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La cena de aquella noche no fue tan copiosa como la de bienvenida, un simple cocido de carne y tubércurlos variados y algo de fruta para que los invitados hiciesen hueco para el descomunal banquete de la boda que se había preparado. Eso sí la boda llegaba a celebrarse, ya que la muerte de Lord Manning y de Lady Eilene complicaban las cosas. Por el contrario, los Harte no habían escatimado en cerveza y vino para la ocasión, tal vez con la esperanza de que Lord Manning se alegrara un poco y perdiera de vista su enfado. Aunque si aquello era el objetivo, la cosa iba a salir mal, pues Kevan apenas sí comió algo y no tocó su jarra durante toda la cena.

Pasaron al salón de reuniones de Cimera para tratar aquel asunto. Habían dispuesto una gran colección de sillas en el centro de la sala y Lord Harte renunció a sentarse en el sillón que presidía la sala como muestra de deferencia e igualdad para con el resto. Las sillas estaban dispuestas en forma de u, y los Serf ocuparían las de la zona central, de modo que Manning y Harte quedasen frente a frente pero separados por la casa neutral. Lady Lylian, Normand, Ser Yoren y el Maestre Anselminus eran quienes representaban a la casa Serf, Konrad se había quedado con la todavía convaleciente Grisel después de que el maestre le diera algo para relajarla. Por parte de los Manning se encontraban simplemente Kevan y Darren, mientras que por los Harte habían acudido Lord Gerard Harte, su bella hija Sylvie y el maestre Hamdam. Eso sí, hombres de ambas casas cubrían las espaldas de sus señores desde una distancia prudencial, era una reunión sin armas aunque esperaban que a nadie se le hubiese ocurrido traer una daga bajo los ropajes.

-Me alegra que hayáis aceptado mi invitación. -Comenzó diciendo Lord Gerard al dirigirse a Kevan Manning. -Como os hice saber, la intención de esta reunión no es otra que zanjar los problemas entre nuestras respectivas casas para poder llevar la boda a buen puerto y terminar con los conflictos de generaciones entre nuestras casas de una vez por todas. Para garantizar que esta reunión sea lo más neutral posible, y que las decisiones que aquí se tomen sean justas para ambos he invitado a los Serf a acompañarnos en calidad de mediadores, a fin de cuentas, son los enviados del Rey para garantizar que la boda se celebre. 

Lord Harte hizo una seña y unos cuantos sirvientes se aproximaron a los invitados para servirles algo de vino si así lo deseaban. Después, se retiraron discretamente y ocuparon una primera línea de separación entre ellos y los hombres de ambas casas que vigilaban que no hubiese nada raro y Lord Harte continuó.

-Ambos hemos tenido perdidas difíciles en este aciago día. Vuestro padre y mi pequeña hija. Puede que sea hora de guardarles luto y dejar los festejos para otra ocasión; pero me temo que si esta boda no se celebra mañana, jamás llegue a celebrarse. Ya habrá tiempo para funerales después, vuestro padre y mi hija merecen ser honrados debidamente. Pero sé que Lord Manning quería que se celebrase esta boda tanto como yo. Sé lo que me pedís como condición, y es la vida de mi antiguo escudero Ser Etan Hogg. ¿Pero acaso no hemos tenido suficiente sangre ya? Creo que sería importante esclarecer los acontecimientos de esta jornada, tanto lo ocurrido en el incidente de la cacería como lo que ha pasado con mi Eilene. Me gustaría saber que opinan los Serf de este asunto, ¿Lady Lylian?

He acudido a la reunión preparado para los desplantes por parte de Lord Gerard Harte, desde que rehusé apoyarlo para defender a su caballero. Curiosamente que requiera la opinión de mi sobrina en lugar de la mía no me ofende, como seguramente pretendía. Otro podría sentirse humillado, pero yo de siempre he pedido que me expresaran su opinión mis sobrinas. Además, facilita mi labor de mediación que consiste en buscar posiciones de consenso entre lo que exponen y sin haberlos escuchado ese cometido es prácticamente imposible.

Le indico con un gesto privado entre nosotros que no estoy molesto y que hable con toda libertad. Es un gesto que conocen desde que son niñas pequeñas y pocos aparte de sus padres han llegado a conocer como tal.

