Partida Rol por web

Había silencio, y el deje de la destrucción y la muerte podían sentirse en el lugar. Entre algunos escombros se podía ver sangre o alguna extremidad de un cadáver asomarse, así como cuerpos destrozados de distintas formas por aquí y por allá, miradas vacías que más nunca volverían a brillar entre sueños y esperanzas tan muertos como ellas.

A pesar de cómo lo veías, Souma parecía estar en su cinco sentidos. Sin embargo, con más que simplemente su corazón saliéndose por su boca, el susto de haber visto aquel rayo alcanzándote seguía vivo haciendo que sus entrañas se retorcieran y su estómago se revolviera. Viste que el terror aún estaba allí cuando alzaste su mentón. Con tu pregunta, Souma cerró los ojos por un momento y tomó un gran respiro; sabía que debía calmarse aunque su cuerpo respondiese a algo completamente distinto. Después de todo, estabas viva y bien aún. Era algo que podía comprobar al sentir tu tacto. Por lo mismo, al alzar la cabeza y sentarse sobre el suelo dejando descansar sus manos sobre sus piernas, viste que Souma recuperó la compostura.

―¿Crees... que es momento de disculparse... o preguntar algo así? ―aún jadeaba. Suspiró con alivio y dejó caer la cabeza hacia atrás por un momento― Qué suerte que solo fue esto ―y entonces, volvió a mirarte. Tu beso lo tomó por sorpresa, y cuando lo llamaste idiota sonrió de lado. Puso una mano en tu mejilla cuando lo besaste de nuevo y la pasó por tu cabello. Cuando se separaron viste que en verdad eso había conseguido calmarlo considerablemente, aunque eso no quitaba que sus entrañas aún seguían retorciéndose. Suspiró una vez más antes de aceptar tu ayuda y ponerse de pie también, dejando sus alas extendidas y endureciendo la mirada al decidirse mirar alrededor por fin y ver todo el crudo panorama; más se endureció su mirada al ver un pequeño brazo sobresaliendo de unos escombros. Escuchó lo que dijiste sin perder detalle del entorno y luego te respondió, mirándote―. Lo peor de todo es que están jugando con nosotros. No solo quieren acabar con todos nosotros, sino que parecen pretender querer hacerlo en medio de un macabro juego ―y miró hacia el interior del domo―. Debemos reagruparnos; es la única manera de que tengamos una oportunidad. Eres muy fuerte, pero no es suficiente, y mi magia es limitada ―sin darse cuenta de ello, se llevó uno de sus pulgares a la boca y mordió la uña con fuerza―. ¿Te trajeron aquí de forma deliberada o fue al azar?

Fue entonces que decidiste hacer todo lo que estuviera a tu alcance para reagruparte con los tuyos. Parte de eso fue usar la caracola para llamar a Anysia. La sirena no respondió a tu llamado, cosa que te intrigó. Llamaste a Kiki. ¿Él sí respondería? No hubo cabida a la duda. Apenas unos milisegundos después de que lo llamaras, del círculo en el suelo emergieron unas llamas azules sin forma que, tal y como una serpiente, se enroscaron alrededor de ti sin hacerte daño en realidad. Souma miró con alivio que Kiki estuviese de nuevo contigo.

―¡Sayaka-sama! ―esas llamas sin forma rápidamente tomaron una, y te viste de repente arropada entre las alas de un fénix― Por un momento fue como aquella vez ―se escuchaba aterrado―. Dejé de sentirla. Pero está bien, de verdad está bien.

Souma no podía entender los chillidos de Kiki, pero podía hacerse una idea de lo que pasaba, por lo que solo suspiró para calmarse un poco más a sí mismo y se despegó unos centímetros del suelo alzando vuelo. ¿Pretendía hacer algo?

Medio escuadrón había desaparecido frente a sus ojos. Kiba ahora estaba donde se suponía Koneko e Issei estaban. Había intentado salvar a Issei, pero ni siquiera él había tenido la velocidad suficiente para hacerlo. Como cualquiera, y por muy veterano que fuese, él también estaba en shock, así como Rossweisse.

Por mucho, aunque se escuchaban voces en todas partes, incluso en las primeras líneas, sorprendidos acerca de lo que había sucedido, lo que más se escuchaban eran los chillidos de Kiki. 

La pregunta de Shiori no llegó a Kiki, y este realmente parecía afectado. Eso ya podía tomarse como una respuesta en sí. A su par, Aoi, quien seguía sujeta al cuello de Shiori, había empezado a sollozar con una ira en la mirada que quemaba. Negaba con su cabeza, negándose a procesar lo que poco a poco se hacía claro. Y al mismo tiempo, los gritos de una alterada Anysia que sostenía a Itomi por la camisa se escucharon; tenía mirada de loca.

