Partida Rol por web

Claire se agarra los pelos totalmente nerviosa. Sylar seguía a la vista y no había modo de escapar de allí.

Tengo la puerta en frente mío, si corro me cogerá. Pero quizá eso logre que no pueda tomar el poder del monstruo aquél. No lo sé no lo sé.

Su cabeza iba de lado a lado sin saber que hacer.

¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! Grita realmente fuerte sin poder contener todas las emociones que pasaban por su cabeza en ese momento.

-Maldita cría, sabía que debía haber acabado contigo hace rato- espeto malhumorado, con el ceño fruncido y acercándome hasta ella cogiéndole y cubriéndole la boca con firmeza, con una de mis manso ensangrentadas.
Con la otra apunto su frente y una sonrisa maliciosa asoma a mi rostro, fue estúpido por permitirle tanto tiempo y dudar, es un poder que no puedo dejar escapar y ella es demasiado... tonta para aprovecharlo, cómo acaba de demostrar.

Mi corte es interrumpido por un insistente golpeteo en la puerta de la caravana, así que suelto a Claire con un gruñido de fastidio y me lavo las manos en la pica, lanzándole un trapo para que se limpie antes de abrir, tan sólo una pequeña fisura, para hablar con el idiota que ha venido a molestar, preocupado después del grito cómo no.

-No se preocupe, ha sido mi sobrina, se ha asustado al ver una cucaracha ya sabe...- me río por lo bajo y luego la miro con severidad haciéndole gestos para que se acerque.

La herida que había comenzado a formarse en la frente de Claire de a poco iba sanando, y para cuando el desconocido tocó la puerta ya estaba curada del todo.

Claire se levanta con las piernas temblando a la vez que Sylar le indica que se acerque.

Espera a que Gabriel mire al desconocido para que no preste atención a sus gestos. Intentaba comunicarle al hombre aquél que estaba en peligro. Que necesitaba ayuda. Una lágrima recorre sus ojos.

...
Claire iba a comenzar a hablar pero luego se detuvo.

-¿ Para qué diré lo que quiere que diga si de todas formas me estaba por matar? ¿Qué evito sin causarle problemas?

Claire calla mientras espera que el hombre haya entendido sus intenciones y Sylar no haya notado nada.

Claire se acerca hasta Sylar, supuestamente para seguirle la corriente, pero en lugar de eso guarda silencio con lo cuál el desconocido mira ambos aturdido y Gabriel de manera fulminante a Claire, la cuál llora en silencio pero visiblemente.

El desconocido frunce el ceño y empieza a correr alejándose de la caravana, probablemente dirigiéndose a la suya propia pero por desgracia no ha sido muy sutil, aunque quizá eso no sea un problema...

Cuando veo cómo la niña llora de manera suplicante mis nervios se crispan y la mataría allí mismo de un sólo golpe certero pero no puedo, quiero su poder.
Por suerte me brinda la oportunidad de desplegar mi ira puesto que el pelele sale corriendo hacia su propia caravana, probablemente dispuesto a llamar a la policía o algo similar...

-Pues que empiece el espectáculo- me limito a murmurar abriendo las palmas de mis manos a los lados, las cuáles empiezan a emitir un brillo cada vez más brillante pero sobretodo sofocante.
La piel de Claire empieza a sufrir quemaduras y ampollas que sanan según se producen, pero todos los demás no tendrán tanta "suerte".

Claire se echa hacia atrás al ver el brillo que mana de las manos de Sylar. Sabía lo que estaba por ocurrir, pero lo más extraño es que se acurruca contra las butacas a los costados de la mesa en la que minutos antes estaba sentada hablando con su captor.

Vamos... sigue así.

Claire aprieta fuerte los puños mientras intenta soportar el horrible dolor que se producía al sentir las quemaduras en su propio cuerpo, pero la rapidez de su regeneración le ayudaba mucho en esta tarea.

Por lo que había podido ver a la entrada mucha gente podía salir herida de todo aquello si Sylar no paraba lo que estaba ocurriendo.

- ¿estas seguro de que quieres hacer lo que estás haciendo?
Por suerte tenía un plan. Nada demasiado inteligente pero una forma de pararlo todavía encontraba.

