Partida Rol por web

Te encuentras sola en tu habitación, esperando a que llegue Nathan, pero como era de esperar, a no ser que viniera volando como una centella, empiezan a pasar los minutos y nada sucede.
Al cabo de media hora sigues sentada en la cama algo más impaciente que antes y entonces suena el timbre de la puerta de casa sacándote de tu ensimismamiento. Probablemente Noah se encargará, debe de ser mamá.

Mientras sigues en la habitación atenta al piso de abajo, distingues el sonido de la puerta abriéndose mientras Bigotitos empieza a ladrad con entusiasmo, pero la realidad te saca de tus suposiciones de un plumazo cuando se produce un repentino disparo.

cuando estás concentrado en algo, los ruidos que oyes habitualmente pasan casi desapercibidos, platos en la cocina, coches en la calle, niños corriendo y riendo, el timbre de la puerta..., alguien acaba de llamar, oigo a bigotitos ladrar como tiene costumbre de hacer, es como si lo viera, corriendo hacia la puerta, con sus cortas patitas moviéndose rápidamente, saltando a cada ladrido impulsado por la fuerza de estos. me lavanto de la cama y voy hacia la ventana. será nathan? imagino que no, no creo que se presente así como si nada para llevarme con el..., seguramente será mamá. de repente, el ruido de un disparo me sobresalta, me quedo quieta unos instantes, sin saber como reaccionar, es difícil acostumbrarse a no tener miedo, es algo natural, aunque yo no debería. corro hacia la puerta y bajo corriendo las escaleras, procurando no hacer mucho ruido.

Sales de la habitación precipitadamente y corriendo, lo cuál te impide ser silenciosa pero en cuánto ves el recibidor eso ya te da igual.
No hay nadie allí exceptuando el cuerpo de Noah con el cuello rasgado y borboteando sangre que crea un extenso y espeso charco a su alrededor.
Todavía se mueve con pequeños espasmos sujetándose la herida que le está desangrando sin remedio pero está realmente pálido.
A un lado han caído sus gafas, al otro una pistola y cerca de la puerta que todavía permanece abierta, un cuchillo grande y afilado manchado de sangre.

Bigotitos gira la cabeza un momento hacia ti para después ponerse a olisquear el charco con interés.

bajo los escalones, con precaución, pero cuando alcanzo ver el recibidor, acelero el paso, bajo de dos en dos, estoy a punto de caerme, pero logro mantener el equilibrio. papa!!!!! salto los dos últimos escalones y corro hacia el, arrodillándome a su lado. dios! qué ha sucedido!!?? papá, me oyes?? mierda! mierda! mis ojos se mueven frenéticos alrededor, sin saber muy bien lo que estoy buscando. rápidamente saco el móvil del bolsillo de los pantalones y marco el número de emergencia. habrá sido la chica del pelo rosa? sylar? papá, no te vayas por favor. digo con un hilo de voz, a punto del llanto, esperando a que me contesten.

Tu padre sólo alcanza a musitar tu nombre de forma entrecortada y con un hilo de voz mientras sus manos ya se encuentran totalmente empapadas en su propia sangre.
La ambulancia te dice que llegará de inmediato pero Noah ya no se mueve ni parece respirar. Se ha quedado con los ojos abiertos, mirando hacia ti, pero ya no parpadea y sus manos se han deslizado de su cuello cayendo inertemente a sus lados mientras Bigotitos lame una de ellas.

Entonces empieza a escucharse la sirena de fondo, han sido rápidos pero aún así... No estás muy convencida de que hayan llegado a tiempo, cuando aparcan y bajan del vehículo apartan al perro y a ti con cierta impaciencia visto el estado del "herido", presionando la herida mientras empiezan a gritarse entre ellos para inyectarle suero y transfusiones de sangre a la vez que lo colocan en una camilla.
La situación se ha transformado en caos en apenas unos minutos.

el leve sonido de su voz, parece más una despedida que cualquier otra cosa. aun de rodillas me muevo algo nerviosa, quisiera hacer algo pero no se me ocurre qué, pongo mis manos sobre su pecho, la parte de arriba de la camisa ya es completamente de color carmesí, miro la profunda herdia del cuello, el aire que se escapa crea burbujas que estallan en seguida. oyes la sirena papá? ya vienen, ya vienen, aguanta un poco más. suplico con angustia mientras veo como se le va escapando la vida. cuando los sanitarios llegan, nos apartan a bigotitos y a mi para trabajar mejor. no sé qué ha ocurrido, he oído un disparo y luego me he encontrado con esto. explico a los de la ambulancia, que van de un lado a otro sin prestarme demasiada atención. cojo al perro en brazos, lleva las patitas llenas de sangre, pero poco importa, a estas alturas ya voy manchada yo también. a qué hospital se lo van a llevar? digo antes de que salgan de casa.

Los enfermeros te dicen el hospital en cuestión, en realidad es el único de la ciudad, pero no parecen muy dispuestos a dejarte subir quizá debido a la gravedad de las heridas de Noah...
Cierran las puertas de la ambulancia y se marchan rápidamente activando la sirena.