―¿¡Qué crees que hiciste!? ¡Pudiste salvarla! ―Itomi la miró sin remordimiento alguno, solo un poco nervioso. Y aunque pudo responder algo, cualquier cosa, simplemente apartó la mirada, lo que hizo que Anysia tuviese más ganas de matarlo― ¡Sayaka-sama confió en ti! ¡Basura! ―y si bien estuvo a punto de golpearlo, lo que la detuvo fue escuchar a Kiki gritar, cosa que ustedes también hicieron.

―¡Sayaka-sama! ―luego de decir eso, se lanzó en picada hacia el suelo en su forma de fénix. Un círculo mágico apareció frente a él y tan solo un momento después desapareció luego de entrar en este.

―¡Kiki! ―Anysia soltó a Itomi intentando alcanzar a Kiki, pero solo pudo quedarse con el brazo extendido a medio camino. Por su parte, Itomi solo se limpió la camisa mientras se alejaba en el aire.

Aoi en ese momento pareció reaccionar a algo también, mirando hacia todas las direcciones. Y en ese momento, escucharon que Kiba habló.

―¡Atención! ―era probablemente la primera vez que lo escuchaban alzar la voz. Se le veía serio― ¡Necesitamos estar preparados! ¡Esto aún no acaba! ―empuñaba su espada con fuerza mientras trataba de mantener firme su mirada. Usaba todas sus fuerzas para ello mientras se podía ver a la misma Rossweisse aturdida― Hay que ir a la primera línea ―¿y acaso eso servía de algo? Si miraron hacia allí... ¿Sirzechs y Serafall... incluso Azazel habían desaparecido también? ¿Acaso ni siquiera los escudos funcionaban?― Nunca dejes de moverte ―y dijo mirando eso a Shiori fijamente durante un momento.

Fue prácticamente unos segundos antes de que Kiki reaccionara. A través del intercomunicador escuchaste la voz de Sayaka mientras Aoi, en tus brazos, miraba hacia todas partes. En ese momento, como una cachetada, aunque de forma muy débil, no solo sentiste la presencia de Sayaka, sino también la de todos los que habían desaparecido bajo los pilares de luz.

Shiori, Souma y yo estamos aún en el domo, solo que en un lugar lejano. Intentaré darle nuestra ubicación a Anysia, pero es arriesgado que venga sin un portal.

Escucharlo decirle que no debía preguntar eso, la hizo sonreír - Juntos en todo, ¿verdad? - le dijo tras su respuesta y luego se entregó en aquel beso que le causó un hormigueo en su cabeza cuando sintió la mano del rubio, por lo que se abrazó a su cuello. Se separó y cuando se puso de pie, esperaba que su mensaje y su ubicación llegaran a las destinatarias.

Souma analizó también la situación y ella negó - Ellos no nos dejarán juntarnos porque es precisamente lo que quieren. Y tampoco es casualidad. Piénsalo: un ataque con esas lanzas sagradas enormes que venía por el aire y estaba destinado a acabar con los demonios débiles y reducir el grupo. Tal vez para los peones. Luego unos rayos para transportar a los que no fueran rápidos a diferentes puntos del domo. Los magos podíamos protegernos del primer ataque, pero era difícil que nos protegiéramos del segundo. De seguro él siguiente ataque irá destinado a los combatientes y debe ser mágico para diezmarlos aún más... Nada de esto es al azar. De seguro nos enviaron a zonas específicas para asignarnos enemigos específicos, o reclutarnos - miró alrededor -. Lo único que quieren es ganar tiempo - y dijo esto abriendo los ojos, como si llegara a una enorme revelación -. ¿Y si nos están usando como fuente de poder? - pero antes de que pudiera seguir su tren de pensamiento, las llamas de Kiki se materializaron y la cubrieron.

Ella se abrazó al cuerpo del hermoso fénix - Ya está bien, Kiki. Estoy bien. ¿Cómo están todos los demás? ¿Anysia recibió mi llamado? - quería saber si podrían contar con la sirena y miró a Souma -. Si Anysia logra transportarse aquí, podría transportarnos de vuelta -, pero justo algo se materializó, dos presencias cercanas. Souma se elevó y la sirena lo miró -. ¿Qué sucede ? -, mas no tardó en volver a mirar en ningún momento el lugar donde sentía esas presencias. Hizo sonar la caracola de Anysia nuevamente y esperó. Si no llegaba, tendrían que lidiar con esos humanos los tres.

