Partida Rol por web

- Simplemente eso - Contestó, poco después de la frase de Oliver. Seguía cruzado de brazos, sin apartar la vista de él. - Mira, tío, sabes que puedes contar con nosotros para hablar y que te echaremos un cable. Pero ir a tu puto rollo no arreglará nada. - Se encogió de hombros, acabando por descruzar los brazos.

Y Leo supuso que después de haberlos encontrado allí, hablando con Carrie y Deidre la cosa no le habría ayudado demasiado. A pesar de lo que pudiera parecer desde fuera, la realidad era muy distinta. Pero era demasiado complejo como para explicarlo rápidamente o en un par de frases. - Copérnico, el camaleón de Kaitlin que has encontrado, llevaba desaparecido casi un mes. Te ahorraré los detalles, pero unos chicos de Hufflepuff nos dijeron que se lo dieron a Deirdre, y vinimos a por él. Si es verdad que ella no tenía nada que ver, alguien esta haciéndose pasar por Deirdre o Kaitlin. Y no sabemos por qué.

- Y si a eso le sumamos lo que pasó ayer... - Lo dejó en el aire, encogiéndose de hombros nuevamente.  - Aquí está pasando algo. Alguien esta de mierda hasta las rodillas, tío. Como pille al que intentó matarnos...

En aquel momento Deirdre volvió a aparecer por el pasillo. Con su gesto seguro, serio y autoritario, se dirigió hacia Oliver y Leonard.

- Bien. Al menos no tengo que buscarte por todos lados como un perro faldero.- ignoró a Leonard, tal y como venía siendo costumbre, y tiró de Oliver sin pedir permiso a nadie.-Ven. Tenemos que hablar. Seré breve. No tengo ninguna gana de estar cerca de ti.

Y se lo llevó a paso acelerado, alejándole de Leonard.

Una vez alejados, Deirdre volvió a comportarse con amabilidad e interés.

- Bien. Ya no tengo que fingir querer pegarte una paliza. Es un alivio la verdad. A lo que iba.- así era Deirdre, directa al grano, sin perder el tiempo dando rodeos.- Debo avisarte de que Leonard y compañía están haciendo redadas y que tienen pensado usar veritaserum en las personas. Entre ellas está Carrie, y no deberíamos descartar la idea de que también lo usen contigo. Solo quería avisarte. Porque como permitas que lo usen contigo todo el plan se irá al garete y fijo que los de fuera quieren nuestras cabezas. Procura tener un bezoar siempre contigo. Según Zac, si te lo tomas antes del veritaserum éste no tendrá efecto. ¿Lo has entendido? Sé cuidadoso Oliver... y no te dejes llevar por ellos, que sus intenciones no son buenas.

Zac rió por un momento, creyendo que realmente Carrie era graciosa haciendo tal broma. Pero la chica no rió junto a él, sino que encima le dio certezas sobre lo beneficioso que podría resultar aquello para todos.

Dejó de reir, y se puso bastante serio. Obviamente ceder su puesto de capitán en el equipo no entraba dentro de sus planes.

- Sabes que estás pidiendo un imposible, ¿verdad? Mi reputación se basa en ser el líder en todos sitios, Carrie. Es para lo que sirvo.- le comentó. Había dejado incluso de hacerle caricias.- Pero lo que me dices tiene mucho sentido. Y si algo me cabrea es que consigues los imposibles conmigo.- parecía molesto. Realmente creía que para el grupo y quizás también para ellos dos, sería lo más apropiado.- Esta noche lo comunicaré en la cena y mañana por la mañana se lo comentaré a Slughorn y al resto del equipo.-  echó aire por la nariz, resignado.- Ya puedes ir pensando cómo pagármelo y agradecérmelo, y te aseguro que no me valdrá con un "gracias".

Carrie hizo un esfuerzo por abrir los ojos y alzar la cabeza para mirarle directamente con seriedad.

