Partida Rol por web

¡Bien! - exclama un animado Juan - El destino se ha fijado en vosotros y en respuesta, nosostros en vostros - señala tanto a Tobias como a Sofia.

- La Tierra se muere... el planeta en el que vivimos, donde nuestras ciudades se aposentan. Todo se marchita... "Él" es el causante de todo. No sabemos su naturaleza, pero si sabemos que esta drenando toda la energia vital de la zona y lo hace por dos frentes... - su rostro refleja consternacion y preocupacion - roba las esperanzas e ilusiones de la gente... sus sueños su amor, sus ganas de vivir... y por otro lado, succiona la propia energia de la Tierra volviendola negra a su paso. Los ejercitos Españoles, Franceses y de las demas naciones a la larga no podrian contener la embestida de esta ciudad de oscuridad y maldad...

Hace una larga pausa y os mira a todos - vosotros teneis lo que hay que tener para ser heroes como nosotros lo fuimos antaño... pero ahora es vuestro turno y vuestra epoca. Todo esto es voluntario... pero os necesitamos para preservar el orden y la paz en un mundo que cada vez se vuelve mas caotico... no habra recompensas, no habra oro, no habra estatuas con vuestros nombres... os lo aviso ya; pero si ayudais y salis victoriosos ganareis un lugar donde vivir...

Graves palabras las del maestro Juan... Graves y penosas. Me gustaría aceptar tal cuál, de hecho voy a hacerlo, pues tengo que vivir en este mundo y, si puedo y debo, tengo que defenderlo... Sin embargo no podré hacerlo plenamente hasta no ser completamente libre, y la libertad es algo que, intuyo, el maestro Juan puede concederme. Por ello me adelanto un paso, relajando los brazos, para comenzar a hablar, moviendo las manos en gestos gráciles, similares a una danza. Podrían parecer forzados y preparados en otra persona, pero realmente en Bolton son naturales, espontáneos...

-Maestro Juan... Me honra, por supuesto, que me incluya en este grupo de futuros héroes... Nada me será más grato que ayudar a que esta tierra, que a partir de ahora será la mía, sea libre de la oscuridad de la que hablais, pero vos sabéis mucho de todos nosotros, no por nada sois llamado Sabetodo... Y como ya he conocido, también sabeis de mi cautiverio, mi condición de esclavo, del que estas cadenas son prueba... Por eso mismo, vine a vos, pues Ignatius me ordenó vuestra muerte, aunque nunca tuve intención de acatar tal orden... Os pido, pues, mi buen señor, que tengáis a bien liberarme del tormento de ser esclavo de vuestro antiguo alumno. No me liberéis de las Cadenas de Oniros si no podéis, me he acostumbrado a ellas, pero os lo ruego, liberadme de esta condición... Termino haciendo una grave y profunda reverencia, similar, en cierto modo, a lo que sería un último paso de baile.

¡Oh! claro claro... que cabeza la mia - sonrie mientras se acerca a Jhon colocandose unos guantes de un extraño color azul que, si os fijais bien van cambiando de tonalidad de manera continua. En cuanto Juan esta a su lado arranca en un suspiro las cadenas y luego, colocando sendas manos sobre los grilletes que porta Jhon sobre sus muñecas... Unos susurros salen de sus labios y al siguiente segundo el acero de los grilletes comienza a desintegarse para desaparecer sin dejar rastro junto a las cadenas... - Ya esta - y se vuelve a donde estaba esperando las respuestas de los demas

Vigilando no ser victima de otro de los fugaces golpes de Sofia, respondo indignado:
Y realmente esperas que sacrifiquemos no ya solo nuestro tiempo y esfuerzo, si no tambien nuestra seguridad, si realmente esperas que "trabajemos" para el mundo... no va a ser algo gratuito.

Escucho las palabras de Juan, pero en un determinado momento me giro para mirar a Sofia, algo sorprendido tras unos momentos mi respuesta llega, corta

Es mi destino, la otra opcion seria huir y esconderme hasta que llegue mi muerte,

No soy un héroe. Sólo soy un soldado...
Responde con sencillez a la sentida arenga de Juan
Si es el deseo de mi rey... Si el deseo de mi Dios... Si es el deseo del pueblo al que sirvo... Que así sea. Combatiré con saña y fuerza, a sangre y acero a todo enemigo que se cruce en mi camino.
Se cruza de brazos, con firmeza, mientras el sonido del entrechocar de las piezas de armadura se pierde en el vacío de la estancia vuelve la cabeza hacia Matías esperando instrucciones

Elena escucha atenta las palabras de Juan con el ceño ligeramente fruncido y firme en su silla, con las piernas y brazos cruzados.
¿Esta es la misión que se me encomienda? ... Mientras no tenga noticias de mis superiores, las órdenes son claras... El resto carece de importancia. Piensa para sí misma, cerrando los ojos mientras reflexiona un momento. Al fin y al cabo, es mi trabajo... es mi vida...

