Partida Rol por web

-Ve, Matt te está esperando en la unidad 090- asiente y se sienta en la larga mesa, sacando varios papeles de una gruesa carpeta que llevaba bajo el brazo y frunciendo el ceño mientras empieza a revisarlos y a apuntar cosas.
Tú te limitas a salir de la sala de empleados poniéndote el chaleco en cuestión y dirigiéndote hasta el parking de ambulancias, en el cuál distingues la 090 con facilidad puesto que sólo hay esa y un par más aparcadas en un rincón.

Cuando subes al vehículo tu compañero ya se encuentra al volante y arranca sin más dilación.
-Creíamos que se te había tragado la tierra... Hay trabajo que hacer, un accidente de tráfico en las afueras- comenta antes de activar la sirena para que los coches dejen paso y podáis acudir con mayor velocidad hasta el lugar.

Aidan se apresuró a abrocharse el cinturón y mentalmente se obligó a concentrarse en su trabajo.

-Algo por el estilo...cuando termine mi turno me tomaré unos días libres-comentó mientras conectaba la sirena al tiempo que Matt aceleraba.-Tengo un problema familiar-agregó con una mueca. Meneando la cabeza elevó la voz por encima del sonido-¿se sabe qué tipo de accidente? ¿Personas heridas, algún fallecido? ¿Han llegado los bomberos?-preguntó para evitar que su compañero se interesase. Estaba harto de dar explicaciones.

-Ni idea, supongo que los bomberos llegarán a la ve que nosotros, creo que seremos de los primeros en llegar... Sólo sé que es un accidente de coche bastante aparatosos entre dos turismos- se encoge de hombros mientras cruzáis con rapidez distintas calles, semáforos y carreteras hasta que empezáis a distinguir el lugar del accidente puesto que hay coches parados en plena autopista, una pequeña columna de humo negruzco y gente alrededor de los vehículos, los cuáles han chocado frontalmente quedando replegados sobre sí mismos y en bastante mal estado.
Va a resultar difícil sacar a alguien de ahí dentro si es que todavía siguen vivos...

-Por favor, dejen paso, apartense...- insiste Matt dando pequeños empujones al improvisado público, portando el botiquín de emergencias en una mano hasta llegar junto a los amasijos de hierros.
Uno de los coches en un turismo de aspecto grande y color negro, el otro y el que al parecer conducía en dirección contraria (pueden apreciarse las marcas de los neumáticos desviándose en el asfalto), es más pequeño y de color burdeos... Igual que el de Anabel...

De fondo se aprecia el sonido de otras sirenas acercándose. probablemente los bomberos y quizá otra ambulancia.

Aidan sintió ocmo una mano helada estrujaba su estómago y por unos instantes permaneció helado en mitad de la carretera, observando detenidamente el turismo accidentado. No....no puede ser el de ella, Dios por favor que no sea ella...rezó mentalmente mientras estrujaba fuertemente el maletín de primeros auxilios. Aún recorrido por el mal presentimiento se puso en movimiento y corriendo adelantó a su compañero y, sin preocuparse de los hierros que asomaban, se arrodilló al lado del amasijo que antes había sido el coche. Su mirada febril buscó el cuerpo de su hermana desesperadamente, mientras interiormente deseaba estar equivocado.

Mientras tu te diriges al coche de tu hermana, Matt se desvía al vehículo contrario, mientras un camión de los bomberos frena al lado de vuestra ambulancia y los distintos empleados empiezan a visualizar el desastre acercándose a vosotros con tenazas enormes para cortar metal y demás utensilios.
Uno de ellos se pone detrás de ti y con una linterna enfoca el amasijo de hierros que tenéis delante, aunque no estás muy seguro de querer ver con claridad lo que puede haber ahí dentro...

Ante tu sorpresa, y la del hombre que pretendía ayudarte, en el interior no encontráis ningún resto ni ningún cuerpo, ni siquiera sangre.
-¿Cómo coño es posible...?- pregunta en voz alta sin dar crédito a lo que ve, pero decide no darle demasiadas vueltas al asunto y correr al otro lado puesto que en el vehículo azul si hay víctimas.

A la vez que esto sucede, la policía también ha llegado acordonando y señalizando la zona para controlar a los curiosos y e tráfico, dejando que trabajéis con mayor libertad y "tranquilidad". Dentro de lo posible...

