Partida Rol por web

Jurina entró en la sala de Roberto Salinas para ser atendida. Y el chico de pelo pelirrojo al que había colado y que había estado todo el tiempo callado, se marchó de allí sin decir esta boca es mía. Algo parecía haber oído o visto allí dentro que le había dejado mudo. 

Rebecca siguió al chico. Conforme se acercaba a la recepción se sentía más relajada y aliviada. Aunque le molestaba estar allí, en el fondo lo deseaba. Siempre afirmaba que haber roto lazos con el Ministerio había sido lo mejor para su carrera profesional, y seguramente era cierto, pero se le había quedado clavada una espinita que necesitaba intentar arrancar. 

- Roberto Salinas - repitió para sí, mientras el chico hablaba. 

Se limitó a afirmar con la cabeza, dando a entender al chico que ese era el lugar donde debía estar. 

- A eso me refería - contestó por fin, con voz pausada y tranquila. Ya no quedaba ni un atisbo del enfado del que había hecho alarde segundos antes. - Muchas gracias... - por un momento intentó llamarle por su nombre, pero se dio cuenta de que no lo sabía. Tampoco le interesaba. Solo quería llegar a ese lugar lo antes posible y evitar que volvieran a intentar echarla del edificio. 

Dio un par de pasos hacia el ascensor, ignorando al resto de presentes. Ya de espaldas, se paró un segundo y giró levemente la cabeza. No se molestó en mirar a Yukari, pero quedaba claro que se estaba dirigiendo a él.

- Volveremos a vernos. 

Sin decir nada más, echó a andar rumbo a la planta -2.

- Y ustedes, ¿Conocían España de antes?

- Solo una vez... - respondió Thadeus con pudor. Sabía que lo que iba a contar era desconocido por su esposa y no quería decepcionarla. Pero, por otro lado, mentir no era propio de él. - En mi despedida de soltero estuvimos en México. Qué bien lo pasamos... Asistimos a una fiesta en la que nos ofrecieron un sapo... toda una experiencia.

Thadeus miró culpable a su esposa. No quería decepcionarla pero ahora que lo había soltado se sentía como más liviano.

- Y usted, señor Westerberg... ¿a qué se dedica?

"¿Casi igual?" Valeria levantó las cejas ante el desconocido, un hombre delgado y flexible, sin duda deportista, o runner, o alguna cosa de moda últimamente. Le daba mucho reparo esa gente que hacía ejercicio y tenía todos los músculos definidos. Claro que también podía estar bajo los efectos de algún conjuro, nunca se sabía...

-¿Uh?

La cuestión era que su cara le sonaba. O su mirada, al menos, le recordaba vagamente a alguien. Algo. ¿Andrés? No terminaba de recordarlo. Y entonces el chico cambió. Y su pesadilla del colegio regresó. Valeria se puso tensa, la vergüenza ajena no era lo suyo, tenía serios problemas con eso. Había cosas que podía tolerar, pero los cambios de aspecto y, en especial, esos cambios tan grotescos le daba escalofríos.

-¡Andriás! -dijo sonriendo, para acto seguido ponerle un dedo debajo de la barbilla, clavándole el dedo con uña puntiaguda en la garganta-. ¡Pon tu cara normal! -casi demandó.

Cuando él lo hizo, Valeria ofreció la mano.

-¿Qué tal? ¿Cómo estás? Qué gusto verte por aquí -y todas esas frases de cortesía que se le dirigían a alguien cuando no tenías ni zorra idea de cómo hacerlo. Carraspeó, nerviosa, su pelo perdió un poco de brillo y bajo el maquillaje se le encendieron las mejillas-. ¿Desde cuando estás en España? ¿Qué haces aquí?

"¿Y por qué eres un culturista y yo sigo 'casi igual'?"

Miró a los demás, lo último que quería era hacer un espectáculo.

Normalmente Andrés disfrutaba viendo las reacciones de la gente cuando efectuaba uno de sus cambios, tanto que había aprendido a reconocer cuando la sorpresa no era bienvenida aunque fueran escondidos tras una sonrisa. Por si fuera poco el gesto de Valeria, lo había llamado por el apodo que le habían adosado cuando estuvo de visita en Salamanca y por el cual terminó decidiendo usar su nombre francés argentinizado en lugar del argentino. La transición de su yo adolescente a su yo adulto tomo un instante, y el rostro que miraba a Valeria nuevamente desde el metro ochenta de estatura pedía disculpas por todos los poros.

