Partida Rol por web

Una antigua base militar de entrenamiento perteneciente a la nacion de Corea del Norte, en ella se realizaban entrenamientos para toda clase de personal militar.

Situada en un lugar con montaña, bosque y lago es un muy buen lugar para poder realizar entrenamientos de toda clase.

Actualmente la base y sus instalaciones estan abandonadas

Los helicópteros viajaron durante todo el día, casi todo el tiempo lo único que tenían bajo sus pies era agua, mar y mas mar, salvo en un par de ocasiones en las que descendieron en unas pequeñas y recónditas islas en las que repostaron combustible y pudieron comer algo, pero no estuvieron mas de media hora.

Ya había anochecido cuando por fin entraron en tierra y volaron sobre tierra, en un par de ocasiones volaron sobre algunas ciudades, nunca demasiado tarde y no fue hasta que entraron en una zona de bosques y con un hermoso lago que no empeazron a descender, aquellos que se asomaran por las ventanas podrían ver que estaban llegando a una especie de base militar abandonada.

En total entre los dos helicópteros había 55 residentes que habían conseguido escapar de allí. Ambas naves tocaron tierra con suavidad y tuvieron suficiente tiempo para descender con tranquilidad, frente a ellos estaban sus rescatadoras puestas unas junto a las otras (están puestas igual que veis las imagenes)

Tambien podian ver como Terry estaba en el helicoptero realizando las ultimas comprobaciones y la doctora algo mas atras sentada en el suelo, parecia como ida

Mei fue la que empezó a hablar:

Bienvenidos a Hyangbong-ri… en la antigua Corea del Norte y ahora Reino de Corea.

Se queda unos segundos en silencio sin decir nada, como esperando las posibles reacciones y entonces continua:

Como os dijimos aquellos que queráis podéis marcharos… mañana al medio día el señor Pfixz hará volar el helicóptero hasta el aeropuerto de Seul, a aquellos que quieran marcharse les otorgaremos una nueva identidad y les daremos 1 000 dólares. Por supuesto os borrare de la memoria nuestra existencia y la existencia de este lugar… y si queréis os podre borrar algo mas. En cambio. Los que decidan quedarse podrán quedarse aquí con nosotras y os enseñaremos a desarrollar vuestros dones. El quedaros no supone no poder marcharos… podréis seguir yéndoos cuando queráis.

Mei dedica una mirada a todos los presentes, entre los que se notaba que había algunos que se lo estaban pensando mientras que otros tenían su decisión mas que tomada.

Los bebes los vamos a dar a familias que saben de sus capacidades y que les cuidaran y criaran… estarán a salvo. Sin embargo… hay algo que tendréis que hacer todos antes de poder marcharos de aquí

Es Gina la que da un paso hacia delante, suspira dice:

Todos tenéis un implante que os limita… es una pieza de tecnologia que no entendereis así que tengo que tocaros el pecho… y tiene que ser el pecho, así que id quitandoos la parte de arriba todos. Os aviso que un minuto después vais a vomitar como nunca… así que id a lavaros. Ah… si no lo hacéis voluntariamente Mei os puede obligar así que...

La chica se acerca al primero de los presentes espera hasta que se quita la camiseta que llevaba y le coloca la mano justo en el pecho, la chica aprieta un par de segundos y se aleja. Todos pueden ver como el chico pone mala cara y empieza a sudar para después empezar a vomitar con fuerza, una gran cantidad hasta que un objeto extraño aparece.

Mientras Gina iba “haciendo su trabajo” Mei vuelve a hablar:

Tenéis libertad para moveros por la base, aunque yo os recomiendo que vayáis a los dormitorios y os aseeis, en ellos tenéis ropa limpia, ya que todo lo que habéis traído del centro 11 tendréis que destruirlo dejándolo en unos contenedores que encontrareis en la entrada del edificio de dormitorios. Podeis quedaros en cualquiera de los dormitorios del ala amplia... el ala pequeña es donde estan los nuestros. Si tenéis hambre podéis ir al comedor a comer algo. Por lo demás, la única regla es que no podéis comunicar al exterior nada de este sitio…

Mei mira a todos unos momentos y dice:

Mañana, después del desayuno podéis empezar a darnos vuestras respuestas... Ahora asearos... si quereis hablar con nosotras o si teneis alguna duda estaremos en el comedor o en nuestras habitaciones

Andrés quedó como el primero en la fila, se sintió incómodo, pero se dio prisa en quitarse la playera, la sensación fue bastante desagradable, algo dolorosa, sentir como ese objeto forzaba su camino hasta su estómago, y el vomitar de forma incontrolable no lo ayudo a sentirse mejor, termino tirado en el suelo, ni siquiera presto atención al objeto expulsado, sin embargo, no tardo en reponerse y sin pensarlo mucho tomo dirección a los dormitorios, deseaba quitarse la ropa que se llenó de vómito.

El viaje fue bastante más silencioso de lo que cabría esperar tras haber recuperado su libertad, pero los sentimientos eran agridulces la pensar en todos los que no lo habían conseguido, en el caso concreto de David había que sumarle que se sentía realmente incomodo volando. Se pasó el viaje mirando al suelo del helicóptero para no mirar por las ventanas, ya que volar era una de las cosas que jamás haría si podía evitarlas, aunque al menos había tenido tiempo de curar sus heridas.

Finalmente habían llegado a su destino, aunque no tenían ni idea de porque los habían llevado allí, Mei no tardó en darles alguna explicación aunque no diese mucho detalle, pero que estuvieran en una base militar norcoreana arrojaba algo de luz a una duda que le rondaba desde que salieron del centro Nº 11 ¿Por qué sus rescatistas eran todas atractivas mujeres asiáticas?

Al ver como los demás reaccionaban al tratamiento de Gina no las tenía todas consigo, además de que aquella mujer se había ganado su enemistad con sus actos, pero al parecer después de los vómitos y el dolor parecían sentirse mejor. Cuando llegó su turno se quitó la camiseta y con cara de pocos amigos, dejó que aquella mujer le tocase el pecho. El dolor fue grande y las náuseas terribles, pero era cierto que al poco tiempo empezó a sentirse mejor de lo que había estado los tres últimos años.

Tras vomitar se giró sonriente hacia Nahuel mientras se limpiaba la boca con la manga. —Cuando te toque, intenta apuntar mejor que la última vez—. Y cuando se recompuso un poco se dirigió hacia Mei.

—Disculpa Mei, no quiero parecer desagradecido, porque de verdad os agradezco habernos sacado de allí—. Aquello era cierto a pesar de que no compartía sus métodos y su animadversión por Gina. —Pero ¿Quiénes sois exactamente y que es este sitio? Porque si de aquí a mañana tenemos que decidir entre quedarnos o marcharnos, tendremos que saber qué es lo que implica quedarse.

Puleun no fue excepción, entre dolor y vómito se sentía destrozada, llevaba un dolor insufrible, en la parada para repostar apenas pudo comer tras haber sentido en un lapso de tiempo muy corto un par de teleportaciones, la primera ya le hizo vomitar la segunda no tenía nada más que expulsar. Aún y así al llegar su ya insoportable dolor se sumó al nuevo y lo poco que su estómago había asimilado volvía a salir, junto a su bilis salió el aparato y algo de sangre, no sería exagerado pensar que se sentía al límite de sus fuerzas. Si su sistema estaba tan exhausto y resentido ¿Porque notaba como que brotaban nuevas fuerzas? Dijeron algo de que aquella cosa les limitaba y lo atribuyó a ello, aún y así era demasiado rápido todo, y su cómputo de dolor llegaba a su límite, cayó un instante al suelo de culo mareada, dolida y algo ida, pero pese a que su rostro en esos momentos era más el de un cadáver que el de una persona saludable se puso en pie tambaleante, como un zombie con alguna bruma de sombras a sus pies caminó hacia los dormitorios, necesitaba una buena ducha, se sentía tirada en un basurero, apestaba y quizás el olfato era lo único que no se le había atrofiado en aquel infernal viaje. Necesitaba descansar de manera urgente.

El viaje no duró mucho, todos estaban tensos, nerviosos podía sentirse tensión en aquel helicóptero y para Clint aquello no era una excepción, estaba tan nervioso o más que los demás y no sabía como expresarlo. Esperaba que el viaje sirviera para que los que iban en el helicóptero pudieran tranquilizarse unos a otros y lamentar a aquellos que habían quedado atrás. 