-¡¡SII!!- exclamo con contundencia, decisión y regocijo mientras la radiación se expande empezando a quemar las colchas, cortinas y otros elementos más fáciles de prender dentro de la caravana.
La luz empieza a ser difícil de ver y finalmente.... BOOM.............

Tras la contundente y tremenda explosión producida por Sylar, pierdes la consciencia y la noción de todo, sin duda estarías muerta de no ser por tu extraordinario poder, así que cuando vuelves a despertar no tienes la menor idea de cuánto tiempo ha pasado o dónde estás pero él no parece estar contigo.
Te sientes mareada y muy cansada, con la ropa totalmente chamuscada pero en cambio tú estás bien, cómo siempre. Lo difícil es que el resto de gente del improvisado camping haya sobrevivido al "accidente".

Estás tumbada en un mohoso y mugriento colchón que está directamente sobre el suelo en una habitación realmente pequeña y maloliente.
La única ventana que hay está tapada con maderas clavadas con clavos en la pared y una bombilla solitaria ilumina la estancia, cuyas paredes están escritas con distintos rotuladores o lápices repitiendo muchas veces "Lo siento" y "Olvídame", parece obra de un demente.
Algunas cucarachas negras se pasean por los rincones y la única puerta de acceso a la sala se encuentra cerrada.

Con una gran bocanada de aire, Claire se despierta levantando el torso de la olorosa cama.

Observa el lugar y otra vez el pánico le acaricia la piel tensando todos y cada uno de los bellos de su brazo y nuca.

... ¿Dónde estoy?...
Se pregunta a sí misma en voz alta pero moderada a la vez que repara en que la ventana está tapiada.
Por otro lado las paredes declaran mensajes que no podía entender, si bien sí leer.

Comenzó a recordar los sucesos de instantes anteriores, por lo menos para ella, la luz, el resto de la casucha quemándose, el mismo Sylar brillando como una lampara de gas.

Él no tiene mi habilidad... él tuvo que haber muerto...
Pensaba para sí con una pequeña alegría que se veía opacada por la impotencia de no saber dónde se encontraba, o si finalmente estaba a salvo.

No hay forma de que haya sobrevivido a esa explosión sin poder curarse. Las cosas han salido como esperaba, aunque toda esa gente debe estar muerta ahora mismo. Apoyó su cabeza sobre las rodillas, que ahora se acurrucaban contra su pecho, y lloró en silencio.

El sonido del silencio, repiqueteando con el movimiento de las cucarachas que chocaban contra la pared al saltar de hueco en hueco, la sacó de su melancolía.
El asco que le produjo hizo que los músculos de la cara se arrugaran para mostrar una expresión de desagrado total.

Se levanta mirando su propio cuerpo para observar las marcas del "accidente"... la ropa era lo único que podía dar testimonio sobre aquello.

Se esfuerza por oír algo, por intentar escuchar algo detrás de la ventana o de la puerta. Quería ser precavida, pero a la vez estaba demasiado nerviosa como para quedarse a esperar que alguien le de la bienvenida a la vida.

Te das cuenta al fijarte mejor en las paredes que las extrañas y perturbadoras palabras parecen haber sido escritas hace bastante tiempo, es extraño...
Después de lamentarte por la situación en la que te encuentras y las múltiples muertes de inocentes en el campamento, decides levantarte e inspeccionar un poco más la pequeña sala en la que te encuentras, aunque poco hay que hacer según parece.

Te acercas a la ventana y apoyas un poco tu oreja para distinguir algún sonido. Tras un rato de concentración sólo aprecias el goteo hueco de alguna gotera, nada que te parezca útil... Es entonces cuando te das cuenta de que tus pantalones están resbalando y debes abrocharlos nuevamente, deseando que haya sido solamente por algo debido a la explosión.
Vas hasta la puerta, y en ella puedes distinguir un pequeño resquicio de luz proveniente de un agujero que decides observar.
Al otro lado hay otro ojo, de color verde e inyectado en sangre, sabes de sobra que no es el de Sylar pero atemoriza del mismo modo o quizá más, si se supone que él te ha metido aquí... Enseguida se aparta y distingues una pared al otro lado, igual de desgastada y sucia que el resto del lugar, con zonas desconchadas que dejan ver el ladrillo de debajo pero nada interesante.