- Perdoná, no quería asustarte - le dijo mientras le estrechaba la mano y se sentaba a su lado - Llegué hoy a la mañana a Madrid, vi una de las invitaciones de Salinas en la oficina de mi madre y no pude resistirme - señaló la puerta de la que había salido Gheorghe y por la que Jurina entraba en ese momento. - Dame un segundo, ya seguimos poniéndonos al día - dijo mientras se paraba para hablar con el gigante. Ponerse al día tendría que esperar a que estuvieran sólos, algo que les vendría muy bien a los si tenía que confiar en la reacción de Valeria a su cambio.

El anuncio de Muresan no lo tomó del todo por sorpresa, sabía que el ex-basquetbolista no estaba seguro de tomar un caso por si mismo y a él le vendría muy bien su ayuda para hablar con los locales y capturar a la quimera si la encontraban y se ponía difícil. - Me parece perfecto, creo que juntos vamos a terminar más rápido y seguro que a los fans del basquet les va a fascinar hablar con vos. - le tomó el brazo a la altura del codo, es decir a la altura de su propio hombro - vení, te voy a presentar a una vieja conocida.

Cuando llegaron junto a Valeria le guiñó un ojo - Como verás no es nada vieja, pero no la veo hace dieciseis años y yo tenía catorce la última vez que la ví. - sonrió e hizo las presentaciones - Valeria, Gheorghe, Gheorghe, Valeria. A él lo conocí en persona hoy y acá, pero veía sus partidos por televisión con mi padre los domingos.

Jurina saludo con una leve inclinación de cabeza a aquel orondo hombre, sabía que en occidente la forma habitual de saludar era así, aunque ella prefirió inclinarse primero, era algo que solía poner incomodos a la mayoría de occidentales por no saber muy bien cómo actuar. Después de eso acepta la mano tendida:

Encantada señor Salinas, mi nombre es Jurina Suzuran

Jurina escuchaba lo que el hombre decía y no pudo evitar sonreír levemente cuando dijo lo de los magos más poderosos ya que ella no se consideraba precisamente eso, más bien todo lo contrario, aunque no era algo que le importase demasiado realmente. Cuando este termino de hablar se queda unos segundos en silencio observando al hombre y después con tranquilidad empieza a hablar:

No me ha ofendido, no soy de esas personas que se ofenden por no utilizar las palabras adecuadas…

Cruza las piernas y se coloca en una postura algo mas cómoda para empezar a hablar con la misma tranquilidad:

Mi especialidad… supongo que depende de a quien le pregunte, pero en general pueden decirle que soy alguien bastante incómodo para el Mundo Mágico y sus costumbres, algunos dicen que soy una Bruja Oscura porque me dedico a estudiar todo lo que no le gusta al mundo mágico.

Decía mientras miraba distraídamente hacia arriba y se llevaba un dedo a la barbilla para añadir:

A fin de cuentas, todas las sociedades tienen sus puntos oscuros y hay que comprenderlos. ¿verdad?

Melker estaba escuchando atentamente la historia de la primera visita a España de Thadeus, y un dato que dio aquel llamativo mago le sorprendió bastante -¿México? ¿En que parte de España se encuentra? . Melker, ademas del norte del país, conocía partes de España de oídas como por ejemplo las Islas Canarias, Alicante, Madrid, Sevilla y las Islas Baleares, pero nunca había oído hablar de una ciudad de España que se llamara México Quizá nombraron así al país en honor a una zona de España

Cita:

- Soy auror. Trabajo en el ministerio sueco de Magia. Y por favor, llámenme Melker. Explicó a aquella pareja. -¿Y ustedes a que se dedican?
Mientras hablaba con la pareja, Melker no pudo evitar observar cómo el mago pelirrojo se fue de allí sin decir ni una palabra.

—¡Así que ese fue el misterioso lugar al que te llevaron Darius y Rhahamen! —la mujer se hecho a reír ante la confesión del sapo— Por eso recibí ese loro con aquella carta tan rara.

Nefertari reía fuertemente, presa de un ataque de risa, probablemente provocado por el recuerdo de aquella carta. Finalmente, consiguió controlarse lo suficiente para secarse una lágrima y contestar a Melker. En aquel momento se fijó en el cambio de cara de Andrés y en la peculiar relación que tenía con aquella chica que acababa de entrar y que relacionó con como eran Thadeus y ella en el instituto, y volvió a soltar una risa que, en aquella ocasión logró reprimir.

