Partida Rol por web

Gracias al Trono Dorado de Terra habíamos conseguido estabilizar a los heridos, y rápidamente se los habían llevado a la enfermería. En el momento en el que salía en camilla Kungel, comenzaron las reparaciones de la breza y la búsqueda de los restos diseminados del equipo del Navegante. Nos habían jodido bien jodidos. Alguien había accedido a la nave, había entrado en el puente, y luego había colocado un explosivo en el mismo para volar en pedazos la nave. Alguien lo va a pagar muy caro. Llevaba el uniforme completamente sucio, manchado de sangre en muchos puntos, y en muchos otros de ceniza y polvo. Me encaminé a toda velocidad hasta donde Sarvus estaba dirigiendo la nave con mano experta e inclinándome ligeramente le dije al oído: Los dos están estables y van camino de la enfermería.

Me miré las manos, que estaban totalmente manchadas de rojo, de un rojo que cada vez se iba poniendo más marrón. Las restregué contra las perneras del pantalón pero no logré quitar la sangre. Se estaba coagulando y se había secado sería difícil quitarla. Alguien ha intentado destruirnos, ha atentado contra el capitán. Sugiero un grupo de seguridad especial en la enfermería. En aquellos momentos, a falta de alguien que guiara la nave y estableciera los protocolos, Sarvus era el más indicado, mientras remendaban al capitán. Manejaba la nave como si formara parte de ella igual que los motores o el campo de Geller.

Sarvus asiente a la archimilitante: Eh tú, mira hacia delante y mantén la nave estable ¿o es que quieres que uno de esos Arvus entre por el ventanal? Entonces la toma del brazo y la separa de los oficiales del puente: Sugiero que sus hombres guarden la enfermería ya que en caso de atentado están mejor equipados y entrenados; los míos rondaran las inmediaciones y montarán puestos de control para que nadie sin autorización acceda a la cubierta médica.

     Los equipos de rastreo con trajes de vacío hicieron un trabajo espléndido interpretando las indicaciones de Bastian y recuperando la inmensa mayoría de los objetos perdidos por la explosión. No se podía pedir mas ya que no era una empresa fácil y todos estaban nerviosos por el reciente atentado contra la vida del capitán. La maquinaria de augurios del chiroptean demostró ser impresionante y sería muy útil en las empresas que estarían por llegar. Una buena adquisición, sin duda.

     Con paciencia y saber hacer, tanto las pertenencias de Kungel como las pruebas del atentado o sabotaje (aun estaba por ver), fueron cargadas cuidadosamente en los arvus y finalmente descargadas en el hangar. Sarvus podía estar orgulloso de sus hombres, sin duda.

     Una vez de vuelta en los pasillos de la umbra, el senescal se presentó en el puente de mando vestido con un sencillo mono de trabajo que había pedido prestado a los operarios del hangar. Una visión inusual sin duda, pues siempre iba como un pincel de pies a cabeza y que daba cuenta de la gravedad de la situación. - Debemos buscar un espacio seguro para catalogar todo lo que se ha recuperado y guardar las pruebas del suceso. Dijo a al señor del vacío y la archimilitante que departían aun sobre las medidas a tomar. - No queremos que dasaparezca nada comprometedor, ¿verdad? Quién sabe de quien nos podemos fiar... Dijo sin humor. Cansado por los recientes acontecimientos se dejó caer sobre uno de los sillones de control del puente. Suspiró. - ¿Tenéis alguna estimación de cuanto pueden durar las reparaciones? Dijo mirando a Sarvus.

- Las reparaciones no deberían llevarnos más de dos o tres días, responde directo a la pregunta del senescal, pero lo mejor es atracar de nuevo para obtener los recursos necesarios allí en vez de gastar los nuestros antes si quiera de partir..por no decir que la maldita reparación es más sencilla en los muelles.

Sarvus intentaba controlar su ira, el atentado contra el navegante y el capitán no era una buena señal porque dejaba muchas preguntas en el aire pero además la nave había sufrido una herida que podía haberles destruido...alguien lo iba a pagar.

Algo recuperado de los efectos de las drogas, Karl hizo llamar al primero que vio - Dile a Bastian Bald, digo Baild que venga ahora mismo aquí, necesito informes... - se llevó una mano al pecho y otra a la cabeza al incorporarse sobre el camastro - date aire chico, necesito saber que esta pasando en mi nave

      - Por supuesto. Lo que sea necesario. Contestó a Sarvus.