Ya sobrevolaban el mar, nadie había abierto aún la boca cuando en el helicóptero pudieron percatarse que Clint estaba pálido, rígido como una tabla en su asiento y con la piel cada vez más seca. Para cuando llegaron al primer lugar a repostar. Apenas era una carcasa vacía, como un cuerpo en el que se ha practicado la taxidermia y con el que no se ha sido muy cuidadoso...  espero que no haya sido una gran faena echarlo por la borda ... :(

Clint bajó del helicóptero de Terry con ánimo renovado. Tan solo bajar del helicóptero estiró las piernas aliviado por pisar tierra y observó a sus alrededores, Puleun y otro chico se fueron a explorar aquella extraña base, ¿era otra prisión? Llevó las manos directamente al bolsillo de su sudadera para sacar un hueso de aguacate con un generoso brote de planta, tenía la tierra casi desprendida de sus nuevas raíces y estaba algo marchita por la falta de agua, esperaba poder revivirla.

Escuchó las indicaciones con atención e hizo la cola educadamente frente a Gina para que desactivara el presunto chip. Se sacó la camiseta, Clint era lo que se conocía como un tirillas. Era flaco y enclenque aunque intentaba disimularlo. Observó con algo de inquietud la reacción del chico frente a él pero trató de mostrarse digno cuando le llegó el turno y Gina puso la mano en su pecho, sus ojos se clavaron en los de Gina, hipnotizado por aquella chica tan pragmática.

Lo tenía todo pensado: Iría hasta los arbustos cercanos y vomitaría con dignidad 

BdWaaaaaGHHH

Jamás ha habido ni habrá dignidad al vomitWAAAAAAGHH - Apenas unos pasos tambaleantes y empezó a vomitar sobre la hierba del lugar. Avergonzado tardó un minuto o dos en recomponerse y limpiarse con la manga de la sudadera

Aún con la sensación del sudor frío se agachó para tomar el chip que había entre el montón de bilis y acercárselo a Gina, para que hiciera lo que creyera pertinente. Acabado esto se fue hasta el helicóptero de Terry en busca de Irwing

- ¿Como estás? ¿Puedes moverte Irwing?

Durante todo el vuelo el chico parecía totalmente concentrado y permanecía con sus ojos cerrados la mayoría del tiempo.

Una vez en tierra respiro profundamente y parecía algo perdido con su entorno, para finalmente centrar su atención en sus rescatadoras, el las miraba con un brillo en sus ojos poco usual para aquellos que hubieran prestado atención a quien el era en el centro.

Luego se formó en la fila y cuando fue su turno antes de quitarse su chamarra, metió su mano en el bolsillo con cuidado y de este saco un pequeño ratón blanco, luego procedió a quitarse la vestimenta que cubría su pecho, revelando un físico poco trabajado.

En el momento que Gina toco su pecho su cara se puso roja como un tomate, para luego alejarse y vomitar con gran dolor aquello que les habían implantado, se limpio la boca con la chamarra, luego volvió su vista a Mei -Deseo aprender a controlar mi habilidad igual de bien que ustedes- luego levantando su mano y mostrando a ella al pequeño ratón dijo -Espero que la regla de deshacernos de todo lo del centro no se aplique a mi pequeño amigo- por ultimo tomaría camino a los dormitorios para seguir las recomendaciones de Mei.

El viaje lo pase concentrado evitar perder el control sobre mis habilidades, por eso no disfrute mucho de las vistas que ofrecía el vehículo.

Una vez en tierra no puedo pensar en lo agradecido que estoy con estas chicas y viendo la gran cantidad de personas que logramos salir no puedo evitar pensar que ha sido un gran éxito su misión, no soy muy fuerte, pero he decidido que la próxima vez haya que actuar estaré listo para hacerlo.

Me formo con mis compañeros en la fila, no puedo creer que hubieran colocado tal dispositivo en nuestros cuerpos, ¿Cuál era su verdadero objetivo?, porque seria muy extraño que si solo desearan eliminarlos hubiera sido más fácil apretar únicamente el gatillo, pero se tomaron la molestia de implantarnos estas cosas y experimentar con nuestros cuerpos.