- Dos presencias humanas están escondidas allí - lo que le confirmaba que esperaban abordarla sola -. ¿LU? - dijo jugándoselo. Si era ese chico, Sayaka estaría más que lista para matarlo de una vez por todas. ¿Cómo podía haber sobrevivido a todo lo que sucedió en la cueva -. Azazel-sensei me advirtió de un grupo de fanáticos de mi madre que quería cazarme y... Creo que son ellos - se puso alerta.

Si eres tú, no sabes cuánto lamento no haberte matado en Kyoto... ​​​​

Había permanecido en silencio hasta aquel momento, recibiendo y obedeciendo órdenes y casi parecía que no estuviera en aquel lugar, pero que buena parte de nuestro equipo desapareciera de aquella manera, que Anysia se estuviera enfrentando a Itomi por no ayudar a Sayaka y las palabras de Kiba me hicieron reaccionar.

- Ya basta, nosotros estamos aquí así que haremos como dice Kiba-san, debemos seguir - dije tragando saliva -. Ya hablaremos de esto luego - miré entonces al rubio que parecía haber quedado como el líder -. Puede que los escudos no nos sirvan, tendremos que poner nuestros sentidos a funcionar para evitar los ataques, van a intentar parecidos a estos y lo peor es que no sabemos de quien vienen, pero debemos encontrarlos - dije.

Con aquello estaba dispuesta a seguir a Kiba, adelantarnos a primera línea y ser parte de aquella avanzadilla que sería la solución al problema, ya habíamos cruzado aquella barrera, ya solo podíamos avanzar.

Los chillidos de Kiki no hacían más que modificar la respiración de Shiori, la cual no era apresurada y agitada, se estaba volviendo peligrosamente calmada y tranquila. Aquellos que la conociesen sabrían lo mal que se estaba sintiendo, además que Aoi reflejaba parte de lo que la espadachina sufría debido a los acontecimientos recientes. 

Los gritos de Anysia hicieron que volteara ver a la peliazul que recriminaba a Itomi, y cuando sus ojos negros se posaron en el pelinaranja lo vio con absoluto coraje y decepción, no intentaba disimularlo ni le importaba si éste notaba su mirada. Apretó su mandíbula y justo cuando le iba a decir algo, sus ojos se abrieron como platos y miró a todos lados porque pudo sentirlos a todos de manera abrupta. Kiki se fue, pero para ese instante los ojos de la pelinegra recobraron un poco de brillo y se talló los ojos cuando Kiba les habló.

Volteó a verlo y con los segundos transcurriendo su respiración iba volviéndose más rápida, habiendo salido del shock ya no intentaba reprimirse por el momento porque sabía que estaban vivos en algún lugar y el mensaje de Sayaka se lo había confirmado. Se llevó la mano a su oído por un momento y cuando el rubio le dijo eso directamente sintió cómo su maestro le daba un regaño necesario y asintió. Luego vino lo de Urena y lo que dijo acerca de que vendrían ataques así  y que debían encontrarlos le dio una idea.

-El primer ataque fue porque la mayoría de los que estamos aquí son demonios... cómo la defensa fue exitosa, dentro de lo que cabe, hicieron este que nos separó. Nos quieren dividir-declaró mirando a la castaña-. Urena-san, ¿podrías ayudarme usando senjutsu para detectar cosas? Creo que así podríamos prevenirnos, ya que nos están observando y de eso no hay duda. Ya no están los mahou, ni Azazel, ni otros que aunque seguramente podían esquivar prefirieron usar escudos... no me sorprendería que su siguiente ataque fuera sagrado de nuevo o de mayos alcance para los que podemos movernos rápido-suspiró y abrazó más a Aoi-. De todas maneras hay que esperar cualquier cosa.... Rossweisse-san, ¿crees que puedas detectar cuando vayan a usar magia antes? No se si puedas detectar el tipo, pero sí al menos unos segundos antes de que lo hagan para tener ventaja-después miró a Anysia y fue volando hasta su posición original-. Sé que no te agrado, pero créeme si te digo que Sayaka está con Souma-san en este domo, ella te dirá dónde está pero no puedes lanzarte precipitadamente, ella no quiere que te pase algo-y de reojo se animó a ver a Itomi, fulminándolo con la mirada-. Espero que no seas tan estúpido como para querer irte luego de lo que pasó, pues tu única oportunidad de seguir vivo es manteniéndote en el grupo y que el resto te pueda cubrir. Creí... cuando te arriesgaste a salvarme en los Belphegor... creí... creía en ti. Sí que tengo cerebro de ameba por considerarte un amigo en el que pudiese confiar.

Por supuesto que hablaría con él después, pero necesitaba sacar aquél rencor de su pecho. Cerró los ojos un momento y al abrirlos su mirada de afiló.