-Mi señor, creo que lo más importante ahora mismo antes de perdernos en los detalles es fijar cual es la conclusión a la que todos queremos llegar.Por lo cual a ambos lores os pregunto,¿Ambos deseais de corazón que se celebre este enlace y que de una vez por todas llegue la tan ansiada paz a vuestras familias?Lylian creía saber de antemano que ambos contestarían afirmativamente a esa pregunta, pero no quería entrar desde el primer momento a hablar sobre juicios y muertes.Si alguno de los presentes no tenía claro cual era el trofeo final se perderían en detalles y disputas, pequeñas pruebas de hombría, y , cegados por el supuesto honor echarían a perder la negociación.

Lord Harte hizo un asentimiento con la cabeza para responder a la pregunta de Lady Lylian aunque era evidente que deseaba que el asunto llegara a buen puerto, especialmente después de convocar aquella reunión. Sin embargo, todos entendieron que la pregunta de la heredera de la Casa Serf, mediadora en aquel entuerto, iba más por Kevan Manning. Y hacía el nuevo lord se dirigieron las miradas.

-En primer lugar, me gustaría transmitiros mis condolencias por lo ocurrido a vuestra hija pequeña, no hemos podido transmitiros eso con anterioridad. -Lord Gerard  asintió gravemente con la cabeza aceptando el pésame. Kevan hizo una pequeña pausa antes de proseguir. 

-Es cierto lo que dice Lord Gerard: mi padre quería que se celebrase este enlace, incluso dio su palabra de que así sería, y no hacerlo sería faltar a su palabra y a su honor. Pero si bien quiero casarme con lady Sylvie, también quiero justicia para él. Una justicia de verdad. ¡Qué se cuelgue en la horca a su asesino!

Las palabras iniciales de Lord Kevan Manning me tranquilizan estando prácticamente convencido de que podría sumarme a la propuesta de concordia cuando la última frase nos vuelve a llevar al bloqueo.

Me quedo sin palabras ya que si hablo ahora será mucho más difícil el encontrar una posición de consenso.

Se acarició la barbilla suavemente. Lady Lyllian había comenzado justamente haciendo la pregunta clave y la reunión había dado los primeros pasos correctos, pero muy pronto Lord Kevan metía el dedo en el tema acido.  Ser Yoren tenía bien clara la alternativa, pero se reservó a hablar hasta tanto escuchar las demás posturas. Alguno debía ver que aquello no podía terminar sin pena…

La justicia era mucho pedir para el mundo de los nobles. Las opciones siempre eran el mal mayor o el menor.

-Entonces todos estamos de acuerdo en que el fin principal de esta reunión es que se celebre el enlace entre Ser Manning y Lady Harte. Dijo la joven mirando a ambos lores, en su rostro asomó una leve sonrisa.Pensaba en lo que iba a decir a continuación y se sentía casi como una madre que guía a sus hijas para que se pidieran perdón después de una leve disputa entre hermanos.-Me gustaría mucho que ambos lores se dieran la mano llegados a este punto y antes de pasar a lo siguiente. La joven esperó con paciencia a que tal acontecimiento se llevase a cabo.
-Y ahora creo que lo conveniente es que hablemos sobre lo que ha acontecido durante el día, no podemos obviar que ha habido pérdidas importantes en ambas familias.

Alargo mi brazo apoyándolo en el hombro de mi sobrina mientras miro seriamente a los miembros de las dos casas enfrentadas secularmente.

– Apoyo en todo lo que ha dicho mi sobrina. No se me ocurre mejor forma de solucionar las cosas que atendiendo el mandato real. Una vez atendido se solucionarán los otros asuntos igualmente importantes. Sin la presión de que se presentara un contingente real preguntando si ya se ha celebrado la boda que decreto el Rey.

-Nuestro bien amado Robert no decretó esta boda*, fue un acuerdo entre Lord Manning y yo mismo lo que inició todo. Pero no os falta razón milord, al Rey le placería mucho que se llevase a cabo de la mejor manera. Por eso os ha enviado a vos y vuestra familia. Por mi parte no hay problema en que sellemos de nuevo ese trato, ya que Kevan es el nuevo Lord Manning. - Y sin que pesara ningún extravagante orgullo que le impidiera hacerlo, se levantó de su asiento y le tendió la mano a Kevan. Éste la estrechó, pero su mirada hacía indicar que iba a volver a incidir en el tema de buscar justicia a su difunto padre. No obstante, Lord Gerard lo atajó antes de que abriera la boca.-Buscaremos justicia para vuestro padre, pero una justicia justa. 

