Partida Rol por web

Qué mala pata. Ya sabía yo que el hechizo me iba a salir mal. Pero el primer día, y encima era el único de mi casa que había fallado. Debería sentirme bien porque todos mis compañeros lo hubieran hecho bien, pero no era del todo así. De aquí a final de curso seguro que todos llevaban sus TIMOS de sobra, y yo seguía con dificultad para esas cosas...

En fin, habría que aguantar la bronca.

Me despido con un gesto de mis compañeros y tras recoger todas mis cosas me adelanto a la mesa de la profesora, devolviendole la misma mirada que me hace a Scarlet.

El rostro de Madelain había cambiado. De la alegre expresión por volver a utilizar la magia a otro que no era ni de enojo ni de tristeza sino más bien de inquietud, de duda. Ella no estaba acostumbrada a quedarse después de clase ni a fallar los hechizos, no sabía qué le había ocurrido.

Justo en ese momento que quería tener mucho tiempo libre, y no tenía la menor idea de qué podía darles esa mujer para hacer. Se quedó entonces en su lugar y en silencio, esperando que la liberaran rápido. Lo único bueno sería poder practicar fuera del horario de clases, pero lo veía poco probable. Seguro le daban alguna inútil tarea escrita para hacer.

Espera que todos salgan de la clase, salvo los 4 que han fallado sus hechizos. Cuando se quedan solos, se levanta y les mira.

-Como se que les gusta hacer trabajos teóricos... me harán una disertación sobre este hechizo. De no menos de 5 páginas, con buena caligrafía. Puntuaré tanto el contenido como la presentación... si veo una sola mancha de tinta, estarán suspendidos.

Les hace un gesto con la mano.

-Pueden ir con sus compañeros.

Scarlet asintió y lo anotó, sabía que no se olvidaría, pero quería asegurarse. Anotó todos los requisitos del trabajo y  fue haciendo una lista mental de todos los libros que podría mirar y consultar en la biblioteca. Esperó que no le mandasen demasiados deberes para el día para poder realizar un buen trabajo.

Recogió sus cosas en silencio.

-Ha-hasta mañana, profesora Fiore...-se despidió con voz débil.

Se puso la mochila al hombro y salió del aula.

Escribir sobre un hechizo en lugar de practicarlo. Típico. La única lógica que le encuentro a esta formación tan deficiente de magos y brujas es el temor a que salga uno lo suficientemente poderoso como para oponerse al sistema. Creo que deberé saltarme algunas normas si pretendo aprender realmente a utilizar mi poder.

Cuando la profesora nos permite retirarnos tomo mis cosas y comienzo a caminar hacia la clase de pociones.

Imito a mi compañera y tomo nota de todo lo que dice la profesora. Seguramente me acordase de todo lo que había dicho. El problema es que quizás se me olvidara hacerlo, y si lo tenía apuntado era menos problable.

Encima con buena letra y sin manchas... Era un colegio de Magia, no uno de señoritas cursis donde se practicaba la caligrafía y se hacían tapetes de encaje*.

Hago un gesto con la cabeza a modo de despedida (cualquiera se movía sin despedirse primero) pero no me veo como para decir algo. Conociéndome puede que incluso la cagara más. Camino lentamente hacia la siguiente clase. No me iba a distraer que un castigo al día era más que suficiente.

POCIONES

Situada en una de las mazmorras, oscura y húmeda, recibe a los alumnos justo cuando acaba la primera clase. A pesar de la fama que esa asignatura pudiese tener en tiempos anteriores, ahora es una de las clases que más gusta a los alumnos, porque, aunque el profesor da algo de miedo, se aprenden cosas realmente interesantes y no es tan malo como su aspecto puede dar a entender.

La clase está oscura, como siempre ha estado, para conservar las pociones y los ingredientes a salvo del sol, aunque el tema de la humedad ya es más complicado. Los fuegos de las hogueras aun están calientes y las brasas brillan en medio de esa oscura sala, dándoles la bienvenida a un ambiente algo sofocante.

El profesor está sentado sobre la mesa, con las piernas cruzadas y con la lánguida mano extendida hacia los alumnos que esperan en la puerta.

-Pasad, pasad... no perdamos más el tiempo.

Madelain se movía con gran destreza y velocidad por los pasillos, buscando evitar a los niños de primero que iban de un lado al otro a toda velocidad pero sin saber en realidad a dónde.

Sería mucho más sencillo para ellos si tan solo preguntaran. Qué pena que algunos tengan tantos problemas para preguntar lo que no saben.

A pesar de haberse quedado más tiempo en la clase de encantamientos para recibir su castigo, llegó con tiempo de sobra para la clase siguiente, la de pociones.

Si bien a la mayoría de los alumnos les gustaba esa clase, no era el caso de Madelian. A ella le gustaban las clases en las que pudiera utilizar su varita para hacer magia. De todos modos se esmeraba y era buena con las pociones porque las consideraba muy útiles, aunque lo cierto es que prepararlas la aburría, sentía que era como cocinar.

Cuando el profesor les dio vía libre para pasar, ella se sentó donde se sentaba todos los años y sin perder un instante preparó todo el equipo que sin dudas iba a necesitar.

Entro en la clase con el aliento más fuera de los pulmones que dentro. Estaba resultado muy duro esto de dejar de ser alguien solitario y  pragmático, además lo de las emociones resultaba complicado.

La clase de pociones me encanta, la alquimia en todas sus formas es lo que más me apasiona, la cantidad de magia que hay en el mundo es ingente, aunque nos vendiesen la idea de que era finita. 

