Partida Rol por web

Observo como los chicos se introducen cada vez más en las oscuras aguas del lago. Una imagen de mí mismo rodeado de agua cruza mi cabeza como un flash y retrocedo un par de pasos asaltado por un pequeño escalofrío. Recobro la compostura y con el ceño fruncido ante la explicación de los chicos, me vuelvo hacia Kaitlin. 

- Tú hermana está especialmente cariñosa contigo este año, ¿no?- observo con un deje de ironía en la voz. No es la primera vez que se la juega a Kaitlin en los pocos meses que llevamos de curso.- ¿Qué le habéis hecho este verano?

Vuelvo a mirar a los asustadizos Hufflepuff.

- Gracias, chicos. Con eso bastará- sentencio, pero no echo a andar hacia el castillo por si los demás tuvieran alguna otra pregunta que hacer. Quizás habría que preguntarles hace cuanto que le dieron el camaleón a Deirdre...

No necesité escuchar más. Negué, con incredulidad, mientras notaba un nudo en la garganta y las lágrimas acudir a mis ojos.

No entendía qué le había hecho, por qué tenía que basar su vida continuamente en joder la mía, a todos los niveles, de todas las formas posibles.

-Gracias... -dije, con un susurro ahogado, que dejaba al descubierto un ton de voz quebrado.

Miré a Leo durante unos segundos, en los que no me fue demasiado dificil transmitirle lo que sentía en aquel momento. Y, acto seguido, me di la vuelta, comenzando a caminar en dirección al colegio. Necesitaba alejarme de aquel lugar. No pensaba echarme a llorar delante de dos crios de tercero.

Carrie tenía muchas cosas que hacer y aunque en otra ocasión probablemente se hubiera negado a practicar hechizos, era consciente de que en esos momentos necesitaba mejorar si quería poder afrontar los posibles imprevistos que surgieran en el futuro así que simplemente se despidió con un gesto de Deirdre y accedió a seguir a Jackie, indicándole con un gesto que ella mandaba en esos momentos.

Leo se quedó callado durante unos segundos. El camaleón estaba ahora en manos de la desgraciada de su cuñada. Y estuvo a punto de añadir algo más cuando sintió la mano de Kait en su brazo, apartando la mirada de los chavales hacia la pelirroja, asintiendo con la cabeza.

Volvió la vista hacia los niños. Seguía serio, dedicándoles una mirada antes de abrir la boca. Es todo lo que necesitábamos saber, gracias. Dijo, de forma escueta, mirando a los demás, tanto a Eve como Kyle, y haciéndole un gesto con la cabeza para seguir a Kaitlin, quien parecía estar más desanimada después de aquella noticia. Pasó la mano por la cintura de ella, abrazándola. Encontraremos a Copérnico. Susurró al oído de Kait, y miró a Kyle, negando con la cabeza.

Ser felices, que parece que es lo que más le jode. No entiendo esa puta necesidad de estar amargando a todos los que tiene en su entorno inmediato.

Juntas llegaron a un aula vacía. Jackie colocó cinco cojines granate en el suelo, separados entre sí por pocos centímetros y después se quedó a una distancia de varios metros, con Carrie al lado.

- Me preocupan dos cosas fundamentales: que seas capaz de atacar, y sobretodo que seas capaz de protegerte. Obviamente en tu estado lanzarte hechizos potentes para que los pares no es apropiado. Por eso hoy nos centraremos en hechizos de ataque. Además, si nos preguntan siempre podemos decir que es para clase. Son deberes. Bien. El hechizo de ahora es el Reducto. Lánzalo con potencia a los cojines para hacerlos añicos desde el sitio. Por el momento será de forma estática. Luego veremos en movimiento.

A mitad de camino hacia el interior del castillo, Duncan llegó hasta ellos, sonriente y satisfecho.

- ¿Quién tiene buenas noticias?

Al ver la expresión de Kaitlin alzó una ceja pero no preguntó nada. Tan solo intercambió una mirada con Eve.

- El profesor Longbottom ha colaborado.

- ¿Te preocupa, Jackie? - preguntó con una sonrisa burlona -. Sabes que soy bastante peligrosa e incluso diría que eficiente a la hora de cuidar de mí misma... pero tienes razón. Necesito mejorar, lo que hasta ahora me ha valido no será suficiente a partir de ahora, no si las circunstancias han cambiado y hay vándalos por el colegio que pretenden envenenarnos - bromeó con tono escandalizado mientras alzaba la varita ante ella.

La mayoría de sus hechizos tuvo un efecto espectacular, excepto el penúltimo, puesto que se había confiado y había fallado sin que su reducto produjera ningún cambio en el cojín.

- No estoy tan verde.

- Nada mal.

Era obvio que confiaba en que Carrie era una más que peligrosa duelista. Sobretodo teniendo en cuenta que la creía capaz de usar las imperdonables con facilidad y casi sin pestañear. Pero no podía evitar preocuparse por ella y prepararla a conciencia, pues se encontraban en peligro aunque de momento no lo pareciese.

Desde el momento de ayer estamos en peligro. Pueden intentar dar con nosotros y si lo consiguen... debemos estar preparados.