Lady Lylian intervino entonces recordando que ambas familias habían sufrido perdidas importantes y ambos Lores asintieron con la cabeza. 

-Alguno de mis mejores hombres está investigando el suceso que afecta a mi familia, -dijo evitando mencionar el nombre de su hija para no flaquear, - de momento no tengo novedades al respecto, y tampoco tengo ningún sospechoso. Aunque, de encontrar al culpable, os aseguro que caerá sobre él todo el peso de mi venganza. 

A Lord Kevan no pareció gustarle como sonaba aquello, de un modo gentil pero sin dejar de sonar amenazante, Lord Gerard les hacía saber que no los descartaba como sospechosos de la muerte de Lady Eilene, aunque eso mismo se extendía al resto de los presentes, incluyendo a los Serf. Kevan Manning se reincorporó en su asiento, se podía ver la tensión en sus musculosos brazos y como su ceño se iba frunciendo hasta que su rostro adquirió un tono rojizo. Si Lady Lylian, y el resto de los Serf, quería evitar una nueva pelea debían de intervenir de inmediato. 

-Si me permiten…jm…+carraspeo, alzando la voz por primera vez+ Tal vez eso no sea el mejor curso de acción, lord Harte. Tengo una proposición al respecto.

Su mirada fue primero al señor que se había expresado, para luego cruzarla con la del joven lord Manning y hablarle a este directamente.

-Sé que ambos desean intensamente justicia por sus trágicas perdidas recientes, y es un sentimiento que comparto plenamente; en su lugar, difícilmente obraría de otra forma. Pero en esta circunstancia, dejar el peso de descubrir a los responsables en una u otra de las partes, puede dar pie a continuar con los malos entendidos, las desconfianzas. ¿No sería mejor si permiten que ese deber también recaiga en nosotros, la parte mediadora?  

Extendió ligeramente la mano hacia un lado, para señalar al castellano

-Ser Normand aquí presente y yo mismo podemos ocuparnos de las diligencias al respecto de este asunto. Ustedes solo deben brindarnos su cooperación, como asi tambien la de sus gentes, y tener fe en que, como delegados de su Majestad, haremos nuestro mejor esfuerzo para dar con las respuestas que lleven calma a sus corazones. De esta manera, ambos pueden tener la seguridad de que sea cual sea la verdad que se exponga, sera justa e imparcial. 

Lord Gerard clavó su mirada en el caballero errante. El veterano señor no estaba acostumbrado a que alguien de la posición de Ser Yoren le hablara de manera tan directa. Pero en lo que proponía no le faltaba razón. Por ello le permitió terminar de explicarse y consideró su propuesta como algo bastante interesante. Obviamente, él mantendría su propia investigación particular, pues quería asegurarse de que la verdad salía a la luz. Pero que fueran los Serf y no él, le daba completa neutralidad al tema si por alguna circunstancia los Manning estaban implicados en el muerte de Lady Eilene de alguna manera.

-Me parece magnífico. - Concedió tras la explicación del caballero. -Si a Lady Serf no le importa llevar esa carga también, claro está. 

-A mí también me parece bien que los Serf investiguen lo que le ha ocurrido a vuestra hija, Lord Gerard. Cuanto antes se detenga al culpable y se aclare lo ocurrido mejor. -Dijo Kevan después de que Lord Harte terminara de expresar su opinión. Por un momento pareció que todo quedaba solucionado y que ambas partes iban a quedar conformes con la propuesta de Ser Yoren. Incluso el ambiente parecía relajarse y se escuchó algún suspiro. Pero el nuevo Lord Manning no había terminado de hablar, y sus palabras volvieron a subir la tensión. 

-No obstante, con la muerte de mi padre no hay duda alguna. Tenéis al culpable entre rejas, él lo hizo. Yo estaba presente. No es necesaria investigación alguna. Debe morir. 

