Partida Rol por web

Mishima escuchó las propuestas de los demás en cuanto los hermanos informaron sobre lo que habían descubierto. La verdad es que todo aquello de infiltrarse parecía un poco complicado, al menos para él.

Y por qué no vamos simplemente a ver a ese tipo y le preguntamos. Seguro que si se lo pedimos "amablemente" nos informará de lo que está haciendo y por qué.
Desde luego sería mucho más rápido y de primera mano. Si hay que estar infiltrandose y haciendose pasar por lo que no somos hay más posibilidades de que nos descubran, o de que el tipo deje de ir a esas reuniones. Con lo que habría que acabar hablando con él igualmente. Así ahorramos tiempo.

La mujer dejó pasar unos segundos, escuchando a los presentes, al hablar Vundav le miró directamente sin mostrar una expresión clara aunque al final trató de suavizar su rostro para sonreir un poco.

- Lo veo muy peligroso, hay que estar entrenado para hacer algo como eso. Si quisiérais algo así...

Ahora pasó la mirada hacia su propio hermano, dejando claro al candidato, después sonrió de nuevo ahora con una expresión distinta.

- Somos dos, podemos hacer dos tareas distintas, pero pediríamos algo a cambio. Hemos visto algo que no nos ha gustado, un problema para el que necesitamos apoyos para quitarlo de encima. Quizás os lo podría comentar.

Expuso Aila, volviendo la mirada hacia Vundav.

- Alguien que es peligroso en la ciudad, que conocemos y que no queremos que esté aquí. Además se ha citado con ese agente, lo que refuerza nuestra idea de que es mejor actuar.

Miré a la chica arqueando una ceja.

- Bueno, no sería la primera vez que trabajo con una banda de ladrones - comento. - Infiltrarme en una no sería especialmente peligroso... - Seguro que no más que trabajar en una maldita taberna, que me la juego todos los días a cortarle el gaznate a algún cliente y que me encierren de por vida. - Pero, ¿qué es eso que tenéis en mente? Necesitaremos algo más de información para poder decidir, ¿no crees?

Vundav se sintió algo molesto por la falta de confianza en sus habilidades, nunca había tenido problemas en hacerse pasar por otra persona o convencer fácilmente a los demás. Lo dejó pasar. Asintió a Aila, a fin de cuentas ya se había ofrecido a ayudarla anteriormente.

- Tienes mi apoyo y te ayudaré sin problemas, pero después puede que también te pida algo a cambio. - Sonrió a la muchacha, en cierto modo ya estaban en deuda con ellos por no haberles denunciado cuando estaban en el sótano, pero a Vundav el tema de los favores le daba igual, la chica le caía bien y ciertamente necesitaría después su ayuda.

- De todas formas, te aviso que no lo... eliminaré así como así. Necesitaré algún motivo fuerte para actuar.

La estatua aquella de marras seguía como la habían dejado. Y no parecía tener nada nuevo que aportarles a su investigación. Los dos hermanos ladronzuelos en cambio sí que tenían noticias bien jugosas. ¿Tratos entre Thrune y las bandas criminales? Eso no podía ser bueno de ninguna de las maneras.

Los planes que se proponáin eran sin duda peligrosos y no había garantías de que salieran bien. Y si a eso encima le sumabas lo mal que se le daba el subterfugio al guerrero... Pues eso, que mucha opinión no es que pudiera tener en ese asunto. Sin embargo, en lo que respectaba a eliminar amenazas, ahí ya se las apañaba mejor.

 -Si hay que quitar a alguien del medio con rapidez, yo puedo hacerlo. No seré discreto, pero sí eficaz.

Aunque quizás fuera más inteligente llevar a cabo el plan del secuestro con ese individuo en lugar de con el lugarteniente del inquisidor.

 -Claro que si a ese le secuestráis y lo traéis, podemos sacarle toda la información necesaria y luego eliminarlo. A ese seguro que no lo echarán de menos ni la mitad que al hombre de Thrune.

La joven de cabello negro tenía un rostro bello, un poco alargado pero no le restaba belleza, era más llamativo que a veces mostraba una expresión fría como hizo ahora cuando le respondían al tema que planteaba. Concretamente miraba a la elfa de ese modo y luego al aasimar, aunque la sonrisa del hombre logró que se relajara un poco e incluso llegó a responderla, arrugando después los labios meditando cómo plantear aquello.

- Insisto en que avancemos en este trato. Hemos visto que se mueve por uno de los barrios una nueva banda, los jirones rojos, recién creada y sin embargo creemos que van demasiado bien preparados. Echamos un vistazo y entonces la vimos en el almacén que usan de base de operaciones, a Scarplume, sin duda es ella. Se trata de una strix que se movía por Vyre.

Dijo refiriéndose a una ciudad cercana de la que algunos podían haber oído.

- Sería una mafiosa cualquiera si no fuera porque practica la hechicería, nosotros dos tuvimos un enfrentamiento con los suyos una vez, tuvimos que largarnos para sobrevivir, pero más la odiamos porque terminó con un amigo nuestro.

