Partida Rol por web

         Tras una noche tranquila y una mañana ausente, pues el grupo descansa hasta tarde para recuperarse del ejercicio a media noche finalmente se despiertan nuevamente al escuchar las vociferaciones del capitán Salkar -¡TIERRA! ¡TIERRA! grita un par de veces para acto seguido cambiar su grito por el de -¡¡FUEGO, LA CIUDAD SE QUEMA!! Alertado, el pasaje sube desordenadamente a cubierta para ver que está pasando y entre pisotones y choques finalmente el grupo logra llegar a un buen sitio donde ver como un fuego antinatural quema las últimas casas de la ciudad.

         Algunos de los colonos lloran ante el espectáculo, mientras otros parece que deliran pues no se creen lo que sus ojos contemplan pero no es momento para penas, hay que prepararse para socorrer a posibles supervivientes y ver que ha pasado así que la mayoría recupera parte de su coraje y se seca las lágrimas antes de que llegue el barco a puerto dispuesto a ayudar en lo que sea.

         Mientras tanto a las afueras de la ciudad dos viajeros solitarios contemplan la misma escena de la ciudad en llamas pero desde dos puntos muy distintos pues llegan por tierra y de direcciones opuestas, advertidos al ver de lejos la nave que se acerca al puerto en llamas ambos aligeran el paso pues es raro ver barcos en el nuevo mundo y más en estas circunstancias. Quizás la gente de barco pueda aportar respuestas, piensan, quizás serán los responsables, dudan, o puede que simples viajeros recién llegados en su misma situación… parece lo más probable aunque no eliminan la esperanza de que sean refugiados que lograron huir de lo que fuese haya pasado ahí y que ahora regresan…

         Para cuando los dos recién llegados se cruzan en media ciudad camino al barco ya están en el puerto y apenas si se presentan con un “Barco? Si, vamos…” y poco después llegan donde el barco acaba de atracar entre los restos de madera, viendo como  los tripulantes empiezan a bajar para estirar las piernas, mientras la voz de una está órdenes precisas a los primeros en vajar…

         -VOSOTROS!! grita Aldira refiriéndose  a un grupo de civiles –Dejar de vagear y ayudar a bajar la carga! Se impone –Tú, tú y tú señala a tres fornidos aventureros -Puerta Sur, el resto, puerta norte dice a otros tres –Y en cuanto a vosotros seis a la este dice al grupo más grande antes de mirar hacia el vuestro –Por último, vosotros hay que buscar suprevi… Deja de hablar al reparar en la presencia de los dos recién llegados… -Caras nuevas, quizás tengan respuestas, vosotros dos, quienes sois? Supervivientes? Que ha pasado? Identificaros…

El espectáculo es sobrecogedor, y en cierta manera tan hermoso como devastador. El fuego recortándose contra la noche bailando sobre los edificios, igualando a ricos y a pobres, a poderosos y a débiles, todos iguales entre las cenizas.

Aseguro mis posesiones mientras me dispongo a bajar del barco, pero la llegada de los dos viajeros capta mi atención. Parecen venir de algún otro lugar y quizá no sepan nada sobre las causas del incendio, pero descubrirlo no me llevara mas de unos momentos, y no hay ninguna razón para tener prisa, así que salto al muelle pero no me alejo mientras aguardo la respuesta de los individuos a las preguntas de Aldira.

Un imponente hombre de casi dos metros de alto acompañado de un enorme tigre blanco miran perplejos al barco. La sincronia entre los parpadeos de ambas criaturas es digna de llamar la atención.

Al escuchar las palabras del barco, el tigre se echa al suelo, mientras bosteza. La voz del hombre es acorde a su tamaño, grave y fuerte.

- Vaya, parece otro barco lleno de amables granjeros e intrepidos aventureros en busca de la gloria. El tono casi podria calificarse de burlón. - Lamentablemente no puedo ayudaros, ayer estaba a muchas millas de este lugar, cuando vi una columna de humo que me hizo venir a Nueva Taunta. He visto lo mismo que vosotros, muerte y destrucción

Carraspea un poco. - Mi nombre es Barakanar, Guardian de la Naturaleza de las Nuevas Tierras, y mi compañero señala con el pulgar al tigre, que bosteza con aun mayor notoriedad, se llama Findar. El tigre levanta las orejas y se pone de pie al escuchar su nombre.

