Donde se recibe una oferta difícil de rechazar y se inicia un largo viaje.
Sorprendido por la casualidad de verse frente a la misma puerta que el hombre y la chica con los que había coincidido desde la entrada del edificio, George se mesó el cabello aún humedecido con su zurda, gesto que hacía inconscientemente en situaciones que le incomodaban.
-Vaya, parece que debe haber algún tipo de confusión, porque tengo una reunión en cinco minutos con el Sr. Walnut- comentó dirigiéndose a los otros dos y dedicándoles una de sus más afables sonrisas, gesto que, junto a sus penetrantes ojos verdegrises, le daba un semblante de persona de confianza -Espero no ser motivo para que les hagan esperar en demasía.- Y mientras decía estas últimas palabras, picó un par de veces a la puerta.
De alguna manera no tenía ninguna importancia. Los tres esperando ante las puertas, los tres citados quizá a la vez.
La chica frágil y el hombre atildado eran una rareza más, al igual que la situación y la extraña decoración.
Por ello, le sorprendió escuchar al hombrecillo hablar dirigiéndose a ellos como si de verdad existieran para él y no fueran algo accesorio a la situación.
Atisbó la sonrisa y ademanes desenvueltos del hombre en un muy lejano segundo plano, totalmente ajeno a él y sin pensar en mucho más respondió:
-No se preocupe, no lo será.
Y un rato después:
-Creo que no es el único citado aquí en cinco minutos.
Y continuó observando la puerta con toda concentración.
Distraida y con la mirada perdida en el infinito, Melinda se dejaba llevar por el monotono repicar de lluvia sobre el techo del vehiculo. Para cualquiera que la observara resultaría obvio que estaba nerviosa, aunque ella misma se negara a admitirlo. Sus dedos tamborileaban nerviosos, cuando no martilleaba su zaparo contra el asiento del conductor o sus dedos recorrian nerviosos el asiento.
Cuando salió del Taxi aun seguia lloviendo. Abrió su paraguas, uno estampado de vivos colores, el cual contrastaba con el dia triste y gris.
Mientras bajaba por la calle se sacó su block de notas y echo un vistazo a la dirección. Continuó hasta un edificio el cual cuyo logo era una especie de embrión humanoide que muerde su propia cola. Ceró el paraguas, y entro en el edificio.
Le llamó la atención el cambio la paz y la tranquilidad que reinaba aqui dentro contrastaba con el ruido y las prisas que tenían lugar ahí fuera. No pudo evitar fijarse en la decoración mientras sus pasos la dirigian hasta la mesa redonda, detras de la cual una secretaria cn un sobrio vestido azul con el mismo logo que había en la entrada sobre su pecho.
Hola, tengo una cita con el señor James Walnut, me puede decir donde debo dirigirme? - La pregunta fué respondida de forma breve y concisa. A su alrededor trajeados subian y bajaban, yendo de un lado para otro. Se dirigió a uno de los ascensores y tras picar la planta veintidos no puede evitar fijarse en las otras dos personas que se han subido con ella.
Cuando todos acaban delante de la doble puerta final, no le sorprende.
- Parece que todos tenemos una cita.- Dijo más por amabilidad ue por otra cosa
Satisfecha la cordialidad, la mujer volvió a sus quehaceres. Los tres visitantes se movieron titubeantes, encontrando cada uno su lugar. Los minutos no fueron tan pocos como se había prometido, y rápidamente el ambiente se volvió inquietante. Con la secretaria dedicada a sus asuntos, sólo los demás visitantes podían hacer transcurrir el tiempo de manera más liviana.
Sentado en uno de los exquisitos sofás de piel de la fría sala de espera, George cruzó las piernas mientras repasaba visualmente la estancia. Los cuadros abstractos que decoraban las paredes, las revistas científicas apiladas en unas minimalista mesita de cristal, y la bella y estirada recepcionista al fondo de un pequeño pasillo. Todo sumergido en una tranquila y relajante música chill-out en el hilo musical creaba una sensación de perfecta e incómoda armonía.
Y, finalmente, los extraños compañeros con los que compartía estancia.
Apretándose las sudorosas manos, rompió la incomodidad de la situación, más por deformación profesional que por voluntad propia.
