Partida Rol por web

¿Porque siempre directo a donde pinta peor? ¿No podemos tomar la fácil e ir por las escaleras de salida? -farfulló algo ininteligible- bueno, vamos a la jodida sala de expedientes en ese caso.

Se puso de pie.

-¿Luego pasamos por la sala de seguridad? Y luego dererchito a la salida, aunque me da que para variar habrá alguna pega.

Se levanta de la silla y se dirige a Sophia.

-Por mi vamonos, ¿todos deacuerdos?

-Sin duda- agrego a las últimas palabras de Luna y le sonrio -con suerte y encontramos más ratas u otro animal mutado- digo con cierta ironía.

Pienso por un momento la sugerencia de Luna, tenía razón -Podemos pensar bien antes de tomar una decisión. Ambas ideas son buenas, no quiero encontrarme con más sorpresas, por eso tomemos en cuenta la idea de Luna- miro a Alen -es tu casa, y aunque no estes muy familiarizado con esto, ¿Cual es la mejor opción?

-No Luna, ninguna de las dos entendio, para llegar a las escaleras tenemos que pasar por la sala de seguridad y luego por la sala de expedientes datos.- suspiro -Yo nunca arriesgaria sus vidas por querer ir al lugar que se ve peor, en todo caso iria solo.-

Se acerco a la puerta y la abrio -¿Vamos entonces?- comenzando a recorrer el camino hacia la sala de seguridad, segun recordaba en el mapa.

Teniendo presente en la cabeza el mapa que vimos al entrar en estos subterráneos, confirmo que Andrue tiene razón. Aún debemos pasar por esas dos salas antes de llegar a las escaleras de salida. Según las cámaras, parece que la Sala de Seguridad está limpia y a mí también me causa mala espina el mensaje de error en la Sala de Datos.

Trato de buscarle sentido a la pesadilla que estamos viviendo. ¿Para qué todo esto? ¿Por qué tapiarnos en una casa para darnos esta vía de salida? Seguro que no estamos aquí para servir de alimento barato a unas ratas agigantadas ¿Qué experimentan con nosotros? ¿Y quién lo hace? Tras preguntarme esto último, miro a Alen, convencido de que es él quien mueve los hilos de la historia.

Sí, sigamos, contesto a la pregunta de Andrue.

Alen, … ¿cómo cojones es posible que no supieses nada de este tinglado que hay bajo tu casa? le pregunto y observo atentamente su reacción en la respuesta

-Pues vamos -se levantó y esperó en la salida a que el resto empezara a desalojar el lugar- Y no olviden llevar los "instrumentos" mata-ratas.

Tomó la escoba de su sitio.

Ante la pregunta de Dan, Alen se encoje de hombros.

-Como sabras, no hace mucho que me mude. No sabia que todo esto estaba bajo mi casa. Vamonos...

Alen comienza a andar hacia la habitación a vuestro ritmo.

En la habitación encontrais exactamente lo que habia en la camara.

Se detuvo en la sala del cuaderno en especifico, aquel objeto le había llamado la atención. Quiza simplemente porque sentía ganas de tener contacto con la normalidad, y una de las cosas mas tranquilizadoras que hacía en su vida era leer. Claro que no iba a sentarse tranquilamente a ello con ratas gigantes por ahí, pero quizá hubiese algo útil en las escrituras, algo que le tranquilizara un poco los nervios...

Al igual que Luna, llevé la escoba a la nueva habitación. Me detengo cerca de la entrada, empuñando con firmeza la escoba, no quería sorpresitas de roedores u otros animales.

Suspiro. Estaba cansada, agotada de esta situación. Quería salirde aquel lugar o al menos encontrar una solución a nuestro problema.
-¿Y bien?- pregunto un poco irritada -ya estoy perdiendo las esperanzas de encontrar algo que nos ayude o una salida...- refunfuño y me deslizo lentamente hasta sentarme en el suelo.

¿Qué pone en el diario, Luna? Me acerco a ella y dejo la barra metálica sobre la mesa, con la intención de leerlo yo también.

