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No pudo acceder a la oficina de información porque tenía a un tipo delante que cuando dijo su nombre la joven mujer se quedó extrañada y mandó uno de los aviones de papel a los guardias que estaban al fondo del pasillo. Un par de magos de más de dos metros de altura le dijeron algo a aquel hombro y lo agarraron del brazo para sacarlo de allí. 

Cuando Andrés le miró a la cara comprendió que aquel hombre le sonaba de algo, juraría que hacía unos años había estado en la lista de los magos oscuros más buscados de todos los tiempos. Pero también recordaba que había sido apresado. ¿Se habría escapado?

Edificio España (Mundo Muggle)

El Edificio España es un rascacielos de la ciudad española de Madrid, ubicado en la plaza de España, al final de la Gran Vía.​ Con sus 26 plantas y 107 metros de altura, fue el edificio más alto de España hasta la construcción de la cercana Torre de Madrid. Ambos rascacielos forman uno de los conjuntos arquitectónicos más importantes de la ciudad. En agosto del año 2019 se inauguró el "Hotel Riu Plaza España", de cuatro estrellas, causando una gran conmoción al universo mágico.

Información del Mundo mágico

El Ministerio Ibérico de magia es el máximo órgano de gobierno de la comunidad mágica de España y Portugal. El Ministerio se encarga de regular todos los aspectos de la sociedad de los magos, incluyéndose entre estos la educación, jurisprudencia y economía. Si bien este tipo de organismo funciona con relativa autonomía respecto del gobierno muggle de cada país, hay contacto esporádico entre ambos. Especialmente desde que en el año 2019, el Edificio España se convirtió en un hotel.

La Ministra de Magia es Leonor Martínez, la primera mujer ministra conocida por todos como la mejor ministra de todos los tiempos. Es una mujer de gran carácter y muy trabajadora, especialmente famosa por elegir a un personal competente para que se encargue de cada departamento.

Entradas:

Visitantes: Para acceder al ministerio hay que atravesar la puerta del Ascensor "B", el que tiene un cartel de "No Funciona". Este ascensor lleva a un edificio mágico exactamente igual que el Edificio España. A través de él se llegará a la oficina de "Información" donde sus empleados ayudarán e indicaran a los visitantes donde pueden encontrar todos y cada uno de los departamentos y oficinas del ministerio. Es imposible aparecerse o entrar por cualquier otro medio en el Ministerio sin un código de acceso de empleado.

Empleados: Para acceder al ministerio hay que entrar por la boca de Plaza España, la que da a la Calle Leganitos. Al llegar al vestíbulo y antes de cruzar los tornos del metro muggle, hay una puerta con una contraseña. Cada empleado debe marcar su código de agente y entrar por la puerta y tomar el trasladador que lleva directamente a su puesto de trabajo.

"Bueno, ha llegado el momento", pensó Isadora al encontrarse justo en la entrada del majestuoso edificio de la capital española.  

La joven recibió indicaciones precisas de cómo llegar al edificio mágico:  Para acceder al ministerio hay que atravesar la puerta del Ascensor "B", el que tiene un cartel de "No Funciona". 

Con precaución, Isadora caminó hacia el lugar indicado con las manos en los bolsillos de su gabardina. Quería aparentar serenidad y saber estar entre la multitud de personas con las que se iba cruzando, a pesar de que en su interior estaba terriblemente asustada.

"No funciona" rezaba el cartel de una de las puertas del ascensor que tenía frente a ella. Tras una mirada de soslayo, su pálido dedo tocó el botón de acción.

¡Tin! La puerta sea abrió descubriendo un sencillo ascensor con una puerta robusta y un gran espejo como pared. Mientras dicho ascensor cumplía su función, Isadora se frotaba las manos con nerviosismo. No llevaba muy bien la incertidumbre, hacía que su inseguridad se disparara. Pero ese era el momento de demostrar todos esos años de preparación. Objetivamente sabía que tenía los conocimientos necesarios para este tipo de tareas pero... algo en ella, una vocecita le recordaba constantemente lo contrario.

