Partida Rol por web

Cuando sondeas su mente, primero no encuentras nada, escuchas una cancion alegre que esta tarareando mentalmente... pero, sin querer o queriendo debido a tu curiosidad te sumerges en las profundidades de su memoria... llegas a ver, desde el punto de vista de Teodoras una gran masacre mientras huyes... notas el dolor punzante y penetrante en la espalda.. dirias que son flechas incrustadas en la misma.. mas flashes... sangre... miembros cercenados.. masacres muerte... y todo siendo un niño...

Cuando consigue salir de aquella mente llena de dolor, después de intentarlo con impotencia antes, Isabel se sujeta la cabeza con fuerza, como si quisiera exprimirla. Hecha un ovillo, cae al tablón de la carrera y gime igual que un animalillo, horrorizada por todo lo que ha visto.

Aunque querría gritar con todas sus fuerzas para descargar adrenalina, su garganta se ha visto afectada, y cerrada en sí misma no puede más que intentar que el aire pase a duras penas. Así mismo, un dolor le recorre todo el cuerpo; un dolor punzante, un dolor agudo... el mismo dolor que puede recorrer a una persona después de que le caiga un rayo encima (y sobreviviera).

¿Que te ocurre Isabel? - pregunta preocupado - ¿Que te ha dado derepente? - se pone a tu lado y te acaricia la cabeza con dulzura y cariño

Al sentir el contacto con los dedos de Teodoras, Isabel da un fuerte respingo, mirándole con un temblar de ojos que refleja todo el miedo que ahonda en su corazón.

Nada... nada - le responde con celeridad, deseando que ese hombre ahora se aparte de ella. Su joven mente no entiende aún qué han sido aquellas imágenes que la avasallaron al adentrarse en los pensamientos de Teodoras, pero si bien sabe algo es que no quiere volver a ver aquello nunca jamás.

Si ya... y yo soy un Elfo - sonrie comicamente.
Teodoras rebusca entre sus bartulos y saca algo de color negro que tiene un aroma atrayente - ten, como un poco, te aliviara

Ante la broma de Teodoras, Isabel no esboza ni la más mínima sonrisa. De todos modos, al menos consigue calmarla un poco, y aunque aún tiembla su cuerpo, sus ojos se muestran más serenos.

Al ver cómo le ofrece algo que no había visto antes, la pobre chica lo mira con extrañeza - No tengo apetito, gracias, señor... - le contesta, con una voz muy apagada.

Te mira algo severo - come... te sentara bien. - parte un trozo pequeño y te lo ofrece

Isabel se mantiene firme en su decisión - De verdad, es que no quiero señor.

No me obligues - dice contrariado

Viendo tanta insistencia por parte del hombre, quizás sea mejor aceptarlo. Mejor hacer el esfuerzo que ver cómo aquellos duros ojos se endurecen más, ya que Isabel no tiene ganas de sufrir más reprimendas.

Tendiendo la mano con desgana, coge un trozo y se lo lleva a la boca sin más.

Masticas con desgana al principio, pero conforme sigues rumiando el alimento, te das cuenta de que te gusta, es dulce y aromatico... te reconforta... ya no estas deprimida, pero sigues sintiendo aversion ante la idea de usar tu poder

Es chocolate - sonrie de oreja a oreja - este mundo aun no sabe lo que es... viene de MUUUUUUUUY lejos

Curioso - responde Isabel sin dejar de masticar, relamiéndose las encías en donde aún quedan restos de ese delicioso manjar.

Algo más tranquila, vuelve a mirar al paisaje, aunque en el fondo de su mente sigue habiendo algo que le atormenta.

¿Se puede saber por que te has puesto asi derepente? - pregunta con curiosidad, la curiosidad tipica de un niño

Girando escasamente el cuello, Isabel mira a Teodoras por el rabillo del ojo.

Por nada, señor... me encontré mal, nada más - le responde escueta.

No te creo, pero vale. No voy a insistir - te dice con una sonrisa que se le borra con rapidez - mantente alerta... yo te protegere... - dice sacando un arco que se tensa en cuando es sacado de su guarda. Una flecha y se prepara para luchar...

¿Alerta? ¿Proteger? - repite como si no entendiera lo que dice, extrañada al ver sacar el arma.

El paisaje es desolador, pero de ahí a...

Isabel siente una pequeña punzada en el estómago, sólo de pesar en que pudiera pasar algo. Ya tiene suficiente con las visiones de antes, ¿se podrían hacer realidad? Con ese pensamiento, traga saliva, haciendo un fuerte sonido gutural.

Teodoras no te responde, en lugar de eso, tensa la flecha y la deja volar libremente...

Desde tu posicion no ves nada

Pero te parece escuchar como un pesado objeto metalico cae al suelo

Isabel, al escuchar el silbido que produce la flecha al cortar con el viento, se gira, buscando el por qué a todo lo que hace Teodoras.

Cuando te giras ves a un grupo de soldados de negro, unos cuatro y un quinto en el suelo con la cabeza perforada por la flecha de Teodoras.
Tambien ves que donde estaban ellos hay varios cadaveres de miembros de la caravana...