- Bien. Ahora intentemos el desmaius. Obviamente lo haremos contra animales, porque no me apetece que me des con un hechizo tan potente.- con maestría transformó cinco tazas en cinco ratas que empezaron a moverse por encima de la mesa.- De nuevo de forma estática. Luego lo haremos contigo en movimiento.

Desde luego Jackie hizo bien al no ponerse al alcance de su varita puesto que dos de sus desmaius tiraron a las ratas contra la pared y revirtieron la transformación, dejando las dos tazas hechas añicos. Sólo una de ellas se le resistió, aunque no fue algo que le molestara; estaba satisfecha con sus otros resultados como para disgustarse por un único fallo.

Sus dedos acariciaron su varita con tranquilidad, con su mirada indiferente habitual.

- Ahora con movimiento, ¿no?

Físicamente Jackie ni se inmutó ante la gran demostración de Carrie, pero por dentro se sentía como un niño que ve la demostración de un experto en hechizos de combate.

Increíble. Cuando se toma las cosas en serio es imparable.

Volvió a mirar a Carrie cuando ésta terminó y asintió ante su pregunta.

- Así es. Será el último de los ejercicios por hoy. Si estando agotada como estás logras esto... no quiero ni imaginarme cuando estés completamente descansada. Te lanzaré un cojín que tendrás que esquivar y una vez esquivado lanzarás o bien desmaius o bien reducto a otras cinco ratas.- realizó el reparo en las tazas hechas añicos y volvió a transformarlas en roedores.- ¿preparada? Vamos allá.

Niego con la cabeza cuando Leo responde a mi pregunta. No, si está claro que a ella lo que le gusta es causar dolor a la gente de su alrededor. Sigo a mi amigos hacia el castillo notando la carga que desaparece de mis hombros al alejarme de aquel lago. 

La llegada de un sonriente Duncan con lo que avecinan ser buenas noticias me hacen contagiarme de su buen humor. Alzo una mano ante él.

- Choca, tío. ¡Eres un fenómeno! ¿Cómo se lo has vendido para que aceptase?

A pesar de la decepción con la búsqueda de Copérnico, parecía que nuestra otra y más importante tarea iba viento en popa: primero el veritaserum, ahora esto...Sencillamente perfecto. 

Duncan chocó la mano de Kyle enérgicamente y después chocó su hombro derecho con el de su amigo.

- Ya sabes, un poco de "tengo mucho interés en los secretos de Hogwarts" y un "para poder estar pendiente de quién lo usa" más el infalible "por si algún día de urgencia es necesario usarlo". No tiene mayor secreto- y le guiñó un ojo antes de levantar un dedo.- ¡ah! Y el toque final: ser yo.

Y rió divertido ante la broma.

- ¿Hacia dónde íbais? ¿Tenéis ganas de que os enseñe la sala?

- ¿Acaso lo has dudado en algún momento?- respondo extasiado, pero acto seguido me callo y miro a Kait sintiéndome algo culpable por mi arrebato de entusiasmo. Probablemente todavía esté triste por la reciente noticia y no le apetezca estar merodeando por el castillo en busca de salas de leyenda en lugar de en busca de su hermana, algo que en estos momentos para ella seguramente se vea como una opción más productiva. 

- Kait...- comienzo, dirigiéndome directamente a la afectada y poniendo especial cuidado en mis palabras, como si el mero hecho de pronunciarlas pudiera resultar doloroso.- Si queréis nos podemos dividir... Vais vosotros a buscar a Deirdre y o acompaño a Duncan a ver si encontramos la sala...

Suspiré un poco al ver la manera en la que Leo y Kyle querían sacar la información (¿Sería cosa de hombres?). Yo defendía que una sonrisa conseguía más que unos puños, pero no todo el mundo pensaba igual. Kait fue mucho más paciente, cómo yo (¿Sería cosa de mujeres?)

Cuándo los chicos se metieron hasta la cintura en el lago, mi instinto sobreprotector saltó.

- No os metáis tan al fondo, es peligroso.

Sin embargo no creía que me hubiesen escuchado, pues estaban ocupados pidiendo clemencia a Leo y Kyle (de algun modo). Kait susurró un quedo gracias y se puso rumbo al castillo. Me sentí terriblemente mal al verla tan decaída. ¿Cómo podía su propia hermana ser tan... mala? Sobretodo con alguien tan buena persona como Kaitlin.

Estaba demasiado ocupada pensando en Kaitlin y Deirdre como para darme cuenta de que Duncan se nos había acercado. No fue hasta que oí su voz que giré la cabeza (con una estúpida sonrisa, seguro). Me alegré enormemente de las noticias pero no era capaz de ser demasiado efusiva dado el estado de Kait.

- Eso es increíble. - dije al escocés dando un paso al frente, pero me detuve y miré a Kyle cuándo propuso hacer grupos. No iba a dejar a mi mejor amiga sola ante el demonio en la busca de Copérnico. Si Olviver y Deirdre aún estuvieran juntas podríamos recurrir a él, pues con él se podía hablar y podía hacer entrar en razón a la pelirroja. Sin embargo, tal y como estaba la situación ahora... Íbamos a necesitar otra estrategia - Voy contigo Kait. Hasta que no recuperemos a Copérnico no me separo de ti. - le dije apretándole el brazo con cariño.