"¿Seré capáz de mane....." el pensamiento fue cortado por un súbito movimiento del ascensor. Había llegado. Las puertas se abren y ahí estaba: el Ministerio de Magia Español.

Con una rápida mirada, localizó el panel "información". Se dirigió allí mientras tocaba nerviosamente su colgante traductor. "Espero que este chisme funcione".

Ejem ejem - carraspeó al llegar a la oficina- Buenos días, mi nombre es Isadora Lupin, acabo de llegar de Londres, creo que me están esperando.- dijo suavemente a la persona del mostrador, terminando con una amable sonrisa.

Cuando Marcos llegó al Edificio España, se encontró a varias personas que estaban esperando por allí también. Algunos parecían de su edad y otros mayores. Tenía que buscar una puerta que daba al "Ascensor B" o así le habían dicho. Esto lo llevaría a la oficina de información del Ministerio de Magia original. Después de darse varias vueltas, finalmente encontró dicha puerta, la cual atravesó sin pensarlo dos veces. Tras esto apareció en la oficina de información del Ministerio, donde pudo ver a varios de sus trabajadores. Se acercó al más próximo y le dijo:

-Hola, buenos días, soy Marcos Sotomayor. Me llamaron para investigar los sucesos que están ocurriendo en la ciudad. ¿Por dónde debería empezar?-

25 de junio de 2025, Mañana.

Andrés rebuscó en su memoria mientras observaba como se llevaban al rubio, seguramente su rostro estaría en su álbum de recortes de magos buscados. Lamentablemente dicho álbum había quedado en Buenos Aires, pero era un objeto que no podía viajar por avión dado su contenido. El nombre no saltó a su memoria, sólo el hecho de que había sido apresado en Suecia, y el leve empujón de quien estaba detrás suyo en la fila le recordó que le tocaba ser atendido. Dedicó una inclinación de cabeza y un - Perdón - susurrado a quien estaba detrás suyo y avanzó.

- Soy Andrés Costas, de Argentina - le dijo a la joven de la oficina con una sonrisa - Busco a Roberto Salinas, del departamento de Uso Incorrecto de la Magia. - Tras una pequeña pausa su curiosidad pudo más que la prudencia y preguntó - ¿Quien era ese? Recuerdo que lo habían apresado hace unos años en Suecia, pero no recuerdo su nombre.

Jurina caminaba con tranquilidad por el edificio, observando un poco el ambiente y las personas que allí había, en esencia, lo normal en un ministerio de magia. Con un caminar tranquilo se dirige al mostrador de información, mientras guardaba su ahora inútil teléfono móvil e iba sacando la carta con la descripción del trabajo que le había llevado hasta allí. Al llegar al mostrador espera su turno para con tranquilidad mirar a la chica:

Buenos días…

Coloca el documento sobre el mostrador para que la trabajadora pueda verlo con facilidad y dice:

Mi nombre es Jurina Suzuran… he de suponer que la Ministra de Magia o la persona encargada de este caso querría ver a quien ha venido para realizar esta investigación

Decía mientras miraba a la chica a los ojos seria, con una forma de hablar tranquila y pausada, muy diferente a como solía comportarse entre Muggle mucho menos tensa de lo que estaba en esos momentos.

Movía las rodillas, mientras esperaba a que la mujer le diera la información necesaria.

Estaba emocionada y a la vez intrigada: ¿qué sería aquello que había pasado y por lo que querían gente tan imperiosamente?

Cuando la mujer se dirigió a Evangeline, asintió con la cabeza, agudizando el oído para que no se le escapara ninguna palabra. 

—Sí, eso es— respondió, corroborando su información.

No tenía ni idea de quién era el tal Salinas, pero le pareció curioso el nombre.

—Vale, el elevador— dijo, mirando en la dirección que señalaba—. Muchas gracias.

Colocándose la mochila mejor, salió del despacho, y puso rumbo al ascensor con paso decidido.

Casi tuvo que contenerse las ganas de correr de lo emocionada que estaba.

Llamó al ascensor, y esperó a que llegara. Cuando las puertas se abrieron, entró y pulsó el botón correspondiente para ir a la planta -2.