Una vez llega mi turno me enfoco como siempre en calmar a mi amigo, para tomarlo con mucho cuidado de mi bolsillo y luego prepararme para que Gina use su habilidad, pero al sentir el tacto de su mano en mi pecho siento como la sangre se arremolina en mi cara, me alejo del lugar para no ensuciarla con mi vomito, antes de irme a los dormitorios confirmo a Mei mis palabras en el comedor y pregunto si el ratón puede también quedarse.

Irwing parpadeó desorientado. Recordaba parte de lo ocurrido con cierta neblina mental, como por ejemplo, oír a Nacho diciendo que Nahuel le había curado. ¡Qué infierno era ese en el que seguía oyendo al primero hablar por los codos hasta después de muerto!. Además a su confusión se añadía el acto del segundo, no sabía como interpretarlo, pero estaba casi seguro que se debía a que su ideología de supremacismo mutante se había impuesto a sus tendencias homófobas. En todo caso, tendría que darle las gracias, cuando tuviera fuerzas. Por otro lado, alguien confirmó su vaticinio de que iban a volar la isla, lo que le generó una punzada de extraña satisfacción. No por la destrucción gratuita, si no por tener razón. 

Abrió los ojos, notando el hormigueo en sus extremidades entumecidas. La descarga le había dejado los nervios adormecidos, por suerte. Un poco más y estaría frito. Frente a él estaba Clint, el muchacho que se multiplicaba. Era algo que le había llamado la atención y sobre lo que tendría que hacerle muchas preguntas, porque podría alimentar muchas de sus fantasías ¿Al volver a unirse tenían todas las memorias sensoriales? ¿Sus copias surgían con ropa?. Pero más importante, le hizo recordar que no habían sido Cassey y Cooper los que le habían subido al helicóptero, si no quién estaba delante suyo y la chica aquella que hablaba de brujas y Jinetes del Apocalipsis. A sus ojos sólo era una tarada, pero resultó ser una tarada simpática. En todo caso se sentía dolido, el relámpago había dolido más, por supuesto, pero bueno que tampoco le había sentado bien.

- Creo que es lo más cerca que he estado nunca de experimentar una resaca.- respondió intentando quitarle hierro a la situación, viendo que aún les quedaban más experiencias traumáticas por delante.- Pero aquí viene Gina, para que tenga la experiencia completa.- comentó al ver que se acercaba.- Y tampoco tengo que quitarme nada, porque está chamuscada. Todo ventajas

Acercándose al borde del helicóptero pero aún apoyado contra su marco, dejó que hiciera su magia y empezó a echar hasta la primera papilla contra el lateral. No sabía ni cuando, ni como, ni que era eso que había llegado a su interior. Pero desde el mismo instante en que lo expulsó de su cuerpo se sintió mejor, más fuerte, más despierto, dentro de lo que cabe después de haber sufrido una descarga.

- ¿Se me ha quedado algún mechón blanco?- Preguntó más preocupado de su aspecto que otra cosa.- Quemar todo, ropa limpia, comida, descansar, desarrollar poderes. A mi ya me habéis comprado.- Miró al grupo que componía la fantasía pervertida de algún dios fanático del K-Pop. "Solo les falta vestir cada una de un color para ser las Winx" pensó mientras se preguntaba si realmente eran personas diferentes o sólo estaban clonadas.- ¿Podéis hacernos un resumen mañana? David, disfruta de tus horas de libertad, para una vez que tenemos alguna. Saltar de una preocupación a otra envejece muchísimo. 

Con esa filosofía en mente, comenzó a ir hacia los dormitorios que habían señalado.

              Tras haber subido al helicóptero Ororo y dejar a Erwin con Clint, ella trato de tener a la vista a los chicos de la banda, pero sin alejarse del lado de Puleun para apoyarla y tratar de hacer le lo más agradable posible el recorrido, aunque sus conocimientos de medicina eran limitados.

               Cuando bajaron del helicóptero la mulmda trato de servirle de bastón si era necesario a la joven de rasgos orientales, de manera que cuando la chica decidió que le aplicarán el procedimiento del pecho Ororo se mantuvo a su lado tratando de ayudarle en lo que pudo para que le fuese llevadero el dolor intenso y le pidió a laguna de los chicos que conoce la lengua de señas algunas de ellas antes de acompañar a Puleun al dormitorio para que descansará o al médico para que la atendieran.