     Un tripulante llegó al puente de mando llevando el mensaje del capitán. - ¿Dices que me reclama? Ahora mismo voy. Despachó al chico y se acercó a sus compañeros en el mando. - Si me disculpáis estaré en la enfermería. Dijo Bastian despidiéndose de los presentes. Si el capitán le llamaba sin duda sería importante, así que se dio toda la prisa posible en llegar hasta allí. 

     Al llegar allí encontró al capitán recostado en la camilla. Un esfuerzo que debería estar evitando hacer, pero conociéndole tampoco le extrañó. - ¿Me habías mandado llamar? Perdón por mi atuendo. Dijo alisándose el mono de trabajo. - Hemos estado ocupados... 

Asentí ante las palabras de Sarvus y tras pegar un taconazo me retiré para organizarlo todo. La seguridad de combate estaba en alerta y a la espera de órdenes desde que los puse en Alerta Roja tras saber lo del atentado. Mientras caminaba hacia la enfermería activé el comunicador: Aquí Tanya Sokolov. Escuadras cinco y seis diríjanse desde acuartelamiento hacia la enfermería, recibirán ordenes en persona de mí en el lugar. A paso ligero. Jefes de unidad, la enfermería está a cinco minutos a buen paso, os quiero a ambos con las escuadras ahí en tres. Cambio y corto. Aceleré el paso y comencé a correr. Era hora de establecer un buen perímetro de seguridad.

Cuando llegué ahí las dos escuadras de soldados estaban en dos hileras con sus oficiales a la cabeza. Asentí a los líderes de unidad y me coloqué entre ambos. Descansen. Permití que se pusieran en posición de descanso. Como bien sabrán hoy se ha producido un atentado contra la vida del capitán mediante un artefacto explosivo. El capitán se encuentra vivo y ahora lo atienden en estas dependencias. Los señalé a todos con un dedo acusativo que moví en barrido. Los conozco a todos personalmente, y se que son leales. A partir de ahora permanecerán siempre en guardia guardando estas instalaciones. Una escuadra estará siempre de servicio aquí mientras la otra descansa. Era lógico tener a dos escuadras para poder hacer relevos y que la guardia siempre fuera eficaz. Quiero a cuatro hombres fuera, comprobando la identidad de todos los que entran y salen así como sus pertenencias. El resto aguardará dentro de la enfermería. ¿Queda claro?

Eran hombres eficaces hasta el extremo. Comenzará el primer turno la escuadra cinco. Rotación cada ocho horas caballeros. Especial atención al cambio de guardia. Si hay cualquier duda, o cualquier eventualidad, contacten personalmente conmigo. Pueden proceder. Confío en ustedes caballeros. Acto seguido me di la vuelta y entré en las dependencias medicas, donde seguramente Karl ya habría sido atendido. Con la mirada busqué a Karl y una vez localizado me aproximé a su camastro.

Hablame, que estáis haciendo, en que punto estamos... ¿Kungel? ¿Podrá guiarnos? o ese pobre diablo ha muerto... necesito que me cuentes que esta pasando y con detalles - ordenó con la voz queda mirando fijamente a Bastian a los ojos

