Partida Rol por web

Al observar el colgante, el rostro de Samuel cambia completamente.

- Este colgante… no puede ser, ese idiota de Godman tenía razón. El objeto que portas pertenece a una bruja de Aquelarre, pero para estar seguros necesito mirar en mis archivos.

Samuel abre una trampilla debajo de la barra y se introduce rápidamente. Al cabo de diez minutos sale de ella con uno libros enormes y polvorientos, que postra frente a ti.

- Puede que me que equivoque y quiero creerlo, pero esto no pinta nada bien. Detrás del amuleto hay un pequeño símbolo grabado a mano que me resulta familiar, pero no logro recordar a quien pertenecía, lo único que recuerdo que era un cargo importante dentro de Aquelarre.

Tras una intensa búsqueda, Samuel parece encontrar algo.

- Liz Thompson… mano derecha de la Reina Roja… deserto de aquelarre poco antes de la gran guerra… en paradero desconocido. (Samuel se toca la barbilla con gesto pensativo) Vaya parece que esto es más interesante, parece ser que el símbolo del colgante es algún tipo de magia antigua para contener la propia oscuridad del portador.

Parecer después de todo, tu madre es una bruja renegada y que si se marcho solo fue para protegeros a tu padre y a ti de sí misma o de Aquelarre, lo siento de veras.

Parecía que la mentira habia tenido exito cuando pude ver como el tipo apartaba su pistola de mi rostro -"uf...estoy salvado"- pensé. Acto seguido me levanté y miré al tipo -Tranquilo, eres precavido y eso me gusta, has hecho bien en cuanto a este...aspecto- le dije con un gesto de aprovacion con la cabeza

Me fijé en los dos hombres que le acompañaban, y parecía que tambien se habian calmado un poco, los observaba intentado formarme un perfil psicologico, sobretodo el del jefe, pero entonces él empezó a hablar. Lo escuché atentamente para luego responderle -Quien soy yo no importa ahora mismo, y quien me envia...bueno, se puede decir que me envía alguien cuyo nombre no quiere que sea revelado. Es alguien que te ha dado un voto más de confianza con la esperanza de que esta vez las cosas salgan bien, pero, tambien he de decir que si esto no sale bien...irán a por ti. Y por eso estoy aquí, para ayudarte. Los detalles no los conozco muy bien. Como podrás entender, la logia tiene otros asuntos que, al igual que este, tambien son muy importantes, así que deberas ponerme un poco al corriente si quieres tener un grado de probabilidad de èxito mas alto-

Cerré estrepitósamente la puerta trás de mi, mientras la aseguraba... al calmar mi mente un poco más me percato de mi entorno, el rastro de sangre coagulada que se dirigia al fondo de el pasillo fue lo que más captó mi atención en ese momento... así que observé detenidamente antes de decidir que acciones tomar.

-Perdón?-

Estaba flipando en colores. Bruja? Mi madre? No tenía cabida alguna, no tenía sentido. Aquelarre? Qué Aquelarre? Reina Roja? Proteger?

Me pellizqué por si aquello era un sueño, pero no me desperté de él. Mis ojos estaban abiertos como platos, como dos naranjas y realmente miré la copa que me había servido el camarero por si le había echado algún alucinógeno. Pero parecía serio y convincente en lo que decía y...Qué narices? Un demonio se había llevado a mi madre, no estaba como para no creerme todo aquello.

Cogí aire y recobré un poco la compostura. Miré al camarero a los ojos y no vi mentira en ellos. Cogí mi colgante y miré la parte de atrás, para ver si se ubicaba en él el símbolo que había mencionado.

-Esto...podrías explicarme un poco de qué va todo esto?-

- Parece que es demasiada información para poder digerirla fácilmente, no te preocupes y tómatelo con calma. Esto que voy a contarte es de antes de la guerra, así que escucha con mucha atención.

Poca es la información que queda de Aquelarre y de su líder la Reina Roja, pero se remonta al siglo XI en la Edad Media. En esa época la brujería solo era cosa de pocas afortunadas que conseguían dominar la magia, aunque poco a poco se extendería por mucha parte del mundo.

