Partida Rol por web

Yo no quería ser la que siempre tenía algo que sonara raro que decir, porque vamos, como poco me iba a ganar la fama de ser la más borde del planeta pero...

- ¿ Habéis podido ir a un sitio a comprar comida y no a uno en el que pedir ayuda? Puedo pasar tres días sin beber y diez sin comer antes de morirme, lo que ya no tengo tan claro es poder pasar un día con toda su noche en una reserva natural en mitad de la nada... - Que venía a ser lo mismo que decir en mitad de Canadá donde toda la gente era un poco extraña. Todo estadounidense sabía eso.

Vamos, ni rezando como seguramente haría Denis.

En fin, estaba claro que había cosas que no iban a tener explicación y cada vez estaba más segura de que no iba a poder regresar jamás y me moriría allí en mitad de ninguna parte.

- Tantos años estudiando para morirme así. Es lamentable. Yo al menos hubiera querido inventar algo al que ponerle mi nombre.

La verdad era que había sacrificado muchos años de mi vida para ser la primera de mi promoción. Me había convertido en una friki un poco asocial y lo peor era que apenas había empezado a vivir la vida hacía como dos años.

-Tantos años estudiando para morirme así. Es lamentable. Yo al menos hubiera querido inventar algo al que ponerle mi nombre. - Escuchaste en tu cabeza, supiste que era un pensamiento de Brenda.

Leonore se quedó cerca del río, los hombres habían salido de ahí, hablado de que habían comprado cosas, que habían incluso estar en un pueblo, pero calculando los tiempos, ese pueblo estaba cerca, sin embargo no podían escuchar nada, nada de nada, ella podría escuchar si hay una ciudad cercana, pero no es así. 

- ¿acaso se teletransportarón? - pregunta con su cara hacia los hombres, luego de "ver" lo que vio, la verdad no era quién para  cuestionar lo que podía ser real y lo que no.

Cuando me respondió aquel hombre me quedé casi igual. Si era cierto que se podía teletransportar, lo mismo se había teletransportado de Japón a Canadá, a hacer la compra y habían vuelto otra vez. No entendía la certeza de donde nos encontrábamos. Pero tampoco entendía porque no los sacaba de allí con su poder, o porque no se había pirado sin más, si habían llegado a un supermercado podían haber pedido ayuda y haberse vuelto a casa. Así que aquello tenía de todo menos sentido.
Pero sinceramente, cada vez tenía menos esperanzas de sacar algo en claro. Así que decidí no hacer más preguntas, yua compartirían la información que fuera cuando quisieran.

Cuando preguntaron por un mechero di con la caja de cerillas que había en la mochila.

-Esto servirá, pilla.- Le dije lanzandole la caja.

Cogí una lata de alubias con tomate, una navaja y un par de botellines de agua y me acerque a la chica que parecía alterada desde el principio, ofreciéndole una de las botellas de agua.

-¿Estás bien?- Le pregunté sinceramente sentándome a su lado invitándole a compartir la lata. Antes de que contestara me reí.- Esto es una puta locura, ¿no?, por cierto, no me quedé con tu nombre, soy Charles.

-No funciona cuando quiero el poder asi que te quedas sin restaurante... Dijo a Denis.

- Por raro que parezca..si asi es. Añadió tras las palabras de la chica ciega.

- Mierda, Brenda tiene razón, nos falto coger el trivial para que la noche en el bosque sin tele y internet no sea tan dura…Dijo Will chascando los dedos . Después se giró y la miró sin demasiado entusiasmo.

- Mira si vosotros los militares con vuestros experimentos millonarios no habeis podido controlar la cagada esa de tormenta destructora no me culpes porque no controle mi supuesto poder del que tengo conocimiento hace apenas unas horas. Jack y yo nos pudimos quedar en la ciudad y no mover un dedo. En cambio arriesgamos el pellejo y no lo sabes bien para intentar salvar vuestro trasero y aquí estamos ahora compartiendo una lata de alubias...estan ricas por cierto eh Charles?.Dijo mientras se llevaba una cucharada a la boca, como si el reproche que le habia hechado en cara a la joven le importase ya un comino.

- Añemas Jzak pudo habla con el tio Sam por tefono. Añadió con la boca llena.

Me quito la camisa quedando a pecho descubierto y la embrollo al rededor de un palo para hacer una especie de antorcha improvisada que enciendo con las cerillas que me tiro Charles.

