Este es el principio de tu historia.
No sabemos si será larga o efímera.
Si nos emocionará o nos resultará intrascendente.
Solo sabemos una cosa.
De un modo u otro, dolerá.
Siempre duele.
Debo comenzar con una pregunta:
¿Quién eres tú?
Bienvenida oficialmente a Hambre & Miedo 2.
Como dije de primeras, esta partida es algo peculiar. En todas las partidas en las que juego trato de romper algo. Probar cosas distintas. Y en esta me ha dado por estudiar las posibilidades del Duel. Como soy un rolero que tiende a buscarle el lado psicológico a la narración/interpretación, he pensado que estaría muy bien que conocieses al PNJ que te acompañará toda la partida en una única escena de creación del PJ.
Este es el Narrador. Vale la pena reseñar que el Narrador no soy yo. Juega un papel, como otros PNJs. Uno muy relevante. Romperá muy a menudo la cuarta pared para establecer contacto contigo en forma de diálogo. Es, por así decirlo, el encargado de mantenerte (a ti y a los vípedos) pegada a la historia. Y sé que lo logrará de una manera o de otra.
En esta escena de prólogo, tú construyes a Nina de su mano.
Durante toda la partida vamos a evitar el canon del RPW que sugiere usar negritas para los diálogos, cursivas para los pensamientos y abyecta discriminación para los subrayados.
Simplemente, escribe.
Cuando quieras hablar con tu PJ y dirigirte a algún PNJ, coloca unas comillas delante o un guion a modo de advertencia. Lo que tú prefieras.
No sé si tienes inconveniente, pero preferiría que usases la primera persona para toda la narrativa. Más inmersiva. Tú me dices. ;-)
La primera cuestión que te pide el Narrador es relativamente sencilla:
Tienes un nombre, pero no tienes una cara.
Elige un rostro para Nina. Te dejo libertad y, si lo deseas y ellos acceden, puedes pedirles ayuda a los vípedos. Sería muy divertido montar un casting entre todos. Dicho lo cual, la última palabra debes tenerla tú. Si quieres sugerencias mías, alguna tengo, pero me la reservo de momento.
Recordarás que dije en el reclutamiento que Nina estaba algo pregenerada, ¿verdad? Pues bien, una de las cosas que la caracterizan es que Nina debe ser humana y tener entre 16 y 18 años. Nunca menos y no muchos más. La aventura va a experimentar con su evolución, no solo psíquica, sino física también.
Otro detalle pregenerado: Pavel es tu hermano menor. Tendrá entre 14 y 16 años, según tus elecciones.
Puedes ir pensando si prefieres ser nativa de Ostoya o tener origen en el Imperio del Bürach.
Según contestes las preguntas del Narrador, surgirán otras. De este modo iremos creando al PJ poco a poco.
Mi nombre es Nina y tengo 16 años. Mi padre era minero, trabajaba en las minas de oro al norte de las montañas del Espinazo Gris. El recuerdo que tengo de él es de un hombre fornido, con la cara sempiternamente teñida de negro. Sus ojos verdes eran como dos pequeñas esmeraldas que parecían flotar en un mar de mugre. Mi madre siempre fue una mujer débil y enfermiza. Tenía los cabellos negros como el carbón y ojos grises y apagados. La recuerdo sentada junto a la chimenea en las tardes más frías, cosiendo con dedos ágiles. Se encargaba de arreglar las ropas de los aldeanos. Vivíamos en una pequeña casita, en medio del pueblo. Era un hogar modesto, aunque teníamos la buena suerte de poder contar con un dormitorio donde dormíamos los cuatro, mis padres, mi hermano y yo.
Pavel es mi hermano pequeño. Tiene dos años menos que yo y era la alegría de nuestro hogar. Había heredado los ojos y el cabello de mi madre, así como yo era el reflejo de mi padre.