- No tienes por qué hacerlo, Zac - por su tono de voz no cabía duda de que aquello era totalmente cierto -. Creo que sería idóneo pero no imprescindible, sabes tan bien como yo que puedo ir a donde me plazca por más prohibiciones que me pongan, lo único que me daría el puesto de capitana sería la libertad para hacerlo sin secretos. Pero me conozco demasiado bien - acabó por añadir con un deje de ironía -. Que pueda ir, por ejemplo, al baño de los prefectos de forma, digamos, legal, no quiere decir que me interese que los demás lo sepan - le dirigió una sonrisa torcida de las suyas a la par que alargaba un dedo para reseguir la línea de su mandíbula con deliberada lentitud -. Piénsalo con calma, no tienes por qué responder ahora - y dicho esto se inclinó sobre su rostro, rozando los labios de Zac con los propios -. Aunque sabes perfectamente que me lo des o no, no vas a oír un gracias por mi parte - lo cual no quería decir que Carrie no estuviera dispuesta a agradecérselo, como dio a entender el lento beso que le dio a continuación, tan lento que resultaba desesperante.

Una sonrisa se dibujó en la cara del chico ante el beso y la insinuación de Carrie. Aprovechó para apretar más a la chica hacia él y prolongó el beso.

- Prefiero otras muestras de agradecimiento a los "gracias", así que no habría problema.-bromeó, divertido.- Lo pensaré entonces con más detenimiento. Y ahora a dormir, que esta noche hay que dar el tipo en la cena de Eminencias. Relájate.

Le resultaba de lo más agradable encontrarse allí, con Carrie abrazada a él, hablando tanto de cosas serias como de cosas algo banales.

- Es extraño pero... ahora mismo no querría estar en ningún otro lugar.

- Si estuviesen haciéndose pasar por Deidre o Kaitlin, ¿cuál sería el verdadero motivo? - Dudaba mucho de que se tratase de una chiquillada como el robo del camaleón. Requería demasiado tiempo y esfuerzo como para aquello. - ¿Y por qué ellas? No había empezado a hilvanar una posible respuesta que apareció la slytherin. Por un momento se sintió incómodo y fuera de lugar. La sensación era todavía demasiado nueva para él. Por suerte o desgracia, el despreciode las palabras de su exnovia se encargó de borrarlo al instante. - Parece mutuo - comentó sin aparente importancia mientras echaba a andar detrás de ella. Con un rápido cabeceo se despidió de Leonard, indicándole que la conversación había terminado, solo por ese momento.

Mi sonrisa, esa tan característica que solo salía cuando estaba rodeada de gente como Deidre, hizo su aparición en el momento en el que dejamos a Leonard detrás. Era una mezcla de tranquilidad, picardía y compenetración. Uno de esos gestos que solo te permites mostrar entre iguales.

Dejé que terminara de hablar. Solo entonces, comenzó mi intervención. - Sé perfectamente cómo son Deidre, y quienes son mis verdaderos aliados - conforme hablaba, mi mano se elevó hasta alcanzar la suya. Manteníamos las distancias, pero nos encontrábamos lo suficientemente cerca como para que pudiese alcanzar su piel sin ningún esfuerzo. Siempre había sido especialmente atrayente: un tacto suave y agradable, mezclado con la dosis perfecta de frialdad que también impregnaba su carácter. A pesar de ser un gesto repetido tantas y tantas veces, el contacto fue superficial. Algo me frenaba, y no tardé en conocer el motivo. Por mucho que todo esto fuese una farsa, el compromiso con Carrie seguía estando allí. El recuerdo hizo que apartase la mano.

- Gracias por el aviso Dei, lo tendré en cuenta. - La pequeña batallita de los Gryffindors era importante, pero la historia de la Deidre contenía una información que todavía llamaba más mi atención. - Confían en ti - No era una pregunta, sino una afirmación. Rotunda. - Lo hacen de verdad. - Le habían confiado sus planes, ¿no era suficiente? - Es perfecto - a pesar de su aparente confianza y tranquilidad, una pequeña semillita se había instalado en su interior. Los gestos de Deidre hacia su familia (que siempre habían estado presentes) se habían incrementado notablemente. Demasiado, si debía confiar en que seguiría siendo fiel a su casa, sus amigos y sus ideales.