- Podeis confirmar mi suposición, sois un barco de carga con colonos, o venis a otra cosa. Pregunta inquisitivo el hombre

Maelk es apenas un poco mas alto el otro hombre, de piel azul, ojos blancos y un rostro que parece mas viejo que su edad, viene solo y ligero de equipaje, apenas parece traer lo necesario. escucha atento la respuesta del otro hombre pues apenas y se lo ha encontrado en el camino y también esta interesado en saber que tanto sabe este sobre el incendio, cuando este termina comienza a hablar: Al igual que ustedes acabo de llegar, días atrás oí que el valeroso venia a puerto y decidí venir a ver que caras nuevas traía, no se que es lo que ha pasado pues aun venia de camino cuando empece a ver el humo se detiene por un momento mientras parece inspeccionar las personas que vienen el barco y continua he de suponer que estamos todos en la misma situación, recién llegados sin mayor información

No se podía creer aquello. La ciudad... en llamas.

-...

Suponía que tenía suerte de ser un clérigo previsor y haber hecho el equipaje con tiempo para no perder ni un segundo. Fueron recibidos por alguna gente que traía preguntas, sarcasmos, pullas... al menos dos de estas cosas no encajaban lo más mínimo en la situación.

-Más tarde, si queréis -dijo, moviendo sus sandalias hacia el fuego- ¡Tenemos que encontrar si hay supervivientes y sacarlos de allí!

El monje se movía con una velocidad menor que el trote debido posiblemente a armadura, así que seguirle el paso no debería ser nada difícil para nadie. Con todo, empezó a dirigirse hacia la zona, sin fijarse en si le acompañaban o no: gente era gente.

-Un amigo del planeta... murmura la mujer mientras examina a la pareja de jugadores de baloncesto... -Bueno, entonces estamos igual, efectivamente este es el Valeroso y acabamos de llegar, no tenemos información y eso ha de cambiar... dice con mirada suspicaz -La idea del amigo de la cesta es buena de hecho se me ha adelantado... comenta  -Salkar y yo nos quedaremos aquí para vigilar el barco y coordinar el desembarco de los suministros si veis a alguien enviarlo aquí..

Listo entonces-digo mientras termino de colocarme la cesta- esperemos que haya alguno, por cierto mi nombre es Knauss, por si os interesa y esta es La dama- digo mientras acaricio la empuñadura del mandoble, despues de eso miro a los dos nuevos- ¿Habeis visto alguno por el camino hacia aqui?

¿La dama? Ana había escuchado la conversación sin decir una palabra, pero lo que llamó su atención fué que el tal Knauss le pusiera nombre a su espada.

Si, la llamo asi por el dibujo que tiene en la empuñadura- mientra muestro a ana la empuñadura de esta que tiene una mujer de orejas grandes y alagadas, delicada y fina ella.

Ei, silencioso que yo voy contigo-miro al resto de aventureros que habia en el barco- ¿alguien mas viene?

Bien, vamos entonces... Ana no tenía un objetivo como tal, así que simplemente se pegaría a otros que hicieran cosas.

bien, pues le seguiré la corriente al tipo de la cesta, supongo que ya tendremos tiempo para mas presentaciones y demás, supongo que deberíamos ir en grupos por si acaso, por mi parte iré a la plaza, ¿quien va conmigo?

pregunto mientras doy una mirada a todos y al ver a Knauss digo:

¿supongo tu iras en pareja con tu dama?

al terminar de hablar me doy la vuelta y empiezo a caminar en dirección a la plaza del pueblo.

El druida escucha las palabras del hombre azulado. Reflexiona un momento antes de que su voz se escuche

- Si no conoceis a nadie en esta ciudad, podemos visitar el circulo de druidas. Si han sobrevivido a esto encontraremos ayuda.

Señala la calle. Tambien enfrente estan las unicas casas que no estan calcinadas, supongo que no será casualidad. Vayamos en esa dirección, los supervivientes estaran en las casas o el circulo.

Acto seguido, el druida y su fiel compañero, ahora más activo se dirigen en esa dirección

Por mi no habría problema por empezar por allí.

Digo mientras me giro hacia Barakanar.

Pensaba empezar por la plaza pues es donde mas he vistos destrozos y de seguro habrá personas necesitando ayuda, pero tu idea de una mano extra no suena nada mal.

Estoy contigo -digo mirando al hombre de azul- tambien seria bueno que se fuera al circulo de druidas, pero imagino que si de haber alguno en la ciudad estara ayudando a apaliar el fuego de las casas, ¿no? o esperais que se apage para replantar- digo con tono sarcastico mirando al druida.