Las noches eran frías y nos arrebujábamos los cuatro en la misma cama, compartiendo el calor de nuestros cuerpos. Todavía puedo oler el aroma de la tierra, del hierro y el oro que se había incrustado en mi padre y el de las frambuesas y la leña, que solía desprender mi madre.
Eran tiempos duros, pero a nuestra manera éramos felices.
Pavel y yo nos dedicábamos a cortar leña para las noches más frías. Si había suerte, conseguíamos recolectar algún fruto o cazábamos algún conejo. Las noches que había carne eran las más celebradas en casa, entonces mi padre sacaba una botella de vino aguado, decía que la carne no podía comerse con agua, que perdía todo su sabor y bebía hasta que mi madre le regañaba y arrancaba la botella de sus dedos.
Pero papá un día no regresó de la mina. Nos dijeron que había habido un desprendimiento y había sido sepultado junto a otros tres mineros. Esperamos durante días alguna noticia que nos trajera esperanza, pero ésta nunca llegó... Mamá dejó de sonreír y empezó a consumirse poco a poco. La cama estaba más fría. Pavel y yo tuvimos que hacernos cargo de la casa. Yo empecé a trabajar en las minas, para poder traer el dinero que traía papá y Pavel se encargaba de ir a por la leña. Todavía éramos unos niños, yo tenía 12 y Pavel 10.
Pasaron dos años.
Una noche regresé a casa, estaba agotada y aterida tras haber pasado más de doce horas dentro de la mina. La chimenea estaba apagada y mamá se encontraba delante de las brasas, abrazando su frío cuerpo y murmurando en voz baja. Me dijo que Pavel no había regresado. Había salido muy temprano aquella mañana, dispuesto a traer carne para que cenásemos y nos calentáramos con el vino aguado que solía beber papá, pero no había regresado.
Llevé a mi madre al cuarto y la acosté en la enorme cama, ahora vacía y salí a buscarle. Estuve toda la noche vagando por el bosque, llamándole y agitando a las criaturas que habitaban en él. Encontré su abrigo, ensangrentado y sentí que me ahogaba en mi propio grito, pero él no respondió y yo seguí llamándole con la voz desgarrada, hasta que mis gritos atrajeron la atención de un famélico lobo solitario. Saltó sobre mi, derribándome al suelo y luché con todas mis fuerzas. Sentí como me desgarraba el rostro y la sangre empezó a manar de la herida. Conseguí sacar la daga que siempre llevo en el cinto y clavarla en su ojo. No recuerdo mucho, sólo sé que empecé a gritarle y a clavar una otra vez la hoja en su escuálido cuerpo hasta que sólo quedó un amasijo de piel y pelos encima mío.
Malherida regresé a casa y allí me derrumbé. No había encontrado a mi hermano y me dolían las heridas y tenía hambre y frío... Y mi madre se levantó y al verme sólo me preguntó por Pavel y en sus ojos vi decepción...
Pasaron varios días sin noticias de Pavel. Mis heridas sanaron, aunque me quedó una cicatriz debajo del ojo, testigo del enfrentamiento que había tenido con el lobo. Mi madre, que ya de por sí tenía la salud frágil, enfermó y terminó de apagarse. Antes de morir me pidió que le prometiera que encontraría a Pavel.
Y me quedé sola.
Desde entonces estoy buscándolo. Tras enterrar a mi madre en la misma tumba que mi padre, abandoné la aldea y empecé a recorrer los caminos. Tengo que encontrarle, él es lo único que me queda...
Nombre: Nina
Edad: 16 años
Origen: Pueblo minero de Ostoya
Ooooh, pobre, pooobre Nina.
Tan joven y tan sola en este mundo hostil.
Un pajarillo que ve su pequeño nido desmoronarse hasta los cimientos.
Aaah, la vida en Ostoya solo es apta para los fuertes.
Ahí afuera te aguardan innumerables peligros, jovencita... Me pregunto si estás preparada.
Pronto, muy pronto, lo descubriremos.
Juntos.