- Yo acepto sin objeciones. - Sentecia firme desde su sitio, sin inmutarse, abriendo los ojos. - Podéis contar conmigo y con mi compañero. - Mira a Rodrigo con una pícara sonrisa.

Nadenka se sorprende con la charla del Sabelotodo...

- Disculpe mi interrupción, señor, pero... - se adelanta un par de pasos e inclina la cabeza cortésmente - Como supongo que estará usted al corriente, y al contrario que muchos de los aquí presentes a simple vista... yo sólo soy una humilde peletera. No he sido instruída en el arte de la guerra, ni tampoco poseo ninguna "fuerza" fuera de lo común, excepto lo que usted ya conoce... Nuestro cometido es sin duda digno de heroicidad y me place la idea de que quieran contar conmigo para llevarlo a cabo pero... Francamente, creo que no poseo las facultades idóneas para con la misión que nos proponen...

Juan niega sonriente ante vuestras respuestas, pero sigue esperando a ver que dice la que falta por hablar

Observo, maravillado, el despliegue de poder de Juan. Al término de su encantamiento, miro mi torso y mis muñecas, levantando las mangas de la túnica, sin poder creer lo que mis ojos dictan... Feas y enrojecidas cicatrices formando el contorno de las cadenas se marcan sobre mi pálida carne, pero poco importa eso ahora... Han desaparecido... Las cadenas que envenenaban mi cuerpo a cada segundo de mi existencia, las Cadenas de Oniros, han desaparecido... Soy libre, libre después de tanto tiempo que no puedo siquiera recordarlo...

Aprieto los puños, comenzando a esbozar la primera sonrisa en años...
-Altiva Titania... Soy libre... ¡¡Soy libre!! Exclamo, emocionado, sin poder contenerme. Comienzo a reir, emocionado. Y hay que decir que la risa de un habitante de Faêrie es algo tan hermoso que es capaz de penetrar en el alma humana sin defensa alguna, inundándola de felicidad. Qué magnífica sensación, la libertad... Nuevamente hallada... No he recuperado mi antiguo poder, pero ahora mismo no importa tal nimiedad...

Doy un gran salto de alegría, dando un amplio giro en el aire. Parece como si la gravedad en el salto fuese menor, pues el movimiento es demasiado amplio, tendría que haber caído antes. Y cuando por fin toco suelo, una azulada luz surge de mis cicatrices, haciéndolas desaparecer. Aún riendo, feliz como pocas veces, hago una amplísima reverencia a Juan.
-¡Mi señor, ni las mentes más prodigiosas de Faêrie, ni los poetas más prolíficos de este mundo podrían darme palabras suficientes para transmitir la alegría que siento ahora mismo! ¡Siempre estaré en deuda con vos, mi maestro! ¡Cualquiera que sea la misión que queráis encomendarme, será mi deseo ser digno de llevarla a buen término!

Isabel sólo sabe hacer una cosa en esta vida: servir. ¿Y qué más le da si debe servir a sus tíos o a la Humanidad entera? No sabe leer, no sabe escribir... ni siquiera sabe mirar a los ojos a alguien sin tener que bajarlos, a priori. Sólo sabe hacer por los demás lo que le ordenen, y aunque esto es voluntario, no puede negarse. Tiene que servir a aquellos que no pueden hacer nada por sobrevivir, tiene que serviles una vida plena en bandeja. Y ahora tiene un as en la manga con lo que hacerlo.

Así pues, con las manos entrelazadas dentro de su mandil, como si sujetara algo con fuerza ahí dentro, musita con un tono de voz muy débil, y una pronunciación muy tosca - Yo haré lo que se me pida, señor

Ante los primeros asentimientos Juan cabecea mostrando afirmacion.

Con la reaccion de Jhon, Sabetodo lo mira como si observara a un niño - No hay nada que agradecer... mucha gente hace el mal en este mundo, pero siempre debe haber gente dispuesta a hacer el bien.

Mira a Mathias - No esperaba menos Her Drache - y hace una reverencia de cabeza. Posa sus ojos en la imponente armadura de metal - ¿Un soldado? Es necesario recordarle, mi buen señor, que hace no mucho tiempo usted inclino la balanca de una batalla en la que la proporcion era de tres a uno en favor al enemigo... eso es un acto Heroico de un Heroe, no sea modesto, usted es un Heroe.

