Partida Rol por web

El grupo se avalanza sobre los "Policias" sin darles tiempo a estos a disparar, aunque adoptando rapidamente posicion defensiva.

Lo primero que hizo cuando tuvo contacto con el cañon del arma es intentar desviarlo, de modo que si salía algún tiro lo hiciera al aire. Acto seguido intentó hacer que el pomo del arma se zafara de las manos de aquel hombre, tironeandolo con desesperación. Pero aquel resultó ser mas fuerte y no cedió en absoluto a la presión. Aquello no era bueno, sin duda.

-¿Porque carajo estan haciendo esto? -estepó al policía mientras seguía forcejeando con el arma.

Las cosas empiezan a ponerse feas. Ellos van armados y nosotros no; encima Luna trata de desarmar al poli pillándolo por sorpresa pero éste se resiste y continúan forcejeando.

Me avalanzo sobre el otro y, antes de que consiga sacar el arma, le arreo un barrazo en medio de la cara, que lo habrá dejado necesitado de ortodoncia.

El policia se retira rapidamente por el dolor poniendose en posición para atacar rapidamente, pero Andrue le ataca antes de que pueda hacer nada.

Me avalanzo sobre el segundo policia golpeandole fuertemente la cabeza, cayendo al suelo sin dar señales de vida. Seguidamente me encaro al otro policia que, despues del forcejeo, está a punto de atacar.

Al ver que Andrue se avalanzó hacia al segundo policía, no lo pienso dos veces y decido atacarlo. Con todas mis fuerzas, lanzo una patada a la entrepierna del hombre. No tenía arma para atacarlo, pero sabía cual era el punto debil de un hombre.

El policia se encoge retirandose rapidamente hacia la pared de la escalera, cuando saca su arma y apunta a Sophia.

Abre fuego sin ningun resultado. La bala pasa por al lado de Sophia chocando contra la pared haciendole un agujero. Intenta dar otro disparo pero antes le vuelven a contraatacar.

Empecinada en su tarea, la muchacha siguió tironeando del arma, aunque empezaba a pensar que no era buena idea. No solo no lo consiguió, sinó que seguramente había incitado al hombre a desquitarse con ella. Al parecer a los demas les iba mejor con los golpes. No se extrañó mucho de no escuchar respuesta alguna de aquellas personas, seguramente fueran contratados, o yendo mas lejos con la teoría de antes...¿quizá controlados?

Tras la patada de Sophia en sus partes nobles que ha dejado al policía muy tocado y el intento de desarmarlo de Luna que le distrae momentaneamente, tengo al tipo ese en disposición de ser rematado.

Levanto la barra por encima de mi cabeza y le golpeo con toda mi alma. El muy cabrón ha conseguido cubrirse la cara con los brazos y parece que aún está dispuesto a dar más guerra.

-¡¡Cabrón!!- grito llena de rabia al ver la bala pasar tan cerca mio. Estaba temblando, por pocos centímetros y estaría herida.

El hombre era terco y al parecer no se daría por vencido. Llena de rabia le lanzo otra patada a la misma zona, con suerte y jamás tendría hijos.

El ultimo hombre cae de espaldas golpeandose la cabeza sin dar mas señales de vida.

-Vaya, menudo golpe. Sophia no seas burra anda... -de nuevo escuchais la misma voz que al principio-

Despues de esto no se escucha nada y el silencio se hace absoluto.

Una amplia sonrisa se dibuja en mi rostro al ver como el policia caía -¡¡genial, lo hemos logrado!!- digo con entusiasmo acompañado de un saltito.

La felicidad se esfuma tan rápido como un suspiro al escuchar la voz de Alen. Un escalofrío recorre mi espalda y frunzo el ceño inmediatamente -eso es nada a lo que te haría a ti, cabrón- respondo ante su comentario, interrumpiendo el silencio sepulcral.

Las palabras de Alen hicieron que me irritara y me agacho para buscar el arma del policia caído. Una bala en la cabeza es lo que se te espera... -¿Y ahora que hacemos? ¿subimos?- les pregunto mientras continuaba con mi busqueda.

-¿Les habrán golpeado tan fuerte como para...matarlos? -contra todo pronótsico no parecía demasiado feliz de aquella pequeña victoria ante esa perspectiva. Luego de dejar flotando esa duda miró alrededor con austeridad, buscando la razón por la que Alen sabía que estaban allí. ¿Mas cámaras?

Inspeccionas la zona y no hay camaras, por lo menos no visibles (no significa que halla ni que no halla).

Me agacho para buscar la otra pistola, la del otro policía. La recojo y se la ofrezco a Luna.

- Toma Luna, yo seguiré con mi palo, que me está dando suerte. Le sonrío y dejo el arma en sus manos.

Me dirijo a Sophia y respondo a su pregunta:

- Sí Sophia, si hemos llegado hasta aquí, vamos a terminarlo. ¿No crees Andrúe? -miro a todos buscando su conformidad.

- Subamos pues.

-Cuando era pequeña, tenia una de estas de juguete, se la quitaba a un amigo jaja. Espero que funcione igual esta -buscó desmontar el cargador para ver si realmente tenía algo con que disparar. Si asi era, lo colocaría de nuevo en su sitio y deslizaría la parte superior del arma para dejarla preparada.

-Vamos arriba, entonces.

Rio ante el comentario de Luna al tiempo que me incorporaba observando detalladamente el arma. No creo que sea tan dificil disparar...

-Bueno chicos, en marcha, a matar al cabrón de Alen - o eso esperaba, Alen siempre tenía sorpresas, era como una caja de pandora, pero a pesar de ello, tenía un poco de confianza de que todo saldría bien.

Subis las escaleras llegando a un pasillo igual de estrecho que el de abajo pero con cuatro puertas a cada lado con una chapa en la parte de arriba en la que cada uno tiene un número del 1 al 8. Al lado de la escalera está la puerta al ascensor.

Hay tres puertas abiertas un poco. La 3, 5 y 8.

Detras vuestra hay mas escaleras hacia arriba.

-Estos cabrones van en serio, esta cargada y no parecen de salva. Deberíamos revisar aqui antes de subir mas, no me haría gracia que nos arrinconaran desde arriba y desde abajo.

Sujetaba aquel arma con un ligero temblor, pero a la par con determinación, porque era lo único que podía darles una hance frente a mas gente armada. También notaba que empezaba a dolerle terriblemente la cabeza del apetito, días sin comer pasaban factura al fin y al cabo. A pesar de esto no se quejó a duras penas, los demas debían estar soportando lo mismo.

Buf, ¿por cuál empezamos?, pienso al ver todas aquellas puertas. Con la seguridad de que estamos vigilados y que no hay sitio para el factor sorpresa, me pongo a gritar por el pasillo:

- ¡Alen, cabrón, da la cara si tienes huevos! ¿dónde te escondes, hijodeputa?

Después con un tono de voz más moderado, me dirijo a mis compañeros:

- ¿Por dónde empezamos?

Mis pasos me han llevado junto a la puerta número 3, que está medio abierta y me pongo a mirar, con todo el cuidado del mundo, a ver si se atisba algo por el hueco.