Busca algo de leña seca por esa zona para hacer una fogata. Le indico a Charles algo nervioso mientras me pongo por la otra zona del claro donde estamos. Aunque habrá que ir con cuidado para no provocar un incendio... Digo con una sonrisa algo forzada.

- No demasiado... - Dije en el momento que se me acercó Charles, aunque le sonreí o algo parecido cuando me dio el agua. - Gracias. - Asentí con lo de las alubias. - Debería lavarme las manos primero.

A pesar de todo lo que me pudiera molestar la gente y la situación iba a dar las gracias también a los que habían traído la comida y eso, que al menos uno de ellos se me iba a subir a la chepa fijo, pero antes de que abriera la boca me respondieron y se me pasaron las ganas de darle las gracias y me dieron ganas de meterle una lata por el culo, para que luego probara si se teleportaba con ella o la dejaba a parte.

- Vosotros los militares... - Negué con la cabeza como si ya todo lo que dijera después fuera a ser la mayor estupidez que se le pudiera ocurrir y cuando terminó sonreí.

- A diferencia de ti, yo no tengo que escudar mis problemas de algún tipo detrás de ataques continuos a las personas, así que, aunque no tenga por qué te daré alguna explicación, porque veo que lo que no sabes, te lo inventas y no me gustan demasiado las revistas del corazón. - Puse mi sonrisa sarcástica.

- No soy militar, es más, cuando pasó el accidente llevaba como dos horas con un contrato firmado y tampoco tenía muy claro qué era lo que querían que construyese. Eso sí, firmé una de esas cosas de confidencialidad así que aunque lo hubiera sabido tampoco te lo iba a decir. A mí y a la rubia cotorra esa que no se callaba ni debajo del agua nos llevaban hacia alguna parte donde tendríamos que trabajar en un proyecto, pero íbamos a ciegas y bueno, cuando me enteré de que la tormenta era cosa del ejército ya habíamos volcado, enterándome a la vez de que él - señalé al hijo del militar - de que aquello no era natural.

Me levanté para ir a lavarme las manos para poder comer algo.

- Y por cierto, para que te la apuntes para tu trivial. Los ingenieros aeroespaciales construimos y mejoramos aviones, naves, helicópteros... Yo no fabrico armas, ni tormentas de ninguna clase... aunque cada vez que cruzo dos palabras contigo empiezo a fabricar una úlcera de estómago al menos.

Pasé del tema ya porque estaba definitivamente pensando que aquel tío era más idiota de lo que cabía esperar y simplemente me acerqué al agua y me agaché a lavarme las manos en ella.

- Hay gente estúpida hasta el almuerzo y luego, el resto del día.

“ Joder como casca la friki, no para, por su cara de pocos amigos creo que le he tocado la fibra. Me recuerda a esa pekines de mi vecina, como la llamaba la vieja…Wanda? Si, creo que era eso. Cuando se arrancaba no paraba de ladrar, se te metía ese ruidicito en la cabeza y era insoportable, Daban ganas de meter el tarro bajo el agua para amortiguar el sufrimiento.” Will puso morros y arqueando las cejas hizo un esfuerzo por hacer ver que estaba escuchando algo de lo que le decia la joven mientras se comia su lata de comida

“Menos mal, ya se pira para el rio…no, espera que vuelve a arrancarse.” El celador levantó su mirada de sus alubias y mientras se chupaba los dedos escuchó las últimas palabras de la Ingeniera.

- Mira pues has tenido suerte, precisamente he traido unas pastillas en la mochila que van estupendas para las ulceras…Se levantó tras sus palabras sin esperar respuesta y se fué tranquilamente junto a Charles para ayudarle a buscar leñá seca para la hoguera

Jack descubrio que podia leer los pensamientos de todos sus compañeros.

Reunisteis las bastantes ramitas para hacer una pila pero no hizo falta encendedor. Nada mas terminasteis de apilarlas, como por arte de magia, una llama surgio de su interior creando una fogata de abundante luz.
Parecia que las sorpresas nunca se terminaban.

Supiste que habia sido obra tuya. De alguna manera, habias deseado fuego y este se habia creado de la nada...

Estabas atento y lo viste, agazapado en la oscuridad, mirando sin atreverse a acercarse al rico olor de las judias....