Se dio golpecitos con las manos en las piernas mientras bajaba en el ascensor, y al abrirse la puerta, salió con una sonrisa enorme.

En cuanto puso un pie en aquella planta, buscó con la mirada el despacho del tal Salinas.

Se rascó la nariz al dar con él, y caminó a paso rápido. 

Llamó a la puerta con unos ligeros toquecitos de sus nudillos, y entreabrió la puerta.

—¿El señor Salinas?— preguntó, intentando no bajar la voz al final—. ¿Su secretario?

Antes de que Melker pudiera corregir a la joven con respecto a la correcta pronunciación de su apellido, dos moles le agarraron de los brazo imposibilitándole coger su varita. Justo después le gritaron que tenía que acompañarles y que no querían ningún problema, y la expresión de sorpresa de Melker se volvió acentuó todavía más - Disculpen, pero creo que están cometiendo un error. No entendía por que le estaban tratando como a un criminal, cuando se había presentado correctamente y no había realizado ninguna acción sospechosa, ¿Le habrían confundido con su hermano?. Lo mejor era no intentar nada raro, así que Melker no opuso resistencia y, pese a que no era cómodo ser llevado por los brazos dos hombres de dos metros, intentó andar lo más sereno posible.

La mujer que estaba en la recepción parecía una mujer muy joven, sonriente y amable. Un cartelito en su pecho indicaba su nombre y cuando le preguntaban por cualquier cosa lo respondía de forma rápida y concisa y sin esperar mucho más.

¿Gheorghe Muresan? Preguntó de forma retórica mientras miraba las citas que tenían. Bueno, tu nombre no aparece por aquí, pero sí que han informado que era probable que vinieran magos y brujas de todo el mundo. Entiendo que viene por el trabajo de investigación que ha lanzado el Sr. Salinas. ¿Verdad? Espero a que le confirmase y entonces dio la ubicación:

Entonces, tome el ascensor que hay justo enfrente, planta -2, Oficina del Uso Incorrecto de la Magia. Pregunte a su secretario por Roberto Salinas y si no está ocupado, le atenderá cuanto antes.

Buenos días, dijo el secretario a Alexander haciéndole pasar a la oficina de su jefe. Puede usted pasar, es usted el primero y parece que no ha llegado nadie todavía. 

El secretario le acompañó y allí le recibió un hombre orondo de mediana edad, anteojos y una barba de tres días pero cuidada. El secretario presentó al mago que acababa de llegar y Salinas se levantó y le tendió la mano y después se presentó:

Mi nombre es Roberto Salinas, soy el Jefe de la Oficina del Uso Incorrecto de la Magia del Ministerio de Magia de España. Por favor siéntese. Le dijo señalando la silla de terciopelo negro que había frente a su mesa de despacho y él hizo lo mismo. 

 Si está usted aquí es porque le ha llegado la carta que enviamos hace unos días. Fue una carta que mandamos a brujas y magos más poderosos de todo el mundo, con la esperanza de que pudieran ayudarnos con una investigación que nos está trayendo de cabeza. Desconocemos si es un problema mágico o muggle, pero la realidad es que parece lo primero. Se aclaró la garganta, abrió uno de los cajones que tenía en su mesita y sacó un montón de papeles. Estos son todos los casos que tenemos que investigar. Pero por el momento solo le daremos uno a usted, pues puede volverse loco si tiene que investigar más cosas a la vez. Dijo con una sonrisa, después se puso colorado, como si se hubiera dado cuenta de algo. ¡No quiero decir que usted no sea capaz de lograr investigarlo todo! Pero es que hemos pedido ayuda a mas magos y estamos esperando a ver si vienen más. Dijo algo ruborizado mientras se rascaba la cabeza un poco avergonzado.

De todas maneras, antes de contratarle, me gustaría que me contara algo más sobre usted. Necesitamos sus datos para registrarle como miembro trabajador del MIM, nombre, apellidos, profesión anterior, edad... todas esas cosas. Dijo mientras le tendía un papel para que rellenase el formulario. Pero también necesitamos saber cuáles son sus capacidades especiales y en qué puede ayudarnos para saber también que misión se adecua más a sus capacidades.

