Partida Rol por web

-Si te gusta mas otra cosa puedo hacer realidad todos tu sueños- me transformo en el mismo.

_Creo que mis sueños estaban más por el lado de verte a tí en bikini -respondió Mariano sonriendo-. A mi mismo ya me veo todos los días en el espejo.

Mariano ya no sentía ningún apuro por llegar.

La imagen vuelve a ser la mia en bikini- Bueno puede mostrate lo que quieras, incluso podemos estar en cualquier pais, cualquiersitio que te guste-

_Pero -replicó Mariano, pensativo-, para eso tú deberías conocer el lugar, y no se qué lugares conoces. Mejor llévanos a algún lugar que a tí te guste. Al fin y al cabo tú pasaste a buscarme, esta es tu cita, ¿no? Solo no hagas que extrañe demasiado esa bikini -concluyó con picardía-.

A mi me gusta la playa- digo haciendo que un grupo de mujeres hermosas casi desnudad se paseen frente a enosotrtos- Pero no tengo que conocer el lugar, puedo recrear cualquier pensamiento tuyo-

_¿Puedes leer mi mente también?

Qué mujer poderosa. Esa chica como chica mala debía ser imparable. Ese poder era grandioso, mucho mejor que volar o mover cosas con el pensamiento.

_¿Puedes recrear lo que estoy pensando ahora?

- No puedo leer la mente- pero me gustaria mucho, seria muy interesante- Pero puedo hacer que veas lo que estas pensando- sus pensamientos se hacen realidad.

De pronto todas las mujeres que se paseaban delante de ellos en la playa se conviertieron en Candice y comenzaron a quitarse la ropa. La verdadera Candice (o mejor dicho la primera que había llegado) ya se lanzaba encima de Mariano, acaricíandolo y besándolo.

Mariano no podía creerlo, se sentía como si fuera real, pero el cambio había sido demasiado abrupto, no estaba preparado para eso.

De inmediato una duda lo asaltó. Intentó poner la mente en blaco y, como si eso pudiera servirle de algo, se tapó los ojos con las manos.

_¿Pero tú no puedes saber qué estoy viendo salvo que yo te lo cuente, no?

Era incómodo pensar que la chica hubiese visto eso, o que él haya hecho algún gesto con el cuerpo que pudiera servirle a ella de pista.

- Claro que si, puedo ver todo lo que muestro- y por supuesto no pensaba decir nada respecto a lo que acababa de ver, pero era curioso que tubiera esos pensamientos tan rapidos.

_Emmm... Bueno, quizás sea mejor dejar que el viaje se haga largo jeje. Lo siento por eso. Gracias de todos modos.

Mariano sabía que no tenía sentido dar ninguna explicación ni excusa, lo que ella había visto hablaba por sí solo.

Finalmente eso de "hacer el viaje corto" no había funcionado tan bien. Y dado que ella no había demostrado enfado (quizás estuviera acostumbrada) lo mejor era cambiar el rumbo de la conversación.

_Pero entonces sí puedes leer la mente de algún modo. Al menos con tus ilusiones puedes saber qué es lo que piensa una persona en el presente, aunque no puedas buscar entre sus recuerdos.

La miró esperando su respuesta, y viendo si mostraba algo respecto de lo que había visto antes.

- No funciona asi, yo solo muestro algo que deseas, aunque puedes tomarlo como que puedo ver lo que estas pensando, asi seguro que tienes cuidado de no traicionarme-

_¿Por qué querría traicionar a una mujer tan... simpática?

- Te sorprenderia saber como es este mundo- el no se daba cuenta encerrado en la ilusion de la playa y las chicas gauapas rodeandole, pero ya casi estabamos lelgando, y aquella distracion servia para que no supiera a donde.

_Cuéntame. ¿Y cómo salgo de aquí?

- Si quieres ver el paisaje noral no tienes mas que decirlo, pero no es mas divetido esto-

_Es que ya lo he dicho. Y creo que ya he tenido bastante diversión en este viaje, gracias.

- Vale, pero eres muy aburrido- dejo que ea el interior del coche y todo normal, aunque sin que pueda darse cuenta cambio el esterior, lo que ve por las ventanillas, de forma que no sepa dond estamos.

_Mucho mejor, gracias -respondió aliviado-.

Mariano miró al exterior. El viaje, que tan rápido se estaba pasando, de repente parecía estar prolongándose demasiado. Intentó darse cuenta en qué parte de la ciudad estaban, mirando los negocios y los carteles de las calles.

- Ya estamos- dije deteniendo el coche y dejandole que viera la realidad, una mansion grandisima y muy lujosa- Estas de suerte, hoy no hay mucha gente,-

_¡Ohh qué lindo lugar! Bueno, te sigo.