.         - Por favor digan le a Mei que acompañaré a Puleun para que la revise el médico, esté cómoda y regreso de inmediato para que hagan el procedimiento que sea necesario!  -.     TRas decir con señas lo anterior solo si insiste Mei se queda al procedimiento para tratar de correr al recuperarse para alcanzar a Puleun

El viaje se hizo más corto de lo esperado, quizás debido al gran estrés que habían sufrido minutos antes y que el cuerpo necesitaba descanso para recomponerse. Ya el aire del lugar donde estaban se sentía distinto al de la isla. Uno se daba cuenta con tan solo respirar. Seguían presos pero la sensación de libertad era inmensa. Allá uno sabía que daba dos pasos y se chocaba con un muro de agua. En Hyangbong-ri no sabían cuáles eran los límites. Si bien Nacho ya tenía su decisión desde el principio, el mensaje de las mujeres seguía siendo ambiguo. Una parecía transmitir libertad en la toma de decisiones. Sí, dentro de ciertos márgenes como eliminar los recuerdos de ese lugar que le resultaban razonables. Sin embargo otra decía que les quitaría el implante, sin dar la opción a negarse (menos incluso a lavarse, cosa que sí parecía también razonable) ¿Si era algo que los limitaba por qué no darles la libertad de quedárselos, sobre todo si su vida iba a continuar en otro sitio? Como fuera ni siquiera eso podía modificar su decisión, sobre todo si podía irse más adelante. Se quitó la remera y se la colgó de la cintura del pantalón, del lado de atrás. Ya había visto lo que ocurriría y quería al menos mantener esa sucia remera sin vómito. Su reacción al toque de Gina no difirió mucho ni de lo anunciado ni de lo que había visto en sus compañeros. Lo que sí era llamativo era cómo se sintió tras el vómito. Se sintió de una manera en que nunca pensó que iba a sentirse. Todo su cuerpo parecía haberse fortalecido, desde sus músculos hasta su sistema nervioso. ¡Si hasta se sintió más atractivo! Lo que opacó ese momento fue ver que Irwing iba a quedarse. En fin, quizás fuera mejor tenerlo en esa base que suelto por el mundo haciendo lo que quisiera. Se acercó a Pfixz y a la doctora. Suponía que no volvería a ver al hombre aunque sí a la mujer. Le habló a él. _Te respeto. Espero que hayas aprendido algo de lo que estuviste haciendo estos últimos años. Sí, el hombre había sido centrado, o quizás eso parecía al compararlo con O´Connor. Pero eso no quitaba las culpas por los castigos que había impartido a gente que no lo merecía. Lo observó durante unos segundos y no dijo más nada. Luego a la doctora. A ella también la observó durante unos segundos pero a ella no le dirigió la palabra. Estuvo a punto de dirigirse a la habitación para asearse y luego ir al comedor para hablar con las mujeres cuando David lanzó algunas de las preguntas que pensaba lanzar él más tarde. No era momento de irse hasta no escuchar las respuestas.

Cuando Nacho se quedó observando a Pfixz y a la Dra. Gonzalez, en realidad estaba poniendo a prueba sus nuevos/viejos poderes. No le quedaba muy claro qué hacía Pfixz ahí, o si estaba voluntariamente. ¿Se habría sumado en el momento del ataque o habría sido parte de todo aquello desde el principio, como un conspirador? ¿Qué sabía de esas mujeres?

En cuanto a Gonzalez quería saber cuáles eran sus temores, porque le darían una pauta de qué quería ocultar, de qué buscaban de ella. ¿Sabría ya por qué la habían llevado? ¿Conocería a esas mujeres previamente?

Sería una buena prueba ver cómo funcionaban esos poderes sin el implante.

Ciara se tomó el trayecto como uno de esos viejos paseos escolares. Salvando las diferencias, resultaba muy similar a ir de excursión. Ya que hacía varios años que lo más apasionante era ir de un lado de la isla Hashima a otro ¿cómo no iba a disfrutar del viaje en helicóptero? No sólo por la recuperada libertad, ansiada desde el inicio del encierro, sino por querer ver el mundo que les esperaba después del tiempo en cautividad.