Aidan parpaedó confundido ante la visión del coche vacío. No sabía qué le asustaba más si el hecho de que su hermana hubiese tenido un accidente o el hecho de que hubiese desaparecido. Bueno...por lo menos no está herida...pensó no sin mucho consuelo De repente se dio cuenta de dónde estaba y el instinto le hizo incorporarse y corriendo dirigirse hacia el otro coche por si Matt necesitaba su ayuda mientras febril su mente daba vueltas a qué podía haber pasado con Anabel...Debería de llamar a Mohinder...sé que es pronto pero el tiempo pasa ¡Maldita sea!

-¿Qué es lo que tenemos aquí?-preguntó a su compañero gritando por encima del bullicio mientras esquivaba a los policías y los bomberos. La mano que sujetaba el maletín de primeros auxilios estaba sudorosa por la tensión.

Cuando apareces junto a Matt, al contrario que en el coche de Anabel, puedes apreciar en el interior a varias personas lo cuál tensa tu cuerpo y te pone algo más nervioso si cabe, aún así suficientemente controlado cómo para poder intervenirles, de hecho no es el primer accidente de estas características que tienes que atender...
Los bomberos siguen cortando metales que se entrecruzan con la propia carne de las víctimas, en realidad ya es demasiado tarde para el conductor y padre de familia, pero su esposa que se encontraba en el asiento de copiloto y su hija adolescente siguen vivas aunque muy asustadas y algo doloridas.

Conseguís sacarlas con esfuerzo y para entonces ya ha llegado otra ambulancia que os ayuda a ejercer las curas de mayor urgencia para poder mantenerlas vivas, lo cuál va a resultar difícil ya que han sido atravesadas en varios puntos por la propia estructura del vehículo. Parece cómo si esos tipos transportaran la muerte allá por dónde van...
Mientras subes a la parte trasera de al ambulancia con la mujer debidamente entubada y sujeta a la camilla distingues como la policía interroga a algunos de los curiosos y empiezan a acercarse a la escena del "accidente" haciendo fotos. Es lo último que ves antes de que Matt cierre las puertas estrepitosamente para correr hasta el volante y dirigirse al hospital a toda prisa.

Cuando Matt cerró las puertas Aidan sintió que algo estaba mal y saliendo como de un sueño se preguntó que demonios estaba haciendo.

-¡Espera!-exclamó antes de que encendiese el contacto-Yo no puedo marcharme...Matt...el coche siniestrado, en el que no había nadie, es el de mi hermana...ha desaparecido esta mañana y creo que debería hablar con la policía-dijo atropelladamente mientras echaba mano a la manivela de la puerta y hacía ademán de salir. Interiormente su corazón latía acelerado, aunque su hermana no estuviese alli lo habia estado y Aidan necesitaba hacer algo, lo que fuese para encontrarla.

-Pero tu hermana no está aquí y en cambio esa mujer está a punto de morir- espeta Matt visiblemente alterado e impacientado por la gravedad del asunto, así que ni siquiera se molesta en discutir y vuelve a cerrar los portones de la ambulancia marchándose a toda prisa y con la sirena puesta, siguiendo de cerca a la otra unidad que había llegado después de vosotros.
La zona ya está acordonada y la policía está dedicándose a hacer fotos de todos los ángulos posibles mientras algunos rellenan unos papeles y un par de agentes controlan que nadie se adentre.

Mientrastanto una grúa se acerca pro el fondo y los bomberos empiezan a moverse para retirar el amasijo de hierros en el que se han convertido los vehículos.

Impotente Aidan vió cómo el lugar del siniestro quedaba atrás desde la ventanilla trasera de la ambulancia. Mierda...Sin embargo, entendía la reacción de su compañero. Normalmente en una situación como aquélla en las ambulancias iban más de dos personas, así mientras un conducía las otras dos se ocupaban del paciente pero en aquél momento la situación era bien distinta y Aidan no podía dejarlo sólo. Si algo le pasaba a la mujer mientras iban hacia el hospital tendrían problemas. Frustrado, el joven se volvió y centró su atención en la evolución de sus constantes vitales y en mantener la monitorización a pesar del vaivén del vehículo.

-Señora...escuche...no se duerma ¿de acuerdo? Estamos aquí para ayudarla...-la llamó en un intento de mantenerla consciente mientras intentaba mantenerla lo más cómoda posible. Mientras tanto parte de su mente estaba bien lejos, entre los restos del coche rojo. Anabel...¿dónde estás? pensó angustiado.