Oyes entonces un quejido lejano y amortiguado, alzas la vista y ves un pequeño respiradero en una de las esquinas superiores cercanas al techo, de ahí procede el sonido...
Está cubierto con una red metálica no demasiado fuerte, pero se encuentra a unos dos metros de altura y tan sólo mide un palmo. De todas formas parece que hay alguien más en la sala contigua, le oyes respirar agitadamente y finalmente vomitar entre jadeos.

Claire observa el respiradero en la pared y luego vuelve a dar vueltas sobre la habitación para intentar buscar el cuerpo del hombre que miraba por el ojo de la cerradura.

Se acaricia los hombros para amortiguar un poco el frío que le daba la sensación de temor y nervios por la que estaba pasando.

... ¿Por qué a mí? ¿por que no puedo estar con Mr. Muggles? Piensa en su familia y en su hermano, en el estado que debe estar su madre luego del accidente de su padre...

Sin mucha decisión levanta el puño cerrado y da unos golpes a la puerta.

No había muchas opciones, pero no podía quedarse sentada esperando mucho tiempo más.
Tenía que salir de aquél lugar.

Empiezas a golpear la puerta con cierta insistencia aunque no muy convencida de que vaya a servir de algo, la verdad es que la situación es más que extraña...
La puerta se abre repentinamente y te topas con un extraño hombre de pronunciadas entradas en su cabello. Enseguida reconoces los ojos verdosos pero cansados y algo inyectados en sangre que te observaban al otro lado de la puerta hace apena sun instante y un escalofrío te recorre entera.

-Así que por fin estás levantada, mucho más pronto que tu "amigo", debo decir... Todavía da tumbos cómo un pulpo en una pecera- sonrío de forma burlona y algo desagradable debido a lo amarillento de sus dientes y entonces sale al pasillo "invitándote" a seguirle con un gesto de la mano.
-Aunque no estoy muy seguro de que realmente seáis compañeros, ¿o sí? Sylar si no me equivoco...- mira la puerta contigua a la que estabas tú con cierta indiferencia y frialdad, no se puede ver nada a través de ella.

El pasillo está en el mismo mal estado que la habitación, es pequeño y huele a humedad y cerrado, es un poco desagradable pero soportable.
La luz parpadea de vez en cuando y resulta bastante tenue, con débiles bombillas cada bastantes metros. Es un lugar deprimente...

Claire retrocedió unos pasos para alejarse del hombre debido al temor que le provocaba.

Necesito salir de aquí. No lo puedo creer, Sylar está aquí, está vivo.

- ¿Como...? La palabra salió con un tono bastante agudo y muy ahogado, fue como un empujón que le dio su propio cuerpo para que avanzase. - ¿Cómo es que ha sobrevivido?, ¿Dónde estoy? ¿Quién es usted?

A cada paso Claire retrocedía un poco más buscando una escapatoria que claramente no existía.

-Gracias a tu milagrosa sangre, por supuesto, serías capaz de curar incluso el sida... Bueno de eso no estoy totalmente seguro pero para eso sirven las pruebas así que lo averiguaremos. De todas formas no estaba tan mal cómo te imaginas, hubiera sobrevivido de todas formas. Pero hubiera tardado meses probablemente- se encoge de hombros cómo si ese detalle no le importara y rebusca en un manojo de viejas y gruesas llaves hasta meter una de ellas sin dudar ni tener que buscar en la puerta que tenéis en frente.

-No te preocupes, además de tu sangre le inyecté otros sedantes así que poco podrá hacer- abre la puerta y ves el interior, parecido a la habitación en la que estabas tú... Pero ni siquiera hay ventana, la luz es más intensa y las paredes permanecen sin escrituras aunque en el suelo hay un charco de vómito realmente desagradable que te revuelve el estómago.

Sylar está sentado sobre una cama central pero su mirad ay expresión están ausentes totalmente, perdidas en algún lugar que sólo él sabrá.
-Voy a tener que pedirte que le hagas compañía, y no es una invitación...- abre del todo y te señala el pequeño habitáculo.
Tu única opción visible es obedecer o empezar a correr por el pasillo en dirección contraria sin saber a dónde.