El lugar al que llegaron, desde el punto de vista de la pelirroja, era cuanto menos pintoresco. No era en lo que pensaba, pero tampoco estaba mal. No se iba a quejar.

En el momento que escuchó las explicaciones de Mei, las pupilas de Ciara se abrieron como si hubiera tenido un examen ocular. El cuerpo de la chica se movió adelante, buscando con ello ir al lado de la de poderes mentales, sin embargo no era el momento en el que hablar con ella, por lo que el movimiento quedó en un simple paso, sin más. En vez de eso, por lo dicho por Gina, se debía recibir una especie de purga de un aparato tecnológico interno. A lo cual no tuvo objeción.

Igual que el resto, de manera voluntaria, se sacó la camiseta hasta que salió el implante y, con él, el contenido del estómago una nueva vez. El bocadillo de atún tomado en la isla mientras repostaban le dejó un sabor asqueroso en la boca y en la nariz, por la cual había estado a punto de salir como lo había hecho por la cavidad oral. Asqueroso o no, notó un bienestar general de inmediato al expulsar el extraño objeto implantado.

Antes de marcharse en dirección a las habitaciones, quiso conocer si las dudas de David, en parte compartidas, iban a recibir contestación. Ciara podía esperar un rato antes de ir a lavarse la cara, la boca y hacer gárgaras con algo capaz de eliminar el regusto a atún que todavía sentía.

El viaje en el helicóptero fue bastante tranquilo, sin ningún accidente, y la verdad la parada para comer era más que bienvenida después de todo había echado fuera la cena después de que Bora lo llevase a los hangares. Cuando llegaron a tierra le invadió un sentimiento de satisfacción, pero la mejor parte fue aquella base rodeada de bosque y con un lago, una parte de él quería ir corriendo y perderse en él, después de todo estos paisajes siempre fueron algo bueno ya que no tenía que soportar a sus padres en esos momentos. Alguna vez incluso se planteó escapar, pero al final estaría dejando solo a su hermano así que nunca lo llegó a intentarlo. Un implante, eso no era tan sorprendente, en la isla siempre se sintió como si le faltase parte de su ser y más débil que nunca. Sin pensárselo mucho espero su turno y cuando llego se quitó la parte de arriba de su ropa, viéndose bien aunque no estaba del todo mal no podía negar que había estado empeorando durante estos años. Aunque las cicatrices siguen ahí, esparcidas por todo su cuerpo; algunos cortes, unas cuantas quemaduras y otras cicatrices algo irregulares. El proceso fue totalmente desagradable y acabo vomitando una vez más, no sabía si alegrarse de haber comido antes ya que la otra opción habría sido vomitar bilis lo cual no suele ser agradable. Aprovechando que tendría que deshacerse de la ropa del centro no tuvo ningún reparo en limpiarse los restos de vómito con las prendas. En principio tenía decidido quedarse, después de todo la opción de perder la memoria no le acababa de convencer, también la idea de poder desarrollar sus habilidades le resultaba atractiva y aquí se sentía más seguro en este momento que afuera. Pero al final no estaría mal saber lo que le esperaba, así que decidió quedarse un rato más para escuchar la respuesta que se le daba a David.

Arturo había subido al helicóptero en el último momento. Alex le abrazó y, al sentir que el aparato empezaba a elevarse, miró con horror hacia fuera. 

- ELIIIIIII - Estiró la mano, pero Elí no se movía. Sintió como alguien la sujetaba mientras ella gritaba y las lágrimas se desbordaban de sus ojos. Por un instante cruzó por su cabeza la idea de saltar junto a él y ser como Bora. Pero tuvo miedo, sintió un vahído y cayó de rodillas mientras veía como su amigo, poco a poco, se iba haciendo cada vez más pequeño. - Tonto... - Vio las explosiones y volvió a resguardarse en el interior del helicóptero. 