—Ay, disculpe... Está al sur, Melker... Y eso explica muchas cosas —dijo recordando una foto de Thadeus donde aparecía semidesnudo, cubierto tan solo por un taparrabos hecho con ristras de pimientos y bailando algo que, por los movimientos de los pimientos, debía ser musica disco. Nefertari, al contrario que Thadeus sabía perfectamente donde estaba México debido a los negocios de su primo, pero al igual que su marido estaba convencida de que, como Argentina, era parte de España. "Al Sur", evidentemente era "al sur de los Estados Unidos", ya que era el punto de referencia clave del planeta.— Somos investigadores privados. Aunque Thadeus tiene una maravillosa línea de diseño de ropa que goza de gran fama, y yo expongo en galerías de arte. Ahora mismo estoy terminando una colección que combina óleo y cemento sobre lienzo. Creo que este viaje será inspirador.

Gheorghe contuvo una sonrisa ante el mago metamorfo, podría ser una habilidad muy útil para una investigación. Después, la conversación estaba ya muy animada y él se sentía ajena a ella, además de que se había sentido muy incómodo con la respuesta de Nefertari y no le apetecía recibir otra agresión verbal por su parte.

- Bueno, yo me voy yendo hacia el sitio donde hemos quedado a comer con los demás. Seguramente para poder compartir los cafés yo debería empezar a comer bastante antes que cualquiera de vosotros así que si voy ahora puedo empezar con los aperitivos -dijo con una sonrisa-. Además sigo pensando que es buena idea colaborar con los distintos casos, por si son distintas aristas de un mismo polígono. Es probable que si eso es así las pistas que encuentre uno y que carecen de sentido puedan ayudar a resolver el caso de otro. Si viene alguien más incluidlo si quiere en el grupo de Whatsapp e invitarlo a unirse a la comida. Y por favor, dejadle claro que es una invitación, no una imposición, y que no hay ningún tipo de compromiso sino que todo es completamente voluntario -añadió finalmente evitando por todos los medios mirar a la chica con peinado afro.

Andrés asintió ante la respuesta de Gheorghe - Yo me quedo a acompañar a Valeria - miró a la maga - si ella quiere, claro. Decile a los otros que vamos más tarde, - volvió a mirar a Valeria y ensayó una sonrisa de disculpas por adelantarse a los hechos - al menos yo voy. - rió y meneó la cabeza - Mando mensaje al grupo cuando salga.

Volvió a sentarse al lado de Valeria y le sonrió - Si preferís esperar sola, te dejo mi numero de whatsapp. - a lo cual la maga respondió con un - Quédate - tras mirar la fauna de la sla de espera.

El argentino sonrió y se acomodó en el sillón - Entonces, para responder a tu primera pregunta, estoy bien algo cansado por el viaje pero agradablemente sorprendido de verte aquí. Claro que si tu pregunta es más general, no creo que pueda resumir dieciseis años en unas pocas palabras. Hay tanto que contar que no se por donde empezar, pero hay una cosa que si voy a pedirte, decime Adrián, Andriás no me trae recuerdos muy agradables.

El secretario del Señor Salinas atendió a la bruja que acababa de llegar. ¿Me puede dar su nombre? Preguntó mientras lo apuntaba en un papel. El Señor Salinas ahora mismo está reunido con una bruja que acababa de venir a verle. Si lo desea, puede esperar en aquellos sofás junto al resto. En cuanto esté libre le haré pasar. Va usted detrás de la chica castaña, la que mejor vestida va. Dijo de forma breve, sin excederse demasiado y tras concluir con una sonrisa siguió atendiendo los papeles que tenía delante.

Salinas alzó una ceja extrañado con la respuesta que aquella chica de apariencia bondadosa respondió. ... 

Pero no lo hizo, se había quedado bloqueado al escucharla y no sabía bien por dónde continuar con la entrevista hasta que se armó de fuerza y decidió formular una frase. ¿A qué se refiere cuando dice que es... una bruja oscura? En el MIM no nos gusta mezclarnos con este tipo de artes, así que estaría bien que se explicase adecuadamente para que pueda entenderla bien. Y si no es mucha molestia, vaya rellenando la solicitud, dijo mientras señalaba el papel que antes le había dejado para que lo fuese cumplementando.

