Partida Rol por web

Afirme con la cabeza a las palabras de Jhiarr, busque una buena zona para poder ocultarme pero desde la que pudiera vigilar la entrada al almacén, no fue difícil encontrar ese sitio ya que esto estaba lleno de cajas y mas cajas. El siguiente paso fue desenvainar mi espada, había que estar preparada para lo que pudiera pasar y estaba claro que era mejor para nosotros contar con el factor sorpresa a que estuviera en nuestra contra. Allí esperaba totalmente preparada a que la llamada de Jhiarr surtiera efecto en el enemigo

Pasan unos segundos. Escuchas pasos... Tu estrategia resulto, aparentemente.

Finalmente aparece por el borde del taller, una mujer, que mira en tu direccion, investigando. Y que mujer...

Mide mas de 1.90, y debe pesar facilmente 120 kilos!... Viste una armadura de cuero con tachas, guantes reforzados con acero, y botas duras...No lleva armas visibles, pero ciertamente no parece que las necesite. Se toma unos segundos, examinando el terreno, pero por fortuna no logra verte.

-Eh, sal de donde estes! +dice al aire, con una voz firme.

¡¡Vaya bicho...!! Pero eso... eso no será el causante de aquel sonido metálico...

No quise pensar más, tenía delante a esa mujer, bueno, eso no era una mujer, era una monstruosidad gigante, temerosa y probablemente tan peligrosa como aparentaba ser, o incluso más. Como no veía que llevara ningún arma visible con ella supuse que su especialidad era el cuerpo a cuerpo, lo que significaba que me era más que recomendable no caer en sus manos y mantener las distancias. Tenía que acabar esa batalla pronto y rápido y mi mente ya dibujaba un plan de movimiento determinado. Si ella era más fuerte que yo, algo casi seguro de afirmar, rezaba con que yo fuera más ágil.

Salí de detrás de las cajas y para su sorpresa me acerqué hacia ella para cegarme a hachazos. Pero la sorpresa me la llevé yo cuando calculé mal las distancias y fallé mi primer intento. Reaccioné lo más rápido que pude y antes de que ella se diera cuenta de lo idiota que era su contrincante, oséase yo, crucé mis brazos dibujando una equis en el aire y clavando las hojas de mi arma en aquel bicho. Quizás no le sería muy doloroso, pero podía ser haber sido peor... para mi desgracia.

Me debatía en echarme hacia atrás y protegerme o darle un par de golpes más antes de que reaccionara... Pero dicen que la mejor defensa es un buen ataque y no quise pensármelo más así que fui a por el segundo set de golpes certeros.

Las hachas de Jhiarr son destellos de acero contra el cuerpo de la negra, y dos veces impactan con certeza, cortando la armadura de cuero con facilidad.

Sin embargo, la piel que se muestra en los cortes, aparece intacta! El acero afilado no ha hecho la menor mella en el "cuero natural" de la mujer, que sonrie fieramente. Se lleva la mano a la cintura, y de ahi desenrrolla lo que parecia ser un cinto. Resulta ser un latigo de cuero negro, bien camuflado.

-Ha!... Hola pequeñita... Haz venido a jugar con la Pared? +te saluda con voz ronca. De inmediato, hace restallar el arma, tratando de enrollar tu cintura, pero la cazadora logra esquivar facilmente el golpe!

¿Desde cuándo las paredes se convirtieron en algo tan feo y gordo? Aunque tú me gustas... tienes mucha carne para masticar...

Mi rostro cambió, la sonrisa siniestra que apareció en mi semblante me convirtió en un animal, el nerviosismo que había sentido segundos antes había desaparecido y me olvidé del mundo cegándome en mi adversario y concentrándome en el ambiente. Hubiera jurado que mis dientes se habían afilado de pronto.

Arremetí de nuevo contra el bicho pero no me olvidaba de defenderme.

Por dos veces mas, el latigo restalla, ahora ya mas cerca de la cazadora, mientras la gorda resiste los hachazos como si nada. Las hojas de acero se golpean su ropa, golpean su carne... pero no la atraviesan. 

-Mi carne es demasiado dura para tus cubiertitos, pequeña, ni que hablar tus dientes +sonrie malignamente+... Pero eres guapita.. puede que te conserve para que me comas... otras cosas.

El tono lascivo en que lo dice, no deja lugar a dudas. Pero entonces, pega un grito.

-ESPADA!

Pasan unos instantes, cuando se oye un poderoso grito, de una voz desconocida, viniendo de la parte sur. Las chicas saben que es por donde ha ido Jhiarr

-ESPADA!

Es la unica voz que rompe la monotonia. Hasta Lee alcanza a escucharlo, aunque levemente por la distancia. 