     No quería alterar a Karl en su estado, pero no serviría de nada ocultarle la verdad, así que decidió contarle todo con pelos y señales. - Kungel vive. Dijo. - Pero los médicos creen que podrían pasar semanas antes de que salga de peligro, mucho menos podría navegar en su estado actual. Está bastante mal y aun no ha recuperado la consciencia. El estado del navegante era incierto, pero los médicos de la Umbra estaban acostumbrados a tratar a heridos graves... el problema es que los daños sufridos por su cuerpo eran extensos y quizás le quedasen secuelas. Aun era pronto para valorar si podría volver a navegar, mas teniendo en cuenta que seguía inconsciente. - Por suerte las reparaciones de la nave no serán tan complicadas. Sarvus y Regulus creen que podrían estar listas en dos o tres días. Vamos a volver a atracar para servirnos de los recursos del puerto y hacerlo de forma mas rápida y eficiente. Puestos en lo peor, esos días parados podrían servirme para conocer un poco mas Footfall e intentar hacer algunas indagaciones mas o quizás algún trato interesante. Sin contar que tendré algo de tiempo para intentar buscar soluciones a éste desaguisado. Muchas ideas pasaban ahora por su cabeza. ¿Sería posible contratar a otro navegante de fiar? Quizás un aprendiz para Kungel o un reemplazo que pudiésemos emplear en guiar futuras naves de la flota que sin duda crearíamos en la expansión Koronus. Karl era ambicioso como Bastian mismo y con toda seguridad sus sueños no acabarían con la oficina comercial de Footfall. - La siguiente noticia es agridulce... decidí montar un operativo con los hombres de Sarvus para recuperar el material de Kungel, que había sido lanzado al espacio a través de la brecha del casco. Me alegra poder decir que hemos recuperado practicamanente la totalidad del contenido de su sala, aunque muchos de los mapas están dañados y han perdido gran parte de su utilidad y precisión... pero por desgracia no ha aparecido en mnemolito... Hemos sido muy concienzudos y en vista de que ha aparecido todo lo demás, me temo que debe haber sido robado. Quizás por el mismo que puso el explosivo. Aquella era una mala noticia. Quien sabe cuanto tiempo estaría Kungel en aquel estado, si es que se recuperaba, pero aunque lo hiciese es posible que no pudiesen llegar muy lejos en su empresa sin aquel mapa psíquico de la situación del Camino a la Rectitud. Era otro duro golpe para torcer los planes de recuperar aquella nave. - También se han recuperado algunas pruebas del aparato explosivo. Aunque aun no hemos podido analizarlo de forma apropiada, parece ser una vaina metálica con el símbolo del mechanicum y tiene lo que parecen marcas de soldadura recientes. Llegados a ese punto vio llegar a Tanya a la puerta con varios marinos. Parecía estar dándoles instrucciones, seguramente para custodiar la instalación médica. La señalo para que Karl se fijase en ella mientras se acercaba. - Tanya y Sarvus están organizando a los marines y prebostes para intensificar la seguridad de la nave. En éstos momentos estamos en alerta roja. Confirmó. La información era quizás demasiada para que Karl la asimilase en su totalidad teniendo en cuenta su estado actual. Pero necesitaban saber hasta donde estaba dispuesto a llegar. ¿Querría desistir y esperar a estar recuperado Kungel y por tanto perder la carrera con Fel o intentaría continuar contra viento y marea por todos los medios que fueran necesarios? Si querían continuar sería preciso tomar medidas excepcionales y por tanto poco deseables, pero necesarias. - ¿Cuales son su ordenes, capitán?

La actuación de la archimilitante le salvo la vida, tan solo un sonido emitio mientras era curado -Coj coj -dos tosidos con los que expulso sangre de sus pulmones que fue absorbida por el vació.

Fue transportado pasillo a pasillo nivel a nivel hasta la enfermería, sus únicos movimientos fueron las convulsiones que su cuerpo sufría por las heridas. Su cara estaba totalmente quemada y la sangre manchaba los vendajes que su compañero le había puesto.

Una reunión se estaba dando en la enfermería, pero el navegante no se enteraba de nada, inconsciente en la camilla mientras la doctora trataba sus de cortar las hemorragia de diversas heridas

Escuchó atento a Baild sin interrumpirle, sus ojos estaban fríos pero su mirada denotaba cansancio y un atisbo de ira conforme Bastian le informaba. Cuando hubo acabado se humedeció los labios, miró al techo meditabundo mientras ordenaba sus ideas y trataba de poner en marcha su embotada mente.

Buen trabajo - fue lo que dijo al fin, tras unos largos minutos de silencio en los que Karl invirtió el tiempo en pensar y sopesar las variables - Bien... es mucho tiempo perdido, y footfall es el peor sitio, la nave la quiero en cuarentena, que nadie salga ni entre... y los que salgáis - dijo dando por sentado que sería Bastian y Tanya - hacedlo con escolta armada. Sarvus y Tanya que sigan así, es lo mínimo... pero Sarvus debe detener a Regulus y sus hombres, que sean llevados inmediatamente a las celdas y que sean interrogados - No lo sentía por Regulus, a sus ojos podría ser un traidor y no había lugar alguno para sentir lastima - todos los de su equipo, los que instalaron la puerta que pidió Kungel, ha debido ser alguno de ellos, y debemos averiguar hasta que punto están enmierdados o si era uno actuando por libre sin que los demás lo supieran... - se volvió a humedecer los labios - Su la piedra no ha aparecido no tiene por que ser un robo... los auspex hubieran detectado una nave por pequeña que fuera pegada a nuestro culo... ha debido perderse.