Cerré los ojos al notar el abrazo de Leo, y dos grandes lagrimones acabaron por caer por mis mejillas. Estaba harta, sencillamente harta de no poder ser feliz por culpa de ella.

-No puedo más, Leo... - le susurré, dándole a entender que toda la vida así ya era demasiado, incluso para alguien como yo.

Justo en ese momento llegó Duncan y, lejos de sentirme mal por su efusividad, me alegré de que quitara cierto hierro al asunto. El resto no tenía culpa de que mi hermana fuera así. Ellos no merecían ser infelices sin motivo. Sonreí a Duncan, algo forzada por la situación - Buen trabajo, Duncan. Sabia que lo conseguirias. - le dije, amable pese a todo. Después miré a Kyle, cuando habló de separarnos y asenti, algo confusa- Id a con él, no os preocupéis por mi... - dije, incluyendo a Eve también en el pack, a quien dediqué una pequeña sonrisa agradecida ante su gesto.

-Yo... ni siquiera sé qué le voy a decir. - me pegué a Leo, buscando el consuelo de aquel abrazo que esta cumpliendo a las mil maravillas con su cometido. Sencillamente, me habia quedado sin palabras para mi hermana.

Y, sin deshacer aquel abrazo, continué caminando, en direccion al castillo.

-Felicidades, Duncan.- A pesar de todo, le dedicó una sonrisa amable. -Pero me temo que la sala deberá esperar más adelante, ya tenemos una ligera idea de donde está el camaleón de Kaitlin. Lo tiene Deirdre. Vamos a buscarlo.- Cuando Kyle ofreció dividir el grupo, lo miró. No pensaba que, si fuera al revés, le hiciera gracia que lo dejaran solo en aquel momento.

-Creo que deberíamos ir juntos- Y asintió a las palabras de Eve. -Duncan, vente si quieres, después iremos a ver la sala, pero esto ahora mismo corre algo de prisa- Mantuvo el abrazo sobre Kaitlin, acariciándole la espalda, para tranquilizarla, mostrarle su afecto y su apoyo, con cariño.

Y negó con la cabeza cuando Kait les dijo que fueran solos por otro lado, mirando al trío. -No te preocupes, pensaremos ahora en eso, vamos a buscarla primero- Deirdre había demostrado no tener corazón, ni con lo del año pasado, ni con lo de Oliver, ni con esto. No comprendía como alguien podía hacer algo así. No pensaba que jamás lo entendería.

A pesar de que hasta el momento le habían ido bien las pruebas aquella vez no se trataba de quedarse quieta y tomárselo con calma y el cansancio empezaba a pasarle factura. Apenas esquivó un par de los cojines y sin embargo acabó jadeando silenciosamente, intentando que no se notara el sobresfuerzo que aquello le suponía mientras intentaba alcanzar a las ratas con sus desmaius. Aunque no tuvo demasiados problemas por acertarles cuatro de las cinco veces era muy consciente de que aquello era una prueba y que en realidad era más importante esquivar los cojines que dar en el blanco con el hechizo por el simple hecho de que si la conseguían desarmar no habría posibilidad de contraatacar.

Se apoyó en la mesa del profesor respirando pesadamente, demasiado consciente de cómo la había dejado un ejercicio tan simple como aquel; patéticamente vulnerable.

- Bueno, se nota que estás cansada. Ya retomaremos esta práctica más adelante. De momento está bien así. Descansemos.- dijo con amabilidad.- ¿Qué tal estás? Después de lo de anoche...- se la veía orgullosa. Al fin y al cabo ella se había encargado de la poción y la había ejecutado tal y como quería.

- Nah. Si no os importa prefiero irme con Kyle a enseñarle la sala. Luego nos vemos y os la enseñamos a vosotros.- dijo con simpatía. Ciertamente ir en grupo a buscar un camaleón no le apetecía nada y lo veía claramente innecesario.- Vamos, Kyle. ¡Te va a encantar!

Empezó a caminar junto a Kyle por los terrenos.

- Es increíble. Cualquier cosa que necesites, ¡cualquier cosa! Nunca había visto algo así...

- Cansada - saboreó la palabra con lentitud a la par que intentaba recuperar un ritmo de respiración normal, aspirando profundamente y conteniendo el aire en sus pulmones más tiempo del necesario -. La verdad es que esperaba que a pesar de darme el alta me obligaran a guardar reposo durante un día o algo así - dijo con expresión de disgusto -. Pero nada - guardó unos segundos de silencio antes de añadir -: Buen trabajo, Jackie.

No le gustaba hablar de aquello en un lugar tan público como aquel, sabiendo que podían ser escuchadas. Y entonces lo supo. Supo lo que debía hacer en el mismo momento en el que una imagen del corro formado por gryffindors y ravenclaws vino a su cabeza.

- Tengo una idea, Jackie. Ven, sígueme.