Partida Rol por web

Ulf se dio inmediatamente la vuelta en la dirección de unos nuevos sonidos que se escuchaban sobre el campo de batalla.

No sabía que pensar. Serían hermanos atrapados bajo la pila de escombros? Serían nuevas criaturas a la espera de una nueva víctima? 

Se acercó a unos pocos metros de la situación, se puso en guardia, y gritó al montón de escombros:

-Que eres, hijo de Satanás? Hay ahí algún hermano?

Permaneció callado a la espera de algún sonido.

Mientras el combate seguía, Ulf se dirigió al amasijo de escombros. Bajo aquella montaña de cascotes de piedra y planchas de acero, algo se movía, pero el marine no podía bajar la guardia, pues podría tratarse de uno de esos seres xenoformes. Sin dudarlo espetó una pregunta esperando respuesta, pues las cosas no estaban como para fiarse.

- ¡¡Ayuda hermano!!- Exclamó una voz grave bajo aquel sepulto -¡¡Ayúdame a salir de aquí!!- pidió la voz con insistencia - ¡Permíteme volver una vez más a la contienda!- rogó casi con tono de tristeza en su voz.

Ulf sopesó la situación. Sus hermanos guerreaban fieramente, mientras alguien sufría bajo toneladas de restos de un derrumbe. Con un vistazo rápido, pudo comprobar, que una enorme viga de acero, cruzaba el túmulo de metal afianzándolo e impidiendo que nada pudiera excarcelarse de allí... 

-Un hermano!!!

Ulf se apresuró a acudir junto a aquel amasijo de hierros. Sus hermanos, aunque apurados, se las apañaban bien a la hora de dar cera a sus enemigos. Se acercó a la viga que parecía aprisionar a la voz que salía de aquel agujero, afianzó los pies en el suelo y comenzó a levantarla con la fuerza de su cuerpo.

Lentamente comenzó a ceder, pero le llevaría más de lo que pensaba poder liberar a quien quiera que estuviese allí abajo....

Gunnar no cejó en su empeño de despedazar a aquellas inmundas criaturas, pero el destino parecía depararle un largo sufrimiento para acometer su objetivo.

Sigmund continuó con la táctica que tanto éxito le estaba dando. Repartiendo muerte con la espada sierra... Y por Russ que la estaba repartiendo. Cada vez que movía su arma, caía un infecto xeno. Aquella vez uno tuvo la genial idea de abandonar a Grimm para acercarse a él.

Mala idea, colega...

La espada sierra describió un arco en diagonal de abajo hacia arriba, volviendo de la posición baja que había quedado en el anterior ataque. El arma entró por la parte izquierda del abdomen y salió por la clavícula derecha...Y a su paso destrozó órganos, carne y hueso en un nuevo festival de víscera y líquidos apestosos... Sigmund se reía a carcajadas....

MAAAAAAAAAAS, QUIERO MAAAAAAAAS!!!!! POR RUSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS!!!!

El golpe inhumano del Astartes separó la endurecida piel del xenos. Lo que fuera que albergara en su interior, surgió como una cascada de mugre pestilente sobre sus botas de plastiacero. Los ojos de aquella criatura del infierno se apagaron al instante mientras caía sobre sus propios órganos eviscerados...

¡Uno menos!

Por contra, Gunnar todavía no había logrado deshacerse de los dos xenos que lo hostigaban. El bravo guerrero luchaba con afán, pero aquellas criaturas esquivaban sus golpes con pasmosa facilidad. Tendría que esforzarse más, o sería el objetivo de las chanzas de sus hermanos de manada.

Ulf seguía en su empeño para ayudar al hermano bajo aquellos escombros. Notaba como sus brazos se tensaban, aún y con la servoarmadura puesta. Una cosa era tener una fuerza sobrehumana,  y otra muy distinta levantar aquel enorme amasijo de hierros y ferrocemento.

Se dio un momento de respiro y volvió a tirar, pero esta vez la viga de la que tiraba no se movió. Parecía que estaba mas enterrada bajo todo el peso de la mole de lo que había pensado en un principio.

-Esto no marcha. 

Se giró hacia sus hermanos, pero estaban enfrascados en la tarea de purgar al Xeno, así que lanzó un mensaje en abierto por si alguien podía responder a su llamada:

-Alguien!!! Necesito a alguien en mi posición. Un hermano se encuentra bajo un gran cúmulo de ruinas y no puedo sacarlo solo. Alguien me escucha?

Un hermano pedía ayuda para rescatar a otro sepultado, otro hermano estaba siendo acorralado por dos enemigos de los que no parecía poder deshacerse... debía ayudar a uno de los dos y le pareció más urgente hacerlo al que combatía, además, resultaba más glorioso el combate que simplemente levantar escombros.

