Partida Rol por web

Como bien sabíais antes de entrar a Hogwarts, la vicedirectora había pasado a ser Hermione, una talentosa mujer de joven edad, al igual que su director el lengendario y temido Harry Potter. En cuanto a su mejor amigo Ron, éste había sido colocado como profesor de "Protección contra las artes oscuras", un puesto que como bien sabían todos los alumnos iba rotando de profesor a profesor. Las malas lenguas decían que estaba maldito, así que a vuestro parecer el destino de Ron de aquí a un futuro no muy lejano no sería demasiado prometedor.

Miráis a vuestro alrededor, recordáis esta mesa en la que estáis sentados como la primera vez que entrasteis a Slytherin. El gran comedor, la sala más amada por muchos estudiantes por el mero hecho de comer lo que le plazca y tener unas vistas magníficas del cielo gracias a un encantamiento que permitía ver a través de las paredes. Hay mucho bullicio y jaleo, vuestra mesa es la que más pegada está a la entrada de la sala, así que de vez en cuando sentís un ligero frescor proveniente de la puerta principal. ¿El motivo de aquella cena tan especial? el preludio del inicio de las navidades, es una tradición que ayuda a los alumnos a motivarlos sobre todo en el empujón final de las clases antes de las vacaciones. Todavía os quedaba como un mes y medio para esas preciadas vacaciones en las que podíais permanecer en el castillo o volver con la familia.

La puerta se abre y casi toda la sala queda en silencio. Harry Potter, el que venció al "que no debe ser nombrado" entra con una túnica morada a la sala, seguido de Hermione y de algunos profesores que no conocéis, ya que desde que Dumbeldore dejó el puesto Harry hizo una limpieza de plantilla bastante curiosa. Tan solo de los presentes conocíais a Slughorn, el representante de vuestra casa, Slytherin. Ya el hombre estaba bastante mayor y poco podía hacer más que estar presente en la sala, pero había sido un hombre muy respetable y al que le teníais cierta estima, aunque no conocíais demasiado bien. Harry llegó al mismo tiempo que los profesores al fondo de la sala y se dispuso a dar otro de sus discursos detrás de la mesa de los profesores.

- ¡Alumnos de Hogwarts! ¡Como bien sabéis esta es una cena que nos honra a todos! es la cena que nos llena de ilusión para terminar las clases, la que nos motiva para unirnos más y evitar cualquier indicio que perturbe la paz interior nuestra. Recordad qué le pasó a Tom Riddle, y las fechorías que hizo. Ahora os aseguro que el colegio está en buenas manos, y quiero dedicar este brindis al esfuerzo de todos los que han sacrificado su vida o parte de ella en acabar con el malvado Voldemort.- Dijo al mismo tiempo que levantaba la copa lleva de vino y los profesores hacían lo mismo. Slughorn parecía un poco con la sonrisa forzada, se ve que no le hacía demasiada gracia las palabras de Harry, quizás según su parecer se hubiera vuelto un poco chalado con todo lo que le pasó.

La gente comenzó a aplaudir de forma alentadora, y los de slytherin ni se molestaban en mover las manos. ¿Para qué? Slytherin gracias a Harry Potter y sus comidas mentales había llegado a ser el segundo plato de hogwarts, estaba en un segundo plano. ¡Los trataban como si fueran criminales! ¡No había derecho! ¿Y todo por qué? ¿Porque alguno de los estudiantes de slytherin habían tenido un pariente mortífago? ¡Y pensar que Harry decía que todo estaba ya olvidado! pero aún había una llama que ardía dentro de él... la llama de la venganza... esa nunca se apagaría, aunque era impropio de un gryffindor...

- ¡Disfrutad de la cena!.- Dijo y al dar una palmada los alimentos aparecieron como por arte de magia. Un festín que jamás se habrían podido imaginar, aunque lo hubieran visto más de 3 veces. Comenzó el jaleo y el barullo y la gente comenzó a comer como muertos de hambre, como vagabundos sangresucias. Los que parecían más correctos comiendo érais vosotros, que os avergonzabais de la forma de comer que tenían los demás, en especial los vuestros, ¡Parecían tan gryffindor a veces!

La comida estaba deliciosa como de costumbre. Los 4 os solíais sentar juntos a comer pero en ese día no había aparecido vuestro amigo Stuart, era algo extraño... siempre estaba en aquellos momentos, y no tenía sintomas de haber caído enfermo, ya que el día anterior incluso habíais hablado con el y parecía sano. Aunque tal y como se estaban poniendo los virus ¿Quién sabe?