Jurina sonríe levemente, no era la primera vez que le pasaba algo así y realmente era algo que le hacía normalmente gracia, mientras comienza a mirar el formulario, dice mientras comenta:

No es que me dedique a la magia oscura per se. Cuando algo es malo hay que conocerlo para saber que es malo ¿cierto?

Se queda en silencio unos segundos que aprovecha para rellenar parte del formulario, después mira al hombre y añade:

Por eso algunos consideran que soy algo así como una maga oscura. Pero lo que hago es conocer e investigar todo lo relacionado con ese tipo de magia, a fin de cuentas, ¿Qué mejor forma de saber defenderse de aquello que es malo que conocerlo en su origen y con profundidad? Conocer el lado oscuro de nuestra sociedad

Seguía escribiendo en el formulario, algo despacio, los formularios occidentales no tenían los espacios bien adaptados para escribir en japonés idioma en el que estaba escribiendo porque sabía que lo traducirían con magia:

Si quieren comprobar mis antecedentes por eso del tipo de investigaciones que hago pueden contactar con la Auror ¿o se dice aquí Aurora? Yukari Okada del Ministerio de Magia de Japón. Ah y también conozco bastante el mundo de las personas normales, ya sabe a los que suelen menospreciar llamándoles Muggles

Finalizaba mientras extendía el formulario relleno

Nombre: Jurina

Apellido: Suzuran

Profesión: Estudiosa/ investigadora de las artes oscuras

Fecha de nacimiento: 07/01/1999

Formación:

• Mahoutokoro: De 8 a 13 años de edad
• Hogward: De 13 años de edad hasta graduación

Identidad en mundo Muggle: Hija de alto diplomático Japonés (Muggle). Profesión Influencer/bloggera

No tardó mucho en llegar. Pero fue tiempo suficiente para recomponerse. Ella era Rebecca Sanders, famosa por su capacidad de autocontrol.

- Rebecca Sanders.

Su tono de voz fue neutral. Respiró hondo al escuchar las palabras del hombre. Otra vez a esperar. El Ministerio de Magia siempre le hacía perder el tiempo. Giró la cabeza hacia los sofás donde debía quedarse el tiempo que al señor Salinas le diese la gana. Observó a los presentes, buscando a la chicha castaña. - La mejor vestida - repitió para sí, con cierto escepticismo. 

- Muy bien, muchas gracias.

Sin decir nada más, echó a andar hacia la sala de espera. 

Tras un corto intercambio de palabras con el secretario del Señor Salinas, Rebecca se dirigió hacia la zona de espera. Su paso era tranquilo, firme y seguro. Vestía una falda ajustada hasta la rodilla gris oscuro con chaqueta a juego. Una camisa negra completaba el uniforme de trabajo. Miró a los presentes con calma y se dirigió hacia uno de los asientos libres.

- Buenos días. 

Nefertari levantó el pulgar a George, sonriendo como si antes no hubiese pasado nada. No estaba muy segura de querer trabajar con toda aquella gente, la caza del misterio era algo extremadamente sensual y uno de los mejores bálsamos para el matrimonio y meter en ello a tanto extraño... Bueno, ya verían lo que les tocaba hacer y decidirían. Nefertari pasó el brazo por la espalda de su marido, como acercándose a decir algo cuando entró una mujer con aspecto de no ser capaz de tirarse un pedo. De jovencita había tenido muchos encontronazos con las pijas y las snob del colegio, pero aquello era agua pasada.

—Buenos días— saludó levantando la mano con efusividad antes de recordar que tenía que estaba a punto de decir algo a su esposo— Thadeus querido, ¿no crees que Suecia tiene que ser un lugar apasionante para viajar? 

No es que me dedique a la magia oscura per se. Cuando algo es malo hay que conocerlo para saber que es malo ¿cierto?

Se queda en silencio unos segundos que aprovecha para rellenar parte del formulario, después mira al hombre y añade:

Por eso algunos consideran que soy algo así como una maga oscura. Pero lo que hago es conocer e investigar todo lo relacionado con ese tipo de magia, a fin de cuentas, ¿Qué mejor forma de saber defenderse de aquello que es malo que conocerlo en su origen y con profundidad? Conocer el lado oscuro de nuestra sociedad

En España a eso lo llamamos "Defensa Contra las Artes Oscuras" y es una de las asignaturas que se imparten en la EME. Comentó comprendiendo que como la chica era asiática no estaba familiarizada con la forma de actuar en el país. De hecho, nuestro equipo de aurores son especialistas en ello, pero no por eso se hacen llamar Magos Oscuros. El auror, y la auror*. Aquí llamamos Magos Oscuros a los que quieren sembrar el caos, acabar con los muggles y sobre todo consideran que los magos están por encima de los que no lo son y se creen seres superiores. Le explicó para que se familiarizase con las terminologías del país y que no le volviera a dar lugar a error. 