Como es habitual en mi, me siento en primera linea, entre otras cosas porque las luces y sombras arrojadas por los braseros eran mala iluminación para ver las anotaciones de la pizarra.

Entra detr más de Spencer, también casi sin aliento, tuvieron que correr un poco para llegar a tiempo. No pudo hablar con Ashton al final.

Bueno...en el descanso hablaré con él.

Se sentó al lado de Spencer y sacó su material. Sonrió al chico, que tenía las mejillas algo encendidas a causa de la carrera, pero no tanto como ella. Nadie se pone nunca tan rojo como ella; y encima, la humedad y calor del aula no ayudaban. Se deshizo la coleta y volvió a recogérsela más alta y fuerte; acto seguido se abanicó un poco con la mano, para evitar un poco el calor y se remangó la túnica hasta los codos.

Le gustaba mucho la clase de Pociones, pero no soportaba la alta temperatura que hacía en el aula, siempre salía con las mejillas encendidas, sed y, cuando era verano, sudando. Además, se le encrespaba un poco el pelo a causa de la humedad, pero eso no le importaba tanto.

Resopló un poco y sacó todo el material necesario para la asignatura.

Espero que esta clase me vaya mejor...

Casi llegó tarde también a aquella clase, sin embargo una carrera final, sin tropezones esta vez, le sirvió para entrar en el último minuto al salón.  La mayoría de los lugares se hallaban ya ocupados así que se sentó donde pudo más que donde quiso.  Colocó uno de sus libros sobre la mesa, su varita a un lado de este y buscó los elementos que supuso necesitaría en uno de los viejos anaqueles.  Con cuidado los depositó sobre su mesa de trabajo y esperó las instrucciones del profesor.

Henri llegó a clase de pociones y como de costumbre se sentó al final de la clase, cerca de la salida y lejos del profesor. Llegó corriendo junto con sus compañeros, habían tenido que correr muy poco así que Henri apenas lo había notado pero Spencer y Scarlet parecían destrozados.

A ver si esta vez paso desapercibido de verdad. Espero que no les haya dado a todos los profesores por tocar las narices hoy.

A veces esta clase es más tranquila. Si nos dejan a nuestro aire, quizás nos repongamos de la purga que nos han hecho en Encantamientos. Me pregunto que utilidad tendrá ese hechizo, si no es confundir a los que que conjuran y a los que están alrededor. Quizás...

- Buenos días, profesor - saluda

Comienza a apuntar algunas ideas que le surgen después, cuando comienza a asimilar el conocimiento de las clases. Esas ideas fugaces que enseguida se escapaban de la memoria. Se sienta y escribe, aguardando a que el profesor dé el comienzo de la clase.

Voy corriendo hacia la clase. Ya me habían castigado en la otra, lo mejor sería ponerme las pilas. Claro que odiaba Pociones, la odiaba con todo mi alma. Sólo había que ver el aula para ver que aquella no era una buena asignatura. No había ni ventanas allí.

Pero bueno, seguro que no me iba peor que la hora anterior. 

Miro a mi alrededor. Henri se había sentado en el fondo y en una esquina. Táctica perfecta. Si me sentaba a su lado y me cubría con un libro a lo mejor hasta no me veía si la liaba mucho.

- ¿Qué habéis hecho en el cambio? Yo ya tengo una redacción y ganas de volverme a casa. Un buen primer día vamos. - digo mientras me siento a su lado.

-Bien, ya estamos todos. Sentaos por parejas... os propongo un juego para animar el primer día de clase.

El profesor se ve animado y dispuesto a hacer lo que mejor se le da, preparar pociones y enseñar a hacerlo. Con un movimiento de la varita coloca sobre una mesa auxiliar bastantes ingredientes que estaban antes en las estanterías de la clase.

-Tenéis 2 horas para hacer una poción, por parejas. Quien mejor la haga, se llevará un premio. Pero si me hacéis una poción fácil de primero o segundo no podréis optar al premio... cuanto más nivel tenga la poción más os tendré en consideración. ¿Queda todo claro?

Miro inmediatamente a Scarlet y le sonrió de oreja a oreja. Le tiendo la mano. Jones siempre había sido extravagante, eso contribuía a que me gustase la clase.

-Señorita, ¿Me concede este baile?-Notaba que se me subían los calores, pero con los fuegos de los calderos y la carrera previa lo raro era que no estuviese aun enrojecido. 

Era la ocasión perfecta para disponer libremente de cualquier ingrediente que quisiéramos de los almanaques. Había muchas posibilidades, pero además había que hacerlas bien.

Tenia que ser una poción que se pudiese completar en dos horas. Eso descartaba a la suerte embotellada, aunque podríamos prepararla, hasta dentro de seis meses no sería útil. El Veritaserum también requería de un mes para su elaboración.

"Piensa, piensa, ¿Que se puede hacer en dos horas de tercero o más?".  No recordaba nada que pudiese ser realmente impresionante.

La otra mano se desliza dentro de su túnica en busca de su cuaderno de apuntes personales.

-Por supuesto.-le sonrió-Vamos a ver que po-podemos hacer.

Scarlet se acercó a la mesa de ingredientes y evaluó cual podrían hacer. La mayoría de pociones con un mínimo de complejidad requerían bastante tiempo para realizarla, y seguro que tanto ella como Spencer estaban pensando, como mínimo, en las pociones iniciales de cuarto curso. Ambos podían, seguro que trabajarían genial en equipo.

Tal vez...

-¿Qué te parece la poción a-agudizadora del ingenio? No requiere mu-mucho tiempo de preparación y no es de primero ni de segundo...-le propuso al chico