Harold abrirá la puerta y al otro lado aparece una pareja de agentes de uniforme. Harold conoce al más veterano de los dos. El otro parece un yugurín recién salido de la academia.
-Agente Perkins, ¿Por donde ha entrado a la vivienda?-
Y todo se llenará en breve de policías que recogerán pruebas, el juez que levantará el cadáver, se harán fotos... y aparecerán algunas pirañas de la prensa.. El circo de Manhatan una vez más.
¿Qué haces con el pendiente? ¿Se lo entregas a los de homicidios, se lo entregas a Logan o te lo guardas?
Lo fotografió y no lo toco.
Logan cómo puedes preguntarme que por dónde he entrado??? Jjjjj...
¿Por la ventana? En fin, espero que no hayas estropeado alguna prueba. Aquí parece que ha habido un asesinato.
A lo mejor crees que he sido yo el que he cometido el asesinato...qué lentos llegáis a los lugares de los asesinatos...pero vamos nada nuevo. Si quieres que os eche una mano...
-Yo...yo... no he...he dicho eso en ningún momento- Tartamudea un poco -Bien, supongo que ya has comprobado que está totalmente muerto. Poco más podemos hacer tu y yo aquí. Se encargarán los de homicidios-
Acto seguido Logan se comunica por radio con la central y explica la situación.
La escena, que es un recuerdo de Harold mientras observa el pendiente en el joyero de la habitación donde Nan yace muerta atada a una cama, termina con Harold bajando las escaleras del portal y abandonando el lugar tras explicar a los agentes de la policía científica cómo y por qué accedió a la vivienda.
Pero ahora ese pendiente que te llevas fotografiado establece una conexión entre la muerte de Ludlow Street y la de la camarera del Sun Sal Gai. Una conexión que de momento sólo existe para ti y que no sabes si debes o no compartir abiertamente.
La escena 2 termina aquí, aunque puedes reponderme en un último mensaje a dos preguntas como jugadora, no tanto como Harold:
Longan trabajó conmigo en mi comisaría y después de una cagada que hizo en la que yo le salvé el culo, le trasladaron de comisaría. Si no le hubiera salvado de lo que hizo hoy no seguiría trabajando en la policía.
La Comisaria no se ha enterado de momento...
Te vas de allí. En la calle ya empieza el calor. Atrás dejas a Logan y las furgonetas de la policía científica. Caminas hacia tu coche mientras le das vueltas a lo que has visto en ese piso. Todo apunta a un crimen pasional o a una chica que se defendió de un intento de agresión sexual. Todo menos una cosa.
¿Cómo iban a sonar esos altavoces preparados para la cena romántica que iba a desarrollarse en ese piso? ¿Quizás con su celular? Todo estaba tan listo para sentarse y simplemente cenar que pensar que el anfitrión se hubiese olvidado de conectar el portátil a los altavoces no termina de cuadrarte. Pero ahora lo tuyo son los camellos y tu psicólogo te ha repetido muchas veces en los últimos tiempos que debes ser capaz de dejar hacer, de no obsesionarte, de aceptar que en esta ciudad muchos crímenes quedarán sin resolver.