es para tanto, sólo era una estúpida broma…

-No. No lo es- responde muy serio Murphy mientras agarra con firmeza su lanza casera –Hay alguien…- le susurra en voz baja –Ahí. El abraza-árboles le ha visto- señala con la mirada hacia donde está el cazador oculto. De repente todos se quedan rígidos, sin saber muy bien qué hacer, si atacar o huir despavoridos… Vais a tener que hacer algo ¡y rápido!