En esta ocasión fue Anselminus el que intervino. Temía que Ser Kevan, ahora el lord de su casa, se dejase llevar por la ira y negara cualquier avance en la reunión mientras no le sirvieran la cabeza de Ser Etan en bandeja. De nuevo, lo único en lo que podía pensar era en calmarlo y ganar algo de tiempo, al menos para ser capaces de finalizar el resto de asuntos que debían tratar e intentar evitar que Lord Harte allí presente perdiera también la paciencia.

- Lord Manning... - mientras se adelantaba, el maestre hizo un gesto para clarificar que se refería a Ser Kevan - no anda falto de razones para pedir la vida de Ser Etan como pago por la de su padre, pero creo que es justo recordar que muchos de los presentes no estábamos allí para ver lo que ocurrió, y por ello Lord Harte también tiene su parte de razón al reclamar más conocimiento de lo sucedido antes de conceder semejante petición. -

- Creo que lo apropiado sería reunir esta noche a todos los asistentes a la cacería y que cada uno diga lo que ocurrió desde su punto de vista, solo para que no quede atisbo de duda. Después, los cabezas de ambas casas podrán repetir de nuevo el castigo que en su opinión merece el culpable, y si me permiten la irreverencia, sobre todo Lord Harte, me gustaría solicitar que al final la decisión final recayese sobre la casa Serf. - abarcó a su alrededor con un gesto de la mano que bien podía estar señalando a Lord Normand o a Lady Lylian, quizá a ambos. - Al menos, solo en el caso de que ambas casas no lleguen a un acuerdo mutuo. -

Había intentado elegir sus palabras con sumo cuidado, no era fácil calmar los ánimos de alguien como Ser Kevan, obsesionado con la venganza, sin ser injusto con Lord Harte quien era el objeto de la animosidad de este. Por otro lado, si le concedían la lista completa de los asistentes a la cacería, tal vez sirviera para clarificar quien había quedado en el castillo, y así reduciría, por poco que fuese, los posibles sospechosos del asesinato de Lady Eilene.

Kevan Manning iba a abrir la boca para replicar al maestre, y a juzgar por sus expresiones durante la intervención de éste no parecía muy convencido de lo que proponía. Para él sólo había un culpable, y una única versión. Pero antes de que hablara, su hermano Darren levantó la vista del suelo por fin y se dirigió a los presentes interviniendo por primera vez.

-Hermano, si me permitís hablar, daré mi opinión al respecto. - Kevan miró a su hermano de hito en hito, sorprendido por su actitud confiada. Hasta ese momento ni siquiera había considerado que Darren tuviese opinión alguna. Y debido a su normal inseguridad al hablar en público, le sorprendió que incluso hablase con naturalidad y sin titubeos. Hizo un gesto con la mano para que continuase al tiempo que asentía con la cabeza.

-También era mi padre, y yo no estaba en la cacería. Y aunque no tengo motivo alguno para desconfiar de la versión de mi hermano, creo que es importante que si se va a juzgar a un hombre y su vida depende de su culpabilidad o no, debemos escuchar todas las versiones. Sobre todo teniendo en cuenta que el asesinado era un Señor y todo lo que ello conlleva. - A nadie se le escapó que lo que Darren Manning estaba diciendo en verdad era que la muerte de Lord Artur Manning había sido muy conveniente para su hermano: una boda propicia con la heredera de los Harte y un nuevo título que le daba más poder. El título de Lord Manning podía depender de aquello si su hermano estaba mezclado de alguna forma en la repentina muerte de Lord Artur.

Kevan se quedó completamente anonadado ante las palabras de su hermano. Cuando consiguió entender el significado que ocultaban se incorporó en su asiento hecho un basilisco y dirigió una mirada furibunda a su hermano, sentado a su lado, que hizo que Darren bajase la cabeza tan rápido como la había subido.

-¿Pero qué demonios estás diciendo? - Le espetó a su hermano. Apretó con tanta furia el reposabrazos del asiento que logró romperlo. -¡Si estás insinuando algo, mequetrefe, dilo en voz alta!

Kevan miró a su alrededor. La sala entera lo contemplaba y tuvo que morderse el labio y refrenar su mano para no estampar a Darren contra el suelo en presencia de todos. Kevan se encontraba en una posición delicada. Había sido contradicho por su propio hermano, y si se negaba a la propuesta del maestre de los Serf podría ser visto como que tenía algo que ocultar. Así pues, calmó sus nervios y suspiró profundamente.