Dime, ¿has heredado la fornida complexión de tu padre?
¿O quizás las ágiles manos de tu madre?
¿Cómo pretendes sobrevivir ahí afuera, cachorrilla?
¿Cazarás tu propia comida? Parece que eres capaz de hacer eso, sí.
Pero, ¿y si no hay nada que cazar?
¿Robarás a tus compatriotas lo necesario para sobrevivir al duro invierno?
Me asalta la duda...
¿Estarías dispuesta a matar para vivir un día más?
Piénsalo con detenimiento.
La vida de tu hermano podría depender de ello...
A propósito de Pavel, ¿no te resulta un tanto misterioso?
Se esfumó de la faz de Etharis sin dejar rastro.
Como un fantasma entre la niebla.
Sabes que no ha sido el único, ¿verdad?
¿Noooo?
Ju, ju. Esto se pone interesante.
Tú también has escuchado las historias sobre el bosque, ¿no es cierto?
«Stilborn nos está observando», dicen los lugareños.
Pero tú no puedes permitirte creerte esas estúpidas historias de espíritus que acechan en la noche y de muertos que caminan con ansias de carne humana,
¿Verdad?
Antes de que amanezca, las creerás.
Te lo garantizo.
Dime, Nina.
¿Tienes miedo a lo que mora entre las sombras?
Todavía puedes oler el hambre.
Ese fétido hedor que emanaba de las fauces de la famélica bestia que se abalanzó sobre ti.
Aún conservas su marca en tu mejilla.
Ahora, es parte de ti.
Confiesa...
Sueñas todas las noches con él, ¿cierto?
El Lobo.
Mataste su cuerpo, pero su alma aún te persigue.
El Hambre que No Cesa.
Solo que en el sueño es diferente.
¿Creías que no lo sabía?
El lobo, sí, el lobo no se deleita con tu sangre caliente.
Noooooo...
Es Pavel quien yace muerto bajo su maltrecho pelaje.
Es la piel desgarrada de tu hermano la que cuelga de sus colmillos.
Y es entonces cuando sientes que puede que toda tu búsqueda, TODA esta condenada historia,
NO TENGA NINGÚN SENTIDO.
Incluso antes de empezar.
Reconócelo, Nina.
Has enloquecido.
Por eso estás aquí.
A solas.
Conmigo.
Bajo tu propia cuenta y riesgo, puedes replicar al Narrador. Incluso, preguntarle lo que entiendas oportuno.
Véase que te pregunta ahora por una descripción física de tu PJ. Tu respuesta nos dará una pista sobre la clase de PJ ideal para Nina. ;-)
Téngase en cuenta que ha dado datos relevantes para enmarcarte en la trama. Y me he guardado una punzada para más adelante. Cuidado. XD
Curiosidad: Mira que no dije nada al respecto, pero la figura del Lobo es relevante para esta partida por muchos motivos. Aplaudo que lo hayas traído a colación de modo inconsciente. ¡Aquí hay conexión! XD ¡Muy bien hecho, Ish! ^^
A veces siento que me estoy volviendo loca. Hay una voz que me susurra y parece reírse, vanagloriándose de mis desdichas. Pero no le voy a dar la satisfacción de verme llorar, no pienso volver a llorar...
Las últimas semanas he estado viajando junto a una caravana de comerciantes. He estado encargándome de los caballos y de sus chuchos pulgosos a cambio de un plato de estofado rancio por las noches y poder dormir debajo de uno de los carros. Pero esta noche pasada, el hijo del dueño de la carreta bajo la que dormía, me arrancó de mis sueños arrastrándome por los pies y me puso un trapo mugriento en la boca mientras me decía cosas obscenas y buscaba meter su mano sebosa por dentro de mis pantalones.
