Partida Rol por web

Vundav observó el entorno, pensando.

- Si aún no han llegado podemos tomar posiciones, pero si están dentro la cosa cambia. Antes de planear cualquier estrategia lo primero es saber a qué nos enfrentamos. Aparte de la Styrx, necesitaríamos algo de la persona con quien se va a reunir, si tiene algún poder o algo que nos preocupe. Y obviamente cuantos son.

- La iglesia tiene techo, si mantenemos a Scarplume dentro, mi rayo la puede freír, pero si sale al exterior y se eleva demasiado dependeremos exclusivamente de las flechas.

- En cuanto a la comunicación, yo puedo usar mi telepatía pero de uno en uno y siempre que pueda veros. Puedo actuar como intermediario, pero tampoco puedo perder mi concentración en esas cosas.

Dejó de hablar y empezó a concentrarse.

- Necesito saber si están ya o cerca para activar mis escudos.

Hasta no llegar al lugar poco podían hacer para planear nada. Necesitaban saber cómo era la localización, y una vez allí ya posicionarse.

Si van a estar en el orfanato parece que desde la iglesia se puede acceder. Debería poder deslizarme por allí sin que me vieran. Pero como comenta Vundav es importante saber cuantos son. Dudo que hayan venido solos, seguro que habrán traido a alguno de los secuaces por lo menos la strix.

Estaría bien que alguien más viniera, alguien con buen sigilo, y si vemos que hay posibilidades de atacar ya os avisariamos.

Le tendí mi arco corto a Nikkha, pensando que probablemente podría necesitarlo, y recoloqué el carcaj para distribuir mejor el peso. - Claro, voy contigo - le digo a Mishima. - Hay que confirmar que no tienen centinelas que puedan ser un problema y buscar la mejor forma de acceder a esa hechicera.

Una primera exploración por parte de la pareja no arrojaba demasiada luz sobre lo que podía suceder. El lugar parecía cerrado pues el supuesto abandono no significaba que contara con buenas puertas. Por lo demás todo tranquilo y para alcanzar la escalera que unía dos de los edificios había que entrar en ellos o bien trepar. Ninguna de las dos tareas se adivinaba sencilla.

Mishima agradeció la compañia de la elfa. Sabía que ella era mucho más sigilosa que él, por lo que esperaba no fastidiarla mucho.
Cuando no vieron nada extraño resultó bastante claro que la mejor opción era entrar, y la más discreta era por arriba.

Creo que lo mejor sería subir. A ver si puedo y te lanzo una cuerda.

El ofrecimiento era bastante caballeroso, pero mientras trataba de subir se dió cuenta de que tal vez no sólo era mejor que él siendo discreta, puede que también escalando.

Desde fuera de la casa podían ver como los dos trataban de extraer información sobre los secuaces del nuevo alcalde, aunque poco debieron de encontrar porque de pronto empezaron a trepar hasta el tejado.

No podían hacer nada hasta saber un poco más, así que tocaba esperar.

- Espero que no los vean y nos puedan decir algo.

Niego con la cabeza y le hago un gesto a Mishima para que haga los honores. La verdad es que trepar nunca fue mi especialidad, más allá de algún árbol en el bosque, pues para mi trabajo me he centrado más en otros métodos para acceder a mis objetivos.

- De todas forms, también será buena idea abrir un acceso adicional por esta puerta - le digo al monje en un susurro. Me cuesta ver a Erik trepando con su armadura sin sonar como una campana mientras golpea contra la pared.

Levanto un poco la parte inferior de mi jubón y del cinturón saco un estuche alargado. Lo extiendo con cuidado mientras observo la cerradura y escojo la ganzúa que me parece más apropiada para la puerta y me inclino sobre ella mientras Mishima hace sus cosas.

Vundav contemplaba a sus compañeros a la vez que miraba los alrededores para no ser pillados por sorpresa.

- Si no están podemos intentar escondernos o tomar posiciones. Si nos ven y huyen estará todo perdido.

Los intentos de Mishima no llevaron a buen puerto, la superficie no resultaba tan sencilla de trepar como habría esperado y quizás necesitaría la ayuda de Erik para recibir un empujón extra.

Arden optó por otra solución, hundiendo una de sus ganzúas en la cerradura que tenía delante, con maña pudo voltear el mecanismo - que parecía bien cuidado - logrando el esperado clic que anunciaba el éxito de su acción. La elfa podía ahora pensar cuál sería la siguiente, si abrirla para otear o si desistir de aquél intento.

El resto de rebeldes se movieron hacia donde su compañera se hallaba, tensos por saber si la pícara sería capaz de darles la entrada que necesitaban si querían empezar a explorar.

Arden estaba enfrente de la puerta, parecía que los que buscaban ya habían llegado y estaban dentro.

Preparándose para lo peor, Norwind sacó sus dos espadas dispuesto a sorprenderlos si tenían la oportunidad.

Observando como Norwind saca sus espadas, Vundav activa sus escudos.

Mishima no estaba contento por no poder subir por aquella pared. Vale que no era una montaña con asideros, pero desde luego que no esperaba que fuera tan resbaladiza.

Mmmmm.

Quizás otra persona hubiera decidido que no era buena idea seguir intentando escalar aquello, sobretodo si sabían que estaba a punto de llegar gente que no querían que les viese. Eso si no estaban ya dentro. Pero el monje no era otra persona. Simpre había vivido al límite, y así seguría hasta que muriese. Por lo que volvió a tratar de trepar.

Con el mismo resultado como no podía ser de otra manera.

Mierda.

Habían llegado a un plan tras haber parlamentado con los hermanos ladrones y allí habían ido en grupo. Y si todo les salía bien, sin duda matarían dos pájaros de una pedrada. Aunque la primera parte del plan a él lo dejaba automáticamente fuera, ya que todo lo que no fuera asalto y derribo simplemente se le daba mal.

Sin embargo, el no ser hábil con el sigilo y la infiltración no implicaba que no pudiera intentar ayudar. Intentando ser cuidadoso, Erik se acercó a donde estaba Mishima, para intentar ayudarle a trepar aquella pared.

 -Apóyate en mí, te ayudaré a subir.

No era alguien sigiloso, eso lo sabían todos, pero sí que era fuerte. Quizás eso pudiera ser util al monje en su tarea.

Escucho el familiar chasquido que indica que la cerradura se ha abierto y me centro en el resto de la puerta.

Con cuidado, miro por la mirilla para tratar de comprobar si hay luz en el interior. De haberla, cualquier destello ocasional que pueda aparecer al abrir será fácilmente disimulado. Saco un poco de aceite de mi kit de herramientas y, tras comprobar que los goznes no están demasiado oxidados, echo unas gotas en cada una de las bisagras y en el propio picaporte. Por último, reviso el marco de la puerta, comprobando que hay suficiente holgura como para poder abrirla sin ningún movimiento brusco y limando ligeramente con la daga cualquier punto donde pueda rozar.

En todo el tiempo que tardo, Erik ha llegado junto a Mishima. Les hago un gesto para que cubran las luces que puedan desvelar nuestra posición y para que se mantengan en silencio. Cuando el monje resbala una vez más, le miro con expresión severa, llevándome el dedo a los labios.

Con cuidado, abro ligeramente la puerta para otear el interior.