Así que sin pensarlo dos veces corrió hasta la posición de Gunnar y saltó sobre uno de los Xenos con el fin de partirlo en dos

Una voz trataba de adentrarse en la mente de Sigmund, intentando atravesar la furia sanguinaria que se había apoderado del guerrero... ¿Ayuda? ¿Socorro? Las sienes le iban a reventar con toda la adrenalina que circulaba por sus arterias.... Giró la cabeza y vió a Gunnar asediado por dos xenos, mientras Grimm intentaba ayudarlo. De ahí venía aquella voz.

Una carrera corta. Un salto final. Una espada-sierra que cae. Una extremidad que cae.

Sigmund había entrado en un estado de frenesí salvaje que iba en crescendo con cada enemigo que caía.

El golpe brutal de Sigmund seccionó de cuajo la pata-guadaña anterior del xenos, que tras trastabillar unos metros, cayó perdiendo la consciencia mientras del muñón surgía una fuente de icor verdeamarillo.

Al Astartes, le había costado entrar en funcionamiento... para ser justos, a todos ellos, pues no eran más que cachorros en busca de gloria. Esta sería su primera experiencia en combate y no querían defraudar a su capítulo, y mucho menos a Ragnar. Pero tras el violento aterrizaje y los primeros encontronazos con el enemigo, su Osmódula comenzó a coordinar la información obtenida del campo de batalla para solventar la escaramuza.

Lo que venía siendo un auténtico festival del buen matar.

Gunnar estaba ahora rodeado de sus hermanos. Sintió como la confianza volvía a él. No podía defraudar a sus hermanos. Con lo que, con energías renovadas embistió al único pérfido contrincante que quedaba.

Si disparo volvió a errar, y las dudas volvieron a asaltar a Gunnar. Pero negándose a que la depresión se adueñase de él, descargó un potente mandoble que no pudo esquivar el contrincante.

El disparo de Gunnar fue refutado por las largas cuchillas que armaban a aquel alienígena. El cabrón se movía con rapidez y a pesar de encontrarse en clara inferioridad numérica, parecía que nada podía infundirle miedo. Bufó y se revolvió, mientras Sigmund, Grimm y el mismo Gunnar lo acosaban sin posible escapatoria. Aquello sería tan fácil y divertido como cazar una liebre.

Cuando lo tuvo claro, Gunnar lanzó un terrible tajo aprovechando un giro poco medido de la criatura. El rugido de la espada sierra se hizo más patente, cuando sus dientes encontraron el impedimento del caparazón de la criatura, pero finalmente, el filo serrado de la espada se liberó.

El corte era muy profundo. Un ser humano normal habría muerto partido por la mitad, y eso, que el golpe no alcanzó de pleno al xenos.

La criatura retrocedió unos metros malherido, pero decidió cargar una vez más contra el recio marine. Cuando se hallaba próximo, alzó sus cuchillas...

Súbitamente, cayó desfallecido junto a las botas de plastiacero del astartes. La herida sangraba profusamente. Había muerto víctima de sus heridas. Escoria suprimida.

Gunnar no se lo pensó dos veces. Enfundó sus armas y fue raudo a ayudar a su compañero Ulf, con la enorme viga que quería mover para liberar al supuesto hermano atrapado.

Tras la muerte del último xenos de la escaramuza Grimm al igual que el resto de los hermanos acudieron en auxilio del que parecía otro hermano atrapado bajo los escombros.

No desesperes, pues hoy no será tu muerte, al menos no de esta manera tan poco honorable. Saldrás y morirás entonces, pero empuñando tu bolter sagrado.

El antiguo Skald intentó reconfortar los ánimos de aquel que aun no veían pero que pronto y con la ayuda de la manada liberarían de su prisión de escombros

Ulf volvió a la carga. Cogió de nuevo la viga que había estado levantando, afianzoos pies en el suelo, y rugiendo como un león, la viga empezó nuevamente a ceder. La tensión en sus brazos empezó a convertirlos en acero puro, mientras las venas de su cuerpo comenzaban a hincharse como tuberías de agua a presión.
Su cara comenzaba a ponerse de un rojo escarlata.

Los cachorros se aunaron para ayudar a ulf en su tarea. El impetuoso astartes, había conseguido alzar la enorme viga que mantenía atrapado bajo a los escombros a un marine del Emperador, pero cuando intentaba alzarla del todo para apartarla, notó que estaba más bloqueada de lo que un principio pensara. Cuando Grimm y Gunnar se acercaron, el resuello volvió a sus multipulmones y tras coordinarse con los recién llegados, consiguieron superar la traba que tanto se le estaba atragantando.