No... le hago nada...

Aquí es cuando debía salir un payaso y gritar ¡sorpresa! Eso sí que no me lo esperaba. Estaba en clara desventaja, no tenía  nada con que dañar a esa tipa que además me tiraba los trastos mientras me pegaba latigazos. Aquella imagen me ponía de mal humor y darme cuenta de que me estaba ocurriendo de verdad me daban ganas de vomitar. Había llamado a mis hachas cuchillitos... ¡¿CUCHILLITOS?! 

Tenía que deshacerme de esa tipa, sobretodo antes de que viniera su amiguito el espadas, que esperaba que llegara después de las chicas. Si la cogía y la afonaba en el mar...

Dudaba de que una tipa tan gorda pudiera nadar.

Primero tenía que cogerla... Y luego mantenerla quieta. Lo primero no iba a ser difícil, pero la segunda parte del plan estaba lleno de vacíos y fallos.

La Pared no resulta dificil de agarrar. Sin embargo, no se resiste! Es blanda y suave a pesar de su tamaño. 

-Que chica impulsiva... Y ni siquiera te haz presentado. +gruñe.

Se escucha un carraspeo atras.

-Hermana, jugando a los mimitos sin mi? +pregunta una voz afinada.

La voz pertenece a quien parecer ser la Espada. Es dificil mirarla. Es mas pequeña que su hermana, tal vez 1.80 y 80 kilos... pero su cuerpo... Su cuerpo. Es imposible de encontrar palabras adecuadas, salvo el calificativo de monstruoso. Ni siquiera Jhiarr, acostumbrada a sus coterraneos Tes-khar, habia visto algo asi antes. Tifon y Marc eran tambien musculosos, pero de una forma mas humana. Esto, en cambio...

Liquido gotea de su entrepierna, y el bikini que apenas la cubre parece acomodado prematuramente. Por desgracia.

Cuando me iba a dirigir hacia donde están mis dos compañeras oigo una voz que proviene casi diría yo de donde quería ir Jhiarr, por lo que me dirijo con mucho cuidado cerca del lugar para ver que pasa.

-ESPADA- Escucha Lee desde su escondite y comprende que las cosas se empiezan a poner calientes.

-¡Mierda! Mierdamierdamierda- Va mascullando mientras salta al suelo y comienza a correr al sitio de origen de la voz

Tras unos minutos, aunque no podría decir con exactitud cuántos, y tras oír ruidos de refriega a lo lejos, comienzo a incorporarme tras haber oído gritar a algo la palabra ESPADA. Asustada miro en su dirección y me doy cuenta de que es la dirección que han seguido mis compañeras. Y yo me siento estúpida, e inútil.
Tras comprobar que no esté sangrando (aunque un bonito y enorme cardenal seguramente aparezca pronto en mi costado), intento acercarme lo más sigilosamente que puedo hacia dónde creo que se han ido las demás... Puede que no pueda hacer gran cosa, pero desde luego no será por no haberlo intentado.

Cada paso duele horrores, así que rebusco en el botiquín de la mochila algunas pastillas que calmen un poco el dolor y me ajusto más aún el chaleco, sé que luego me arrepentiré, pero no es el momento de pensar en ello, así que empiezo el camino.

Intento esconderme para no ser descubierta y cuando los tenga cerca si veo conveniente atacar al enemigo.

Miraba hacia una puerta que no parecía tener movimiento, estaba preparada para actuar pero no había ningún movimiento. También controlaba los movimientos de Jhiarr, se movió de la zona pero yo seguí en el mismo sitio esperando hasta que escuche aquel grito de alguien desconocido. Salí corriendo con mi espada en la mano hacia la zona donde se encontraba Jhiarr, por el camino tuve que esquivar cajas y montones de chatarra. Había pasado poco tiempo y ya estaba a la altura de Jhiarr. -Aqui estoy, dije y me puse en actitud defensiva

Azkarra acelera y con gran destreza, en un parpadeo llega al final del almacen, esquiva las cajas y se encuentra casi junto a Jhiarr. Casi.

La cazadora esta apresando a una mujer de raza negra, inmensa. Mide mas de 1.90 y su peso debe rondar los 120 kilos... Viste una armadura de cuero, que luce cortes aqui y alla, pero no parece herida ni preocupada.

Mas alla, por la calle portuaria que corre junto al barco, se encuentra otra mujer negra... Esta es totalmente opuesta a la otra. Solo cubre su horriblemente supermusculado cuerpo con un bikini ajustado. Parece estar solo observando.. de momento.

Iniciativas Lee y Fae.

Motoko 82 de 42
Fae 110 de 26... esta leyendo la cosmopolitan o que caraj.. o.O