Se acercó a tientas al grupo que se reagrupaba en torno a los dos hombres que resulta que se habían teletransportado, as´de simple, como si eso fuese algo natural, y todos parecen no cuestionarlo, Leo se pone al lado del reverendo, con su cara baja, y oliendo el alimento, su estómago comenzaba a rugir. Se sonroja,  y pide algo para comer. en un susurro que no sabe quién atenderá, tampoco es que fuera lanzarse a la comida tan solo.

- realmente no me extraña lo que me dices - clara la garganta, Brenda ya estaba fastidiada y las emprendía con uno de los dos chicos que habían aparecido - yo...-  suspira - yo pude ver las cosas como en un radar cuando hablaba el hombre grandóte, fue asombroso - siente el fuego cerca y alarga sus manos, con cuidado para acercarse un poco más al fuego, claramente ni se dio cuenta quién o como se encendió.- ¿entonces nos llevaran al pueblo o vendrán por nosotros para estudiarnos o que? - termina preguntando más animosa, siempre tenía muy buen ánimo, era parte de ella.

¿Un radar? Digo un tanto sorprendido por la afirmación de la ciega cuando por fin observo lo que estaba esperando, no entiendo como pero allí esta. Quizás puedas decirnos si tenemos más visitantes y no te preocupes luego vemos que hay de comer, solo esperame aquí a que termine esto.  Le digo con una sonrisa como si pudiera verla.

Me alejo un poco de Leonore con la antorcha que había preparado con antelación en la mano por delante haciendo ruido y moviendola como si quisiera asustar a algo o alguien que se escondiera en esa zona. No iba a esperar a que él se decidiera a entrar.

Vamos, quedó claro que como no se le ocurrió otra lindeza que contar o que inventarse decidió estarse callado y dejarme en paz al fin y ni me molesté en responder a eso de las pastillas. Aún no sabía por qué seguía discutiendo con el bicho raro de turno, porque claro, yo era la friki pero aquí el señor se teleportaba o nos teleportaba... La otra opción era que estuviéramos de drogas hasta el culo, en la camilla de un hospital y lo estuviéramos flipando.

Tras lavarme las manos volví a sentarme al lado de Charles, para ver cómo se las habían arreglado para hacer fuego bastante bien.

Entonces Leonore dijo aquello y claro, se me olvidaron las alubias. Debía de ser la única que estaba pensando en Daredevil, pero apostaría a que la mitad de los que estaban allí no debía de saber ni quién era. Daredevil versión Elektra? Casi me reí yo sola, aunque por suerte pude contenerme.

- Creo que a este paso nos abducirán los extraterrestres. - Ahí sí que me reí porque ya no pude evitarlo.

Entonces me puse a pensar.

- Oye pues sería cuestión de que probaras a llevar alguna especie de llavero o colgante que fuera una especie de... Vamos, como eso que no funciona contra los mosquitos. Quizás con algo que emita alguna microonda que no se escuche todo el tiempo porque el oído humano no pueda escucharlo, pero que a ti te hiciera ver siempre...

Me quedé un segundo pensando.

- Claro y que no escuchen todos los bichos del planeta. Sería encontrar la frecuencia adecuada...

Ahora sí, contenta por tener algo en lo que poner en marcha mi cabeza y no seguir con la frustración de todo aquello y encima, la agonía que me provocaba que alguno de los que allí había fuera tan amargo como un limón, sí que me puse a comer algo. Por lo que me volví a sentar al lado de Charles y tras un par de bocados, cosa que me hizo sentir aún mejor seguí dándole vueltas al asunto. 

Me costó un poco bastante darme cuenta de que el " cura " se había quitado la ropa como si fuera el de un anuncio de Coca-cola para intentar espantar bichos y sonreí cuando vi la escena, aunque me ahorré un comentario tipo " así es como debían espantar bichos todos los hombres e incluso con menos ropa... ". 

- Te vas a salvar de un lobo o un oso, pero te van a acribillar los mosquitos Denis. - Tras el comentario sobre el " antimosquitos " me vinieron a la cabeza casi automáticamente.

Jack se había quedado como pensativo, miraba a uno y a otro mientras tomaba distraído una lata al azar de la mochila y comenzaba a comer. 

Un radar, decía la chica ciega. El poder de teleportación de su héroe personal. Un estallido de fuego que enciende la fogata así, como por arte de magia. Y ahora esto. Ya no podía ser casualidad, no tenía mucho sentido.

