Partida Rol por web

¡¿Ese cadáver se había movido?! Todos los cadáveres se movían, empujados por la energía cinética que aún conservaban. Pero uno...en especial...¿se había movido?

En un rápido movimiento me llevé el rifle laser al hombro y miré a través de sus miras. Mi dedo índice presionó suavemente el gatillo y la mira laser acoplada se activó marcando la espalda del cadáver que se había... movido. !Eh eh! Atención. Digo por encima de las guías del rifle Hellgun. ¿Lo habéis visto? Ese cuerpo se ha movido. Con pasos muy medidos camino hacia el cadáver que estoy marcando con la mira laser para que todos puedan ver a cual me refiero. En serio... se ha movido. ¿No lo habéis visto? Les pregunto a los compañeros. Que me dejen de ostias, pueden decir lo que quieran, ese cuerpo se ha movido proporcionalmente a la quietud del Emperador. Vamos hombre. !A mí con ostias! La célula recién revisada marcaba máxima potencia en el arma. La seguridad ante todo.

Con la mano izquierda activo el comunicador y contacto con los pilotos. Ahora no es un buen momento, en unos minutos contactamos, manténganse a la espera y hagan lo que les decimos, por su seguridad. Corto el mensaje y vuelvo a agarrar fuertemente el rifle laser con ambas manos mientras me voy aproximando.

Nicodemus apunta con el bolter al mismo cuerpo que Crairman pero se mantiene espectante para confirmar que realmente se mueve. El psíquico se acerca más de lo que le gustaría así que se abre a un lado para seguir teniendo línea de tiro mientras activa el comunicador del pequeño grupo: Anton, doctor, saquen sus armas y vigilen el resto de cuerpos. Crairman, te cubro.

Incursión
La criatura

"Saquen" fue lo último que se dijo antes de que un cuerpo se abalanzara sobre ellos. ¡Un xeno! Una espantosa criatura de afiladas garras se abalanzaba hacia ellos, impulsándose con sus paras a través de los cuerpos desmembrados. Iba directa hacia Nicodemus, amenazando con cercenarle un miembro o arrancarle la cabeza de un mordisco.

-¿Pero qué...?-

consiguió articular Slavick cuando Crairman dio el aviso y luego intervino Nicodemus, recomendando desenfundar las armas. Un horrendo bicho salió de sabe el Emperador dónde para echárseles encima con un ánimo bastante hostil.

Anton echó mano de su rifle láser, un arma peligrosa y mucho más en aquellas distancias cortas. Si podía, reventaría a tiros a aquél engendro antes de que pudiera herirlos.

Parecía que la situación era mucho más compleja de lo previsto, quizá la nave hubiera sido abordada por alienígenas y esa fuera la causa de tanta mortandad. O quizá alguien se hubiera puesto a jugar a ser Dios y hubiera creado algo fuera de toda lógica y explicación racional. Oscuras investigaciones debían de procesarse en aquella nave.

-¡Cuidado!-

les gritó a sus compañeros.

La cosa se levantó de un salto. Desde luego no me sorprendió, pues estaba observándola desde hacía rato. Lo que me dejó paralizado no fue el miedo, ni la sorpresa, sino la incredulidad de lo que veía. Era en cierto modo... hermoso. Casi perfecto en su función. Había algo que no me gustaba en todo aquello y que me hizo dudar de mis capacidades. !Trono! No lo he detectado con mi poder. ¿Cómo es posible? Solo puede ser debido a que ese bicho estuviera.... muerto y hubiera resucitado. Sea como fuera no iba a dejar que se moviera ni un paso, ni iba a ponerme a preguntarle sobre sus intenciones, u otros temas. !Cuidado! !Contacto hostil! -En verdad no sabía si era hostil, hasta el momento daño no nos había hecho, ni le iba a dejar- !Pilotos, asegúrense de que están sellados en la nave y no abran bajo ninguna circunstancia! Les dije a los demás miembros de la nave que esperaban en la lanzadera. Voy a ver si puedo tirar a ese ser al suelo, quizás si le contraigo los músculos... Me concentro en mi poder.

