Partida Rol por web

Elnora parecía exasperarse esperando a que ocurriera algo, decidió seguir el ejemplo de Etelimas y unir fuerzas para derribar la puerta.

Etelimas frunció el ceño y volvió a disparar un nuevo rayo contra la puerta junto a Elnora.

Creo que he conseguido desconectar el mecanismo de las trampas, pero...... ¿se puede saber qué hacéis con las puertas? Si las desencajáis a lo mejor no podemos abrirlas, eso dejádmelo a mí mientras vosotros me cubrís.

Sarita se acercó a la puerta que estaban atacando

Kalalo espera tranquilito en su posicion el transcurrir de los acontecimientos.

Empiezo a impacientarme un poco por la situación pero decido que es mejor dejarlos estar. Miro fijamente los intentos de derribar la puerta y como, después, Sarita intenta abrirla.

Vamos pequeño, solo es un castillo abandonado, seguro que no pasa nada. - susurro la joven mientras intentaba hacer andar al caballo dentro del castillo. 

Morgana golpea con todas sus fuerzas a la bestia,pero sin éxito.

Morgana golpea al león, pero no parece afectarle lo más mínimo. Con un rugido que ensordece, se vuelve a levantar sobre sus dos patas, atacando con fiereza con sus zarpas. Esta vez consigue herirla con ambas, dejando a Morgana en muy mal estado

Fuera, Adélaïde intenta tranquilizar a su caballo. El animal, con paso seguro, vuelve a caminar hacia la fortaleza. Pero, al transpasar el lugar, la joven nota como si una fuerza atacara al caballo, que vuelve a encabritarse y sale corriendo otra vez.

Dentro, Sarita corre hasta la puerta que no está siendo atacada por Elnora y Etelimas. Ambos consiguen, a base de rayos, derribar las puertas. Tras desaparecer el humo que se crea, ven que las puertas han caído al suelo prácticamente desecha y se puede pasar sin problema. Justo cuando se giran para destrozar la última puerta, Sarita consigue abrirla sin mayores dificultades.

Al asomaros por las puertas laterales, veis dos salas que parecen gemelas, con un armario, una mesa y una silla de madera cada una. La puerta frontal conduce a un pasillo que desemboca en lo que parece un pequeño jardín, donde destaca un rosal gigantesco.

Morgana se meurte los dientes, su experiencia como cazadora le dice que darle la espalda a una fiera es un suicidio asi que no le queda mas que seguir luchando.

Etelimas anzó un nuevo ataque mágico... contra una única rosa... fallando.

-Uff... Qué mal. -comentó con una media sonrisa.

Sarita se adentró en una de aquellas habitaciones. Seguramente fuese del servicio. Investigó el armario de cada una de las salas. 

Se movió tratando de no hacer ruido, buscando posibles trampas y comprobando la cerradura

Parece que tendras que quedarte aquí. - dijo Adélaïde mientras amarraba el caballo a un arbol para luego entrar dentro. ¿Os lo pasais bien destrozando cosas? - dijo mientras se reia.

Etelimas sonrió a Adélaïde.

-Psé. No está mal, quizá si destrozamos las suficientes cosas venga él y ahorraremos tiempo. -dijo haciendo crujir los dedos- Has hecho bien. -comentó señalando al caballo con el mentón- Quizá nuestro enemigo podría dominarlo y sería una situación embarazosa.

Morgana golpeó en la boca al león que, enfurecido, mordió con fiereza a la mujer, clavando sus dientes en la pierna mientras la zarandeaba. La mujer poco a poco fue perdiendo la conciencia...

No sabías cuánto tiempo había pasado, pero te notabas muy cansada. Abriste los ojos lentamente pero tu mirada era borrosa. Intentaste moverte, pero no podías. Parpadeaste varias veces hasta que recuperaste la visión. Estabas tumbada sobre una piedra atada totalmente por unas enredaderas. Te sujetaban muy fuerte, apenas podías mover nada de tu cuerpo.

Al mirar hacia la izquierda, ves a una figura. A alguien que ya conoces. Enya está a tu lado.

El disparo de Etelimas falla y el rosal queda intacto. Pero, tras un segundo, el rosal empezó a moverse. Un viento que provenía de ese arbusto llegó a vosotros, arrastrando algunas hojas.

Sarita entra en la habitación que había abierto. A simple vista, todo parecía normal. Pero, al abrir el armario, comenzó un temblor que todos pudisteis notar. Tras la mesa, una pared empezó a moverse y aparecieron diferentes objetos. Dos candelabros de tres brazos, cuatro teteras y un plumero. Todos los objetos se empezaron a mover al tiempo que el armario golpeaba con sus dos puertas a Sarita, al tiempo que la apresaba en su interior. Dos brazos salieron de los costados del armario, dispuestos a defenderse

- ¿Enya? ¿Donde estamos?