Podía sentir su fétido aliento en mi rostro y ha sonreído, con su boca porcina, enseñando unos dientes amarillentos de estar mascando regaliz durante todo el día. Me empezó a decir que si era buena me daría un bollo caliente, relleno de mantequilla, recién hecho y sentí como mi estómago resonaba ante su promesa. Podía haberme quedado quieta y dejar que hiciera lo que quisiera, he de confesar que por un momento me sedujo la idea de meterme ese bollo caliente en la boca y poder calmar el hambre que tengo. Sentir la mantequilla derretida en mi lengua, deslizándose por mi garganta mientras masticaba el pan recién horneado... Pero en cuanto sus torpes y fríos dedos desabrocharon el botón de mi pantalón, algo en mi interior saltó como un resorte y empecé a removerme como una culebra. Asqueada estiré la mano, arañando el suelo hasta agarrar una piedra y le golpeé con ella en la sien. Su cuerpo seboso cayó inerte encima mío y, tras unos instantes de pánico, conseguí salir de su prisión, con la respiración entrecortada.
Por un momento pensé que lo había matado y empecé a temblar. Nunca he matado a nadie y esa sensación era horrible... Con dedos temblorosos busqué su pulso, colocándolos en su grueso cuello. Aunque débil, su corazón seguía latiendo y una risa, entre histérica y aliviada, amenazaba con derramarse por mi garganta. Apreté con fuerza los labios y recogí mis exiguas pertenencias para abandonar el campamento. Me moví en silencio, al amparo de la noche y entré en el carromato donde guardaban los víveres, procurando no hacer ruido. Llené mi mochila con varios bollos y algo de cecina y me dirigí a donde estaban los caballos. Ensillé uno de ellos, por suerte me conocían y mi presencia no les asustaba.
He recorrido varias millas a caballo, alejándome de la caravana y por primera vez en varias semanas me siento libre...
Pero escucho esta voz que me pregunta, quizás sea mi conciencia que se burla de mi.
— Mierda...
Tengo que sobrevivir, tengo que encontrar a Pavel. La voz me pregunta y no sé qué responder, joder, no sé cómo lo haré, sólo sé que cada día que sobrevivo es un día más... A pesar del hambre que tengo, soy ágil, lo he heredado de mi madre y no es la primera vez que tengo que robar y no será la última...
Mi cuerpo se estremece al recordar que he estado a punto de matar a un hombre. No, a un hombre no, a un cerdo y siento como la voz se ríe en mi interior.
— Sí, si hace falta, mataré...
Digo en voz alta y vuelvo a estremecerme. No sé si seré capaz, pero me engaño a mi misma, mientras mis manos tiemblan y las aprieto con fuerza.
De nuevo pienso en Pavel y el temor a no encontrarlo aprisiona mi corazón. Sé que no es el único que ha desaparecido en el bosque y nunca nadie ha aparecido, pero algo dentro de mi me dice que él está vivo, en algún lugar y me necesita... No permitiré que esa voz arranque la pequeña esperanza que me queda...
— ¡Cállate! Pavel está vivo... Pavel está vivo, ¡JODER! Pavel está...Vivo...
Mi voz sale ronca y se rompe con un pequeño sollozo, pero no derramo ninguna lágrima, me he prometido no volver a llorar... Aunque la sombra del lobo me atormente cada noche y el fétido olor del hambre me aceche, no pienso derramar ni una sola lágrima...
*El Narrador ríe por lo bajo, tarda un buen rato en replicar*
*En su lugar, te observa, tu nuevo rostro, tu cicatriz, tu cabello rojo... Y la chispa de la curiosidad refulgiendo en sus ojos, antes apagados*
*Entrecruza sus largos dedos grises*
*Quién sabe cuántos años tiene*
*Cuántas vidas ha visto apagarse a su alrededor*
Así queee... Eres una ladronzuela, después de todo.
Lo supe nada más verte.
Vaya, pero mírate:
Una ratita escuálida de manos largas que parece tener cierta empatía por los animales.
Quizás...
Quizás, tengas una oportunidad.
Así que te gustan los caballos... Los animalitos.
Los prefieres a los seres humanos.
