Partida Rol por web

Mis más sinceras disculpas. - dijo Adélaïde mientras levantaba su lanza y la apollaba en el hombro. Me llamo Adélaïde y estare encantada de que escuchar vuestra historia... No habia terminado de hablar cuando un grito de una niña captó su atención. Tranquilizate pequeña, parece ser que estos seres van a ayudarnos en nuestra misión. Creo que sera mejor que entremos y vayamos a var a Lis.

Kalehid no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa. -Acepto tus disculpas. -dijo mirando a la guerrera. -Por cierto, ¿quién es esa Lis de quién habláis? Nosotros pasábamos por aquí, pero si necesita ayuda, yo, Kalehid príncipe de Romualda, la ayudaré en esa misión.

Entonces alzando la cabeza vio, en el torreón, a la pequeña e intentando ser lo menos brusco posible dijo.

-Tranquila pequeña, estos monstruos como tú los llamas, eran y son leales soldados de Romualda, no harán nada que yo no les ordene.

Concentrado en la medicion de la cintura de Meca, Kalalo no vio a la niña hasta que el grito le hizo brincar y abrazó a la guardia con ambas manos.

-"¿He?"- Miró a la niña y una gota de verguenza se asomó en su frente -"ejem, ¿Estas bien bella doncella?"- Preguntó Kalalo sin dejar de abrazarla -"Yo estoy siempre presto a protegerte ante cualquier peligro, sea grande... o pequeño"-.

Morgana mira con incredulidad a Kalalo

- Dicen que los que mas presumen son los que menos actuan... -dice sonriendo mordazmente - Me pregunto si seras todo boca.

Kalalo deja de abrazar a la joven, pero su mano izquierda sigue en si cintura. Despues de todo nos es inteligente poner todas sus cartas en una mano. Habia que seguir dandole esperanzas a las otras chicas.

-"No se preocupe, hermosa amazona, mi brazo y mi corazón estarán prestos a demostrar su valia cuando sus bellos ojos así se lo indiquen"- Y hablaba con verdad, quizas por alcanzar el afecto de las damas, Kalalo siempre era arrojado en batalla y hasta temerario. Y si todavia estaba con vida queria decir que no lo hacia tan mal, en ninguno de los dos campos.

-Bueno, creo que nos están esperando, y que por lo que sé, cuanto menos tiempo perdamos mejor... -dijo Kalehid mirando al guerrero bravucón. Entonces tiró con fuerza de su capa mientras él mismo daba media vuelta, para que ésta ondease acompañando el movimiento. Se sentó en su trono y con una señal los esqueletos lo cogieron por los cuatro costados y lo levantaron hasta la altura de sus hombros. Los zombies hicieron lo propio i se colocaron a los costados del trono, siempre amenazantes de los que decidiesen acercarse demasiado a su señor.

-¡Déjanos pasar, vamos a ver qué quiere esa tal Lis! -y con otro gesto la comitiva empezó a avanzar.

-Adélaïde. -pronunció lentamente Etelimas, casi saboreando cada letra, e hizo una reverencia.- Por supuesto, quedáis disculpada.

Entonces su hermano inquirió para entrar a la aldea. Su "urgencia" debía estar presionándole bajo la armadura.

-¡Sí señor! -dijo mientras comenzaba a caminar hacia la entrada, esperando que aquellos que se interponían en el camino se apartaran. Niro saltó de encima de sus botas, donde había conseguido acurrucarse pese a su gran tamaño, con un gañido de queja. Etelimas lo miró- ¡Vamos Niro! -el gato le ignoró, oliendo algún rastro del suelo- Bbsbsbsbsbs. ¡Niro! -solo la oreja del animal se dirigió al hombre que le llamaba, molesto por saberse el centro de atención.

Finalmente, Etelimas resolvió cogerlo en brazos y avanzar. Pese al maullido de queja, el gran siamés apoyó su cabeza sobre sus brazos y no se movió. El séquito había comenzado a caminar, pero Etelimas se puso a su altura con dos zancadas.

Morgana rie, luego dirige su mirada a los ojos de Kalalo

- No soy una chica que necesite protección pero estoy ansiosa de ver como demuestras eso que dices que harás. Las bestias te daran una gran ocasión para ello.Por cierto, mi nombre es Morgana, no "hermosa amazona".

Por los dioses, espero que no sean estos con los que tenga que asociarme para ayudar a esa tal Lis, aunque pensándolo mejor......no se me ocurre nadie mejor para esconderme.-

Sin decir nada, la joven y atractiva señorita siguió a la extraña comitiva

Meca mira incrédula el grupo que se había montado en la puerta de la aldea.

