Partida Rol por web

Todo está como siempre. Parece como si el mundo siguiera igual. No, el mundo sigue igual. Siempre sigue igual. Somos nosotros los que cambiamos nuestra perspectiva.

El edificio de la empresa de Zsalz se muestra tan gargantuesco como siempre. En recepción retienen a los tres investigadores unos minutos, pero a partir de ahí todo se desarrolla rápidamente. Parece que Zsalz tiene tantas ganas de hablar como ellos.

La recepcionista de Zsalz les saluda cordialmente y les invita a pasar, prometiendo llevarles de inmediato un desayuno al despacho. Dentro el despacho se encuentra tal cual lo vieron la última vez, solamente que el hombre de negocios se acerca apresuradamente hasta ellos y les estrecha las manos con todas sus fuerzas, como aguardando buenas nuevas.

- ¿Y bien? - pregunta.

La cara de Melinda era todo un poema.

No se como empezar o cual es la mejor forma de hacerlo. Quizás la mejor forma es decirlo sin tapujos. 

Un Dexter Zsalz y un Arnold Keller de una realidad alternativa se han llevado al niño. 

    
Ahora  el niño esta  robó el Zsalz del otro lado, osea, que se podría decir que de alguna forma el niño sigue estando con usted, el niño esta con su padre aunque al mismo tiempo no es su padre. La verdad es que todo este asunto es una atentica mierda.

Este asunto es para volverse loca

Zsalz se queda mirando atónito durante apenas un segundo, y después empieza a hablar en voz baja, como si fuera para sí. Era casi como oírlo pensar:

- La máquina. Claro, eso lo explicaría todo... ¿Cómo he podido ser tan estúpido? Pensé que la habíamos inutilizado, pero en aquél tiempo había dejado de preocuparme por esas cosas, solamente pensaba en ella y en nuestro futuro juntos... es razonable pensar que en algún otro lugar una versión paralela de mi hijo falleciese, y mi otro yo, habiendo creado también la máquina, la sincronizase para llegar a otro lugar donde robar a otro que le reemplazase... ¿Cómo fui... fue capaz de algo así? Bueno, tiene cierto sentido...

Después parece reparar en vuestra presencia de nuevo, y dice:

- Que mi hijo me fuera arrebatado fue fruto del puro azar. El ladrón pudo haber ido a parar a cualquier otra realidad alternativa y vino aquí...

Dexter Zsalz se giró hacia la ventana, bebió un trago de agua y, todavía mirando hacia ella, dijo en un tono más contenido:

- Un hijo no debería estar separado de su padre. Ustedes ven... factible... ¿traérmelo? Les daría lo que quisieran. Cualquier cosa.

Quizás le parezca materialista, pero nada mas lejos de la verdad. - Se quedó pensativa durante unos instantes antes de continuar.

Terminemos primero el primer acuerdo, denos la cura y luego podemos hablar. No se los otros, pero esta historia me ha hecho ver y valorar más aun lo que tenemos y lo precioso que es el tiempo que tenemos... Hecho de menos a los mios, Mi hermana debe estar preoucpada hace mucho que no sabe de mi.

Zsalz mira fijamente a Melinda.

- Entiendo. Tienen ustedes razón, un trato es un trato. Haré las gestiones.

Dexter coge el teléfono y empieza a hablar con el Sr. Walnut, su segundo al mando. Es una conversación bastante larga, pero Zsalz no se oculta para mantenerla, sencillamente se abstrae de lo que le rodea.

George se mantuvo callado. Primero antes de llegar al edificio, pensando en cómo habían llegado a todo aquello. Luego mientras subían por el ominoso ascensor, mirando sin ver. Y finalmente mientras Melinda decía por su boca lo que las de Andrew y la suya callaban.

La petición de Zsalz no le sorprendió, pero su pasividad sí. Era normal que quisiera a su hijo por encima de todo, al fin y al cabo, George estaba acostumbrado a tratar con este tipo de personas. Pero la reacción sobre la máquina... Parecía no entender o preocuparle lo que conllevaba todo aquello, era un problema a escala...no se...¿mundial? No, peor, ¡dimensional!

No se que esperaba al contarle el ausnto a Zsalz, para George éste era el final del camino, hasta donde podía vislumbrar, preveer. De hecho, conocer lo que los tres habáin descubierto hacía que se planteara si su vida podría volver a ser normal...

Su padre, el hijo de Zsalz...somo personas, está claro, pero esto...es más grande...

Además, ¿es que no les había escuchado? ¡Habían roto la máquina joder!

Miró fijamente al hombre y esperó a que acabase de llamar para enfrentarlo, no acababa de entender nada de todo esto.

George analizó a Zsalz. En cierto modo se comportaba de forma coherente consigo mismo. Era un científico, se había abstraído de los detalles y trataba de analizar la ecuación por partes, despejar incógnitas parciales. Lo único que George podría asegurar es que Zsalz haría lo posible por tener a su hijo de nuevo aquí, se lo trajeran ellos u otros.