¿Y si los alumnos de gryffindor habían vuelto a hacer de las suyas? hace poco unos cuantos intentaron petrificar a Rebecca, ¿Le habrían hecho algo a Stuart antes de la cena? Algo bueno no parecía ser...

Rebecca parecía una estudiante de primer año, o menor incluso. Su pequeña estatura y su aspecto enfermizo acrecentaban la impresión de la muchacha. Tomó una salchicha de la mesa y comenzó a masticarla de manera parsimoniosa. El incidente con los Griffindors se hacía cada vez más común...si no fuera por sus hablidades y sus amigos...

Esos brutos...dijo mirando la mesa de los Griffindors quienes engullían la comida como si fuera la última. Una bandada de snouts son más señoriales a la hora de comer, que estos bárbaros. Su mirada ahora se dirigió a la mesa de profesores. Harry Potter, con ese aire cada vez más petulante. De nuevo volvió a la mesa de su Casa. Los rostros de los alumnos habían perdido la pomposidad y la jerarquía de otro tiempo.

De repente, reparó en la ausencia de su amigo...Y Stuart??? alguien lo ha visto??

Tras la insidiosa charla de nuestro "querido" director, miré al frente donde estaba sentada Rebecca y suspiré con decepción. Sabía del poder de Harry Potter pero ese odio acérrimo hacia los Slytherin era ya algo injusto. Había leído la historia de todo lo ocurrido durante el reinado de terror del Señor Tenebroso y sabía que el legendario Severus Snape había tenido mucho que ver en que Potter sentara su culo en la silla del director, como podía hacer ahora Potter algo parecido a lo que hizo Tom Riddle, no entendía como podía poseer tanto poder y tan Rebecca dio en el clavo con su comentario:

-Y que lo digas Saku*...- ,luego cogí algo de carne y comencé a comer con refinados modales, -Tienes razón, donde está Stu, siempre es agradable oir sus comentarios incisivos.-

De nuevo aquella cena inverosímil para un muggle, sin embargo ya eran años acudiendo a ella y parecía que se había acostumbrado a esta, pues no parecía poseer la misma ilusión del primer año.

Allí se encontraba ella, sentada junto a sus amigos.Escuchaba el discurso de Harry Potter con desgana, cruzada de brazos fruncía el ceño ante los comentarios del nuevo director hacia el señor tenebroso.Cuando aparece la comida en la mesa tras finalizar el discurso, termina de lanzar su mirada-más oscura de lo normal- al director y sus acompañantes.

Agarra un trozo de jugoso solomillo, colocándoselo en el plato y troceándolo debidamente.

-Me estoy empezando a cansar de tener que aguantar a estos incompetentes.Como se atreven a hablar así del señor tenebroso, y es más, como se atreven a tratarnos como nos tratan, a degradarnos a un segundo puesto, ¡a nosotros!, que somos los más dignos campeones, los más dignos brujos y brujas que pueden haber en esta escuela.Realmente indignante- termina de expresar su decaido y frustrado ánimo metiéndose el primer trozo de solomillo, para masticarlo disimuladamente sin mover mucho la boca mientras observaba detenidamente a los miembros de su mesa para terminar de tragar ya el bien masticado trozo de carne.

-Quien sabe- responde tras escuchar la pregunta y respuesta de sus amigos-.Quizás haya sido víctima de alguna barbarie de Gryffindor.Son la vergüenza de esta escuela, perros falderos- terminar echando un vistazo general a la mesa Gryffindor con bastante desprecio, para acto seguido seguir comiendo su solomillo.La sangre de su alocada y psicótica madre corría por sus venas.Era más de una ocasión cuando se tenía que controlar y no montar un pollo ante todos esos sangre sucia.

-Ejem....bueno, no puedo aguantar más.Voy a ir a preguntarle al director que diantres pasa con Stuart Baxter.Como director de esta escuela debe saber que debe haberle pasado.Si alguien desea acompañarme es bienvenido- añade esto más por sus amigos Rebecca e Ian que por el resto de la mesa, pero igualmente eran bienvenidos.Tras advertir de sus intenciones, se levanta de la mesa, y con paso firme y aires superiores se acer a la mesa del profesorado en la cual el director se hayaba en su centro.Se coloca frente a este haciendo un gran esfuerzo por mantener los modales ante este.No era consciente de si sus amigos le acompañaban o no, pero sabía a ciencia cierta que al igual que ella estaban preocupados por Stuart.

-Ejm....Perdone director Potter, pero mis amigos y yo estamos preocupados por la repentina desaparición de Stuart, y nos preguntabamos si sabía que le podría haber pasado...- le pregunta mirándole directamente a los ojos, camuflando ligeramente su actitud desafiante.