-Están empezando a rodearnos, harán algo pronto-aunque no podía detectar qué eran o con qué atacarían, sabía con certeza que algo pasaría pronto-. Sigamos la formación que nos indicó Rias-dono y vayamos con el resto, tal y como dijo Yuuto-san-se le escapó decirle por su nombre, pero no era relevante. No podían dejar de moverse. 

Cuando se llevó la mano a su oído, fue para hablar con Sayaka y esperaba que llegara el mensaje.

-Sayaka, nosotros seguiremos yendo a la primera línea, sigamos en contacto si es posible.

Después decidió comunicarse mentalmente con Aoi.

"Aoi, ayúdame sintiendo alrededor, tenemos que estar preparados y por si es necesario que te transformes".

Y, finalmente, algo dudosa, invocó el sello para susurrar algo mientras fueran a la primera línea, no quería que nadie más la escuchara. No sabía si tendría éxito, pero debía intentarlo.

-¿Val?

Por un momento sus corazones pudieron detenerse al pensar en la idea de que sus camaradas habían muerto. Y no solo para ustedes era así, sino para muchos otros que se encontraban totalmente desconcertados ante las desapariciones de sus compañeros. Ver que muchos en las primeras líneas habían desaparecido hizo que las personas a su alrededor se desmolarizaran perdiendo cualquier esperanza en la mirada.

Kiba miró a Urena y asintió, agradeciendo que la chica mantuviese la compostura. La prioridad del rubio en ese momento era protegerlas a como diera lugar. En esos momentos no podía siquiera detenerse a pensar si todos los demás habían muerto, dado que hacerlo le haría perder por completo las fuerzas. Sin embargo, mientras esperaba que Shiori recobrara la compostura y veía el revuelo alrededor, las palabras de la sacerdotisa le hicieron abrir los ojos, y no solo a él, sino a Anysia y a Rossweisse. 

―¿Dividir? ―y sus dudas se disiparon cuando Rossweisse habló, abriendo más los ojos y llevándose una mano al oído.

―Parece que todos han sido teletransportados. Están vivos aún.

La esperanza volvió a la mirada de Kiba, y no solo a la suya, sino también a la de Anysia quien se llevó una mano a la boca. Sin embargo, Itomi... solo mantuvo la mirad apartada apretando con fuerza los dientes.

Kiba dejó que Shiori hablara sin reservas poniéndose en una posición de guardia y mirando de reojo hacia todos lados. Por su parte, Rossweisse la escuchó y la miró por un momento para contestar.

―El usuario de esta magia es mucho más poderoso que yo e incluso los Mahou. Esta es magia que se creía perdida, y también hay magia prohibida en ella. No tengo mucha más ventaja que ustedes en este caso ―y se veía angustiada por tener que admitir algo así. ¿Cómo era que Rossweisse, una de las magas más poderosas de todo el mundo, admitía su derrota con tanta facilidad. ¿Quién estaba detrás de todo? ¿Acaso era Zelig?

Y entonces, mientras se ponían en marcha y Rossweisse seguía comunicándose con otros escuadrones, Shiori se acercó a Anysia. La sirena en esos momentos no la miró con desprecio. Todo lo contrario.

―¿Pero de verdad está bien? ¿Puedes decirle que use la caracola? ―le preguntó con desesperación― ¿Por qué no lo ha hecho ya? ―se notaba realmente preocupada.

Y por último, Shiori se dirigió de esa forma a Itomi. Para su sorpresa, a pesar de todo lo que le dijo, el pelinaranja se quedó con la mirada apartada apretando con fuerza los puños. ¿Era tan cobarde que ni siquiera podía responder a algo? De hecho, no siguió avanzando junto a los demás a pesar de lo que Shiori le dijo.

Mientras estaban ya bastante cerca del suelo, Shiori advirtió a todos que algo estaba por suceder. Los más veteranos de los Gremory que las acompañaban se pusieron a la defensiva, así como una dispersa Anysia. Al parecer, la sirena también había sentido algo, y la misma Urena podía sentirse observada en esos momentos también. Fue entonces que sucedió: cuando tocaron el suelo, la tercera ola vino.

Al menos unas 100 personas ahora se encontraban agrupadas en un radio de unos 200 metros. Ustedes estaban bastante cerca de Dulio y Sona Sitri, así como de Sairaorg, personas que aún estaban de pie, así como el dragón oscuro y el mismo Sun Wukong. Sin embargo, nada de eso les daría mucha seguridad. Después de todo, como imágenes creadas por arena, cientos y cientos de enemigos empezaron a revelarse tanto por tierra como por aire un poco más allá de la distancia sobre la cual aquellos círculos mágicos habían sido activados. ¿Ellos habían sido los que habían usado esa magia? Dejando de lado aquella incógnita, lo que más llamaba la atención es que mucho de esos enemigos... eran parecidos. No, muchos de ellos eran clones de otros. De hecho, podían jurar que solo había 10 caras diferentes en la de todos los enemigos... ¿Qué estaba pasando? ¿Clones?