- ¡¡Vamos!! ¡¡Ya queda poco...!!- decía la voz que se encontraba bajo ellos. Aquella voz no se comunicaba mediante la conexión de voz de los cascos, con lo que seguramente, el astarte que se hallaba bajo aquellas ruinas de metal y piedra, habría perdido el blindaje de su yelmo.

Mientras tanto, Sigmund oteaba el horizonte ante la posibilidad de que aparecieran más criaturas de aquellas...  

Poco a poco, el marine notó como el suelo bajo él iba cediendo bajo su fuerza  y la de sus hermanos. La viga que tantos problemas le había generado, estaba cediendo a la fuerza pura y dura de unos descerebrados como ellos.

Un sonido de tierra llegó hasta los receptores de su casco: la viga había dejado paso al fin a la tierra superior que se encontraba sobre esta, liberándose de los kilos de peso y cediendo por fin a la voluntad de los Astartes:

-Vamos Hermanos. Un poco más!!! Ya está!!!!! WAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

El trío consiguió desbloquear aquel amasijo de escombros. Entre aquel cementerio ruinoso, un marine había quedado atrapado. Tras liberarse, se alzó costosamente. Portaba una maltrecha armadura de color rojizo, repleta de arañazos, zonas quemadas y algún orificio que había logrado perforar el blindaje de su coraza. Muchos eran los juramentos sagrados de batalla que pendían de las hombreras de su servoarmadura y del faldín que lo cubrían. Sus emblemas, no daban lugar a dudas, se trataba de un hermano apotecario, conocedor de múltiples drogas y métodos de asistencia médica, perteneciente al capítulo de los Cuervos Sangrientos.

Antes de iniciar el despliegue, el capítulo de Ragnar había recibido la información de que los Cuervos Sangrientos de Gabriel Angelus se encontraban en la superficie de Meridian, intentando contener junto a la Guardia Imperial el avance de la amenaza xenos, pero los últimos informes revelaron que estaban siendo superados, por eso, los Lobos Espaciales fueron activados como código Astartes.

El hombre se sacudió los restos de cemento y polvo. Miró a un lado y a otro en busca de sus armas, hallando únicamente su espada-sierra. Junto a ella, había un bólter con lanzagranadas incorporado, pero había sido destrozado por el derrumbamiento... Estaba completamente inservible.

Recogió su espada y se dirigió a aquellos que lo habían rescatado. - ¡Gracias lobos!... Sin vosotros me habría podrido bajo aquel montón de ruinas. Ahora no debemos demorarnos... Vendrán más. - aseguró oteando el horizonte con sus ojos de veterano curtido en decenas de batallas. Esos sólo eran sus rastreadores...- dijo temiendo lo que podía llegar.

Ulf tendió la mano al nuevo integrante de la escuadra.

-Saludos!! Tienes suerte de ser un ángel y vestir  de rojo, sino acabarías otra vez con esa viga por sombrero. JAJAJAJAJA.-dijo dándole una palmada en la hombrera.

Escuchó hablar al marine sobre lo que se avecinaba, y recordó que iba desarmado. Enfundó cuchillo y espada en el cinto y salió corriendo en dirección al montículo donde había comenzado la batalla. El Bolter se encontraba en el suelo junto a su primera cerca de la víctima a la que había partido por la mitad. Se agacho a cogerlo y lo colgó en su pecho. 

Lo siguiente que hizo fue acercarse al xeno que había matado. sacó nuevamente su puñal, cortó su cabeza, y la colgó con una cuerda de su cinto.

-La primera. Ya vendrán más.

Se sintió orgulloso por la primera pieza que acababa de colgar de su cinturón. Ahora ya se sentía un verdadero Lobo.

El Cuervo Sangriento estaba preparado para salir de allí. Parecía conocer más cosas de aquellos xenos que toda la escuadra de garras sangrientas, y cuando el transmisor se activó con un mensaje de Marnus, las palabras de el marine parecieron incluso premonitorias:

- Hriiiijh, ...  ¡¡Hermanos!!... ¡¡Se detectan más enemigos entre los derrumbamientos situados al noroeste!! Parecen... mucho más numerosos- afirmó el lobo espacial que se hallaba junto a Thorberg y Björn en la planta de un edificio semiderruido. Habían conseguido eliminar a la mitad de la amenaza con su potencia de fuego desde la posición que se hallaban. - Deberíamos reunirnos y salir de aquí... Hriiiijh

Habían superado un desembarco accidentado y habían sofocado el primer envite, pero venían más...