Partida Rol por web

La liberación de tus cadenas opresivas empieza a dejar sitio a tu propia recuperación, en cuestión de segundos te vas notando lleno de energía de nuevo casi pletorico por estar libre...

Un sonido amortiguado y con eco llega a vuestros oídos, un sonido furibundo y casi muerto... pasos lentos y sin ritmo constante que van chapoteando el agua de las filtraciones de la húmeda caverna... el poco viento tambien arrastra una voz desagradable y gutural, una voz mojada, y podrida - ooh... al señor no le gustara... no no no... oooh no le gustara... - y cada paso que daba mas cerca se le oía...

Parece que al liberarme hemos alertado a alguien - susurro a Bolton al oír la horrible voz - Pongámonos a ambos lados de la puerta para tenderle una emboscada cuando entre.

Me pego al marco de la puerta y, antes de que se acerque, junto mis manos, cierro mis ojos un momento, y me concentro en un rezo de protección, acto seguido, un escudo dorado aparece frente a mi, volviendose invisible a los pocos segundos. Abro los ojos y me preparo para lo que pueda suceder

-Lo ignoro... Desperté aquí después de haber caído dormido junto a mis compañeros... -comienzo a responder al ángel, cuando un sonido macabro y espantoso me saca de la conversación, haciendo que me gire hacia el lugar del que proviene. Esa voz... ¿Un siervo no muerto, tal vez? De cualquier forma, comienzo a pensar que, si queremos escapar de este podrido lugar tendremos que deshacernos de lo que sea que esté acercándose hasta donde estamos... Alzo la mano, cerrada como una garra, frente al rostro.
-Arcanum Claustro... -susurro y, una vez más, las palabras arrastran poder palpable. Aprieto los dientes conforme los colmillos crecen levemente. Frente a mí se forma un muro invisible colmado de inscripciones arcanas que termina fundiéndose con mi piel, como si nunca hubiera existido. Ahora estoy un poco más protegido, pero no debo fiarme... Si es un no-muerto, como supongo que puede ser, no será un rival fácil de abatir-. Guardaos, ser angelical... Habremos de combatir si queremos salir con vida de aquí...

Los invisibles y místicos escudos de los dos héroes los cubren por completo ofreciendo una protección agradable... pero el sonido metálico y los pasos se iban acercando... y conforme más cerca estaban la voz lastimosa seguía susurrando palabras inconexas sin sentido y repitiendo lo anterior.
Era una espera agónica, la tensión de la pelea que se va palpando en el aire que ahoga mientras no puede ser liberada. Y al fin llegó, un horripilante ser... tan negro como un abismo... iba arrastrando dos hoces de color negro y llevaba puesta una armadura, que a simple vista, parecía un escarabajo con su caparazón de quitina brillante... Cruzó la puerta mirando al frente y se quedó parado viendo que el ángel no estaba donde debía estar... chasqueó la lengua y el ataque de los reos no se hizo de esperar... cosa que no esperaba...

En Faerie se encuentra toda suerte de criaturas mágicas debido a la naturaleza del propio lugar. Algunas de ellas son tan horribles como una pesadilla. Por eso, aunque el ser que aparece ante nosotros es, sin duda, abominable, no llega a sorprenderme o a asustarme su presencia. Es más, siendo quien es, uno de los siervos demoníacos de Magnus, lo que hay que hacer con él es exterminarlo con la mayor celeridad posible. Por eso alzo violentamente las manos al grito de: -¡¡FULMEN!!
De las puntas de los dedos de ambas manos se desata un torrente de rayos de color azulado que impactan contra el monstruo, rodeándolo y electrocutándolo. Aprieto los dientes, manteniendo la concentración y la potencia del hechizo durante varios segundos más en los que una auténtica tormenta eléctrica cae sobre el monstruo sin darle tregua ni posibilidad de hacer otra cosa más que debatirse de dolor.

Aun a sabiendas de que mi escasa experiencia en combate podría serme fatal, al no conocer ningún hechizo ofensivo me lanzo a golpear directamente al extraño ser que acaba de cruzar la puerta.

Espero que el escudo aguante - pienso al darme cuenta del endeble golpe que le he propinado al enemigo.

Tres golpes recibe el enemigo, el primero, sin confianza, apenas parece poder herirle, pero los otros dos, mucho más serio y acertado, impactan con la furia divina con la que Dios me ha bendecido. Mi expresión cambia, mucho más seria y furiosa, como si estuviese curtido en legendarias batallas que no consigo recordar.

El ser no fue capaz de resistir la potente embestida y cayó muerto al pétreo suelo. Allí se convulsiono unas cuantas veces hasta que se deshizo en una extraña capa negra viscosa donde asomaba la cabeza de una persona con rasgos extraños y un tono de piel oscuro...

Ambos escucháis a la perfección más pisadas y armas siendo arrastradas... pero los ecos que hay no sabríais decir por donde van y hacia donde se dirigen... es muy confuso.

Salgamos de aquí rápido. - digo aun sorprendido tras haber descubierto una fuerza que no había tenido ni en sueños - Seguramente vendrán más guardias pronto, y debemos encontrar una salida.

No se si podre moverme si hay que luchar mucho tiempo - Pienso al haber comprobado la cantidad de energía que he gastado en un momento*, calibrando la posibilidad de que los ruidos de pisadas y armas moviéndose puedan ser de más guardias o de algún tipo de alarma que se haya disparado.

Vamos - Indico a Bolton y salgo por la puerta con cuidado y miro a ambos lados antes de abandonar la habitación.

-Estoy de acuerdo... -susurro, alzando una mano para comprobar el estado de mis defensas místicas que, como era de esperar, continúan intactas. Acto seguido alzo ambas manos, concentrando una luz purpúrea en ellas, que comienzan a emitir un extraño fulgor del mismo color-. Fata Morgana... -susurro nuevamente entre dientes, antes de describir un arco con las palmas, en dirección a mi improvisado compañero y hacia mí mismo. Al siguiente instante dejamos de ser nosotros mismos para adoptar el aspecto de dos de esos desagradables y repugnantes seres del Inframundo. Incluso la voz cambia gracias al poder de la ilusión-. Estas ilusiones durarán un día entero, si es necesario... Toda precaución es poca contra el enemigo con el que nos enfrentamos, créeme... -un siseo gorgoteante, más propio de esos terrores que de un Alto Feérico, como soy. Nuevamente, me dispongo a seguir los pasos de Nithael.

Comenzáis a andar con el aspecto completamente cambiado para los demás. Al girar un par de esquinas os encontráis con varios guardianes que se dirigen a la zona de donde venís y sin duda la astuta maniobra de Bolton surte efecto. Algunos os miran extrañados pues andáis con más vigor que ellos pero enseguida pierden el interés y siguen hacía su destino...

Recorréis cientos de estancias, miles de pasillos y os cruzáis con millones de cadáveres... Los Guardianes no sospechan nada y hace rato ya que andan con tranquilidad. Poco más hay que añadir, sin duda estáis perdidos...