No pudo acceder a la oficina de información porque tenía a un tipo delante que cuando dijo su nombre la joven mujer se quedó extrañada y mandó uno de los aviones de papel a los guardias que estaban al fondo del pasillo. Un par de magos de más de dos metros de altura le dijeron algo a aquel hombro y lo agarraron del brazo para sacarlo de allí. 

Cuando Isadora le miró a la cara comprendió que aquel hombre le sonaba de algo, juraría que hacía unos años había estado en la lista de los magos oscuros más buscados de todos los tiempos. Pero también recordaba que había sido apresado. ¿Se habría escapado?

No pudo acceder a la oficina de información porque tenía a un tipo delante que cuando dijo su nombre la joven mujer se quedó extrañada y mandó uno de los aviones de papel a los guardias que estaban al fondo del pasillo. Un par de magos de más de dos metros de altura le dijeron algo a aquel hombro y lo agarraron del brazo para sacarlo de allí. 

Cuando Marcos le miró a la cara comprendió que aquel hombre le sonaba de algo, juraría que hacía unos años había estado en la lista de los magos oscuros más buscados de todos los tiempos. Pero también recordaba que había sido apresado. ¿Se habría escapado?

La mujer que estaba en la recepción parecía una mujer muy joven, sonriente y amable. Un cartelito en su pecho indicaba su nombre y cuando le preguntaban por cualquier cosa lo respondía de forma rápida y concisa y sin esperar mucho más.

¿Andrés Costas? Preguntó de forma retórica mientras miraba las citas que tenían. Bueno, tu nombre no aparece por aquí, pero sí que han informado que era probable que vinieran magos y brujas de todo el mundo. Entiendo que viene por el trabajo de investigación que ha lanzado el Sr. Salinas. ¿Verdad? Espero a que le confirmase y entonces dio la ubicación:

Entonces, tome el ascensor que hay justo enfrente, planta -2, Oficina del Uso Incorrecto de la Magia. Pregunte a su secretario por Roberto Salinas y si no está ocupado, le atenderá cuanto antes.

Tras aquella información, no dudó un momento en cotillear sobre aquel tipo, además, se alegraba de haber logrado ser ella quien distinguiese a aquel mago oscuro tan buscado. Sí, era Westberg, hace unas semanas se escapó de Azkaban. Era el líder de un grupo de magos oscuros que aterrorizaban a la población muggle del norte de Suecia. No sé qué hace aquí, pero lo importante es que ya le hemos detenido y no hay por qué preocuparse. Dijo con una sonrisa triunfante.

No pudo acceder a la oficina de información porque tenía a un tipo delante que cuando dijo su nombre la joven mujer se quedó extrañada y mandó uno de los aviones de papel a los guardias que estaban al fondo del pasillo. Un par de magos de más de dos metros de altura le dijeron algo a aquel hombro y lo agarraron del brazo para sacarlo de allí. 

Cuando Jurina le miró a la cara comprendió que aquel hombre le sonaba de algo, juraría que hacía unos años había estado en la lista de los magos oscuros más buscados de todos los tiempos. Pero también recordaba que había sido apresado. ¿Se habría escapado?

El secretario del Señor Salinas atendió a la bruja que acababa de llegar. ¿Me puede dar su nombre? Preguntó mientras lo apuntaba en un papel. El Señor Salinas ahora mismo está reunido con un mago que acababa de venir a verle. Si lo desea, puede esperar en aquellos sofás. En cuanto esté libre le haré pasar. Es usted la siguiente. Dijo de forma breve, sin excederse demasiado y tras concluir con una sonrisa siguió atendiendo los papeles que tenía delante.

Westerberg no opuso resistencia y los dos aurores que se lo llevaron lo arrastraron hacia uno de los ascensores que había allí cerca. Marcaron el botón -12, sintieron un golpe brusco en el cuerpo y bajaron. Uno de los aurores le quitó la varita y se la guardó en el bolsillo mientras le soltaban y le decían que sería mejor que no hiciera ningún movimiento.