-Por el amor de los Siete... Está bien. Que juzguen a ese idiota de Hogg, o lo que sea que quieran hacer. -Terminó concediendo.

Las palabras de Ser Yoren y el Maestre Anselminius nos señalan abiertamente como los que hay que eliminar, si tal como nos tememos hay alguien detrás moviendo los hilos y no han sido dos muertes accidentales que casualmente han sucedido prácticamente simultáneamente.

Ahora ellos intentan evitar ese efecto indicando que somos solamente mis sobrinas y yo los Serf.

Lord Kevan no es el único que tiene que hacer esfuerzos para controlarse y guardar las formas durante la reunión. Ya es bastante delicada nuestra situación aquí sin tropas propias cuando es evidente que ellos están preparados para lanzarse a la lucha como para además ganarnos la animosidad de las dos casas simultáneamente.

Me quedo mirando fijamente a Anselminius. – ¿Reclamáis aludiendo a vuestra sapiencia un rango superior a los dos Lords aquí presentes? Porque yo en ningún momento he pretendido hacerles mas que sugerencias. Como bien sabéis no soy Lord y renuncie a suceder a mi hermano, delante de los Antiguos y los Nuevos Dioses, para que la sucesión pasara a ellas. Me costo mucho tiempo convencerlo de que realmente no deseaba ser Lord, aunque me avalara la tradición de Poniente. Ahora tampoco he hecho nada para que se me considere por encima de Lord Gerard Harte, en cuya casa nos hospedamos, y Lord Kevan Manning el hombre que se desposada con su hija.

Lylian se levantó de forma pausada, -Señores, por favor. dijo alzando la voz un momento mientras con las manos hacía gestos invitando a los hombres a sentarse y calmarse.-Les ruego a todos que guarden silencio unos segundos mientras pido que alguien les llene las copas.Me temo que debido a los últimos acontecimientos los ánimos de todos están demasiado exaltados. Se iba a girar cuando se dió cuenta de que no tenía semejante potestad en casa de los Harte,y se dirigió con cautela a lady Silvie,-Milady, ¿podriais indicarme a quien debo referirme con mi petición? Sé que tal vez suene raro, dadas las circunstancias, pero de verdad creo que todos los presentes necesitamos un momento para volver a centrarnos en lo importante.
Esperó con calma las indicaciones de la joven sin dejar de mirar a los hombres, ¿estarían reflexionando sobre algo o simplemente aprovecharían esta pequeña pausa para alimentar sus odios, egos y diferencias?

-Esa es una muy buena sugerencia…+asintió pausadamente ser Yoren a la propuesta de lady Lyllian, para luego mirar de lado a Normand,  frunciendo el ceño. No podía creer que cuando al fin algo de alivio venia de parte de los más tercos en la mesa, los Manning, fuera uno de los suyos propios quien volvia a enturbiar las cosas con palabras que no venían al caso+ Una pausa para meditar lo dicho y refrescar la garganta ayuda. +señalo, esperando que el castellano entendiera la indirecta mejor que lo que había hecho con las palabras del buen maestre.+ Aunque, si ambos lores están de acuerdo, poco queda ya por discutir, salvo el cómo reanudar las actividades de esta boda sin desmedro de los duelos que pesan sobre ambas familias.

Antes de que Lady Sylvie, bastante consternada por las discusiones sin sentido que estaban ocurriendo en el salón, pudiera contestar a Lady Lylian un sirviente se acercó a ella e hizo gestos a los otros para que acercaran el vino que tenían preparado en una de las mesas del fondo del salón. Había una decena de jarras de barro con un vino fresco y de buen olor. Les sirvieron una copa a cada uno y la rellenaron generosamente.

La cosa se había vuelto algo extraña, la propuesta del maestre Anselminus parecía haber calmado los ánimos de Lord Manning después de que su hermano Darren hubiese intervenido en su favor, sin embargo, Normand había recriminado al maestre por su propuesta y la cosa se volvió extraña hasta la intervención de Lady Lylian. La mirada que Ser Yoren dirigió a su señor lo decía todo. El caballero trató de reconducir la conversación hacía los derroteros que estaba llevando antes de la intervención de Normand, como si ésta no hubiese ocurrido.

El vino hizo su efecto y los señores se relajaron un poco. Finalmente Lord Gerard Harte intervino.