Nicodemus no puede completar la frase cunado un xeno sale de detrás del cuerpo que se había movido hacia él...lo sabía, sabía que había algo vigilándonos...rápidamente dirige su bolter hacia el bicho y dispara una ráfaga de proyectiles explosivos pero el alienígena se mueve muy rápido y evita el daño.

¡BUMM! El disparo bolter sonó como un trueno incluso con las ropas puestas. El proyectil pasó muy cerca mía e impactó contra aquel ser provocando una onda de energía que me golpeó con su fuerza cinética desplazada. !JODER! Dije sobresaltado ante aquella respuesta rápida y certera de nuestro compañero. Nunca me acostumbraré a las armas Bolter. !Que poder! Bueno, a trabajar... Mi mente se expandió levemente hasta que llegó a estar en contacto con aquel ser, y buscando sus terminaciones nerviosas y el punto de su cerebro que las controlaba, envié la orden de que se contrajeran de manera espontanea.

Acceder a su mente era fácil, era un lugar, primigenio, desprovisto de cualquier sutileza y esquema mental, tan solo había... un caos total y absoluto que se aferraba a unos instintos básicos. Ya eres mío... Después, tan solo mantuve el cañón del arma como hasta aquel momento, nivelado y apuntando hacia la criatura mientras la marcaba con la mira laser y abrí fuego en un único disparo sobrecargado que le atravesó de par a par. !ZIUUUNNNGGggg!

Sorprendido por el xeno, el Dr. Linus reaccionó bien, sacando su arma y disparando, por desgracia no alcanzó al xenomorfo, y el proyectil impactó en uno de los cadáveres, despedazándolo con el impacto.

¡Vigila al enemigo interior! ¡Desprecia al enemigo exterior! ¡Teme al de más allá!

Desde que apareció el bicho estalló el caos, Nicodemus empezó a disparar proyectiles del tamaño de un pulgar con su bolter y los demás compañeros abrieron fuego contra el enemigo casi al unísono.

Anton apuntó con su rifle Hellgun, exactamente igual que el de Carirman, al animaloide que se les acercaba y apretó el gatillo.

El disparo láser salió despedido e impactó lejos del xenos que los amenazaba. Debía de ser la intervención extemporánea de Linus, que lo había desconcentrado.

-¡Cállese hombre, cállese!-

le gritó. Ya tenían bastante como para que el científico empezara a recitar salmos para no perder la cabeza.

Aquella criatura infernal se aproximó hasta Nicodemus, atacando con sus garras la armadura del arbitre. Por fin lo vieron de cerca, era una criatura aterradora y agresiva. Sedienta de sangre, con poderosas cuchillas en sus extremidades y una poderosa boca con afilados dientes que desgarrarían la carne con facilidad.

El miembro del Ordo Xenos no se dejó amedrentar y roció al xeno, su enemigo natural, con una lluvia de perdigones que hicieron dolerse al mostruo.

Bajé el rifle momentáneamente realmente sorprendido. ¿Perdona? ¿PERDONA? !¿PERDOOONAAAA?! Una de mis cejas se levantó hasta casi salir del casco de protección. Estaba casi perturbado por lo que estaba viendo. Me había introducido en su mente, le había contraído todos los músculos de su cuerpo desde el centro mismo de su cerebro, y aquella cosa había seguido hacia delante, me había esquivado un disparo certero, se había trabado en combate cuerpo a cuerpo con Nicodemos y le había soltado nada más y nada menos que dos tajos brutales con sus garras, y todo ello entre un mar de espasmos.

!CERDO! !MALDITO HIJO DE PUTA AMORFO Y JOROBADO! !ARRRGGGG! En aquellos momentos recordaba aquel cursillo de control de la ira en el que había participado... !!MALDITO CURSILLO DE CONTROL DE LA IRA, MALDITO XENOMORFO DE TIPO MIERDA!! Desde luego pasé por alto, olímpicamente, el hecho de que fuera una criatura que supuraba terror por todos sus poros. Mi mente bullía ardiente en un monumental enfado. Concentré y canalicé con gran eficacia gracias a la ira que sentía la disformidad, y esta me ayudó a apuntar. Lo veía todo mucho más claro, remarcadas las zonas vulnerables del ser, y ralentizada toda la escena.