Apenas unos segundos el ascensor había descendido a la planta más baja del MIM. Aquel pasillo era oscuro pues toda la iluminación le aportaba un toque bastante tétrico al lugar. Melker notó que la sangre se le helaba por dentro pues hacía demasiado frío.

Los dos aurores se acercaron a otro que parecía ser más importante que ellos, le entregaron varita de Melkler y pronunciaron un nombre.. ¡un nombre incorrecto! Efectivamente le habían confundido con su hermano.

Está bien, yo me encargo. Dijo el tercer auror. Creo que se te van a quitar las ganas de volver a escaparte, Gunnar.

La suerte estaba de su parte al ser el primero, no había ido con especial prisa y no esperaba haber llegado antes que el resto, igualmente lo agradeció profundamente pues cuanto antes le atendiesen antes sabría lo que estaba ocurriendo. Así que tras un saludo cordial al secretario le siguió sin demora hasta encontrarse con Roberto Salinas. 

El aspecto de Roberto le sorprendió para bien. Esperaba un arquetipo de persona para ese puesto, un tipo estirado que no miraba directamente a las personas con las que hablaba porque creía ser mas importante que todo aquello. Sin embargo la actitud despistada, desenfadada y ese halo de honestidad que le rodeaba al decir lo que pensaba, aunque luego se arrepintiera por las palabras utilizadas, le transmitió verdadera confianza a Alexander. Al menos esa fue la impresión que recibió de aquel hombre, prefería mil veces trabajar con personas así de honestas que con quien ocultaba sus intenciones tras falsas acciones y palabrería.

Le dejó hablar sin interrumpirle escuchando atentamente todo lo que decía.- Por favor no se sienta mal, no me lo he tomado como ninguna ofensa. Al contrario, yo mismo debo decir que sería la primera vez que realizaría un trabajo de este tipo. Así que no seria apropiado abarcar más de lo que puedo.- Al final se inclinó sobre la mesa para comenzar a rellenar el papeleo, mientras tanto iba comentando en voz alta lo que iba escribiendo.- Como ya sabe mi nombre es Alexander Santángel. Tengo 34 años. Mi profesión inicial fue como medimago en el hospital San Mungo de enfermedades y heridas mágicas, donde trabajé doce años. Tras ese tiempo cambié de profesión y me uní al Ministerio de magia en Inglaterra, concretamente en el departamento de reversión de accidentes mágicos. Mi tarea en ese campo es asistir a los magos desmemorizantes sanando y reparando el daño que se haya podido causar a personas debido a los accidentes, ya sean magos o muggles.- Se aclaró la voz para continuar.- Mis habilidades se centran alrededor de los conjuros de sanación y parte de protección. Diría que soy un experto en la primera materia y avanzado en la segunda. Debo reconocer no obstante, que encuentro particular dificultad a la hora de practicar otros hechizos que no sean de ese grupo, concretamente las maldiciones de cualquier tipo. Para terminar, comentar que soy también un metamorfomago, registrado por supuesto.- Con aquello creyó cubrir todos los campos sobre las preguntas o dudas que podría tener sobre su persona. Dudó entonces unos segundos, no creía oportuno preguntar lo que se pasaba por su mente en aquel momento, pero al final se decidió.- Si me permite señor Roberto, tengo alguna pregunta con respecto a esta llamada, y seguro que me estoy adelantando a acontecimientos pero he de preguntarle igualmente. Cuando recibí el aviso vine creyendo que se trataba de un suceso, de un solo caso, pero veo que la lista es larga. Igualmente supuse que contactaron conmigo por que ya conocían mis capacidades, sin embargo noto cierto misterio alrededor de todo este asunto. Comenzando porque la recepcionista no tenía ninguna constancia escrita de mi llegada, e imagino que la de ningún otro de los llamados. No quiero parecerle ofensivo, en ningún momento estoy juzgando su trabajo y estoy seguro de que todo es por una buena razón. Pero entienda que me siento algo perdido y desorientado al no conocer lo que está ocurriendo con claridad.- 

Roberto iba asintiendo a todo lo que Alexander iba comentando y se quedó un poco extrañado sobre todo con su profesión y con las últimas preguntas. Oh no, la carta no iba dirigida a ningún mago o bruja en especial. Ya vio que no iba dirigida a su nombre, simplemente se hizo un hechizo para que las cartas llegaran a los mejores del mundo y listo. Dijo encogiéndose de hombros un poco avergonzado por la confusión que parecía que Alexander había tenido. Por eso no sabíamos quién era hasta hace unos momentos cuando Catalina, la chica de abajo, me dio sus señas. Le acabo de investigar un poco para confirmar todo lo que me acaba de contar. Dijo con otra nueva sonrisa.

