Partida Rol por web

Satoshi se sujetó con fuerza al hombro de aoki e intentó camianr lo más rapido posible. Las punzadas en su espalda le agobiaban enormement, sintió como su cuerpo estaba a punto de desmontarse pero miró entre una neblina y vió el autobús a pocos metros.

-Vamos...-Dijo Satoshi dirigiendose a Aoki.

Liam, Daichi y Youichi bajan apresuradamente, casi atosigandose para bajar por la tuberia. Arriba solo quedan Toshi y Tsunomu... y los monstruos. Tsunomu comienza a bajar por la tuberia, pero antes de que pueda hacerlo Toshi, uno de esos seres le agarra de la parte de atras de la camisa. Toshi lucha por zafarse de esa cosa, y al final lo consigue. Al estirar, la camiseta se desgarra, abriendosele por la espalda, y dejando al descubierto toda la espalda, y un largo arañazo en ella producido por las uñas de esa cosa.

Sin embargo, consigue descender sin mas daños, por lo que enseguida os reunis todos en el patio.

 -Vamos vamos, no os paréis-. Incito a los demás a que se muevan más rápido, hemos conseguido bajar pero no por ello estamos a salvo-. Seguid a Satoshi y Aoki, e intentad no hacer ruido-. Me paro unos segundos para mirar hacia atrás y después continúo-. De paso, preguntadles si saben dónde se encuentran los demás.

Una vez compruebo que nadie se queda quieto, me retraso para quedarme al nivel de Toshi y Tsutomu.

-¿Estáis bien los dos?

-¿Estáis heridos? - Añado al comentario de Liam, aunque mi pregunta es para curarlos si es necesario.

Sé que soy un poco lenta, pero no puedo parar de preguntar primero si están bien, porque si están heridos habrá que curarlos lo antes posible.

Aunque ahora mismo tampoco es muy recomendable, pero una vez en los vehículos creo que podré curarlos con más tranquilidad. Me alegro de que al menos podamos haber salido del edificio, empezaba a ser claustrofóbico.

Encabezo el grupo en dirección al lugar donde están cada día aparcados los autocares. Aunque quien puede saber si hoy estarán.

– Vamos Miyako no están muy lejos ya.

Girando mas la cabeza para abarcar a todos.

– Avancemos antes de que nos vuelvan a localizar. – mirando a Ariadne, con un tono suave, – No creo que sea buena idea examinar a nadie aquí mientras pueda seguir caminando por su propio pie.

 -Lo sé, solamente quiero estar preparada para que en cuanto estemos a salvo, saber si necesitan mi ayuda.

Espero que las cosas mejoren al salir de este infierno, la verdad. Creo que no podría haber un peor día que este.

Toshi avanza pesadamente, con la camisa hecha jirones. Una de esas cosas me ha herido. Dice, señalandose la espalda, donde tiene un largo e irregular arañazo. No entiendo como podria tener esas uñas, pero esto duele muchisimo. Y no es para menos. El corte es bastante profundo, y un hilillo de sangre se desliza por la espalda del joven. No tiene muy buena pinta.

-No tiene muy buena pinta.. Ya nos preocuparemos por tu herida más tarde, mientras no te impida correr, no nos perjudica.

Sigo avanzando, centrada en llegar lo antes posible al autobús.

Miro las heridas en la espalda del chico y me guardo la teoría de porque son tan profundas. Supongo que si no sientes dolor y no te importa limitar tu fuerza, hasta las uñas mas normales pueden causar autenticas averías.

Luego, recordando lo rápido que nos cojen siempre los otros miro a los demás, contento de que parezcan mas dispuestos a correr. Ellos son lentos, pero no se detienen cuando te siguen.

Tal vez un apósito adhesivo por el momento y cuando tengamos un momento algo mejor?.Si nos paramos de nuevo perderemos la ventaja otra vez. Ojala tuviéramos el botiquín del equipo. Estaba bien equipado para tratar traumas y accidentes en el entrenamiento o los partidos. Si no pueden correr les ayudaremos.

Mis pasos eran lentos debido al peso de Satoshi, pero no importaba, ya estábamos cerca y con suerte saldríamos vivos del lugar.

-Resiste un poco más, ya queda poco- lo anímo mirándole a sus ojos y dedicándole una cálida sonrisa -la enfermera te curará y quedarás como nuevo; solo un poco más...- aparto la mirada de la suya para fijarla en el autobus.

Me preocupa que hayan herido así a Toshi. No puedo quitarme de la cabeza mis primeras imágenes de esta pesadilla.