¿No es así?
Adelante.
Dilo.
No te juzgaré.
¿Cómo podría?
Estamos juntos en esto, ¿recuerdas?
Ese muchacho al que abriste la cabeza...
Fuiste descuidada.
Una auténtica superviviente habría aprendido algo útil de tu encuentro con el cerdo.
Ese puerco te habría hecho una mujer.
Habrías disfrutado.
En el fondo de tu corazón sabes que estoy en lo cierto.
Y, además, habrías cenado algo mejor que ese estofado de carne seca.
Habrías satisfecho el Hambreee...
Pequeña necia, tienes un poder que jamás alcanzará a comprender tu hermano.
Pero claro... Tu dignidad.
Te revolviste.
Elegiste luchar.
Le hundiste el cráneo con ese guijarro.
Aún tienes su pringosa sangre en tus dedos.
Y en el rostro.
Y en el pelo.
No se quita tan fácilmente, ¿verdad?
Te contaré un secreto:
Jamás terminas de limpiártela por completo.
Hay un problema, Nina.
Ese gordo te deseaba desde largas noches atrás.
Tu cicatriz no enmascara tu juventud.
La sola imaginación de tu cuerpo desnudo bajo su oronda barriga derretía por completo su mente, lo embargaba en febrícula, le enloquecía y le hacía tramar mientras tú dormías.
Dime, Nina.
¿Crees que era el único?
...
Debiste deshacerte del cuerpo.
Descuartizarle y dejar sus sebosos restos a los lobos.
Debiste permanecer junto a la caravana.
No levantar sospechas.
Pero no eres muy lista, ¿no es cierto?
Has dejado un rastro.
Tenías que dejarlo, por supuesto.
Un reguero de sangre porcina que conduce sinuoso hasta tu enjuta y asesina persona.
¿Te das cuenta de lo que has hecho?
Nos has implicado a ambos en esto.
¿Y tú pretendías encontrar a tu estúpido hermano?
¡La señorita quería encontrar a su estúpido hermano!
Cuando nos encuentren, Nina, y créeme que lo harán, ¿Qué crees que harán contigo?
Aaaah... Lamentación.
Qué predecible.
Si hubieses aceptado ese bollito relleno de manteca, no estaríamos hasta el cuello de algo definitivamente poco higiénico.
Pobre Pavel.
A este paso, será pasto de los buitres.
¿Y sabes qué?
Todo, todo, es por tu culpa.
...
Probablemente.
Céntrate.
Respiiiira.
Piensa detenidamente tu respuesta, Nina.
Además de estúpidos bollos y cecina que sabe a cuero, ¿Qué más cogiste antes de huir?
Piensa.
¡PIENSA!
Cogiste algo más que comida, ¿verdad?
Responde.
Qué. más. cogiste.
A juzgar por tu respuesta (excelente entrada, por cierto), diría que Nina encaja muy bien como Ladrona. Quizás también podría ser Cazadora por su buena mano con los animales. Te dejo decidirlo a ti.
Lo que ha quedado claro es que es una superviviente nata y que está dispuesta a luchar por su vida si se ve acorralada. Y eso me gusta. ^^
Las puntuaciones de Nina, según has narrado, podrían ser:
FUE 10
DES 16
CON 14
INT 10
SAB 16
CAR 12
Nina juega en Solo Mode, así que debe ser un PJ algo más excepcional de la media. Dado que eres humana, puedes sumarte un +2 en el atributo que desees o, si lo prefieres, sumar +1 en dos atributos diferentes.
Piensa que Nina empieza en nivel 3 y subirá más o menos rápido si le va bien hasta el nivel 5-6. Puedes jugar con esto porque a nivel 4 te corresponde un incremento de +2 en un atributo o un +1 en dos a tu elección.
Sea cual sea tu elección, ve anotando en tu ficha. En estos días te la terminaré de completar yo mismo según tus elecciones. ;-)
También deberías elegir una Dote (Feat) de las de 5ª edición. Cuando me confirmes la clase, tanto los vípedos como servidor te podemos recomendar algunas interesantes.