Claire ve su única oportunidad frente a sus ojos, mientras piensa, sin claridad, que el hecho de meterse en ese lugar con no sólo uno, sino dos psicópatas... sería un suicidio hablado.

Comienza a correr esquivando al hombre de los ojos inyectados... busca con los ojos las paredes, trata de calcular los espacios y los obstáculos.
Pide con todo su corazón que la puerta estuviera abierta.

Por acción subconsciente encogió los hombros y agachó el cuello al llegar a la puerta como si estuviera esperando que le tiraran un tiro por la espalda.

Estiró la mano y rogó por que la puerta cediera.

Llegas al final del estrecho pasillo y por suerte la puerta cede con facilidad así que la abres y cierras de un fuerte portazo sin mirar demasiado atrás, para no perder tiempo y porque tampoco te apetece demasiado ver a ese extraño hombre. Justo cuándo creías que no podía haber nadie peor que Sylar...
Lo peor de ese lugar es que está lleno de basura variada, trastos abandonados e inservibles o simplemente trozos de madera y ladrillos que no tienes muy claro que hacen por ahí tirados... Pero debido a la oscuridad de los pasillos resulta difícil avanzar por ellos sin tropezar alguna que otra vez, todo esto teniendo en cuenta que además no sabes exactamente a dónde vas.

Encuentras unas escaleras que ascienden a tu izquierda y acaban en una puerta, si sigues recto hay otra puerta de aspecto más destartalado que de estar cerrada cedería con algún golpe.

Aparecéis a pocos metros el uno del otro, no habéis tenido problemas para teleportaros esta vez y es toda una suerte, ya que es especialmente importante el factor tiempo, después de todo Claire lleva muchas horas en manos de ese psicópata y en un lugar cómo éste... nadie podría oírla o verlos.

Os encontráis frente a uno de los muchos edificios de la zona más vieja y alejada de Staten Island, no hay nadie por los alrededores y apenas un par de farolas alejadas iluminan parcialmente la maltrecha fachada, sin embargo estáis bastante convencidos de que es aquí.
Decidís entrar con cuidado, comprobando que el interior está en el mismo estado deplorable que el exterior.
Todo parece abandonado e incluso hay bastantes escombros y algunos restos de jeringuillas así que si ese es el lugar parece obvio que habrá que buscar un poco más.

Miro a Hiro un segundo antes de teleportarnos y aparecer alli. Miro el lugar y luego de nuevo a mi acompañante.

Camino hacia el edificio entrando mientras estoy alerta por si hay alguien vigilandonos. Tengo un mal presentimiento, respiro hondo. Tenia que haber traido un arma, pero a ver de donde la consigo. Camino por el pasillo con calma preparado intentando encontrar algo, tal vez deba usar, me concentro en intentar encontrar una mente que no sea la de Hiro en el lugar, una mente humana

 Al llegar al lugar miro instintivamente a Peter para asegurarme que ambos hemos llegado. Luego observo todo a mi alrededor.

Parece desierto... pero será mejor no confiarnos demasiado. -Con este pensamiento agarro la empuñadura de mi Katana aun envainada con la mano derecha mientras la izquierda sujeta la saya, permitiendome desenvainar en un rápido movimiento en caso de ser necesario.

Será mejor que tengamos cuidado.

Parece ser que el poder de Peter no funciona debidamente, o quizá no "detecta mentes" alrededor, pero de todas formas será mejor asegurarse, así que empezáis a caminar por el destartalado piso procurando no resbalar con ninguno de los escombros y otros agujeros del suelo.

No tardáis demasiado en encontrar unas sospechosas escaleras que descienden hacia abajo, así que decidís seguirlas a pesar de que aquí esté más oscuro.
Huele a humedad, el moho se expande por las paredes y resulta bastante desagradable, pero al cabo de pocos metros una simple bombilla tintineante ilumina el lugar.
Es poco, pero indica que tiene que haber alguien ahí abajo.

Seguís avanzado y empezáis a distinguir golpes, topándoos con una puerta metálica debidamente cerrada con llave que está siendo golpeada y zarandeada del otro lado sin éxito alguno.