―¿Qué... es esto? ―Rossweisse dejó caer los brazos hacia los lados, sin creer lo que estaba mirando. Una cúpula de enemigos había aparecido de la nada y ahora los apuntaba con sus manos directamente.

Mientras todas las voces se alzaban y se preparaban para la defensa, vieron que el único que se había quedado detrás en el aire a unas decenas de metros era Itomi, quien miraba a su alrededor completamente paralizado del miedo. Entonces, las órdenes de la primera línea se alzaron y muchas barreras comenzaron a aparecer. Por supuesto, Rossweisse, aunque apenas con compostura, hizo lo suyo. No obstante, el único que quedaba desprotegido era Itomi. Más círculos mágicos comenzaron a aparecer frente a las manos de los enemigos y sintieron el peligro una vez más venir. Aoi dejó de abrazar a Shiori y después de una explosión de humo volvió a su forma de tigresa, rugiendo con fuerza.

―¡Prepárense, chicas! ―Anysia también levantó una barrera para ayudar a Rosweisse. Pero ¿sería suficiente? ¿Y qué pasaría con Itomi? Si no se movía...

Aoi respondió afirmativamente a tu orden, pero sin poder decirte mucho más de lo que sabías ya. Sentía muchos enemigos cerca, muy cerca, pero no podía verlos.

Por otro lado, cuando activaste tu sello para comunicarte con Val, te encontraste con un silencio absoluto. No hubo respuesta.

―¿Fuente de poder? ¿Te refieres a...? ―después de escuchar con atención toda tu reflexión, eso fue lo que le hizo abrir los ojos. La que alguna vez había sido su amiga, Shimizu, había muerto bajo esas condiciones. Y tomando en cuenta las circunstancias en la que estaban, no sonaba descabellado pensar que los estaban usando como abono― ¿Sientes que estás perdiendo tu fuerza? ―preguntó, preocupado, inspeccionándose a sí mismo― En mi caso, me siento igual. Al menos por ahora.

Kiki una vez te atrapó bajo sus alas no parecía con intenciones de soltarte. De verdad podías sentir lo asustado que había estado; sus llamas estaban un poco frías. Aún estaba algo nervioso. Por lo mismo, como buenamente pudo contestó a algunas de tus preguntas.

―Lo siento, Sayaka-sama. No supe si Anysia recibió su respuesta o... Solo vine apenas me llamó. Creo que los demás estaban bien, aunque la mujer que llama Rias, su hijo y la nekomata fueron transportadas como usted. También Arabelle ―te soltó poco después para moldear sus llamas y reposar sobre tu hombro en su forma de pequeño zorro. Al menos quería permitirse estar así un momento.

Poco después de que Kiki te dijera eso, el sello de comunicación apareció en tu oído y escuchaste la voz de Shiori.

Sayaka, nosotros seguiremos yendo a la primera línea, sigamos en contacto si es posible.

Entonces, viste a Souma despegarse un poco del suelo. Ante tu pregunta, levantó una de sus manos.

―Mi percepción no es tan aguda como la tuya, pero puedo sentir el peligro. Nos están observando ―y cuando hablaste sobre humanos, Souma te miró intrigado un momento y volvió a mirar hacia el frente. Apuntó en la dirección en la que mirabas y conjuró un círculo mágico demoníaco. De este salió una esfera color roja lo suficientemente grande como para hacer estallar los escombros tras los que presumías se escondían los enemigos. Entonces, dos figuras saltaron por los aires, una a cada lado diferente. Souma levantó la otra mano y endureció más la mirada―. Mantente en la retaguardia, Sayaka ―avanzó unos metros―. Los distraeré lo suficiente como para que puedas acabar con ellos rápidamente.

Y fue entonces que tu sangre se heló cuando viste aterrizar a las dos figuras a un par de decenas de metros de donde ustedes estaban. Vestidos con túnicas negras y descalzos, con expresiones completamente vacías, aquellas miradas desprovistas de vida te miraron y tú las miraste a ellas. Y para tu sorpresa, ya las conocías. Kiki al darse cuenta, saltó de tu hombro y se puso frente a ti gruñendo hacia los enemigos. Esa figura pequeña y esa figura alta...

¿LU y... 4? ¿¡Qué hacían ellos ahí!? 