Ahora debes elegir el equipo inicial de Nina.
Aquí viene la primera regla inusual de la partida y totalmente casera: Puedes llevar tantos objetos en el inventario como tu puntuación en FUE + el bono de este atributo. En 5ª Edición los bonos no cambian, de modo que, a partir de 10, sumas un +1 acumulativo siempre que vas sumándole dos puntos al atributo. De este modo, 10 (+0), 12 (+1), 14 (+2) y así sucesivamente, hasta 20 (+5).
Si Nina se queda el 10 de FUE, podría llevar 10 objetos útiles, de los cuales el SdlG te obsequia con una mochila (que puede portar 3 objetos útiles más para la aventura y por ende te permite cargar con 13 cositas en total), tu vestimenta (a describir por ti misma) y una daga.
Te asigno como uno de los objetos raciones de comida para D3 días (lanza para saber cuántos bollitos has birlado XD).
¿Qué más te llevaste de la caravana?
Lanza D20:
1-10: Otra daga, un par de antorchas, una cuerda y una capa para protegerte del frío.
11-14: Lo anterior, y una ballesta ligera con un carcaj lleno de saetas.
15-18: Lo anterior, y una ración extra.
19: Lo anterior, y una poción curativa.
20: Lo anterior, y la espada corta del puerco que intentó aprovecharse de ti en la noche.
¡Lo había comprobado! ¡El cerdo vivía! Había podido sentir su latido a través de la grasa de su cuello, había sentido unas pulsaciones, estoy segura, joder, estoy... segura...
¿Segura?
La duda empieza a atormentarme y me bajo del caballo para apartarme del camino y vomitar el bollo que he estado masticando. De repente me ha inundado la boca un sabor agrio, asqueroso, como si el bollo se hubiera convertido en un amasijo de vísceras y me las hubiera estado tragando, una a una. Escupo el último cuajo de pan y saliva y bajo la mirada hacia mis manos. Están sucias. Les doy la vuelta y me quedo contemplando las palmas. Mi corazón se detiene un breve segundo al comprobar que éstas están manchadas de sangre...
— Sólo le golpeé una vez...
Me respondo a mi y a la voz y empiezo a negar con la cabeza.
«¿Estás segura...?»
Otra voz me pregunta y siento un pequeño vahído. Pero esta voz la reconozco, es la de mi conciencia, es la voz que me cuchichea desde lo más profundo de mi ser, la que me da valor, fuerzas... La que me hace abrir los ojos. No es como la otra, que parece reírse con cada comentario, que me atosiga y me persigue con sus dedos huesudos, arrancando mis peores temores y mostrándolos ante mis ojos, regocijándose de mis desgracias...
— Lo comprobé... No, no lo he matado...
Me digo, intentando convencerme de algo de lo que no estoy nada segura y aprieto con fuerza los puños. De repente me sobreviene la imagen de su rostro porcino, mirándome fijamente con los ojos apagados y sus dientes amarillentos, sobresaliendo de aquellos labios gruesos, como gordos gusanos...
La sangre... Mierda... ¿Por qué tengo tanta sangre...?
Empiezo a tener miedo...
¿Y si....?
No, mierda... Niego con la cabeza, arrancando la imagen que empieza a formarse en ella, donde yo estoy golpeando una y otra vez su rostro porcino... No, eso no ha pasado...
Miro a uno y otro lado del camino, nadie se acerca. Restriego mis manos por la tierra húmeda, intentando cubrir la sangre y me incorporo. Tengo que seguir, no puedo quedarme aquí...
Me acerco al caballo y lo cojo de las riendas mientras le susurro palabras tranquilizadoras.
— Vamos, Manchas, sigamos adelante...
Me sienta bien hablar con algo que no sea la voz que me persigue.