- Parece que al final nos ha tocado esperar a todos. Discúlpenme si antes he parecido algo seco cuando les he comentado mi cita. Mi nombre es George - Dijo mientras ofrecía su mano al hombre sin acabar de levantarse del todo, para acto seguido ofrecérsela a la chica.
Y sin dar prácticamente tiempo a responderle, añadió - ¿Conocen entonces ustedes al señor Walnut?
La ansiedad va remitiendo.
Sea lo que sea lo que va a pasar no será justo a ahora y, por lo que parece, tampoco hay que preocuparse por las dos personas que parece que han sido citadas a la vez y quizá estén en mi misma situación.
La verdad es que me siento mal por haber sido tan brusco en el primer encuentro.
La desesperación te vuelve egoísta, depredador.. Ni siquiera quería que entraran en esta sala, al menos no antes que yo.
No soy así - me digo con sorpresa (creo no ser así, dice un pensamiento asustado desde el fondo del cerebro, pero...) -, no soy así..
Y los veo con claridad por primera vez desde que nos cruzamos.
Con una ligera sonrisa y un carraspeo contesto a la pregunta de George:
- No, a decir verdad no le conozco personalmente. Simplemente hablamos por teléfono. Me llamo Andrew Rosemberg, encantado de conocerles.
La música me pone nervioso, si es sensación de calma lo que querían transmitir, conmigo no lo han conseguido. Este no es el ambiente donde normalmente vengo como invitado, es uno de los ambientes donde trabajo, y por lo que veo, aquí también trabajan discretamente muchos compañeros del gremio.
Utilizando todo el tacto del que dispongo, pregunto:
-Díganme, ¿el Sr.Walmut también se puso en contacto con ustedes?
En cierta forma, espero que la espuesta sea afirmativa. Que les hayan ofrecido un tratamiento, lo cual, pese a ser horrible, sería también tranquilizador. No será tan descabellado si más personas se han interesado en él, ¿verdad?
Cita:
La pregunta no la cogía por sorpresa, seguía el mismo cauce que si le hubiera preguntado por el tiempo. Se relajó un poco .
-No, no lo conozco. Yo también recibi una llamada suya, invitandome a esta cita
Ajena a la conversación, la recepcionista atiende una llamada.
- Despacho del señor Walnut... sí... sí... sí. Ya veo. Sí. No, el señor Walnut no ha autorizado eso. Estoy segura. Si Dexter Zsalz hubiera dado una orden en ese sentido el señor Walnut nos lo habría comunicado - la joven teclea algo en su ordenador - No, aquí tampoco consta. Deberían ser más cuidadosos al leer las obligaciones de los receptores de nuestras ayudas de investigación. Claro que puede quejarse, pero no molestará al señor Walnut para eso. Le paso con nuestro Departamento de quejas y sugerencias...
La llamada concluye con un firme golpe en una tecla del ordenador. Después la joven sonríe como si viera a las personas en la sala de espera por primera vez y vuelve a sus asuntos.
-Entonces quizá..., disculpen mi brusquedad, quizá... En fin, he venido porque mi hija tiene cáncer y malos pronósticos. El Sr. Walnut nos ofreció un tratamiento alternativo, ¿es su caso?, ¿han oído hablar de este nuevo tratamiento?. Me he informado sobre la empresa, pero lo poco que explican sobre sus nuevas terapias no me ha aclarado nada...
Les miro expectante. No me gusta hablar de lo de Laurie, pero ya me he dado cuenta que en esta enfermedad la información lo es todo.
La información y la suerte.
¿Quién de nosotros tres es el afortunado?
-Vaya, también yo estoy interesado en dicho tratamiento del cual nada conozco todavía, para un familiar. Supongo que será también su caso Srta... Perdón, creo que todavía no nos ha dicho su nombre. - Comenta George mientras toma nota mental de la conversación de la recepcionista. Toda información relacionada con el tal Walnut es importante, ya que no le gusta sentirse tan con las manos vacías antes de enfrentarse a una persona, y más cuando hay tanto interés de por medio.
El teléfono vuelve a sonar.
- Despacho del señor Walnut. ¡Oh, hola señor Zsalz! Sí, Terry bien, gracias por preguntar... ¿Qué? oh, sí, muy puntuales. No, no han pasado. El señor Walnut está hablando con nuestros inversores en Europa... ¿Cómo dice? ¿Está usted seguro señor Zsalz?... muy bien, como quiera.