Se masaje las manos y ahora mira a Nadenka - Resististe el ataque de un oso polar que hubiera destripado a cualquiera de los aqui presentes... en tu ser tienes la capacidad de donar tu vida para curar a otros... tienes mas poder en tu alma que te falta por descubrir.

Ahora le toca a Isabel - Mi señora, deje sus modales de esclava, ahora eres libre... no tienes por que servir aqui si no es tu deseo,... pero como ya he dicho el destino te pondra en tu camino correspondiente.

- Elena, tu orden te ha repudiado como bien sabes... era amigo de Carmesi antes de que se dementara... - la mira a los ojos algo preocupado - esta siguiendo tus pasos, debes tener cuidado.

Y por ultimo, se dirige a Fausto - Claro que lo haras gratis, es asi... ¿Tu acaso pagaste a tu Madre por darte la vida? ¿Acaso pagas por pisar la tierra sobre la que andas? La naturaleza, el mundo nos ha dado la vida y un lugar donde disfrutarla... se lo debes por las buenas... sino, se la cobrara de la peor de las maneras. Ya has visto de lo que es capaz... no la soliviantes mas.

Y sin mas ceremonia toma asiento y espera vuestras reacciones.

Rodrigo esta callado y completamente nervioso, le tiembla una pierna y mira de un lado a otro.

Sofia esta de piernas cruzadas con elegancia y os observa con una sonrisa en sus labios. Y Tobias casi todo el rato mira a Invencible con mezcla de orgullo y paternidad

Elena frunce el ceño y baja la cabeza ante el comentario de Juan. ¿Es probable eso...? En efecto, se lo temía, al fin y al cabo era una misión suicida y no podía volver, ni viva ni muerta.
Si expresión se suelta y relaja, dando lugar a un pequeño halo de abatimiento.
Incluso, respecto a carmesí, tenía razones para pensarlo...

Al ver el nerviosismo de su amigo, le posa una mano en el hombro y lo mira con ojos serenos un instante.

¿Dices que no he pagado todo eso?, ¿estas seguro?, pues fui abandonado nada más nacer, y aprendí todo lo que se por mi cuenta, pagando con el sudor de mi frente cada paso que daba en el mundo, así que no saque conclusiones precipitadas - digo sombriamente

El discurso de Sabetodo le ha tocado una fibra sensible... Todos los soldados de su majestad han soñado alguna vez con convertirse en leyenda y ser reconocidos como héroes. Pero Invencible no lo es. No todavía. Él solo cumple con su deber, pues es así como debe ser.
Todos hemos pagado un precio y todos lo hemos pasado mal... ¿Crees que esta armadura ha sido un regalo?
Comenta ante las palabras de Fibonacci
La vida no es fácil y mucho menos en estos tiempos.
Al tiempo que niega con la cabeza unos pequeños chirridos resuenan levemente al rozar las placas de metal que le protegen el cráneo
Y es mi deber, como soldado castellano e hijo de Dios, hacer que la vida sea mas sencilla para los mas débiles... Si vos sois un cobarde... No os quiero combatiendo a mi lado

Observo la situacion sentado manteniendo en todo momento la compostura, clavo la mirada en Fausto al escucharle, tras lo que le respondo, pausadamente con tono neutro

Y tras haber avanzado ese camino por vos mismo, que pretendeis en esta encrucijada, ¿esconderos y esperar a que otros hagan el trabajo?

No - digo con tono pícaro - solo digo, que en estos tiempos que corren, hay necesidades que cubrir, el hombre no se alimenta de aire, y mucho menos de heroicidades.

Se escucha un suspiro vedado desde el interior de la armadura y el sentido práctico de todo militar aflora a la superficie de Invencible
No deja de tener razón. Todo soldado percibe un sueldo del que vive... ¿Tendremos nosotros uno? ¿Nuestras necesidades de alimento, cobijo y vestimenta estarán cubiertas?

Nadenka deja la mirada fija en el Sabelotodo por un momento...

Tiene razón... Es más, no tengo a donde ir. Quizás mi... "padre" estuviera en lo cierto... Pero entonces, ¿dónde esta? ¿Dónde ha estado todo este tiempo?

Ante los sabios comentarios del hombre de acero y el italiano, asiente:

- Es cierto... Necesitaremos un fondo que nos permita alimentarnos y vestirnos.

¿Para que quereis un fonde de alimentacion si en menos de seis meses nadie vivira? - se levanta algo con fastidio - ¿No sois capaces de ver mas alla de lo mas basico? Os estamos pidiendo ayuda para salvar este mundo y os preocupais por el dinero y la comida...