Partida Rol por web

De que estamos hablando? Que es lo que quereis de nosotros? Nos han contratado para localizarlos y rescatarlos si estubieran en problemas. No se que os podemos contar que no sepais ya. Como no querais algun otro tipo de recompensa dice Beren poniendo una sonrisa seductora a la joven

Yo tengo otras cosas que hacer. Así que vete si quieres con este señor mientras yo me ocupo de otros asuntos...

Imágenes impuras pasan por la mente de Bauglir, y sonríe levemente...
Con una sacudida de cabeza recupera el sentido y dice:
Acaso no le preocupa Elaint Marsk clérigo de su orden.... Cuanta más información tengamos, mayor será la probabilidad de encontrarlo y traerlo de regreso... Por favor, díganos cuanto sabe

-Como quieras, pequeña--espeta el guardia a T´rijss sin siquiera mirarla.

-Entonces, ¿nos acompañas y hablamos?--pregunta luego a Wuzuk, justo antes de extender un brazo hacia un edificio que se yergue imponente en el lateral más oriental del mercado, el Cuartel del Ejército de Mélvont.

-Creo que no me he explicado todo lo bien que debiera--afirma la bella sacerdotisa sonriendo, al parecer haciendo caso omiso de las interesantes propuestas.

-Por supuesto que voy a ayudaros. Elaint es ciertamente alguien especial para nuestra iglesia. No obstante, habéis de comprender que esta maravilla--comenta elevando los brazos sobre su cabeza a la vez que observa todo cuanto hay a su alrededor--no se mantiene del aire que respiramos, ¿verdad?

Shandar vuelve a adoptar una postura relajada antes de miraros fijamente a los ojos en silencio durante unos segundos:

-Sin duda, una pequeña dádiva por vuestra parte ayudaría en gran medida a que mi mente de recopiladora recordara mucho más fielmente algún que otro detalle.

Beren tras comprender las verdaderas pretensiones de la joven saca algo de su bolsillo, se acerca a la joven y le deposita 5 PO en su mano no sin antes buscar rozar su mano con la suya, claro está fortuitamente.
Espero que esta contribucion sea suficiente para vuestra causa, señorita dice Beren a la joven sin dejar de mirarla directamente a los ojos en busca de cualquier leve gesto que le indique su conformidad con lo entregado además de otras cosas que tiene en su cabeza

Bauglir permanece a la espera.

La sacerdotisa coge con cuidado las monedas y se las guarda a la altura de la cintura. El cálido roce de la delicada piel de Shandar consigue que los jóvenes instintos de Beren se exciten por un momento.

-Esperaba algo mejor que unas piezas de oro--confiesa la clérigo terminando de envolver las monedas entre sus ropas--Sin embargo, os agradezco enormemente el esfuerzo. Cada uno aporta lo que puede...

La bella humana vuelve a mirar a su alrededor antes de bajar de nuevo la voz:

-Elaint ha proporcionado una serie de artefactos de factura orca de escaso valor a los archivos de nuestra iglesia en los útimos meses--explica entre susurros--Hace unos días, Marsk comentó que había descubierto una cámara secreta en la ruinas que hay dos días al norte de Mélvont y que muy pronto traería objetos dignos del Templo del Conocimiento.

T´rijss observa con estremecimiento como Wuzuk se aleja con los guardias. ¿Volverá a verlo pronto? El gigante parece tranquilo y confiado, pero algo indica a la joven que el goliath se dirige a un lugar más peligroso de lo que imagina.

-De todos modos, él sabe cuidar bien de sí mismo--se justifica la elfa drow encaminando sus pasos hacia la puerta norte de la ciudad.

Tras haber utilizado un segundo pergamino en un oscuro y solitario callejón, T´rijss pasa una media hora paseando por los puestos de charlatanes y mercachifles que se agolpan junto a las murallas de Mélvont.

Al fin, la espadachina logra encontrar a alguien que parece saber y, sobre todo, estar dispuesto a compartir algo de información sobre lo ocurrido. El tipo es un buhonero llamado Ongom. Un humano de clase baja que parece estar intentando ligarse a la bella elfa de rasgos delicados.

-Por unas monedas, podría hacer el esfuerzo de recordar algo--comenta con ironía Ongom sin dejar de mirarla a los ojos--Aunque si te apetece, también podríamos arreglarlo de otro modo...

Wuzuk camina tras los guardias hacia el edificio indicado. Tanto en la puerta principal como una vez dentro, el goliath puede comprobar que la ciudad debe estar sufriendo algún tipo de psicosis, pues la seguridad es máxima y todo el mundo parece permanecer alerta y atento para actuar en cualquier momento.

Los soldados acompañan al gigantón hasta una pequeña estancia sin ventanas y le piden que aguarde un instante en el interior. Al cabo de unos minutos, el mismo jefe de la guardia que lo encontró en el mercado hace acto de aparición y, tras cerrar la puerta de un portazo, comienza a hablar:

-Mi nombre es Halmuth Bruil, soy el Señor de la Llaves de Mélvont--explica sin apenas dejar de moverse inquieto por la sala--El capitán de la puerta norte me informó hace unos cinco días de que seis aventureros encapuchados salieron al anochecer con avituallamiento para un largo viaje. El oficial habló sólo con uno de ellos: Dorn Escudocorona, un conocido enano y reputado aventurero de la ciudad. Me dijo que no vió por qué había de detenerlos, aunque creo que ahora ya lo ha descubierto...--prosigue el guardia con malicia en los ojos.