Ian! Ya te he dicho que no me llames de esa manera...No delante de otros dice mirando para los costados en una mirada cómplice. A decir verdad no le molestaba que la llamara de esa manera, pero no quería dar otro motivo para que la atosiguen los estúpidos de Griffindor.

Al escuchar los comentarios de Sohpia, ésta se levanta raúdamente y se dirige a la mesa de profesores. Ahí, va de nuevo...dice mirando para arriba. Ya conocía los "arranques" intempestivos de su amiga, le divertían de sobremanera, aunque a veces solía ser muy molesto.

No quería dejarla sola, así que sin dudarlo, se levanta y sigue a Sophia hacia la mesa de enfrente.

Al oir la réplica de Rebecca al llamarla como siempre, me sonreí entre dientes y seguí comiendo como si no sucediera nada. Sin embargo, vi como Sophia perdía una vez más los nervios y salía disparada hacia la mesa de los profesores en su cruzada por conseguir lo que quería. Al comentario de Rebecca contesté resignado:

-Como siempre Rebecca, como siempre.....-

Dejando un deliciosos bocado en el plato, me levanté y acompañé a mis amigas para apoyarlas en aquello que emprendieran. Como hicieramos siempre, juntos a por todas.

Sophia se levantó inmediatamente y se dirigió con pasos firmes por los pasillos entre las mesas hasta llegar al final de éstas, donde se encontraba Harry Potter comiendo tranquilamente y riendo con otros profesores. Sus amigos Rebecca e Ian se apresuraron a ir detrás de ésta para apoyarla en cualquier intento de fastidio que tuviera Harry. Antes de que pudiera pronunciar alguna palabra, algunos profesores miraron extrañados a los jóvenes, entre ellos Slughorn, representante de slytherin el cual era querido por su casa, aunque no por todos, por el hecho de estar en contra del señor tenebroso y ayudar a Harry en alguna ocasión.

Los alumnos ni se inmutaron por el acercamiento de los tres alumnos slytherin a la mesa, tan solo miraban unos cuantos gryffindors con curiosidad y malicia. Eran los típicos maleantes de gryffindor, gente que no sabía ni siquiera gastar bromas.

Harry Potter miró al frente cuando la joven Black comenzó a hablar. Miraba como si se tratara de una chica demasiado pequeña, muy infantil. Con una sonrisa forzada esperó que ésta acabara para decirle lo siguiente:

Me sorprendió que alumnos se acercaran a la mesa en plena celebración. Pero la chica que vi que vino a preguntarme la reconocí en seguida. Se trataba de Sophia Black, hija directa de la querida Bellatrix, una de las mortifagas más terribles, locas y crueles. Esa chica tendría que tener una vida de desgracia por culpa de lo que hizo su madre, pero evitaría cualquier escándalo que ésta pudiera organizar. De todos modos no me fiaba de dejarla ir a su antojo por el castillo, y más aún cuando esto estaba prohibido.

- No he sido informado de que faltara ningún chico de la casa de Slytherin, pero si es cierto lo que usted me está contando el señor Flich le encontrará por donde esté pululando. Él siempre suele recorrer todas las habitaciones así que tarde o temprano lo encontrará.- Acto seguido continué comiendo como si ellos no estuvieran allí.

Unos jóvenes de 15 años como ellos serían faciles de convencer, seguro que se volvían a su mesa y seguían comiendo tan tranquilos

Escuchaba exasperada las palabras del tranquilo Potter.Tratándoles como a simples crios, estaba claro, una molestia, un estorbo eran para él.

-El señor Flich m...me importa poco director Potter- mostrando acritud y dureza en sus palabras, no toleraría ser despreciada y atratada de esa forma.

-No creo que se trate de un simple paseo por el castillo...- comenzó a esclarecer sus pensamientos y su idea de lo que le podría haber pasado a Stuart, con voz difamadora hacia los que eran evidentes culpables de su repentina desaparición.

-Así es- volvió a la carga-.¡Esos gryffindor de nuevo!- exclamó esquizofrénica, acto seguido respirando hondo para tranquilizarse-.Stuart Baxter ha sido víctima de alguna ofensa por parte de la casa gryffindor.Por eso exigo un castigo general a dicha casa- terminó más reservada y calmada.

-Es obvio.Últimamente hemos sido acosados por esa casa, víctimas de sus bromas y maltratos, ¿y a cambio de que? ¡de ser más severamente castigados!...¡nosotros!- voceó defendiendo los derechos de su casa y los de su sangre.