Negó con la cabeza - No, pero tal vez la energía liberada en los combates pueda recargar su arma. Suena a una locura, pero es posible - y entonces, escuchó las palabras de Kiki. Lo abrazó de nuevo y le dijo - Está bien. La necesitamos aquí, pero espero que pueda serles de ayuda allá - y se resignó a la idea. Al escuchar los que habían sido transportados, se puso a pensar un poco -. Según eso, quedarían Yuuto-san o Rossweisse-san a cargo. Solo espero que estén bien - dijo pensando sobre todo en Arabelle, quien necesitaba apoyo para luchar.

En ese momento, recibió el mensaje de Shiori mientras Souma se acomodaba elevándose un poco. Los dos humanos con túnicas aterrizaron, una figura grande y una pequeña. Mientras escuchaba a Souma, se dispuso a responder el mensaje de Shiori:

Hemos sido abordados por dos humanos y... ¿4?

El círculo de comunicación se cortó cuando dijo aquella última palabra con un tono de total estupefacción. Recordó entonces cómo actuaban los habitantes de ese poblado cuando les enviaron a la plaza a morir, sin moverse y de cómo tuvo que sacar a 4 a la fuerza de allí. Con urgencia, intentó buscar si tenían esa marca en su cuerpo como su madre y si ellos eran controlados como los demás, pero de repente su cabeza le dolió mucho. Se llevó las manos a la cabeza y presionó sus sienes con fuerza, pero todos los recuerdos de aquella tortura que había sufrido Kyra estando allá con LU como su carcelero, regresó a ella de golpe. Se sentía confundida, triste, enojada... ¿Por qué 4 estaba ahí? ¿Por qué? Kyra arriesgó su vida para sacarla de allí. Sayaka empezó a respirar con dificultad mientras sentía su consciencia difuminarse con aquello que la perseguía, aquel temor y aquel enojo que se habían apoderado de ella cuando habían visto a Cassiel. Esa ira incontenible que la hizo perder el juicio. Sus pupilas estaban completamente dilatadas y la sirena empezaba a sudar. Entonces, la idea de LU sacando a la fuerza a 4 de su hogar, el hogar que Arabelle le había prometido, vino a ella. Y toda esa furia y enojo que había acumulado hacia el rubio, se concentraron en ese momento, generando un gruñido de dolor. Su tono de voz era más bajo que de costumbre y Sayaka dejaba de ser solo ella para pasar a esa bestia, la bestia que quería sangre.

Sus ojos abiertos por completo y adelantándose para estar en rango de alcancé atacó con toda su fuerza invocando la sangre que había alrededor mientras su cabello se tornaba de ese azul brillante que lo hacía levitar para luego disparar, sobrepasando a Kiki que se había parado frente a ella y a un Souma que había ideado un plan. Esa bestia no se detendría hasta ver a su objetivo eliminado.

El alivio recorrió mi mente y cuerpo cuando Rossweise advirtió que el resto todavía seguían vivos, que solo habían sido transportados.

- Menos mal - alcancé a decir antes de sentir todos esos ojos apoyados en nosotros -. Ya están aquí - dije antes de que todos aquellos "enemigos" se plantasen frente a nosotros.

Pusieron sus manos enfocándonos a todos los que estábamos ahí acumulados y, por el rabillo del ojo, pude ver a Itomi apartado del grupo sin defensa posible.

- ¡Itomi! - le advertí antes de pensar que, por mucho que le llamase, no le iba a dar tiempo.

Y cuando inicié mi carrera hacia el para traerlo cuanto más rápido mejor, supe que tampoco me daría tiempo a mi a hacer ese camino de ida y vuelta. Por muy poco podría volver.

Golpeé con el bastón en el suelo a pocos metros de nuestro pelirrojo. La punta de este se clavó en el suelo provocando el resquebrajamiento de su superficie y creando una grieta que formaba una circunferencia a nuestro alrededor.

De golpe, más bastones surgieron de esa grieta que se alzaron, se doblaron y se juntaron en un único punto en el aire, creando una semiesfera casi perfecta que nos serviría de protección a ambos, esperaba que sirviera para mantenernos a salvo.

Todos estaban aliviados de ver que los desaparecidos seguían vivos, era una bocanada de aire fresco y reanimaba los ánimos para pelear en una guerra para salvar no sólo su propia vida y la de sus amigos, sino de todo lo que conocían. Escuchar que esta magia superaba a los más poderosos que conocía desalentó un poco a Shiori, pero la actitud de Rossweisse le hizo crispar un poco y suspiró mientras una llama de color rosa rodeó Mikasuki. De ahí solo la torre de Rias era la única quien había visto ese nuevo poder, para los demás era nuevo incluso para Urena.

-Por más poderosos que sean, prohibidos o perdidos... No son perfectos, debe haber un punto débil o una ventaja que podamos aprovechar-comentó mientras iban a la primera línea, no se dio cuenta que Itomi se quedó atrás porque su atención era al enemigo que comenzaba a rodearlos-. Si es posible cambiar el destino, algo escrito dese antes que naciéramos, entonces nada es imposible. 