La mujer parece encontrarse en el típico estado de semiinconsciencia, parpadeando pesadamente y mirando alrededor pero como si en realidad no estuviera del todo ahí, por lo cuál tienes que esforzarte todo lo posible para mantenerla despierta y estable. Por suerte tu experiencia con este tipo de estado te ayuda bastante y consigues olvidarte por un momento de Anabel, aunque su recuerdo llega tan rápido cómo los enfermeros del hospital se llevan la camilla hacia uno de los quirófanos.

Aún sudoroso y algo alterado por la carrera de la ambulancia al interior del hospital, plantado en medio de uno de los pasillos del sótano que conduce al parking, sientes cómo si alrededor tuyo estuviera todo demasiado vacío y silencioso, y esa sensación te oprime un poco.
Tu bolsillo empieza a vibrar y observas cómo aparece el nombre "DESCONOCIDO", y un número de móvil.

Intranquilo contempló el pasillo vacío y silencioso iluminado por la fantasmal luz de los fluorescentes mintras el subidón de adrenalina le abandonaba y su mente, abstraída hasta el momentoen la curación, volvía a la realidad. El bolsillo empezó a vibrar y cuando sacó el móvil para ver quién llamaba A lo mejor es el policía observó que el número le era desconocido. Súbitamente se le secó la garganta y sintió como un nudo se le formaba en el estómago. Con mano sudorosa descolgó. Tuvo que carraspear varias veces antes de que la voz lograse salir y, cuando lo hizo, no fue más que un sonido estrangulado y no exento de angustia.

-¿Diga? ¿Quién llama?-se apoyó en la pared mientras rezaba interiormente porque fuesen buenas noticias.

-¿Aidan Moore? Soy el detective Winchester- en realidad no te es necesaria su presentación pues a pesar de conocerle poco reconoces su tono de voz controlado y algo distante a pesar de la línea telefónica.
-Quizá se haya enterado por su trabajo, el caso es que el coche de su hermana ha estado implicado en un accidente de tráfico hace escasos minutos pero no había nadie en su interior... Sin embargo creo que la hemos encontrado. No estamos convencidos de que sea ella, está muy desorientada y no recuerda ni su nombre pero coincide bastante con la descripción que me dio, ahora debe de estar en el propio hospital...- se produce una corta pausa en la que oyes cómo pasa y rebusca entra algunos papeles que debe tener sobre la mesa o en sus propias manos.

-Habitación 306, nos sería de gran ayuda que nos confirmara su identidad de ser su hermana, aunque supongo que ahora se verá impulsado a colgarme de inmediato así que esperaré su llamada...- se limita a decir a modo de "despedida" aunque espera a que cuelgues tú.

El corazón de Aidan latió acelerado cuando escuchó las palabras del detective. La han encontrado...Cerró los ojos dando gracias a Dios mientras una gran sensación de alivio le invadía.

Cita:

-Sí, sí claro-se apresuró a contestar impelido por a prisa. Mientras hablaba echó a andar a paso vivo hacia los ascensores-Gracias-y sin añadir más colgó el teléfono guardándolo distraídamente en el bolsillo. Mientras avanzaba corriendo su mente volaba lejos, hacia una habitación situada tres plantas arriba. ¿Tendrá algún daño...? Como ese cabrón le haya hecho algo...

Casi derrapó cuando alcanzó las brillantes puertas metálicas. Jadeando pulsó el botón de llamada de forma contundente.

-Vamos...-sus ojos miraron intensamente el marcador de las plantas, pero se le hacía eterna la espera. Así que lanzando un juramente entre dientes se dió la vuelta y abrió de un empujón la puerta que comunicaba con el tronco de las escaleras. Sus pasos resonaron contundentes a medida que subía los escalones de dos en dos.

Cuando asciendes hasta el tercer piso ya te encuentras algo jadeoso y sudoroso, mezclando nervios e impaciencia a partes iguales mientras te diriges con decisión al pasillo de tu derecha, por el cuál llegas a la susodicha habitación 306 sin mayor problema.
La habitación del hospital no ofrece diferencia alguna respecto a las otras: dos camillas con sus respectivas mesitas y cabeceras blancas con una lámpara que permanece apagada, un armario empotrado en una de las paredes, algunas butacas, un televisor apagado en una de las esquinas, la puerta que conduce al lavabo y un amplio ventanal por el que por suerte entra la luz diurna.