-¡A mala hora...!- sus amigos tuvieron que detenerla o en su lugar diría alguna desfachatez que le podría haber resultado cara.Sus cabellos totalmente lisos se habían empezado a encrespar y su mirada acusadora y alocada, sin duda igual a la de su madre.

- No te toleraré ni una sola palabra más, y además eres muy injusta en tus razonamientos.- Dije de forma tranquila.- ¿Crees que vas a conseguir algo con esa actitud?.- La niña me estaba sacando de quicio y para quitármela de encima llamé al profesor Slughorn que parecía que tenía ya la oreja puesta en nuestra conversación.

- Profesor Slughorn, ¿Podría por favor vigilar a estos críos? Se les ha perdido un amigo...- No creo que hiciera falta darle más detalles, él mismo estaba al tanto. Slughorn no era un hombre tonto.

- Si, si... si claro señor Potter.- Dije tartamudeando un poco. Me había pillado de sorpresa, no creía que fuera a dejar a estos chavales salir de una celebración tan importante, ¡Y más cuando ésta había comenzado!

Me levanté de mi sillón y llegué hasta donde estaban los muchachos.- ¡Vamos muchachos!.- Le dije mientras andaba torpemente hacia la salida de la sala.
Veía perfectamente como todo o casi todo el mundo se había quedado mirando... comenzaban murmullos... lo típico de siempre cuando pasa algo raro o notan algo raro en el ambiente. Era ya demasiado viejo para no darme cuenta de eso.

Los tres alumnos junto con el profesor Horace Slughorn se dirigieron a la salida de la sala. Todos los alumnos les dirigieron una mirada de extrañeza, y los propios alumnos de slytherin los miraban con curiosidad y preocupados, en el fondo intuían que no era algo bueno lo que había ocurrido para que salieran por la puerta principal junto con un profesor. Desde el fondo se escuchó a un gryffindor decir.- ¿Dónde vais sangre limpias?.- Seguido de una carcajada. Tras su salida todo volvió a la normalidad, volvieron los jaleos y barullos.

Slughorn cerró tras de sí la puerta y miró a los muchachos.- ¡Se puede saber que hacéis? ¡Estáis desafiando a Harry Potter, el director de la escuela...- Dijo un tanto preocupado por cual sería el destino de esos chavales si seguían así. Como representación de Slytherin tenía que preocuparse por los suyos...

Sus mandíbulas inténsamente apretadas,sus ojos oscuros y rabiosos, escuchando impotente las palabras del director, se controlaba como le era posible, pero esa asituación no era muy justa, sabía que ella tenía la razón y aún así como director protegía más que nadie a los gryffindor.Finalmente se deja llevar por su representante hacia la salida de la sala junto a sus amigos.Su cabeza cabizbaja y su mirada enfermiza perdida en algun punto del suelo expresaban que todo aquello no quedaría así.Conforme avanzaba escucha como un gryffindor osa hablarles, y además de esa forma tan irrespetuosa.Su mano no puede evitar llegar a su varita y aferrarse a ella firmemente procurando ignorar las últimas palabras escuchadas y no entrar en su estúpido juego, porque seguramente saldrían perdiendo ellos.

Cuando finalmente sale de la sala deja de aferrar su negra varita y se da la vuelta observando indignada a Slughorn.

-¡¿Se lo puede creer!? ¿¡Vió como nos tratan, como se rien de nosotros, como nos degradan a algo que realmente no somos!? ¡Dígalo profesor Slughorn, usted lo sabe mejor que nostros!- exigía que al menos su tutor les apoyara en eso.

-Y vosotros, Ian,Rebecca- miraba a cada uno conforme los nombraba-.Siento mucho que tengais que haber pasado por esto conmigo- se disculpa ante ellos acudiendo a un abrazo triple entre los tres.No le importaba hacerlo mientras fuera con los de su misma sangre y casa.Parecía que por fin se había calmada ligeramente.

Escuché a la joven y le hice una señal para que bajara un poco la voz.- Se que la situación no es agradable para slytherin, pero Harry tiene argumentos de sobra para mandar a algunos slytherin a Azkaban. Sophia yo te aprecio mucho y sé que tienes talento, pero ¡Si descubren que haces algo malo tendrán muchos pretextos para encarcelarte en Azkaban! ¡Eres la hija de una mortífaga! - Miré a todos los lados pensativo y después a cada uno de los presentes.- Decidme... ¿Qué ha pasado con el joven? ¿Dónde se encuentra?.- Nada más que eran problemas para slytherin, esto tenía que cambiar pero las numerosas palabras que tenía con Harry sabía que no servían de nada...