Shiori no quería que flaquearan... Porque si ellos perdían la esperanza no sabría si ella misma podía mantenerse en pie, más porque algo la frustró aunque no dijo nada por el momento. Con Anysia le asintió e invocó su sello de comunicación para transmitirle la noticia información a Sayaka, además que le advirtió a la peliazul que debía tener paciencia por si no contestaba. 

Al arribar llegó el siguiente ataque y sus ojos negros se abrieron por la inmensidad de enemigos que estaban apareciendo. Le llamó la atención que se repetían, por lo mismo quiso usar senjutsu y cuando percibió que Itomi no estaba se pasmó y así Urena dio el grito para confirmar lo que sintió. Miró a dónde debía estar el pelinaranja y una mezcla de miedo e ira la dominó.

-¡Itomi!-también ella lo llamó, pero sabía que era demasiado tarde. Urena lanzó un escudo que pudiese protegerlo y ella... Simplemente no podía hacer nada, ninguna de sus habilidades servía para proteger de esa manera. 

Su llama rosa flaqueó, pero no se desvaneció. Lo que sí es que por su intención de proteger al pelinaranja emergió apenas su escudo de fuego en un débil tono morado, pero éste apareció frente a ella y Aoi. 

Satisfecho por la actitud de su pupila y reafirmándose también en ella, Kiba la miró y asintió, tomándose un momento para cerrar los ojos y suspirar. ¿Miedo? Claro que incluso alguien como Kiba podía tener miedo. Él tenía personas que quería volver a ver y que le esperaban. Pero había algo por encima de ello; una responsabilidad ineludible. Era un luchador y toda su vida lo había sido. La muerte era algo para lo que siempre había estado preparado.

Mientras Kiba se colocaba en posición bajo la protección de Rossweisse y ustedes hacían lo mismo, notaron entonces que Itomi, por descuido o no, se había quedado rezagado, y ahora veía cara a cara a la muerte. Por supuesto, al oír el grito de Urena, Kiba y Rossweisse también se percataron de lo que sucedía, pero ni siquiera Kiba parecía poder hacer algo en esa situación. Le gritó para llamarla, pero Urena no le hizo caso. En cambio, la castaña pudo ver cómo Itomi completamente aterrado volteaba en su dirección cuando ella y Shiori lo llamaron. Un momento después, Urena llegaba a él a duras penas logrando cubrirlos antes de que, luego de que los cientos de enemigos estuvieran preparados, ráfagas y ráfagas de magia volasen hacia la dirección en donde estaban. Y por supuesto, impactaron en la improvisada esfera de Urena. Itomi daba respingos al escuchar los impactos de las ráfagas contra los bastones, escuchando cómo se desquebrajaban poco a poco. Como era de esperarse, luego de unos segundos los bastones no aguantaron más, y penetraron todas las defensas. No obstante...

―¡Resistan!

Un ángel de cabello negro perteneciente al grupo más cercano de donde Itomi y Urena estaban levantó una protección para ellos. Sin embargo, para ese punto decenas de flechas habían penetrado por mucho los bastones de Urena, desintegrándolos y obligándola a cubrirse con sus propios brazos. Muchas de esas flechas se clavaron en su cuerpo, lastimándola seriamente... aunque nada como a Itomi quien, una vez la última flecha y ráfaga fue disparada, cayó en picada hacia el suelo con múltiples heridas en su cuerpo con la sangre brotando a borbotones manchando por completo su ropa. Su cuerpo se estrelló contra los escombros y allí quedó sin moverse, mientras Urena, aún en el aire y bajo la protección del ángel sentía bastante dolor. Por suerte para ella, aquel ataque no había sido sagrado. Pero claro, de igual forma, Itomi no había tenido tanta suerte. ¿Acaso estaba...?

Rossweisse, Kiba, Shiori, Anysia y Aoi, por otro lado, se encontraban bien. Habían logrado resistir la segunda tercera ola, que había sido considerablemente más fácil que la primera... aunque no había sido del todo así. Al menos una decena de personas habían caído. ¿Qué era lo que quería precisamente el enemigo? Y lo más importante... ¿ese era el fin de Itomi?

Mientras aterrizaban y se reagrupaban, recibiste una respuesta por parte de Sayaka:

Hemos sido abordados por dos humanos y... ¿4?

Y la voz de la sirena se cortaba allí abruptamente.