Si quieren comprobar mis antecedentes por eso del tipo de investigaciones que hago pueden contactar con la Auror ¿o se dice aquí Aurora? Yukari Okada del Ministerio de Magia de Japón

¡Ah! No sabía que usted era conocida del Sr. Okada. Eso nos deja mucho más tranquilos. Dijo Salinas que tampoco es que pareciera especialmente nervioso. Bueno, pues vamos a ver qué clase de expediente se le puede dar a usted para que se dedique a investigar. Veamos... dijo mientras hacía una pausa y respondía a la última pregunta:

  Ah y también conozco bastante el mundo de las personas normales, ya sabe a los que suelen menospreciar llamándoles Muggles

Está bien que esté familiarizada con ellos, porque efectivamente tocará trabajar con ellos ya que los incidentes también está relacionado con el mundo no mágico. Y bueno, aquí "normales" lo somos todos, tanto muggles como magos. No creemos que "muggle" sea una palabra peyorativa. 

Finalmente sacó el expediente que consideraba que podría encajar más con los estudios de Jurina. Bien, aquí tienes, le dijo entregándole al documentación, se trata de investigar la plaga de murciélagos que está causando cierta incomodidad a los turistas que pasan por la Plaza de Ópera. Allí se encuentra el Teatro Real, lugar frecuentado con los vampiros de Madrid. No creo que ellos estén involucrados, pero puede que sepan algo. 

Si quiere puede preguntarme cualquier duda, o si no, puede leer tranquilamente el expediente más tarde que seguramente allí venga todo explicado y así puedo ir atendiendo al resto de personas que están esperando. Dijo con una sonrisa. 

La chica que apenas había dicho esta boca es mía desde que había llegado y que había dado muestras claras de incomodidad, se puso en pie pocos minutos después de haber llegado y sin decir ni tan siquiera adiós, quizá por vergüenza, quizá por falta de modales, se marchó de allí para abandonar la misión.

- Me voy para la cafetería. Nos vemos más tarde.

Fue salir del despacho el tipo aquel... el medio gigante, y Thadeus enmudeció. Le intimidaba. No era miedo... o tal vez sí. Pero le inquietaba estar en la misma habitación con alguien tan descomunalmente grande. Le hacía sentirse pequeño e indefenso. Y eso era algo que Thadeus Blackwood detestaba. Antes había intentado ser amable con él. A fin de cuentas, su preciosa esposa Nefertari había sido algo ruda con aquel tipo que, por otro lado, no presentaba la más mínima señal de hostilidad. Pero en seguida, el mago de color entendió que su cuerpo se tensaba en presencia del Sr. Muresan. Dejaría hacer a Nefertari. Ella, como de costumbre, se desenvolvía muy bien en situaciones de posible amenaza.

Thadeus querido, ¿no crees que Suecia tiene que ser un lugar apasionante para viajar? 

Casi como por ensalmo, aquellas palabras sacaron a Thadeus de su tensión. Muchas eran las veces que su mujer le desafiaba con conversaciones de alto nivel intelectual y, otras tantas, le desafiaba a transgredir las normas sociales impuestas. A fin de cuentas, ella, Nefertari Fairblood era una iconoclasta de tomo y lomo con alma de anarquista. Pero lo cierto es que aquella frase dejó completamente fuera de juego al mago. ¿Acaso se había perdido algo de la conversación anterior...? ¿Quizá se trataba de una invitación a abandonar aquella misión ibérica y buscar tierras más frescas dónde pasar el verano? Nefertari no era ninguna cobarde... no se iba a dejar amilanar por el abandono de uno... er... perdón, dos postulantes. Y sin embargo aquel giro hacia Suecia le dejó boquiabierto, ojiplático y patidifuso. Sus ojos buscaban algo, una referencia de la que tirar para entender el mensaje. Hasta que dieron con algo... una posible respuesta a la pregunta formulada.

- ¿Es "Suecia" una referencia sexual? ¿Aquí...? ¿Ahora...? - preguntó Thadeus a medio camino entra la excitación más sublime y el apuro más tremendo.