- ¿Tú crees Kait?- pregunto preocupado cuando hace alusión a la posible implicación de la poción multijugos. Ya sería la segunda vez que alguien se hace pasar por Kaitlin y eso huele a chamusquina. ¿Qué clase de psicópata tiene algo contra ella, si es una de las personas más dulces de Hogwarts?

-Vale, pues mejor ocho ojos que cuatro, ¿no creéis?- añado mientras repaso con la mirada todas y cada una de las baldosas del suelo bajo mis pies. Tampoco hay nada mejor que hacer mientras vuelve Leo. 

Con la conversación terminada antes de tiempo, y visto el interés que había por hablar con él, Leo se dio media vuelta sin decir mucho más. -Hasta luego- Se despidió, y marchó pasillo adelante, un busca de los demás.

- De acuerdo. Tenía que avisarte aún así. Mejor estar prevenidos.

Lo curioso quizás para Oliver fue que Deirdre no reaccionó cuando sujetó su mano. Era como si no lo hubiera notado, o como si no hubiera querido notarlo. Ni siquiera cambió su expresión dura.

- Y claro que se lo han tragado. Son demasiado ilusos, aunque también debería darme algo de mérito...

Empezó a alejarse, camino de la sala común nuevamente.

- Nos vemos Oliver.

Cuando Leo regresó con las chicas al poco tiempo, se encontró con que Duncan y Kyle las ayudaban a buscar cosas por esa zona. Realmente no encontraban más que telas de araña por las esquinas y en las zonas iluminadas no había nada de nada.

Duncan:- ¡Ya llegó!- parecía aliviado por poder dejar de buscar.- Me estaba dejando la espalda.- Llegó a Leo y le dio una palmada en la espalda.- ¡Llegas justo a tiempo! Kyle tiene algo que enseñaros. ¿Preparados para alucinar?

Observé en silencio cada reacción de Deidre. Su indiferencia no me sorprendía, pero sí me molestaba. Aun así, decidí dejárselo pasar. Una vez que desapareció de mi radio de visión yo también me di la vuelta e inicié mi camino. No tardé en llegar al punto donde, hasta hacía unos minutos, había estado con Leonard. Ahora estaba vacío.

Se presentaba ante mi un precioso rato que debía llenar con algún entretenimiento. No tenía ganas de meterme en las estúpidas 'aventuras' de Leonard y Kaitlin, pero tampoco me podía permitir ir a la Sala Común. El horno no estaba para bollos entre los slytherins. Solo me quedaba Katherine. La aparición de su nombre me robó una pequeña sonrisa y, sin más dilación me dirigí hacia el puente en el que nos habíamos dado cita. Con un poco de suerte ya estaría allí.

- Pondría la mano en el fuego que no ha sido Deirdre. - dije ante la incredulidad de Kyle, aunque era un acto de fe ya que todo apuntaba a lo contrario. Sin embargo estaba convencida de que Deirdre no mentía. - No sé como, quién, ni porqué pero alguien está empeñado en destrozar la de vida de Kait, Deirdre o ambas y llevarse por el camino tantas víctimas como sea posible. 

Aunque yo ya había dado por sentado que no había nada en el lugar, no repliqué ante la ayuda de los chicos. Tal vez ellos vieran alg que nosotras no... o no. Para cuándo llegó Leo seguíamos igual que cuando empezamos. Si dijese que no me emocioné ante las palabras de Duncan, mentiría. 

- Yo estoy lista. Adelante, enseña, enseña!

- Pues a mí no me importaría estar en la playa - dijo dejándose caer a su lado y cerrando los ojos de forma inmediata, exhausta a pesar de la muestra de "agradecimiento" que acaba de perpetrar -. Pero no está nada mal, eso debo reconocértelo - admitió con tranquilidad antes de abrazarse a él con extrañeza. Nunca había dormido abrazada a nadie, ni cuando era pequeña y por algún motivo le parecía emocionante -. Buenas noches, Zac.