- Pues señores y señoritas -comienza-, si me brindan algo de su amable atención les comentaré lo poco que averigué. Parece que a mi padre y al resto de los que quedaron allí en la tormenta sin agua los afectó una especie de radiación y les están haciendo pruebas. Le dijeron a mi amiga que no hable con nadie al respecto, y algunos están ahí todavía. 

Trata de escoger con cuidado sus próximas palabras, aunque no parece haber ninguna combinación coherente para tratar de explicar los poderes sobrenaturales.

- Llámenme desquiciado, amante de los comics o lo que quieran, pero esa explosión de fuego que varios parecieron no notar, el para mi la ya indudable capacidad de teleportación de Will, lo que menciona Leonore sobre ese radar que parece tener y algo que me viene pasando no creo que sean casualidad. Me jugaría unas buenas fichas a que todos aquí poseemos alguna cualidad extraordinaria. ¿Por que? No sé, es una premonición, me parece demasiada casualidad, tal vez esté equivocado o sea demasiado crédulo, o tal vez el mundo simplemente se esté yendo al infierno.

Se queda como pensando nuevamente y agrega:

- Y no te preocupes Brenda, seguramente ya crearás algo a lo que ponerle tu nombre, aunque no sé si yo lo compraría porque no tiene mucho "punch" comprarse un brenda. Ah, y yo también pensé en Daredevil.

Ladeo su cara hacia el reverendo, levantando su mano hacia su mejilla, a tientas, tocando su mejilla y su madíbula y cuando dio con ella, le dio una palmadita,muy suavecita,  y lo quedó "mirando" con una ceja levantada, ¿en serio que le había pedido eso?. Era... ya bueno, era una idea, pero... vamos, ¿la iba a usar como un sonar de submarino?, Igual ni siquiera podía "ver" aun, sin la voz de ese caminionero mal hablado. Sus dedos tocaron su mandíbula ancha y angulosa, y una barba a medio crecer, tenía rasgos algo toscos, podría saberlo si tocara el resto de su cara, pero si, le gustó lo que tocó.

- haré que no me pediste eso, ¿vale? -le dice, ya tenía hambre, que por lo menos le dieran algo de comer antes de usarla de radar, o que trajeran al grandote para poder volverlos a ver, porqué así, aún estaba en las sombras.Suspiró y levantó la cabeza, a pesar de no poder ver, sus oídos eran mucho más finos que los de todos.Había mantenido la guardia desde que llegaron a ese lugar.

Y ahi vino el resto de las revelacione, Leonore angustiada pensó en su abuelo ¿estaría vivo?, no podía sacarse la sensación de su sangre en sus manos, o la de ella, se abrazó a si misma,  realmente esperaba que él estuviera bien, pero no se atrevía a preguntar por su abuelo al chico, pero el chico que hablaba con los militares no perdía oportunidad de molestar a Brenda, Leo hizo un mohin y se cruzó de brazos.

- por favor, déjala tranquila, que fascinación con hostigalar,  ni que tuvieras cinco años y le anduvieras tirando de las trensas - resopló molesta y  se giró en dirección de Brenda - si, sé cual es la frecuencia de la voz de aquel hombre, tengo oído absoluto y puedo distinguir las notas, pero tienes razón, su voz era grave, quizás con un sonido más grave aún... ejem.. vaya - deja de hablar y abre los ojos mostrando desconcierto -no puedo creer que estemos hablando así, de poderes, radiación y militares, en que momento me dormí y aparecí en una historieta de Marvel!-  se giró hacia el río, su racionalidad le decía que no era posible nada de eso, nada, pero vamos, estaba pasado.

-  ya... ¿pueden darme algo de comer por fis...?  me suenan las tripitas - se gira de nuevo hacia ellos, y como una niña pide algo de comer, eso le mejorará el genio.

A Will casi se le caen las ramitas secas cuando vio como por arte de magia se encendia el fuego solo sin necesidad de usar las cerillas.

- Joder, a ver si el chaval va a tener razon y somos unos jodidos frikis con poderes.

Después se sento junto al fuego mientras el melenitas se meneaba a lo tarzan por la zona haciendo aspavientos. Cogió una de las latas de comida y se la paso a la ciega.

- Alubias estofadas, no son como las caseras pero se pueden comer. No se molestó en abrirsela porque la lata tenia una anilla abre-facil. “Es ciega, no una inútil” se dijo a si mismo.

- Por cierto hace cuanto que se fue Rambo solo a buscarnos?