Al volver a su hueco junto a Eileen, se abrazó a ella y estuvo parte del viaje en silencio. Había soñado muchas veces con salir de aquella isla. Se había enfrentado docenas de veces a los guardias, recibiendo palizas y pasando días castigada, sólo por aquel sueño. Y ahora que por fin lo conseguía, que la isla desaparecía de sus vistas y tenían un futuro en el horizonte, sentía una gran desolación en su interior. Por todos aquellos que habían muerto, por sus amigos, conocidos... Por todos ellos, Alex se prometió esforzarse a lo máximo para no permitir que pasaran más esas cosas... Al menos, en aquel momento, la pequeña se sintió decidida a cumplir su propia promesa. 

El viaje fue largo. Las primeras horas, Alex miraba por la ventana el vasto azul sobre el que volaban. Pero no tardó en vencerle el cansancio y durmió, incómoda, apoyada en Eileen. 

Tras la primera parada y haber comido un poco, empezó a sentirse algo mejor. Corrió, sin alejarse mucho, por la playa de la isla. Se quitó las deportivas y mojó sus pies en el agua. Aunque sus ojo seguían tristes, empezaba a disfrutar de la sensación de libertad. Pero esas paradas fueron muy cortas y nuevamente volvieron a sobrevolar el inmenso mar. Al volver a subirse al helicóptero, se sentó junto a Balt y terminó amodorrándose sobre su brazo.

Cuando empezaron a sobrevolar las ciudades, Alex miraba por la ventanilla, fascinada. Había estado tantos años encerrada en el Centro nº 11 que apenas tenía recuerdos de otra cosa que no fueran aquellos edificios. - Mira, Eileen, Arturo... Mirad que edificio más alto... ¡Ualaaa! ¿Veis...? ¡Tiene muchas luces! - Durante un rato estuvo así, señalando y maravillándose con las vistas que ofrecían las ciudades. 

Finalmente los helicópteros empezaron a descender y tomaron tierra. Alex bajó junto a los demás y escuchó las palabras de Mei. Sin haber sido consciente de ello, la pequeña había tomado una decisión nada más conocer a Bora. Sus ojos la buscaron y una pequeña sonrisa asomó a sus labios. Voy a ser como ella... Se dijo y se puso en la cola para que Gina le quitara aquella cosa de dentro. 

Según le iba tocando el turno, se iba sintiendo cada vez más nerviosa. Estaba viendo a todos vomitando y ella no quería echar la papilla. Se echó hacia atrás, dejando pasar a la chica muda que acompañaba a la que la había descubierto cuando intentó fugarse. Negó con la cabeza, y sus labios formaron una mueca. Volvía a tocarle, pero se volvió a salir de la cola y se colocó detrás de Ciara. Sus ojos se cruzaron por un momento con los de Dheera y arrugo ligeramente el ceño. Podría haberse quedado ella en la isla y no Elí... Se mordió el labio, consciente de que estaba mal que pensara aquellas cosas, pero no lo podía evitar. Su amigo se había quedado allí y no volvería a verle nunca más...

Finalmente dejó de intentar evitar lo inevitable. Se acercó a Gina y la miró a los ojos. No se había quitado la sudadera, le daba mucho corte delante de todos. Había visto los pechos de las chicas mayores, al quitarse la parte superior y ella era consciente de que todavía no se había desarrollado y estaba completamente plana. Se apartó y dejó que pasara Carlos delante suyo. Sus ojos se abrieron como platos al ver las cicatrices que tenía por toda la espalda. 

Volvió a encontrarse delante de Gina y esta vez sí, se quitó la sudadera, dejando al descubierto un cuerpo delgado, con alguna que otra cicatriz y varios moratones en la espalda, restos de la última paliza recibida. 

En cuanto la chica tocó su pecho, empezó a sentir que se le revolvía completamente el estómago. Su rostro palideció y una película de sudor cubrió su cuerpo. Se apartó unos pasos y cayó de rodillas, apoyando ambas manos en el suelo empezó a vomitar. Sentía su estómago retorciéndose con dolorosos calambres. Las arcadas sacudían su cuerpo y, finalmente, sintió como el dispositivo subía por su garganta y lo escupió en el suelo. 

Se apartó del vómito y volvió a cubrirse con la sudadera mientras se alejaba de aquel sitio. Quería encontrar las habitaciones y quitarse toda esa pringue que había salpicado en cabello.