¿Serían estos los que pudieran librar al pueblo del mal?

Se llevó una mano a la cabeza, parecía un poco histérica por todo lo que habláis y lo poco cuerdo que parecéis. Al final, no le queda más remedio que abriros.

Se gira y grita:

¡Bell, abre las puertas! ¡Tenemos... esto... abre y lo verás!

Oís como la puerta se va abriendo cuando Meca se vuelve a girar hacia vosotros.

Los muertos vivientes no pueden entrar aquí. Lis los destrozará en cuestión de segundos, así que... Aparcarlos por ahí dice haciendo un gesto hacia la derecha

Al abrirse la puerta, os encontráis a otra persona, a esa tal Bell de la que la guerrero de la torre ha hablado

Bienvenidos aventureros, mi nombre es Bell dice esta chica dulcemente. Parece de mejor carácter que la del torreón.

Veo que habéis visto todos la nota, me alegro de que hayáis decidido venir a ayudadnos. 

¡Rápido, pasad! ¡Tengo que cerrar las puertas antes de que ninguna criatura pase! 

Aunque mira con desconfianza a los muertos vivientes, no dice ni hace ningún comentario. Pero si que se aparta discretamente de Adélaïde y su caballo

Morgana entra mientras se sacude el polvo que su armadura ha acumulado durante el viaje.

- Encantada, mi nombre es Morgana, experta luchadora, no necesito mas armas que mi cuerpo y la pondre al servicio de este pueblo por ahora.

En silencio Elnora se bajó del carro y se acercó al variopinto grupo, la mirada de uno de los nigromantes le había llamado la atención, tal vez podría seducirlo y sacarle información útil, sin embargo en el momento en el que llegó a la puerta esta se abrió, por lo que continuó avanzando con la mirada perdida, observando la arquitectura de la ciudad con una pequeña sonrisa.

-Bueno... -dijo Kalehid mirando a Meca con cara de desprecio. -Lo entiendo, cada uno tiene sus normas en su territorio, así que no hay problema.

Dio una señal a los esqueletos para que lo volvieran a bajar, se levanto del trono en un pequeño salto y se puso a andar justo detrás de las dos mujeres que acababan de entrar.

De pronto recordó que los esqueletos lo seguían, y dio otra orden a todos sus soldados para que se quedases fuera, vigilando la puerta.

Al volver a girarse, se topó de cara con Bell. -Buenos dias, espero que no me haga esperar mucho esa tal Lis. -y sigió con su marcha lenta, no estaba muy acostumbrado a andar. -Etelmias! Ven no te quedes atras. -dijo gritando sin siquiera mirarlo.

Sarita cruzó la puerta procurando no darle la espalda mucho tiempo a nadie.

Una vez dentro se separó de los demás, y se acercó a una de las paredes.

No es que fuera desconfiada, nooooo, es que todavía no había sido debidamente presentada

Cuando les abrieron las puertas se encontraron con una joven que les apremia para que pasen rapido. Adélaïde pasó con la espalda recta y un porta  altivo. Avanzo poco a poco y cuando hubo pasado espero sin decir nada hasta que alguien la guiase hasta Lis.

Etelimas se perdió entre mirar a Adélaïde y ver qué hacía finalmente su hermano con los no-muertos. Solo las palabras de Kalehid le sacaron de su ensimismamiento.

-¡Sí señor! -dijo acelerando el paso y poniéndose junto a él.

Los ojos de Kalalo se abrieron como plato ante las palabras de Morgana. Asi que el cuerpo de Morgana está al servicio del pueblo Que interesante, pensó Kalalo que hasta el momento la habia considerado la mas dificil de conquistar.

Se acercó lo mas posible a la nueva guardia para hablarle en confianza

-"Veo que aqui las guardias son todas mujeres, ¿tienen acaso algun instructor? Yo podria enseñar algunas clases de manejo de armas y defensa personal"- Dijo mientras hacia algunas fintas -"Ademas me gustaria conocer a quien diseña sus uniforme, me cae muy bien"- Dijo sonriendo y apreciando como la falda se abria a cada paso mostrando solo lo justo.

Kalehid se paro de golpe y con un movimiento brusco se giró hacia Kalalo y le espetó. -Mmm... Kalalo, verdad? Me intriga saber como es que siendo tan mujeriego aún no te has llevado un buen susto con alguna de tus "victimas". -y volviendo se a girar para seguir con la marcha añadió. -Intenta controlarte un poco porque como sea verdad que tengamos que ir juntos en esta empresa, no se si podre aguantarte todo el día así. Muchas mujeres de Romualda ya te hubiesen matado...