Los dos hermanos se miraron entre sí un instante, revelando que había un motivo emocional detrás de aquello.

- No nos gusta que esté aquí, además no tiene sentido que esté aquí, que esté formando su propia banda y que tengan buenas armas.

Se dedicó a explicar lo que eran demasiadas coincidencias para ellos dos. La chica se fijó en los rebeldes, mostrando determinación en sus intenciones, miró a Vundav enarcando una ceja indicándole que estaba interesada en lo que estaba diciendo. Después se fijó en el gran guerrero.

- Podríamos secuestrarlo, es cuestión de interceptarlo.

Lo de la nueva banda de criminales bien pertrechada era sin duda algo a tener en cuenta. Más si además está relacionada con la figura que han comentado los hermanos.

Bueno. Se podrían hacer las dos cosas a la vez. Podríamos ir a por el tipo nuevo que habéis comentado, justo cuando se reuna con los Jirones esos. Aparecemos por la reunion y nos presentamos amablemente.

Si era cierto lo que daban a entender. La mano derecha de tirano estaba movilizando a los ladrones para algo. No sabían el qué, pero era dudoso que fuese para algo bueno para la gente de la ciudad.

- Estoy de acuerdo con ello, pero dejemos de lado temas personales.

Vundav miró a ambos hermanos.

- Si tenéis algo que decir, mejor ahora antes de empezar. No tengo problema en ayudaros incluso a vengaros de algo, pero para ello tenéis que convencernos que es lo mejor para la ciudad.

- Confío en vosotros.

Una vez más, Vundav usó su capacidad telepática con Aila.

- Ya sabes como funciona esto, piensa en decirme algo y lo recibiré. Creeme que quiero ayudarte, pero también creo que lo mejor sería que confiarais y contaseis si algo pasó con esa mujer.

- Aunque si prefieres decirmelo en privado, este es el canal adecuado.

Una vez más sonrió a la muchacha.

La joven volvió a notar la voz en su mente, miró un instante a Vundav y luego a los demás, entonces le respondió.

- Verás, Scarplume es una criatura peligrosa, nosotros vimos sus actividades en sus inicios en Vyre, nos atacó cuando estábamos haciendo algo, por entonces no íbamos mi hermano y yo solos sino que teníamos más compañeros, tuvimos un enfrentamiento bastante amplio, de una veintena de participantes entre nuestros dos grupos. No pudimos hacerles frente porque Scarplume lanzaba su magia y nos mermaba. Tuvimos suerte de poder salir de allí y nuestro amigo, que era la persona con la que teníamos más afinidad del grupo al que nos intentábamos unir, no volvió.

Retornó la mirada hacia él, Aila trataba de mantenerse serena enmascarando cualquier emoción que pudiera tener. 

- Aquello hizo que nos fuéramos de Vyre y esta strix es como si nos hubiera seguido. Verla aquí nos ha... perturbado y mucho.

Trató de explicar al aasimar.

- Este "canal" tuyo está bien pero hablar así ante toda la gente es un poco vergonzoso, no sé a dónde mirar.

Explicó a Vundav, Aila parecía un poco cohibida en aquella situación, aunque las sonrisas del joven despertaban una respuesta similar en ella, inmediatamente hacía el gesto de endurecer sus facciones.

La joven miró a Vundav y guardó silencio unos segundos en los que parecía pensar para sí misma.

- Es una buena opción la de interceptarles cuando estén reunidos. Solo que esa hechicera, es poderosa pues tiene la habilidad de volar y lanzar unos peligrosos rayos de fuego. Los strix son seres alados, se elevará y os tendrá a su merced.

Expuso notándose una franca preocupación en lo que estaba relatando.

- Lo hemos visto antes, casi termina con nosotros una vez. Así que tendríamos que prepararos, recomiendo que todos llevéis arcos y que la acribilléis.

Terminó de decir, también podía notarse que Aila estaba algo más pendiente de la cuenta de Vundav.

Al escuchar a Aila, Vundav maldijo por lo bajo...

- Aún no puedo volar, pero me noto que puedo conseguirlo en breve. - Al reconocer su incapacidad para volar estaba también reconociendo su juventud, aún no había desarrollado esa capacidad. - Por mi parte, estoy de acuerdo.

- Perdona, no quiero que te sientas incómoda, procuraré no hacerlo más. - Aún intentando que el resto de sus compañeros no se percatasen de esa conversación privada no pudo evitar enrojecer un poco. Había abusado y entrado sin permiso en la intimidad de la joven, era imperdonable.

- Solo quiero añadir que tienes... tenéis - estaba personalizando demasiado en ella. Ya la había incomodado bastante, intentó meter a su hermano para generalizar un poco - todo mi apoyo.

Mishima escuchaba las explicaciones de la hermana y sus experiencias con la strix.

Bueno. Todo es cuestión de elegir el terreno adecuado para pelear. Si está en interior no tendrá demasiado espacio para hacerlo, y si la pillamos por sorpresa aun menos.
Y si no, como bien dices, con armas a distancia.

No parecia especialmente preocupado por los poderes de la bruja. Al menos los naturales.