Las noticias de este don dominado por pocos, llego a oídos de la iglesia que inmediatamente sin saberlo ordeno a los cruzados que castigaran por sus “artes oscuras” al fuego eterno; o lo que es lo mismo que las ejecutaran. Esto haria que muchas personas en aquel periodo funesto, murieran por falsas acusaciones de brujería y fueran quemadas vivas. A lo que Jeanne de Vouthon, como seria conocida desde ese día como la Reina Roja, fundara Aquelarre para vengar la muerte de sus hermanas por parte de los cruzados y la iglesia.

Desde aquel entonces su guerra personal contra el mundo que una las juzgo, no ceso, hasta la guerra de la puerta del infierno que su alianza con el crepúsculo de plata hizo que la balanza se tornara a favor de estos y condenaran al mundo.

Tras estas últimas palabras la mirada de Samuel se queda como perdida mirando una foto colocada a su espalda, como si recordar el pasado le entristeciera. En la foto puede verse a Samuel con unos 17 años rodeado por tres personas en actitud amistosa.

Mientras sigues el rastro que va desde tu posición hasta el final del corredor, empiezas a escuchar unos sollozos que provienen de las escaleras que van al sótano. Mientas bajas las tortuosas escaleras que dan al sótano, no puedes dejar de ver como el rastro de sangre va en aumento  hasta el final de esta; en una gran puerta de madera que da al sótano de la vivienda. Cuando la abres ves como una mujer de unos 17 años aproximadamente; esta tendida en el suelo sujetando un cuchillo, mientras llora delante del cuerpo sin vida de un hombre de unos 40 años. El hombre en cuestión esta brutalmente apuñalado por todas las partes del cuerpo.

- Si te soy sincero, mis órdenes son sencillas: capturar muerto o con vida a Jensen Flinch; un agente de grado medio de la logia que nos la estaba jugando haciendo de agente doble para un una persona conocida como el brujo. Un antiguo agente del Red Shield con habilidades sobrehumanas y del que no sabemos absolutamente nada, ni siquiera su aspecto, ya que lo oculta tras una capa roja.

El y Jensen llevan tiempo frustrando los planes de la logia, desde las sombras desde hace varios años.

Tras 3 horas de espera en silencio, Hertz se coloca tras de ti colocando su mano sobre tu hombro derecho.

- … y dime como es eso de que uno de los seis te ha mandado para que me vigiles, ya que según tenía entendido a ellos les gustan ejecutar ellos mismos sus planes.

Tenía razón, todo aquello que me estaba contando era muy gordo ahora mismo. Me senté en uno de los taburetes de la barra, pues estaba empezando a marearme y no quería besar el suelo tan pronto. "Mi madre era bruja...o formaba parte de las brujas...o...." Pasé mi mano por el flequillo para apartarmelo de la cara. En ese momento incluso hasta parpadear me pesaba.

Había venido buscando información y ahí la tenia, pero había sido tan de golpe todo y tan basto que me costaba asimilarlo. Un maldito demonio se había llevado a mi madre por una guerra en la que yo ni siquiera había estado. "Me podría haber dicho algo...Debería saberlo..." Di un golpe contra la barra con el puño. Estaba acostumbrada a aquello, por lo tanto no me había hecho a penas daño -Maldita sea...- Tenía que enterarme por un extraño de todo lo que mi madre me había ocultado siempre, sabiendo que si ella hubiese querido, la hubiese ayudado en todo, aun siendo una madre patética que nunca me trató como a una hija.

No pude evitar el pensar que si ella era una mujer con poderes, quizá yo tambien los poseía y aquello podía jugarme bastante en contra viendo las reacciones del tiparraco de antes -Crees...que yo quizá...tenga poderes también?- Parecía una maldita locura, una ida de olla, me preguntaba si realmente estaba perdiendo el juicio. Cuando le pregunté, vi que estaba ensimismado mirando hacia una foto en la que parecía que salía el con tres personas más. Nunca me metía en asuntos de los demás, pero.... -Quienes son?-

Tenía ganas de salir y fumar, fumar hasta hartarme para mirar de calmarme un poco.