— Vamos a alejarnos un poco más y buscaremos un arroyo para poder beber. Verás como ese agua está mucho más rica que la que te daban en la caravana... ¿Has bebido alguna vez el agua corriente?
Me subo de nuevo a su grupa y, mientras Manchas empieza a avanzar, me descuelgo la mochila de los hombros y hago recuento de las cosas que he conseguido saquear. Mis ojos brillan y olvido el rostro del puerco...
Hoy ha sido mi día de suerte...
Cojo la capa y me la coloco sobre los hombros, agradeciendo el áspero contacto de la lana y, mirando al frente, una sonrisa socarrona asoma a mis labios.
— Que te jodan... Pavel está vivo — Le repito a la voz. Quizás la sensación de libertad que me embriaga me está volviendo estúpidamente optimista.
Motivo: Bollitos :3
Tirada: 1d3
Resultado: 3 [3]
Motivo: Equipo robado *_*
Tirada: 1d20
Resultado: 19 [19]
Uoooo!!! Que suerte con las tiradas *_*
«Solo le golpeé una vez.»
¿Sabes? A veces una sola vez es suficiente, Nina.
Salvo en el notable caso de Nick «El Tres Golpes» por supuesto.
Gran persona, pésimo verdugo.
¿Pero qué tenemos ahí?
Vaya, vaya, eres toda una saqueadora.
Has dejado a esa gente sin raciones y te has embadurnado en barro para ocultar parcialmente toda esa sangre.
No está mal, Nina.
Naaada mal.
Pareces tener las luces suficientes para ocultar tu implicación en un crimen pasional, oh, pequeña rompecorazones.
Tras la sugerencia de un especialista en la materia, eso sí.
No desesperemos.
Todavía podemos encontrar a tu hermano ilusorio.
Je.
*Escuchas un sonido de pasos en el confín de tu umbral perceptivo*
*Algo se aproxima a ti, no sabes bien por dónde*
*Lo hace sin intención de pasar inadvertido, lo que lo hace más amenazador ya que no puedes ubicarlo con precisión*
Oh, oh.
¿Has escuchado eso?
Se acerca mi Alter Ego.
Y con él llegan los cuervos.
Aún no estás preparada para conocerle.
Antes, hay algo que debes saber.
Algo muy importante.
*El Narrador extiende las manos y muestra ante ti una baraja de cartas*
Todo este juego que tenemos entre manos está regido por el azar.
Tu voluntad forjará tu camino, mas no hay sendero vital que no se vea azotado por los avatares de la entropía.
Veamos qué cartas te aguardan, Nina.
1. La Noche del Cazador.
2. Vagabundo Misterioso.
3. El Arroyo.
4. Sombras en la Espesura.
5. Fétido.
6. ¡Trampa!
7. La Jaula.
8. Forajidos.
9. La Cabaña en el Bosque.
Vamos a crear la baraja juntos, ¿OK?
Puedes crear hasta tres cartas a discreción y añadirlas a la baraja. No obstante, te voy a dar una opción, pero calibra sabiamente si deseas usarla.
Puedes dejar en manos de los vípedos la creación de hasta dos cartas.
Para crear una carta lo único que tienes que hacer es poner una imagen evocadora y explicar con unas cuantas líneas qué evento traería a la partida la aparición de esa carta. Por supuesto, respetaré en lo posible lo que supone esa carta, aunque vaya en detrimento de mis maquiavélicos planes.
Como sea, la partida empezará cuando tengamos las 12 cartas. Cogeré 6 al azar y 1 a elección personal y las jugaremos juntos entremezclando los eventos.
Ignoras qué implican estas cartas, pero puedes preguntar al Narrador por el significado de 1 + D2 cartas. Te responderá con enigmas, eso por descontado, pero alguna pista de lo que pueden significar vale más que nada.
También puedes elegir jugar a oscuras, sin ningún tipo de información del Narrador.