La guía laser se posó en su espalda, y el rayo laser cruzó la corta distancia hasta impactar en su cuerpo deformado y... convulso.

Nicodemus no se espera que el xeno use a los cadáveres de aidero para impulsarse en el vació y su ataque le pilla desprevenido. No tiene tiempo de echarse a un lado y las garras del monstruo penetran fácilmente la armadura dañándole el brazo.

En ese momento cuando lo tiene cerca algo irracional lucha por querer hacerse con el control pero el arbite ha visto muchos horrores y aunque no se ha enfrentado a estas criaturas no está dispuesto a salir corriendo. Sonríe cuando el bicho pasa de largo a su lado y descarga dos disparos de su bolter pero el a su vez sale lanzado.

-Pero... Pero...-

consiguió balbucir el tecnosacerdote mientras observaba como se destaba el infierno: el xenos se abalanzó sobre sus compañeros y comenzaron a llover los tiros por todas partes. Estampidos atronadores, rebotes, movimiento centelleante del animaloide entre los suyos...

Anton bastante tenía con sostener el rifle en sus patéticas manos. El técnico había pasado de tratar con humanos -que ya tenía lo suyo- a relacionarse con animaloides venidos de otros mundos que ni tan siquiera quería imaginar. Aquello no era mecánico, de modo que escapaba a su comprensión y, la verdad, prefería verlo muerto a entenderlo.

Santo Emperador...

Todo duró apenas unos segundos, el arbitre y el psíquico dispararon contra el xeno. Si Crairman le hirió Nicodemus convirtió su cuerpo en una pulpa tras las explosiones internas del arma bolter. Los proyectiles que no alcanzaron al xeno impactaron a otros cuerpos flotantes, creando un polvo pegajoso de color rojo que ensució los visores y los trajes.

¡Hay otro! -la radio daba prueba de que la tripulación del hydrex estaba muy atento a todo lo que sucedía.

Y el impacto láser que el artillero logró contra un segundo xeno, desintegrándolo de inmediato, daba fe de su competencia.

Parece que los enemigos de mi Ordo están a bordo...

El rifle laser humeaba en mis manos y aun no lo había bajado. Debimos hacer la descompresión de la zona... Comento mientras con la mano izquierda limpio mi visor de restos de cadáveres. El comentario había sido más una reflexión que una recriminación o algo similar. Inspecciono los restos con la mirada y veo como Nicodemos aun está con su bolter en las manos. Levanto un pulgar enguantado hacia el en gesto de aprobación. Luego me giro hacia la nave y también les pongo un pulgar arriba. Cojonudo muchachos. Excelente. Así me gusta. Ojos abiertos. !Ja! Había sido algo realmente curioso.

De todo lo que acababa de acontecer, lo que más me sorprendió fue el comentario de nuestro querido experto en cosas xenicas. Caminé hacia él, sosteniendo el rifle laser bajo el sobaco derecho. Mierda, si no fuera por estos trajes me fumaba un pitillo... Estos trastos harían un submarino fino fino... Una vez a la par del doctor le apoyo una mano en el hombro y como quien no quiere la cosa le pregunto: ¿A qué se refiere con eso de "Parece que los enemigos de mi Ordo están a bordo..."? Porque a mí me ha sonado a información oculta, y verá. Si algo se come a Nicodemos o Slavick por culpa de información que se ha guardado, le juro que yo le comeré a usted. ¿Queda claro chiquitín?

Le doy un par de palmadas en el hombro y luego dándole la espalda camino hacia nuestro compañero el tecno-sacerdote. Sin mirar atrás para ver la repuesta del doctor digo en voz alta por el canal: El que avisa no es traidor señor Linus. Téngalo en cuenta... Así que si quiere compartir algún dato con nosotros, estaremos encantados de escucharle.

Nicodemus se afianza de nuevo al suelo con las botas magnéticas justo para ver con sus proyectiles hacen volar al xeno por toda la habitación. Sin tiempo para buscar más actividad, el artillero de la lanzadera se lleva por delante a otro bicho que había seguido oculto hasta el momento....el Emperador protege...

- Gracias por la cobertura, dice Nicodemus abriendo el canal con la lanzadera. Todos atentos por si hay más en la zona, hagamos un registro de cada sala antes de avanzar a la siguiente.