- Coño los habéis encontrado - Se sorprendió, al ver a las chicas allí, con Duncan y Kyle. Le devolvió el gesto a Duncan a modo de saludo, palmeándole el costado un par de veces. - ¿Qué pasa, tío? -  Miró a Kyle, cuando Duncan dijo que tenía algo que enseñarles. - Siempre estoy listo -  Comentó, esperando a Kyle.

- ¿Habéis estado buscando donde estaba Copérnico? ¿Encontrasteis algo? Tíos... me vais a llamar paranoico, pero a mí hay mogollón de cosas que no me cuadran. Acabó por decir, mientras se ponía junto a Kait, y le ponía la mano en la espalda, acariciándola a modo de silencioso saludo.

-Hola cielo.... - sonrei, al ver que Leo ya estaba alli. Lo que me sorprendieron fueron dos cosas: que hubiera tardado tan poco, y que viniera solo. Pensaba que habría hablado con Oliver y que se habría subido al carro. - ¿Ha ido todo bien? ¿Dónde está Oliver? - pregunte, extrañada, mirando a Leo con curiosidad.

Escuche la afirmación de Eve sobre aquel "complot" y después escuché a Leo hablar de paranoia y de que las cosas no cuadraban. Y, lo menos que pude hacer fue sonreir, negando, mirándolos a ambos alternativamente: ¿Paranoia? Leo, para mi nada de esto tiene sentido... Es todo tan raro que ya no sé qué pensar... ¿Por qué dices que las cosas no te cuadran? - le pregunté entonces, dejando un beso en su mejilla cuando me acaricio la espalda. -No hemos encontrado nada, pero Kyle va a llevarnos a la Sala. - dije, señalando al pelirrojo, esperando para iniciar la marcha y que pudieramos ir hablando por el camino.

- Venga, ¡vamos!

Empezaron a caminar hacia el séptimo piso con paso rápido. Duncan sujetaba de la mano a Eve mientras iba comentándoles las instrucciones a seguir, probablemente para ganar tiempo.

- Al principio no veréis nada. Ni puertas, ni ventanas... solo pared. Entonces tendréis que pasar tres veces, muy concentrados en lo que necesitáis por la zona. Solo entonces la sala se abrirá y permitirá el paso. Es evidente que todos necesitamos pensar lo mismo para que la puerta nos dé paso. Así que he pensado que lo de Kyle sería una excelente sala. Kyle, ¿por qué no nos cuentas en qué pensaste exactamente? ¡Ah, sí! Y otra cosa, con ir de grupos de tres en tres no hace falta que todos paseemos. Simplemente uno de ellos mientras los otros dos miran.

Escuché con atención la explicación de Duncan. La magia nunca dejaría de sorprenderme.

​- Que manera más curiosa de entrar. ¿Y de verdad aparece lo que necesites? ¿Sea lo que sea lo que estás pensando? - esa sala era increínle, podría salvarte la vida si así lo requirieses.

Posiblemente una persona con una mente más retorcida estaría pensando en como probar los límites de la sala y como usarla de manera egoísta, pero a mí algo así ni siquiera se me planteaba.

Entonces, Kyle piensa y nosotros esperamos. ¡Me muero de ganas de ver lo que hay dentro! - dije emocionada mientras apretaba la mano de Duncan con más fuerza.

De camino a la sala respondo a la pregunta de Duncan.

- Pues,la verdad que me vino a la cabeza una de esas películas muggles en las que los caballeros se sientan a una mesa redonda para deliberar y planear sus batallas -explico algo avergonzado por la simplicidad y quizás lo absurdo de mi idea.- Y bueno, decidí pedir una especie de guarida y... es mejor que lo veáis. Explicarlo con palabras es algo difícil.- concluyo, cuando el trozo de pared del pasillo del séptimo piso aparece ante nosotros.

- Ya veréis.- digo, adelantándome unos pasos para separarme del grupo y repetir el proceso que había hecho antes con Duncan. Paso una, dos, tres veces por delante del aparentemente desnudo trozo de pared murmurando las palabras Quiero una guarida. A la tercera vez, me planto en el sitio y espero a que la puerta se muestre ante nosotros. Cuando lo hace, miro hacia el resto y con un gesto de la barbilla les invito a hacer los honores. 

- Adelante. Abridla.