El cuaderno está totalmente en blanco, excepto una linea que cita:

"Dulces Sueños"

Tras leer esto escuchais una pequeña carcajada detras vuestra y derrepente unos conductos del tamaño de un puño en la pared que estaban ocultos se descubren y empiezan a soltar gas. Antes de que podais hacer nada comenzais a tener cansancio y a no poder sosteneros cayendo al suelo...

Miró alrededor desorientada inventando ver de donde provenía la risa. Su primer impulso fue correr o intentar aguantar la respiración. Sin embargo antes de que pudiera poner en practica nada ya había aspirado demasiado como para evitar el efecto.

-Hijo de...

Y cayó al suelo.

-Pero... ¿Qué demonios es eso?- pregunto asustada e intento ponerme en pie, pero fue inútil. Lentamente comienzo a cerrar los ojos.

Intento taparme la nariz y salir corriendo de aquella trampa pero es demasiado tarde. No he podido evitar respirar las primeras exhalaciones antes de darme cuenta de lo que ocurría y el gas ya está haciendo efecto. Noto una tremenda debilidad que me hace caer de rodillas y me sujeto apoyando las manos en el suelo. Pienso en la carcajada. ¿Alen?, me pregunto mientras me imagino a un Alen sonriente, equipado con una máscara de gas, diciendonos 'Dulces sueños ...'.

Hago esfuerzos por no caer del todo y levanto la cabeza en dirección a donde se escuchó la risotada, para ver quién era su dueño.

En los ultimos instantes de Dan antes de caer al suelo ve exactamente lo que se imaginó. Allí estaba Alen equipado con una mascara de gas algo pequeña, lo suficiente para poder haberla llevado sin que se notara.

-Tarde Dan... tarde....

........

Al despertar veis que no está Alen por alrededor, ha desaparecido. Todo esta tal y como dejasteis de verlo. Estais en la misma postura que cuando caisteis y os sentis algo cansados, como si hubierais hibernado un invierno entero... metaforicamente.

-Que carajo...

Comentó, frotandose los ojos para despejarse.

-¿A nadie le falta ninguna parte del cuerpo, le robaron el riñon o algo así?*

Blasfemo, todos saben que lo mejor de Charlie es La canción del rey banana jaja

Me levanto del suelo tratando de recordar qué es lo que había ocurrido.

¿Lo ... lo visteis, no? ¿visteis lo mismo que yo, no? Miro a la cara de los recién despertados. ¿Visteis al hijo de puta de Alen riéndose de nosotros y con la mascarilla puesta?

¡Hijo de puta, hijo de puta, ...! Cojo la barra metálica y la emprendo a golpes con el mobiliario de la sala. Eres gilipollas Dan, ¿cómo se te ocurrió darle la espalda ni un sólo momento? ¡Le tenía que haber partido la barra en la cabeza cuando estuve a tiempo!

Me quedo jadeando por el esfuerzo, mirando a los demás. ¿Y ahora qué? Todo esto es un puto juego y aunque tratemos de buscar la salida seguro que nos tiene dónde él nos quiere tener.

Miro con desespero a mis compañeros, en particular a aquél que nunca pierde la calma. ¿Qué? ¿Qué cojones hacemos ahora, eh?

¿Y qué puta mierda nos habremos inyectado? ¿Y  qué estará experimentando con nosotros?

-Dan, relaja. Me pareció escuchar que se reía si... Lamento haberte dado la inyección antes, pero estabas que te morías. De todas formas pareces mas despejado ahora.

Se cruzó de brazos, pensativa.

-Podríamos dividirnos en dos grupos ahora mismo, aunque no se si sea buena idea separarnos demasiado. Uno va arriba e intenta joderse algun sitio enladrillado y el resto revisa si hay salida por aqui, cosa que dudo. Si hay problema no me importaría volver sola arriba, no sería la primera vez que echo una pared abajo.

Se rascó una ceja, como si haber tirado una pared en otro momento fuera lo mas natural del mundo.