Apoyada en el alféizar de dicha ventana y mirando a través de ella hay una muchacha de cabello castaño, ataviada con la bata del hospital y descalza.
Puedes distinguir su ropa interior a contraluz aunque no es algo que te llame la atención, al igual que algunos vendajes cubriendo sus brazos y su frente.
Se gira hacia ti con las manos todavía en la ventana y se te queda mirando en absoluto silencio unos segundos antes de sonreirte y volver su vista, algo perdida, a las nubes matutinas.

Es tu hermana y sin embargo... no parece haberte reconocido.

Aidan sintió cómo el alma se le caía a los pies. La sonrisa amable de su hermana le había dicho todo. No me reconoce... Con ojos atentos observó las vendas que cubrían sus brazos, tan delgados y tan frágiles y la sangre le hirvió de ira Cuando coja a ese malnacido... Con la garganta seca por la tensión se acercó vacilante hacia ella.

-Anabel...Belly-inconscientemente la llamó por su apodo familiar con una voz suave teñida de ternura y preocupación. Se paró vacilante a pocos pasos inseguro de tocarla, no fuese a ponerse a chillar o algo-Belly...pequeña...¿sa...?-tragó saliva angustiado-¿sabes quién soy? Soy Aidan...tu hermano-le dijo mientras sus ojos la evaluaban tomando nota mental de su estado. Quizás yo pueda hacer algo para que recuerde...

Al llamarla Belly da un pequeño respingo y se gira hacia ti mirándote con atención, algo sorprendida, cómo si no acabara de ubicar el porque ese nombre le ha resultado especial, pero aún así es un claro indicio de que en el fondo quedan recuerdos ocultos. Quizá subconscientes.
A parte de su clara distracción general parece que sólo tiene rasguños superficiales, aunque habría que ver qué se esconde bajo las vendas de los brazos y la frene, donde también reposa un parche algo feo sujeto con una venda que aplasta parte de su pelo. ¿y debajo de la bata...?

Te observa de arriba a abajo y empieza a acariciarte la cara, las cejas y el corto cabello.
-¿Mi hermano...? Me resultas familiar, pero no acabo de acordarme, no lo entiendo...- aparta la mano y te mira ahora algo asustada y preocupada de sí misma.

Con el corazón encojido Aidan se quedó muy quieto mientras su hermana le repasaba con los dedos sus rasgos en un intento de comprender, de retener algún retazo de su memoria. Cuando terminó se apartó un poco ligeramente asustada. Sabe que algo no va bien...Tuvo que resistir el impulso de retener su mano, tan frágil y delicada.

-Schssss...-susurró en un intento de tranquilizarla.-Tranquila, Belly, sólo has sufrido un pequeño percance pero todo saldrá bien..-le dijo con voz suave,lo que menos necesitaba es que ella de repente le tuviese miedo-Confía en mí...-sonrió con dulzura y le aseguró rotundo-a mi lado nada malo te podrá pasar-lentamente alzó una mano y muy despacio cogió la suya.-Dime...pequeña...¿te duele algo?-preguntó en voz baja y tranquila mientras la miraba a los ojos intensamente.

Anabel asiente algo apesadumbrada y deja que le cojas la mano con bastante tranquilidad.
-Me duele un poco la cabeza... Pero eso es todo- se sujeta un momento el parche de la frente con la mano libre pero la vuelve a bajar con un suspiro.
-Además no paran de hacerme preguntas pero no recuerdo casi nada ni cómo aparecí a tanta distancia de ese accidente de coche en el que supuestamente mi coche está implicado. Es todo muy...raro- suelta tu mano con lentitud y se acerca para abrazarse a ti apoyando el rostro sobre tu pecho.

-Me vas a cuidar, ¿sí? Sé que lo harás...- su cuerpo se relaja un poco, cómo si se sintiera más tranquila y segura entre los brazos de su hermano mayor.

Aidan abrazó estrechamente a su hermana con gesto protector mientras le acariciaba la espalda suavemente en gesto tranquilizador. Notaba su aliento cálido a través del algodón de la camisa de enfermero. Mi pequeña Belly...cuanto lo siento pensó con tristeza. Su mano derecha se alzó y se posó sobre su pelo mientras la acunaba.

-Claro que te voy a cuidar, Belly...´-le prometió con voz suave con la mejilla apoyada en su cabello castaño. Olía a flores.-Ahora lo que tienes que hacer es descansar...-susurró con ternura.