Cuando lleguemos a Footfall, encuentra, si fuera posible, un ayudante para Kungel, a ver si la suerte nos sonríe y encontraras alguno dispuesto a ser el aprendiz de Kungel... no podemos seguir así... prepara e inicia el acondicionamiento de otra sala para el posible nuevo aspirante, que no estén juntos cuando trabajen... - siguió sopesándolo todo... - creo que deberíamos volver a la academia, podrían tener alguna carta del sector al que vamos, si el viejo no estuviera en silla de ruedas te diría que te lo llevaras, pero lo veo harto difícil.... yo en cuanto pueda me levanto de aquí y me pongo manos a la obra, pero de momento tu mandas en mi nombre, Sarvus podrá tener el control de la nave, pero tú andas por encima de todos, solo atenderás mis ordenes

     Bastian abrió los ojos por las palabras del capitán. Hizo ligeramente la cabeza en señal de asentimiento. - Será un honor. Dijo al fin sin encontrar palabras mejores. Agradecía realmente la confianza que Karl le mostraba e intentaría seguir siendo merecedor de ella. Además de capitán y senescal eran amigo y le dolía verlo así. Esperaba pronto poder verlo dando órdenes en el puente de nuevo. Miró de soslayo a Tanya sopesando su reacción por la orden del capitán respecto a Regulus y sus hombres. Era algo lógico, pero aunque Regulus no fuese precisamente la alegría de la Umbra Tigris, no dejaba de ser un compañero. Nadie quería descubrir que sus camaradas eran traidores y esperaba en el fondo que las sospechas fueran infundadas. Seguramente fuese algun infiltrado en su personal o alguien inteligente que había hecho bien su trabajo para inculparles. - Respecto a los mapas, Jorset me dijo que en una semana tendría algo para mi. No mapas del lugar al que vamos concretamente, pero si material general referente a Koronus. Con eso quizás podríamos reponer las pérdidas de las cartas de navegación de Kungel al menos parcialmente. Nadie quiere viajar con unos mapas incompletos. Se frotó la sien, pensativo. Había mucho que hacer en relativamente poco tiempo y muy pocos puntos de partida para lograrlo. - Si no te importa me gustaría disponer de Tanya cuando baje de la nave. Ambos sabemos que las armas no son mi especialidad y creo que Sarvus puede ocuparse perfectamente de la seguridad interna. Después de todo los prebostes de la Umbra conocen el terreno que pisan y se las saben todas. En éstos momentos mis prioridades son sin duda conseguir cartas estelares nuevas y un navegante, pero he pensado que no nos haría daño presentar los respetos de la Casa Schawrz a Lord Footfall. Solo estábamos de paso, pero si vamos a estar mas tiempo sería una descortesía no hacerlo. De no ser que quieras que no se sepa tu actual condición, claro. Puede que ese trámite nos abra algunas puertas mas y nos facilite el trabajo.

Es que sino te llevas a Tanya no te dejo salir de la nave - esbozó una ligera sonrisa - no quiero perder mucho tiempo en Footfall, pero si, envía una misiva al lord de esa estación, en principio irás tú hasta que no este practicamente recuperado, si fuera herido sería un signo de debilidad y seguramente el Lord lo vea como algo negativo

Si, señor. Apreté los labios y contuve la objeción que iba a lanzar sobre la detención de Regulus. ¿Alguno de sus ayudantes? Era totalmente posible, pero que Regulus pusiera una bomba en su amada nave me parecía algo totalmente fuera de posibilidades. Acompañaré a Bastian a hacer las gestiones y lo traeré de vuelta, señor. Dudé un segundo sin saber muy bien cómo expresar lo que necesitaba decirle a nuestro Capitán. Señor... me gustaría... Pedirle disculpas. Le he fallado. Ha resultado herido y no pude hacer nada por evitarlo. Mi cometido entre otros aspectos es su seguridad. Y le he fallado. Aceptaré gustosa las medidas que crea oportunas hacia mi persona. Murmuré avergonzada. Lo cierto es que el hecho de que Karl estuviera ahí, en una cama de hospital recuperándose de ciertas heridas, para mí era toda una lacra. Alguien había burlado la seguridad, y me había burlado a mí misma, y casi había conseguido acabar con dos de las personas más cercanas a mí, entre ellas, el Capitán al que había jurado proteger.

Cederé el mando de las tropas a Sarvus mientras me encuentro fuera, pero señor, las dos escudras que he asigando a la custodia de la enfermería se quedarán aquí y solo responderán ante mí. Era algo que no estaba dispuesta a ceder. Aquellos hombres protegerían esa sala con su vida, y solo acatarían mis ordenes por mucho que se les ordenara retirarse, ya podia ser el mismo Karl o Sarvus quien lo ordenara, o ya puestos un doble suyo, solo lo harian si recibian de mí una clave concreta. Con ellos ahí me atrevía a dejar a Karl en la nave. Esperé en posición de firmes más ordenes o simplemente la respuesta de nuestro lider.