Escuché en silencio los planes de Aila. Nuestro objetivo había pasado de reunir información a acabar con una hechicera que no conocíamos. Bueno, mientras Laria esté de acuerdo y siga pagando, no veo por qué no... Me dije, sintiéndome cada vez un poco más distanciada de los objetivos y métodos de este equipo.

- No volvamos a cometer el error de la última vez. Yo tengo un arco corto que os puedo dejar, si alguien no lleva armas a distancia... Suponiendo que sepáis usarlo - dije, con bastantes pocas ganas de enseñar a nadie a disparar con un arco.

Vundav señaló su propio arco con el que estaba más familiarizado, aunque él realmente confiaba más en su magia de ataque, pero no lo ofreció al resto. Escuchaba en silencio, como si estuviera concentrado en algo.

El plan le convencía. Esperar a que ambos objetivos se encontraran en el mismo lugar para matar dos pájaros de un tiro sonaba muy bien desde el punto de vista del guerrero.

 -Yo también tengo un arco y sé cómo usarlo.

No era su especialidad, pero de ser necesario no dudaría en emplearlo contra aquella misteriosa hechicera voladora. Y si acababan rápido con ella, eso podría obligar a sus subordinados a rendirse o, como mínimo, desmoralizaría a parte del grupo. Al menos eso sucedía con los grupos de bandidos: acababas con el líder y la mayoría se largaba sin plantar cara. Si éstos eran criminales también, funcionarían parecido, ¿no?

La joven lanzó una mirada hacia el aasimar cuando le decía que no la contactaría más de ese modo, sonriendo después deseando calmarle.

- Está bien, en algún momento podemos quedar para hablar, hay cosas en tí que están más allá de lo normal.

Dirigió una mirada intrigada que descartó al poco no queriendo que el resto de presentes la advirtiera. Aila no podía comunicar prácticamente nada más, pues allí rodeados todo se notaba con facilidad.

Los dos hermanos no tardaron en retirarse para seguir con sus asuntos, la idea de que el grupo fuera a enfrentarse a aquella strix les agradaba. Hubo de pasar cuatro días completos en los que pudieron seguir con sus trabajos o con el proceso de traducción. Evram buscaba a alguien que pudiera resolver el misterio del papel protegido con magia. Las horas de aquél nuevo día habían pasado demasiado lentas y esta vez el hermano acudió a encontrarse con ellos, durante la hora de la cena.

- Hay que ponerse en marcha, van ya a hacer un encuentro. Debe ir al lugar de siempre, un antiguo orfanato abandonado. Es un lugar llamado la casa Humbright, una vez un pequeño orfanato y santuario a Aroden. Por lo que sabemos del lugar tanto la iglesia como el orfanato cerraron sus puertas en los meses posteriores a la muerte de Aroden, hace largo tiempo ya. Se encuentra en una de las partes bajas de la Colina del Templo, una de las partes olvidadas por las clases altas.

Como sabían la Colina del Templo estaba coronada por el dedicado a Asmodeus y el lado que les indicaba el infiltrador era el que marcaba uno de los límites de los barrios bajos.

Ya reunidos y dado que Aila se encontraba ya en la zona fueron en aquella dirección encontrando el lugar con facilidad incluso en la noche, aunque hubieron de esquivar las guardias como ya comenzaban a habituarse a hacer. El orfanato contaba con tres construcciones. Se podía ver una escalera destartalada en la planta baja de la iglesia que conducía hacia arriba, mientras que las escaleras principales del orfanato se derrumbaron hace años. Ambos edificios son de ladrillo en bruto. El techo de la iglesia se encontraba a 20 pies sobre la calle, con una parte superior plana y lados inclinados

- Entonces ha llegado el momento, si pudiésemos llegar antes sería más fácil emboscarlos. En todo caso, organizarnos como hicimos con los prisioneros rescatados,- miró de soslayo con una sonrisa por el lío del arco,- ahora que ya nos conocemos también nos da ventaja así que un ataque de frente y otro a distancia parece lo más efectivo.

Casi con la premura con la que el hermano cuervo los habia avisado empezó a preparar sus cosas para salir hacia el punto que había indicado. Al llegar pudieron ver la estructura, donde escaleras exteriores franqueaban algunos muros. Debían asegurarse de si estaban allí o aún no habían llegado.

- Contamos con gente que domina el sigilo, hagamos uso de ello. Si podéis subir ahí arriba seguro que tenéis buena visión tanto de dentro como de esta parte, y empezar a tomar decisiones sobre cómo actuar.

Una vez arriba confiaba en poder entender las señas con las que tendrían que comunicarse, aunque...

- Podemos elaborar un sistema de signos que nos permita saber qué ocurre y qué hacer entre nosotros. Señalad dentro o fuera para confirmar su ubicación, indicadnos donde colocarnos cada uno en ambos casos ya que tendréis mejor visión, o la puerta si hemos de entrar, o alguna ventana concreta...

Mucho de lo que estaba diciendo quizá no era necesario porque podrían entenderlo sobre la marcha pero así estarían mejor cubiertos ante la duda.