Partida Rol por web

Hay que andarse con mucho ojo... escucho una presencia extraña cerca.

Oís un rugido que hace temblar al bosque entero. Bandadas de pájaros emprenden el vuelo asustadas, huyendo en dirección contraria a de donde provienen los rugidos de la feroz bestia.

Nedras y Teseida estáis algo lejos, pero no demasiado, y podéis ver cómo una especie de gran tronco, moviéndose a gran velocidad, golpea a Hilda y la hace caer de su caballo.

En vuestra mano está acercaros a ayudarla o seguir vuestro camino.

Hilda, quizá sea por el ruido de los cascos de tu caballo, o por tu fuerte olor corporal (una bárbara se asea menos que un noble griego, eso es así), o simplemente has tenido mala suerte y has pasado por el lugar equivocado en el momento equivocado, pero la criatura del bosque da contigo, y te pilla desprevenida.

Es muy grande, una mole. A primera vista puede parecer una extraña roca o un árbol de formas curiosas, y sus lentos movimientos ayudan a ello. Ves un gran ojo que se cierne sobre ti, y desde un lado te golpea con su enorme porra de madera, que es un árbol entero, y te hace caer del caballo, que corre a ponerse a salvo algo más lejos.

es un cíclope gigantesco

Cíclope
En la mitología griega, la palabra “Cíclope” hace referencia a dos tipos de seres muy diferentes: los Cíclopes que sirven a Hefesto en sus forjas volcánicas y los brutales y antropófagos Gigantes de un ojo como Polifemo – el Cíclope que fue engañado y vencido por el artero Odiseo.
En Mazes & Minotaurs, a estos dos tipos de criaturas se les considera dos razas completamente diferentes, conocidas respectivamente como Cíclopes Menores y Cíclopes Gigantescos.
La relación entre Cíclopes Menores y Gigantescos no está clara. Ahora la mayoría de los eruditos se burla de la vieja ocurrencia de que los Cíclopes Menores eran la progenie resultante de la unión entre hembras humanas y Cíclopes Gigantescos. Tal vez las dos razas no tengan ningún tipo de vínculo – o al menos ninguno más que entre los Gigantes de dos ojos y los mortales de dos ojos.

Cíclope gigantesco
Descripción: Gigantes de un ojo a la Polifemo. Está claro que los Cíclopes Gigantescos son Engendros del Caos; son tan estúpidos como enormes y su existencia está regida por sus brutales instintos (entre los que se encuentran el comerse a gente más pequeña, destruir sus barcos a pedradas, etc.).

Megalippos, ante lo que presenciáis y ayudado por su experiencia, te dice algo en voz baja, agarrando su arco y sin moverse de donde está:

- Es un cíclope.

Cíclope
En la mitología griega, la palabra “Cíclope” hace referencia a dos tipos de seres muy diferentes: los Cíclopes que sirven a Hefesto en sus forjas volcánicas y los brutales y antropófagos Gigantes de un ojo como Polifemo – el Cíclope que fue engañado y vencido por el artero Odiseo.
En Mazes & Minotaurs, a estos dos tipos de criaturas se les considera dos razas completamente diferentes, conocidas respectivamente como Cíclopes Menores y Cíclopes Gigantescos.
La relación entre Cíclopes Menores y Gigantescos no está clara. Ahora la mayoría de los eruditos se burla de la vieja ocurrencia de que los Cíclopes Menores eran la progenie resultante de la unión entre hembras humanas y Cíclopes Gigantescos. Tal vez las dos razas no tengan ningún tipo de vínculo – o al menos ninguno más que entre los Gigantes de dos ojos y los mortales de dos ojos.

Si decidís ayudar vuestra primera acción es la de acercaros. Si decidís esto os describiré la escena con más detalle.

Un cíclope. Repetí en voz baja y muy despacio. Había escuchado hablar de ellos en las historias que le contaba su madre. Aquello le parecía un cuento de fantasía hecho realidad. Una mezcla de curiosidad y ligero miedo le corría el cuerpo. Probablemente si estuviera solo, habría vencido la segunda, pero junto a Megalippos, le pudo la primera.