Mientras esperaba se me ocurrió una idea para acelerar la curación de los dos pacientes. Señor... He recordado algo. En la marina, un oficial de alto rango tenía para el solo una maquina de curación. Una Vita-Camara. Con ella el cuerpo se cura más rapido. ¿Le parece bien si buscamos una de esas ya que bajamos? Era una apuesta tambien arriesgada, pero si la encontrabamos, podría valer para muchas otras situaciones.

Sarvus siguió controlando el puente cuando se fue el senescal pero tenía la mente en otra parte. Por lo que había visto, las heridas del navegante eran graves y quedar varados por semanas podía suponer perder la carrera por el tesoro...si se recuperaba, quisiera el Dios Emperador. En su anterior nave tenían un psíquico a bordo, era un tipo inestable más al otro lado de la realidad que a éste pero uno de sus poderes consistía en recuperar a la gente de heridas feas y casi mortales....no se lo pensó más y abrió el comunicador con el capitán y el resto del los mandos.

- Capitán, el señor Kungel es indispensable para llegar a tiempo a nuestra meta y dudo que seamos capaces de reemplazarle si le pasara algo. En mi anterior nave había un psíquico que podía sanar a la gente...Sarvus era un poco reticente pero la situación era crítica...quizá en este jodido lugar perdido de la mano del Emperador encontremos a uno de esos hijos d eputa con habilidades de curación.

Buena idea Sarvus, no había caído en eso... Bastian se encargará de ello, es el único que tiene permiso para salir junto con Tanya. Pero una advertencia, a la mínima sospecha lo tiro al vacío sin pensarlo dos veces - no se fiaba demasiado de los psíquicos, y menos de uno salido de Footfall... pero debían explotar todas las posibilidades

Umbra Tigris atracó una vez más en Footfall. Para sorpresa de los operarios del puerto. Tenían dos cometidos: buscar un biomante y presentar sus respetos a Lord Footfall, tal vez con un regalo. El puerto estaba tal y cómo lo habían dejado, pero no había cadáveres de xenos, debían haberlo limpiado. Se habían dado bastante prisa.

Umbra Tigris atracó una vez más en Footfall. Para sorpresa de los operarios del puerto. Karl tenía sus propios problemas, y los de Kungel eran más graves. El navegante había recuperado la consciencia y se quejaba del dolor, le administraban cuantas drogas era necesario para mitigar el dolor. Habían despejado la sala de pacientes para que estuviesen tranquilos. A excepción de un único paciente en estado terminal, un herido en la batalla contra los incursores orcos.

Hay numerosas tareas que requieren atención, -Gaeta pasba las hojas de una libreta con una pluma chorreante de tinta, se le veía blanquecino, cansado y con ojeras, malos tiempos para los oficiales de la nave- las he clasificado por su orden de importancia. La primordial sería algún tipo de aparición pública, no necesariamente multitudinaria. Hay muchos rumores sobre su muerte y convendría acallarlos de un plumazo.

Dos de los guardias de Tanya se paseaban por el lugar, en ruta mirandolo todo, incluso en los respiraderos. Se comunicaban con el equipo de fuera cada pocos minutos. Un trabajo aburrido, muy profesional.

El void-master Sarvus dirige la investigación del atentado. Todo apunta al Adeptus Mechanicus, posiblemente alguna facción descontenta, el Emperador no quiera que se trate de algo peor o más siniestro. Los jefes mafiosos habituales han escondido la cabeza en las entrecubiertas y dicen poco o nada. El jefe de prebostes está apretando las tuerzas a los traficantes de armas, con suerte alguno sepa algo de explosivos.

Un medicae examinó a Kungel y le bajó la dosis, para provocarle consciencia.

Con el Mechanicus bajo sospecha las reparaciones en puerto serán más lentas, el resultado final dependerá del tiempo invertido en el trabajo más que la calidad del mismo.

Gaeta cerró el cuaderno.

Otros temas no son tan importantes.

Otro en silla de ruedas, observó Sarvus, pero este no parecía verse afectado por problemas de movilidad, la silla era gravitatoria y esquivaba obstáculos. Ni estaba indefenso, lo que era el reposabrazos derecho tenía forma (y era, seguro) una escopeta.

Todo apunta al Adeptus Mechanicus, posiblemente alguna facción descontenta, el Emperador no quiera que se trate de algo peor o más siniestro. Los jefes mafiosos habituales han escondido la cabeza en las entrecubiertas y dicen poco o nada. Mi jefe de prebostes está apretando las tuercas a los traficantes de armas, con suerte alguno sepa algo de explosivos.

Hablaba mientras, escoltados por tres prebostes de confianza, caminaban hacia las dependencias del explorator Regulus. El Rogue Trader Karl Von Schwarz había ordenado su detención, con discreción, ante los recientes acontecimientos.