Antes de que Souma atacara los escombros, un poco antes, antes de responder a Shiori escuchaste algo más por parte de ella. Te decía que Anysia te pedía que usases la caracola, que por qué no lo habías hecho... cuando ya lo habías hecho dos veces hasta el momento. ¿Qué significaba exactamente eso? Poco tiempo tuviste para indagar en ello, pues tu mente no tardó en bloquearse ante la surreal imagen que tenías en frente. Aquellos dos te miraban como si no te conocieran, sin expresar algo que pudieses descifrar en su rostro; parecían autómatas. ¿Cómo era posible que LU y 4 estuviesen ahí? ¿Siquiera era mínimamente posible? LU era un humano, y ningún humano podía haber sobrevivido a lo que había pasado en aquella cueva. ¿Y cómo podría haberse llevado de nuevo a 4? ¿Acaso Arabelle no te habría dicho? Algo no tenía sentido.

Pero claro, en esos momentos no eras Sayaka. No del todo. Al ver que perdías el control y activabas tu Sacred Gear para atacar, Souma chasqueó la lengua frustrado; debía improvisar sobre la marcha. Aquellos dos humanos no le daban buena espina. No podía sospechar que los conocieras, pero sí que eran peligrosos, esa niña incluida. De buenas a primeras a Souma no se le pasó por la cabeza matarla... ¿pero podrían evitarlo?

Una vez atacaste a quien creías era LU, este se vio incapaz de evitar tu ataque, aunque no por eso su expresión cambió antes de recibir el chorro en su torso y salir disparado contra unos escombros, atravesándolos y rodando y rodando hasta que por fin se detuvo boca abajo. Bañado en sangre que no era suya, no pudiste discernir si se había hecho una herida de gravedad. Pero por lo que pudiste ver, LU no tardó en incorporarse levantándose con ambos brazos. Souma lo atacó de nuevo mientras este estaba en el suelo, pero dejando un celaje tras de sí el rubio esquivo con facilidad. Y mientras lo hacía, la niña sin piedad, aunque realmente sin ira ni nada parecido, abanicó una mano hacia ti y casi al instante el suelo se deformó en estacas que amenazaban con empalarlos; la velocidad del ataque había sido sorprendente. Por suerte, Kiki, quien se convirtió en fénix de nuevo, y tú, quien aún tenías tus alas desplegadas, pudieron esquivar ese ataque, aunque no al que seguiría. Con una mano levantada, LU llamo unos rayos color azul que cayeron directamente del cielo hacia tu dirección. Souma no pudo reaccionar a tiempo, pero sí que lo hizo Kiki abrazándote entre sus alas y recibiendo toda la descarga él, chillando por el dolor. Un momento después te soltó y se desplomó aturdido. Aún parecía poder luchar, pero aquel ataque lo había incapacitado momentáneamente. En tanto, viste que LU y 4, rodeándolos a Souma y a ti, corrían en su dirección. Souma levantó ambas manos.

―¡¡¡Sayaka, reacciona!!!

Debido a que su centro de atención fue a Urena y a Itomi, Shiori no dejó de ver en ningún momento lo que estaba sucediendo y vio, de primera mano, cómo la castaña llegaba con el alfil para activar ese escudo circular de bastones para ser bombardeado rápidamente por el ataque enemigo ignorando que ella junto al grupo estaba bajo ataque.

Resiste, resiste... No, no, no.

Fue así que vio cómo se rompió aquella defensa y los dos recibían el ataque, por lo que la joven comenzó a asustarse pensando lo peor y aunque quiso ir para ayudar sus piernas no respondieron en el momento, aunque sí que volvió a activar la técnica de velocidad para ir en cuanto su cuerpo reaccionara. Cuando miró la gravedad de las heridas de Urena luego de que recibiera un escudo más, se asustó ante la posibilidad de que ella se desplomara; pero eso no ocurría, podía sentir su vitalidad y que podría resistir. Cuando quiso sentir la de Itomi...

Vacío.

Sus ojos negros siguieron su trayectoria al suelo sin sentir vida en él, aún esperando que a lo mejor sus sentidos fallaban. Pero cuando el pelinaranja no habló ni se levantó, Shiori se vio abrumada por la sensación de ser atravesada de los caídos tal y como se hubiesen apagado velas con una ráfaga de aire; solo que en estos instantes sólo podía enfocarse en que no podía sentir a Itomi. Debido a ello, cayó de rodillas ofuscándose y las llamas rosadas de su katana se apagaron, dejando ver el filo de Mikasuki que caía a su lado levantando un poco de polvo. No podía pensar en el enemigo ni que estaban en peligro, solo en que...

-Itomi está muerto, Itomi está muerto-repitió en susurro con la culpa rodeándola. Si no le hubiera dicho nada en vez de seguir la sugerencia de Urena de hablar todo después o que se hubiesen dado cuenta antes que no estaba en la formación; tal vez él...