En este último caso, te obsequiaré con un punto inicial de Inspiración. Este punto puedes canjearlo en un momento de necesidad por una repetición de tirada. Es algo goloso, así que piénsalo.
Ahora sí puedes replicar al Narrador, pero te recomiendo que primero pienses en lo que te he comentado de las cartas. De lo contrario, podría ocurrir algo bastante malo...
Extra: Antes de que alguien lo pregunte, sí. Lo que aparece en la octava carta es un pato. No hay animal más grimdark que el pato. Y pienso demostrarlo.
La voz continúa, insidiosa y con ese tono de burla que me pone los vellos de punta. No sé cuándo empecé a responderle, quizás la soledad esté consiguiendo que se me vaya la cabeza, pero es mejor contestarle que intentar hacer como si no existiera. Eso sí, siempre procuro estar sola cuando le respondo, aunque eso tampoco es tan complicado...
— Pavel existe, idiota...
Le respondo, molesta porque haya insinuado que Pavel sea mi hermano ilusorio.
— Tú eres el único imaginario aquí, Eco...
Eco, es el retumbar de mis miedos lo que resuena y es en ese momento que decido ponerle el nombre, permitiendo, sin darme cuenta, que su presencia coja más forma.
Escucho unos pasos y detengo el caballo, dirigiendo mi mirada hacia la espesura. Es imposible que no me haya escuchado y aún así continúa caminando, sin miedo.
«No me gusta...»
Pestañeo al escuchar de nuevo la voz de Eco y veo en las sombras su figura mostrándome varias cartas. No entiendo qué me está diciendo... ¿Tengo que escoger cartas? ¿Para qué? Tuerzo los labios y aparto la mirada de la baraja, volviendo a dirigirla hacia la espesura. Puedo escuchar cómo continúan sus pasos, pero soy incapaz de precisar su posición. Siento un nudo en el estómago y de nuevo me sube el regusto amargo de la bilis.
— Escoge las cartas que quieras...
Mascullo entre dientes y trago saliva. Los pasos continúan acercándose y lo que más miedo me da es que no duden... Joder... Saco la ballesta y apunto hacia la espesura, moviéndola poco a poco, intentando ubicar la dirección del sonido.
— ¿Quién está ahí...?
1. La Noche del Cazador.
2. Vagabundo Misterioso.
3. El Arroyo.
4. Sombras en la Espesura.
5. Fétido.
6. ¡Trampa!
7. La Jaula.
8. Forajidos.
9. La Cabaña en el Bosque.
10 . El Benefactor.
11. La Risa mortal.
12. El Compañero fiel.
* * *
¡Ju, ju, juuuu!
Te veo inquieta, Nina.
Baja esa ballesta.
Podrías hacerte daño.
¿Acaso sabes usarla?
Ju, ju...
Veamos con qué cartas juegas esta partida a vida o muerte...
*El Narrador extiende sus delgadas y fibrosas manos*
*La baraja se alza, las cartas empiezan a danzar en círculos en el aire*
*Uno a un, varios naipes, elegidos por un cruel azar, se van posando sobre la mesa bocabajo frente a ti*
*Los ojos del Narrador sonríen con una mezcla de astucia y malicia*
Estas son las cartas que conforman tu destino inmediato.
Y al igual que tú elegiste una
Yo haré lo propio.
*El Narrador toma la carta número 9 con esmero y la deposita frente a él*
Ya está.
Estamos listos.
Buena suerte, Nina.
La vas a necesitar.
Motivo: Cartas
Tirada: 6d12
Resultado: 4, 2, 6, 8, 12, 11 (Suma: 43)
Fin del Prólogo.
El Narrador volverá en la escena Hambre y Miedo.
Aguarda su mensaje para empezar a jugar.
La Baraja del Narrador
1. Sombras en la Espesura.
2. Vagabundo Misterioso.
3. ¡Trampa!
4. Forajidos.
5. La Risa Mortal.
6. El Compañero Fiel.
7. La Cabaña en el Bosque.