-No me importa qué demonios puedas estar haciendo en Mélvont con tus amiguitos, siempre que no te metas en líos. Sin embargo, te sugiero que me informes de cualquier actividad orca en las cercanías de la ciudad si finalmente decides partir hacia al norte. Por supuesto, no esperes recompensa alguna al respecto, ja, ja, ja--concluye limpiándose la boca con la manga de la camisa.

Tendrás que conformarte con unas monedas, amigo.

Beren aun con los sentidos a flor de piel le dice Muchas gracias señora, por lo menos sabemos por dnde empezar. ¿Que sabe de esa zona?¿Ha oido algun tipo de rumor respecto del templo orco?

Bauglir, se da cuenta de la delicada situación que se ha dado entre la sacerdotisa y Beren.
Tal vez nos podría acompañar a esas ruinas, tus conocimientos podría llegar a ser muy útiles, y así también..., bueno.... podrías conocer mejor a mi amigo. – dice Bauglir intentado ser los mas delicado posible.

Wuzuk acompaña al oficial, observando la frenética actividad: ¿Acaso se preparan para una guerra? Cuando llega el oficial, Wuzuk le escucha tranquilamente para luego contestar: No te preocupes, Halmuth de Melvont, (esto último en tono parcialmente inseguro, pues desconoce los formalismos de la ciudad), mis amigos y yo nunca nos metemos en líos, por lo menos no de esa clase. Estaré alerta ante el menor rastro de orcos. Por cierto, ¿qué debo saber de ese enano? Parece que si buscamos a los jóvenes de las familias, ese enano está metido de alguna forma.

-Ya veo, ya--comenta el buhonero, al parecer desilusionado por la respuesta de T´rijss, mientras coge con avidez la moneda--Menos da una piedra, ¿no?--prosigue al tiempo que la guarda en uno de los múltiples bolsillos que muestra su túnica, después de morderla para comprobar que realmente es de oro de primera calidad.

-Pues... si hablamos tan sólo de asuntos comerciales, me ceñiré a lo siguiente:--comienza a susurrar a la vez que observa con preocupación los alrededores de su tienda--Por aquí se habla de una compañía de aventureros encapuchados, liderada por Dorn Escudocorona, que de madrugada solían salir de la ciudad, una vez al mes o así durante el último año. Las malas lenguas asocian este hecho a la desaparición de los jóvenes...

Ongom se percata de que alguien se acerca a su puesto y rápidamente cambia de tema.

-Nunca he oído hablar de ese tipo de cosas señorita. Lo mejor será que pregunte a los guardias--afirma guiñándote un ojo antes de volver a su trabajo.

-Ja, ja, ja--ríe Shandar divertida por el comentario de Bauglir--No estaría mal, ¿no?

-No, no creo que sea muy prudente por mi parte, muchacho--prosigue declinando la oferta con amabilidad--Tan sólo soy una humilde recopiladora de conocimientos, no una valiente aventurera como vosotros.

-Respecto a la zona,--explica luego volviéndose hacia Beren de nuevo--El norte de Mélvont es conocido como las Tierras de Thar, una región escarpada y desolada llena de ciénagas, páramos y pantanos, habitada únicamente por orcos, goblins y ogros. Nada alentador para una señorita de ciudad como yo, ¿verdad?

-Os deseo la mejor de las suertes si decidís ir allí en busca de esos críos. ¡Por favor, tened... mucho cuidado!--concluye la sacerdotisa con voz temblorosa, sin alejar la mirada de los ojos del explorador--Esperaré ansiosa nuevas sobre vosotros. ¡Que los dioses os protejan!

-¿Dorn? Ese enano es un famoso cazador de orcos; el típico tío con el que desearías estar si te hallas en las incivilizadas tierras de Thar--explica Halmuth casi con admiración.

-Si quieres saber algo más sobre él, lo mejor será que vayas esta noche a La Barba Espumosa, un local de encuentro neutral al que suelen acudir enanos mercenarios a sueldo que trabajan para las enfrentadas familias mercantes de Mélvont.

-Ahora lo mejor será que vuelva a mis quehaceres. Últimamente hay mucho maleante suelto por las calles--concluye el Señor de las Llaves con su habitual tono autoritario abriendo la puerta y enseñándole la salida al goliath--¡Por favor...!

Con cierta decepción en su mirada por su negativa responde: Muchas gracias señora por toda la información que nos ha proporcionado.¿Me gustaria saber si le importaria que vuelva a visitarla cuando regrese de nuestra expedición? Tras decir eso espera expectante la respuesta de la sacerdotisa con un halo de esperanza y una media sonrisa...

Muy interesante. Y quién es ese Dorn, dónde podría encontrarlo? Digo cuando se vaya el individuo dandole otra moneda...