George sale de su ensimismamiento de golpe y pone la mano en el auricular del teléfono de Zsalz mientras le ayuda a apartarlo suavemente:

- No, no lo ha entendido Sr. Zsalz, la máquina...¡La máquina está rota joder! ¡Esto es muy grande, más que nosotros o su hijo! 

Esto había llegado a su clímax, y acabaría pronto, para bien o para mal

Para poder ir a recoger a su hijo se necesitaría una nueva máquina, y supongo que eso llevaría años, para cuando estuviera lista su hijo ya sería un adolescente. Imagínese a su hijo viviendo con usted todo ese tiempo, o mejor dicho con su otro usted ¿Se da cuenta del trauma que podría ser para su hijo el enterarse de todo esto, de ver que gran parte de su vida ha sido una mentira?

Póngase en la piel de su otro yo y luego en la de su hijo

Zsalz os escucha mientras sigue al teléfono, luego indica a su interlocutor que termine los trámites y volverá a llamarlo.

- La máquina está rota... ¿en ambos lados?

Sigue pensando.

- Estoy de acuerdo con George, no hemos contemplado en las consecuencias de este hecho. Hay otro lado en el que alguien ha mantenido la máquina activa todo este tiempo, así que podemos suponer que la ha usado, a diferencia de nosotros aquí. ¿Para qué querrías tener una máquina así activa si no es para ir y volver a tu antojo? Esa gente tiene motivaciones que se nos escapan, y dudo mucho que sean lícitas.

Toma un trago de agua.

- En cualquier caso, como ustedes mismos han dicho su tiempo es valioso, y no quiero hacer que lo pierdan. El señor Waltnut les atenderá abajo, terminarán de cerrar el papeleo y ustedes y sus familiares disfrutarán de una vida próspera en la que, espero, sean discretos con lo que se ha descubierto aquí. Si les parece mi compañía les remunerará mensualmente un pequeño extra por su silencio.

Y, en ese momento, el científico cede paso nuevamente a la persona.

- Gracias, gracias de corazón por llegar donde nadie más llegó antes. Gracias por indicarme el camino a mi hijo.

-Que termine ya la pesadilla, que termine ya... - pienso agotado, agotado y frío. Sin embargo, mi deber es avisar. La responsabilidad que da el saber.

-Sr. Zsalz, hay otra cosa que debería sopesar. Creo que para que funcione ambas máquinas han de estar activas. Creo que hay gente del otro lado atrapada aquí y viceversa y que, quien vaya a esa maldita cabaña se encontrará con resistencia armada. Creo también que su hijo tiene una vida con su padre, sea cual sea. ¿Cómo le explicará que prefiere su propio bienestar al de él?

Soy padre. Le comprendo mejor de nadie pudiera pensar. Mi propia hija..., por eso estoy aquí, por ahorrarle dolor a ella. Creo que ya entiende lo que  trato de decir. Es mi responsabilidad hacerlo. Usted ahora tiene la suya.

Suspiro cansado.

-No será necesario en mi caso ningún extra económico. Sólo la cura. Créame, a nadie le gustaría más que a mí olvidar todo esto. 

Suerte de todas maneras.

Ahora su hijo es feliz, se que le resulta muy duro, pero a veces un padre debe pasarlo mal para que su hijo sea feliz. Usted no es más que una víctima más de todo esto, ahora sabe que su hijo esta bien, es hora de darse un respiro y rehacer su vida

- Claro, ambas máquinas deben estar activas. Creo que tengo que pensar sobre lo que han dicho. Por lo pronto me cercioraré de la resistencia armada que han mencionado. Gracias en cualquier caso.

Dexter Zsalz da un nuevo trago a su bebida.

-Gracias nuevamente. El Sr. Walnut les espera abajo con los papeles. Yo tengo que pensar... en fin, ha sido un placer conocerles a todos ustedes. Son personas excelentes, no cambien nunca. Y hasta siempre

Al abandonar el despacho de Zsalz todos sienten cierto alivio. Walnut, tan desagradable como cuando lo conocieron, se ocupa de que firmen todos los papeles necesarios y concierta citas con una carísima clínica privada que mantendrá en seguimiento a sus familiares afectados durante el proceso de recuperación. Para los "investigadores" es inevitable ver algunos bocetos de la campaña promocional del fármaco para el cáncer, que según parece será lanzado en los próximos meses. Sin duda alguna, el mundo cambiará pronto.

Pero lo importante son las pequeñas cosas, ¿no? cosas como tener a la familia cerca, como poder pasar un tiempo más con lo seres queridos. Como ser feliz.

"Eso es lo que importa" piensan los tres investigadores mientras se alejan del edificio. Y eso es lo que piensa Dexter Zsalz en su torre de cristal.

Y la lluvia envuelve la escena una vez más.