Un alumno atacando a los que estaban en la pista de deporte y poco a poco los que eran atacados se unían al atacante siendo cada vez mas numerosos.

Sí lo digo ahora y no bastan unos arañazos y lo matamos o abandonamos sin motivo… y si ataca a alguno de nosotros por no decir nada…

La enfermera será la indicada para advertirla pero no la bloqueara su inclinación a cuidar de la gente.

Veo a Liam y me retraso  un poco para susurrarle. – Disculpa no nos conocemos, pero he visto gente atacada por los “otros” me preocupa que acabe transformándose y nos ataque. Aunque puede que no basten unos arañazos. Vigilémoslo.

Mientras sigo avanzando sin soltar a Miyako hacia los autocares.

-¿Cómo que transformarse? ¿De qué me estás hablando?- No entiendo ni una palabra de lo que me dice. ¿Arañazos? Será que transmiten enfermedades, con esas uñas tan llenas de.. porquería no me extraña.

No ha debido ver ese tipo de ataques y la verdad es que ahora tampoco me detengo a esperar para comprobar si sus victimas siguen uniéndose a ellos.

Negando con la cabeza apesadumbrado por la situación. – No se como puede ser, ni se como. Pero es lo que vi con Miyako que ocurría en la pista de deporte. Apareció uno de los “otros” y al cabo de unos minutos los que había abatido se le unían para atacar a los demás.

Girando la cabeza para abarcar el conjunto del Instituto. – Parece que es efectivo ese sistema. – mirando a Toshi – Ignoro si él ha sido lo suficientemente herido o no pero…

 -¿Estás herido?¿En serio?

Sabiendo que lo más prioritario es llegar a los vehículos, simplemente le miro la herida para verla y poder curarla después. Pero cuando veo la profundidad de la herida, y la pinta que tiene, que parece que se vaya a abrir aun más de un momento a otro, abro los ojos sorprendida. 

¿Cómo han podido herirlo así? Esto es...¿lo que nos espera si nos alcanzan?

Con un tremendo escalofrío hago un rápido repaso mental de todo lo que necesito para curarlo, y empiezo a sacarlo de mi botiquín.

¡Vendas, muchísimas vendas!¡Y antiséptico!

- No te muevas, que acabo en un momento.

Ya podríamos estar ya fuera, ¡maldita sea!

Satoshi asintió ante la afirmación de Aoki. Se comenzaba aencontrar mejor y caminaba con un poco mas de soltura, pero aun le dolia como mil demonios.El autobús estaba tan cerca...tenian que llegar.El joven macarra permanecia ajeno a todo a su alrededor exceptuando al autobus y a Aoki.

La información que me da Daichi me desconcierta, pero queda relegada a un lugar apartado de mi mente cuando veo a la enfermera detenerse. Sabiendo que tenía que actuar con rapidez, le hago señas a Toshi para que siga avanzando y me acerco a Ariadne.

-Ni se te ocurra pararte ahora, por mucho que le duela tendrá que aguantarse hasta que estemos en el autobús. No voy a permitir que os cojan sólo porque no eres capaz de controlar tus impulsos de mimitos-. Menos aún si lo que me ha contado Hiraku es cierto.

Espero para ver si me hace caso. Si sigue rebuscando en su botiquín, intento quitárselo o al menos cerrarlo.

 -¡Pero no ves que conforme pasan los segundos, su estado empeora!¡Si espero un poco, se pondrá tan mal que habrá que cargar con él!No quiero que un alumno de este instituto se desmaye y muera desangrado por mi culpa, ¿Está claro? Así que déjame hacer mi trabajo y ya correré después, lo prometo.

No conseguirá aguantar, y si alguien tiene que arrastrar con ese peso muerto, iremos más despacio que si espero dos segundos para ponerle vendas con antisépticos, que las tengo ya preparadas.

Con la maña típica de quien hace algo como rutina, desenvuelvo del maletín un rollo lleno de las vendas, y corriendo me acerco hasta Toshi para aplicárselas.

El grupo, al menos en parte, se detiene. La enfermera trata de curar a Toshi, el cual no se va a quejar de que alivien un poco su dolor. Liam se detiene tambien para, irónicamente, hacer que el grupo avance intentando convencer a la enfermera. Y otros, simplemente se detienen a contemplar la discusión para ver qué hacer. La directora se queda mirando a las dos jóvenes, pero no llega a intervenir. ¿Quien sabe lo que pasará por su cabeza?