Estamos todos juntos en esta Sophia...dice Rebecca condescendiente con su amiga. Poco le importaba que la miraran y susurraran a sus espaldas, ya que estaba acostumbrada a ello. Y el grito del Griffindor Jaaaa...
Igualmente pensaba que tenían que meditar más sus acciones. Sophia era muy explosiva y eso podía llevar muchos problemas y habladurías innecesarias. Debían manejarse con más aplomo...ya se lo diría a su amiga cuando estuvieran solos.

No creo que esto sea un motivo valedero para enviar a alguien a Askaban, Profesor Slughorn. Sólamente estamos preocupados por nuestro amigo y exigíamos una explicación al respecto. Sólo nos contestaron con evasivas y una falta de respeto que rozaba lo lozano. Usted lo ha escuchado...dice la pequeña. Además esto no viene de ahora, y usted lo sabe, no podemos dejar que nos traten de esa manera, Profesor, estan mancillando el nombre de nuestra Casa...abriendo grandes sus ojos.

Si usted no va hacer nada creo que lo mejor sería ir a preguntarle al Sr. Filch si sabe algo de Stuart, tno creen muchachos...dirigiendose al resto.

Escucha las palabras del profesor lughorn y las de su amiga con una cálida sonrisa y con aires pensativos.

-Eso nos preguntabamos profesor Slughorn.Los alumnos gryffindor frecuentan el realizar bromas a los alumnos de nuestra pues les salen muy baratas, y tememos que Stuart haya sido víctima de una de estas- le explica con más detalle lo que podría ser una de las posibilidades de la repentina desaparición de Stuart.

-Ir a visitar a Flich no es mala idea- responde conforme a la proposición de Rebecca-.Tampoco estaría mal después el buscar en posibles lugares donde podría estar Stuart inmovilizado o inconsciente por algun hechizo de los sangre sucia, como el Armario de Escobas.También debemos recordar que todo lo que vamos a hacer es en base a que Stuart a desaparecido a razón de alguna broma pesada por parte de Gryffindor.No obstante debemos tener en cuenta que pueden haber más posibilidades culpables de su desaparación.A pesar de esto no sé porque mi intuición me dice que han sido esos gryffindor- termina diciendo esta palabra con una mueca que expresba el asco y el repudio que sentía por esta casa.No podía evitar ese tono y mostrar ese rostro cuando nombraba esa palabra, le salía de lo más profundo de su corazón.En estos momentos parecía que la Sophia alocada y psicotica desaparecía para dar lugar a una más analizadora, pensativa y deductiva.

-¿Por lo tanto hacemos eso?- finaliza los acordado con Rebecca mirando ahora a Ian para ver si opinaba algo al respecto o estaba conforme con lo decidido, realiza lo mismo con el profesor Slughorn.

Tras todo lo sucedido me mantuve en silencio para escuchar las opiniones antes de decir nada. Normalmente había visto actuar a Sophia como hiciera con el Director Potter, sin embargo pensaba que ya se le estaba yendo la olla demasiado. Conocía la historia de su difunta madre, la mortífaga Belatrix y siempre que la veía en ese estado se me pasaba por la cabeza que quizá seguiría su mismo camino. 

Quitándome esas distracciones de la cabeza, volví a prestar atención a sus palabras y añadí a su plan:

-Sin duda creo que la mejor opción sería el despacho de Filch, si no ha sido víctima de alguna broma, estoy seguro de que nuestro "querido" bedel lo habrá retenido al verlo deambular por el castillo. Aun así pienso que no deberíamos separarnos, así como que nos acompañara usted, profesor Slughorn, no considero conveniente que nosotros vayamos danzando por el castillo sin nadie que apoye nuestra búsqueda.-

Al decir esto me quedé mirando al profesor para comprobar si verdaderamente seguía siendo un defensor de la casa de Slytherin o ya había perdido toda su voluntad.

Miré extrañado el joven.-¡Pues claro que os acompañaré! ¡No he salido para dar un paseo por el castillo!.- Dije con mi característico mal humor pero sin ninguna maldad.

- Bueno, ¿Entonces? ¿Por donde empezamos a buscar?

Sophia asentía ante las palabras de Ian, observando la reacción de Slughorn.

-No esperaba menos de usted profesor Slughorn- añade abte aquella típica respuesta malhumorada a la par que ligeramente graciosa de Horace.

-Al despacho de Flich- concluye Sophia ante la última pregunta de Slughorn.