¡Vamos a acercarnos más!¡Quiero verlo de cerca! Dije emocionado. Si las cosas se ponen peligrosas, huímos sin más. Somos más rápidos que un cíclope seguro, y puede servirme de entrenamiento contra el Minotauro. A pesar de las apariencias, en mi cabeza no paraba de venirme de forma obsesiva el cometido de mi viaje, adentrarme en un laberinto contra una fiera bastante más poderosa que yo. Y en todas las figuraciones que me venían a la mente, la única opción que construía era escabullirme de la bestia hasta que apareciese una oportunidad real de victoria, pero en ninguna aparecía un combate cuerpo a cuerpo. Por eso quería practicar cuanto antes a esquivar y huir de alguien.

Ese cíclope me tira del caballo y cuando caigo al suelo mi primera reacción es rodar unos metros para alejarme de él, me pongo en pie y saco mi arco, le apunto al ojo.

Tu flecha sale disparada, rebotando en alguna de las durezas rocosas que el cíclope tiene sobre la piel. El monstruo se gira y estira el brazo para intentar agarrarte con su enorme mano. No llega, ya que has rodado alejándote un poco de él.

Ambos os acercáis a ver lo que ocurre. Hilda rueda entre las piernas del enorme cíclope, alejándose todo lo que puede. Luego, tensando su arco, intenta clavarle una flecha en su único ojo, pero ésta rebota en una de las durezas rocosas de la piel del monstruo, y sale despedida hacia el bosque.

El cíclope alarga luego su mano, para intentar agarrarla, y casi lo consigue.

Uff... he fallado, pero aún así vuelvo a intentarlo. Hago la misma maniobra, me alejo un poco y con el arco le apunto en el ojo, no es fácil pero quiero intentarlo de nuevo.

El monstruo levanta su enorme porra, que es en realidad el tronco de un árbol lleno de huesos y piel de sus anteriores víctimas, e intenta golpear a la bárbara. Pero Hilda es tan pequeña que ni la roza. Sin embargo el simple viento que levanta a esa velocidad es suficiente para hacerla rodar un poco más lejos. El cíclope ruge de rabia al no alcanzarla, y levanta uno de sus enormes pies para intentar aplastarla como a una hormiga.

Es demasiado grande y fuerte para enfrentarme a él y ya con dos intentos fallidos tengo suficiente. Veo a lo lejos mi caballo ahí parado y quiero correr hacia él y salir al galope de allí.

No llegas hasta el caballo y el cíclope te agarra. Te sujeta en su mano por un momento mientras te mira de cerca con su único ojo.

El cíclope aprieta su mano con Hilda en ella. Le hace algo de daño, aunque parece que no quiere estrujarla del todo. Por un momento parece dudar y mira a su alrededor, como buscando algo.

Observo con entusiasmo a aquella criatura. Pero mi cara de emoción desaparece rápido al ver como aquella persona intenta huir ante el peligro.

Instintivamente alzo mi arco para apuntar. ¡MEGALIPPOS! ¡TENEMOS QUE ACTUAR! Grito preocupado mientras continuo apuntando a la bestia, que no para de moverse. Mi preocupación aumenta al ver como consigue agarrar a aquella conocida y empieza a aplastarla. ¡ATAQUEMOS! Cierro un ojo intentando afinar lo máximo posible y escucho la flecha silbar.

!Era increíble! ¡Cómo se movía esa bestia!

Yo no tenía nada en contra de Hilda, es más, estuve apunto de matarla cuando se me cruzo por el camino unos días atrás. Ella desde el primer momento fue amable conmigo y ahora, teníamos un enemigo en común. El enemigo del enemigo es mi amigo, o eso me decía mi madre desde que era una niña. No sé si saldremos vivos de esta pero si Hilda sobrevive, no estaría de más una pequeña charla.

Ahora es momento de actuar. Cojo mi arco y disparo.

-¡Ahí va esa, ciclope asqueroso!