La mujer cuelga y después de pensárselo un par de segundos, marca una tecla. Espera un poco y finalmente habla:
- Señor Walnut, perdone que le moleste pero el señor Zsalz quiere que vea a sus invitados ahora mismo. Ya están esperando. Sí, lo sé señor Walnut, se lo dije pero insistió.
La mujer se muerde el labio de forma nerviosa.
Pasa un segundo. Luego otro.
- Como quiera, señor Walnut.
Cuelga, mira hacia los tres visitantes y dice:
- El señor Walnut estará encantado de recibirles ahora mismo y les pide disculpas por la espera.
La chica parecía a punto de decir algo, quizás responder a la pregunta cuando en ese momento....
Cita:
- El señor Walnut estará encantado de recibirles ahora mismo y les pide disculpas por la espera.
La chica les miró nerviosa, y luego a la recepcionista, y mientras daba un primer paso.- Gracias,.- Dijo a la secretaria.
Se giró hacia sus compañeros- yo tambien tengo alguien muy cercano con cancer, se...se esta muriendo.- Y sus ojos se humedecieron un poco
Tomo y aprieto brevemente el brazo de la joven al tiempo que, abarcando a los dos con la mirada, comienzo a caminar hacia la puerta diciendo:
-Vamos, es hora de escuchar la oferta que puede cambiar nuestras vidas.
De verdad que espero que así sea.
El despacho del señor Walnut es un llamativo contrapunto. Situado en cualquier otra empresa pasaría inadvertido, pero en una decoración austera y postmoderna como el edificio de EMB el despacho de Walnut parece mucho más lujoso y recargado.
El propio señor Walnut parece estar de más aquí, como si el despacho se le quedara pequeño. No es tanto por su aspecto, bastante mundano, sino por su actitud y modos, indicando que sería capaz de comerse el mundo si fuera necesario. Mientras sale de su mesa saluda a los recién llegados:
- Bienvenidos señores… y señorita – Walnut hace un ademán con la cabeza – espero que disculpen que les cite a los tres a la vez, pero la oferta que el señor Zsalz quiere transmitirles es idéntica y pensé que era bueno que se conocieran.
Podéis hacer tiradas de Medicina o Saber (Biología) si queréis ojear los dossieres. La CD es 18.
Toda esa fastuosidad orquestada por ese pictoresco e inquisitivo individuo, hacía sonreir internamente a George. Un clásico en las posiciones de poder para crear un ambiente de superioridad e intimidante. Pero mientras escuchaba las palabras de Walnut, la impetuosidad de los motivos de su visita empezaba a coger cada vez más el control de sus sentidos.
De las palabras del hombre, lo que él quería obtener era quién cortaba realmente el bacalao, y el precio que había que pagar por la 'cura milagrosa'.
Con un súbito cambio de carácter y pérdida de control de los que últimamente hacía gala, dijo elevando un poco más de la cuenta el tono:
-Sí, sí, esto está muy bien Sr. Walnut, pero ¿qué es lo que pone en estos papeles? ¿Es peligroso este tratamiento experimental? ¿Por qué nosotros? Y, sobre todo, ¿qué quieren a cambio?
Tirada: 1d20(+8)
Motivo: Averiguar Intenciones
Resultado: 5(+8)=13
Al haberle llamado la atención el comentario de la fundación de la empresa sobre Zsalz, tiro 'Averiguar Intenciones +8' para saber si el tipo se siente incómodo de algún modo en su realción para con el dueño.
El hombre trajeado había expresado bien sus dudas. Ella había decidido seguir callada, escuchando y estudiando la situación. No podía negar que la oferta era tentadora, pero ¿cual era el precio? nadie daba nada por nada, y en una empresa tan importante que todo se basaba en los números, seguro que el precio a pagar no sería moco de pavo....
Para tí, Walnut está más incómodo con esta situación que con el dueño. Parece como si le enojase estar en estos "business".
¿Es cosa mía o en tu hoja de personaje no se ven las Dotes?
Walnut traga saliva.
- Estos papeles son nuestra garantía de que el medicamento funciona. Si lo desean, pueden coger este teléfono y llamar a alguien de su confianza que entienda de análisis clínicos. Coincidirá con lo que les digo. Una vez estén seguros de que lo que decimos es cierto, el señor Zsalz les explicará en persona lo que quiere de ustedes.