En cuanto a lo que está pasando en Madrid, nosotros andamos bastante confusos, puesto que han sucedido muchas cosas en los últimos días, que no tenemos muy claro qué tienen en común, pero lo cierto es que ha ocurrido todo últimamente. Tomó el tomo de papeles que tenía delante de él y fue mirando cada expediente e iba leyendo el título de cada uno:

- "Plaga de murciélagos junto al Teatro Real".

- "Magos y brujas desaparecidos en extrañas circunstancias". En este caso no fue un expediente, sino un grupo de ellos.

- "Enfermedades mágicas en bastantes magos y brujas", desconocemos su origen y el tipo o tipos de enfermedad. Como medimago que ha dicho que era usted, creemos que es el más adecuado para investigarlo.

- "Avistamiento de ser mágico" por algunos muggles.

Y así un largo etc. Dijo dejando un montón de expedientes más sin leer pues pensaba que le iba a aburrir.

¿Cuantas veces tendría que pasar por la misma situación? ¿Cuando dejarían de confundirle con su hermano? Era evidente que ambos hermanos se parecían muchísimo, pero Gunnar estaba en Azkaban y él era un auror respetado, o eso quería pensar. Melker estaba pensando en todo eso cuando algo que dijo el tercer hombre hizo que se le abrieran los ojos como platos ¿Volverse a escapar? ¿Cuantas veces se había escapado su hermano? ¿Por qué nadie le había informado antes? . El mago sueco intentó hablar con tranquilidad, pero esa información le había alterado un poco -¡Espera un momento! ¿Gunnar se ha escapado? ¿Cuándo? Aquella era una hazaña increíble, aunque las consecuencias eran terribles para Melker, ya que temía que Gunnar fuera a por él y esta vez sin miedo para atacar con todo después de haber pasado tanto tiempo en aquel horrible lugar.
Melker respiró hondo un par de veces para tranquilizarse y volvió a hablar con aquellas tres personas para intentar aclarar el malentendido -Escuchad, no soy Gunnar, soy Melker. Pueden comprobarlo con mis credenciales que están en mi cartera además de chequear mi varita para que veáis que no he realizado ningún hechizo ilegal.

25 de junio de 2025, Mañana.
Oficina de Información.

Andrés asintió cuando Catalina preguntó por el motivo de la visita, y anotó mentalmente el recorrido nada complicado hasta la Oficina de Uso Incorrecto de la Magia. Se encendió una luz de entendimiento en su mirada cuando la chica mencionó el apellido, y asintió. - Gunnar Westerberg, ese era el nombre, claro. - dijo chasqueando los dedos - No sabía que hubiera escapado, buen ojo Catalina, y muchas gracias por la información.

Se retiró del mostrador no sin antes dedicarle una sonrisa. - Hasta pronto, supongo que hasta que sepa moverme por aquí voy a volver a visitarte seguido. - dicho esto le guiñó un ojo y fue al ascensor señalado. Lo esperó pacientemente y una vez dentro presionó el botón indicado, y en el trayecto se puso a pensar en lo interesante que estaba resultando su primer día en Madrid. Westerberg tenía que ser muy estúpido para pensar que no iban a reconocerlo, a saber en que estaba pensando al presentarse allí.

Oficina de Uso Incorrecto de la Magia.

Cuando el ascensor llegó a su destino entró en la Oficina y llamó la atención del secretario - Hola, soy Andrés Costas de Argentina, quisiera hablar con Roberto Salinas por la investigación - dijo al tiempo que le mostraba la invitación recibida.