Partida Rol por web

-¡Venga, venga! Menos cháchara y más cerveza--bromea Glynt golpeando la mesa con los puños--Que sean seis jarras tamaño troll, je, je, je.

-¡Ja, ja, ja! Así me gusta. ¡Marchando seis jarras del infierno!--concluye el humano antes de perderse entre la marabunta de gente en dirección a una de las barras que hay en el local.

Una vez volvéis a encontraros "a solas", Gwendar se gira hacia vosotros y os pregunta directamente:

-¿A qué casa debéis vuestros servicios? Glynt y yo, de momento, llevamos tres años trabajando para la familia Natali. Son buena gente y mejores pagadores, je, je, je.

-Cierto--confirma el enano levantando la mirada hacia la barra, al parecer, impaciente por probar la bebida.

-Apuesto que a la Casa Nanther o, quizás, a la Bruil. Me juego la primera jarra--aventura Glynt socarronamente--Si no, esos malnacidos Leyraghon no se habrían mostrado tan agresivos, hermana.

Nos han contratado la familia Nanther. ¿es que aqui todo el mundo trabaja para una de las familias? dice Beren a sus nuevos amigos tras la pelea que casi le cuesta la vida

-¿Ves? Lo sabía, ja, ja, ja--ríe Glynt antes de darle un cariñoso capón al casco de Gwendar--Así que el viejo Woarsten siguen en sus trece...

-No todo el mundo, elfo--responde el enano luego a Beren--pero sí que la ciudadanía entera y la mayoría de forasteros; estos últimos, sobre todo, por su propia protección.

-Pues...--comienza a hablar la enana con bastante discrección--la verdad es que yo en vuestro lugar no tardaría mucho en salir de Mélvont. Lamento informaros, aunque creo que ya os habíais dado cuenta, de que los Leyraghon y los Nanther se llevan a matar.

Estamos recopilando información para salir de viaje en breve, tendremos que darnos más prisa de la que esperabamos por partir.dice Berem a sus nuevos amigos ansioso porque el tabernero traiga las cervezas.

Esta claro que la ciudad no es segura. Y me alegro de haber conocido a tan buenos amigos en momentos de tanta necesidad.
Tal vez podamos devolveros de algún modo el favor. ¿Qué servicios estáis prestando en estos momentos a la Casa Natali?

Creo que sois los indicados para contestar a una pregunta: ¿qué nos podéis decir del enano llamado Dorno Escudocoronoa? ¿Sabéis algo de sus andares en los últimos días?

Justo cuando Glynt se disponía a contestar a vuestras preguntas, aparece el enorme posadero portando seis espumosas jarras.

-¡Aquí tenéis! ¡La mejor cerveza de todo Faerûn! ¡Ja, ja, ja!--ríe antes de encaminarse de nuevo hacia otra de las mesas desde la que reclaman a voces su atención--Ya voy, ya voy. ¿Ni siquiera en su propia casa puede uno saludar a sus amigos? Hay que ver que prisas tienen algunos...

El enano agarra la enorme jarra y se bebe media de un único trago.

-¡Ahhhhhh! ¿Qué más se puede pedir después de una buena pelea?

Luego Glynt parece calmarse y prosigue con la conversación anterior:

-¿Recopilando información? ¿Salir de viaje? Bueno, supongo que Gwendar tiene razón. No os vendría mal permanecer en paradero desconocido un par de decanas, je, je, je.

-Nos dedicamos a proteger los intereses de la familia Natali--explica Gwendar amablemente a Bauglir antes de girarse hacia el goliath--¿Dorn? Claro que lo conocemos, ¿verdad Glynt?

-¡Por supuesto!--asiente el enano dispuesto a terminarse la jarra con el segundo trago.

-Dorn Escudocorona es un asiduo de este local, amén de uno de nuestros más respetados conocidos. Todo el mundo sabe que es un buen tipo con agallas suficientes para desenvolverse sin problemas en la ciudad, aún cuando no se le conoce afiliación alguna a las casas nobles de Mélvont.

-La verdad es que hace varios días que no ha aparecido por aquí. Mmmm... eso me da que pensar...--concluye Glynt observando su jarra, ahora vacía, con cierta tristeza.

La verdad es que pensamos que ouede haber ayudado a los jovenes desaparecidos de las principales casas de la ciudad.¿Lo que no sabemos es porque y tampoco tenemos claro hacia adonde habran partido?¿Que creeis vosotros?

-Si mal no recuerdo, creo que la última vez que estuvo en La Barba Espumosa comentó algo de llevar a "los chicos" a su primera aventura real en Thar. ¿No es así, Glynt?--informa Gwendar quedándose pensativa.

-Eh... ¿cómo? Ah, sí. Creo que eso fue lo que dijo--asiente el enano sin prestar mucha atención a su hermana.

-¡Georg! ¡Otra ronda!--vocifera Glynt al posadero haciéndose oir por encima del enorme estruendo de voces que aturden la taberna--¡Que sea rápido o pasarás a llamarte Tresdedos! ¡Ja, ja, ja!

El grupo disfruta de la agradable compañía de los dos enanos y del anonimato que regala La Barba Espumosa durante unas pocas horas de relax y asueto. La conversación es animada y el local acogedor. Sin duda, un buen sitio al que regresar algún día.

Sin embargo, los cuatro compañeros deciden dar por finalizada la velada ya a altas horas de la noche. Tras agradecer nuevamente la inestimable y oportuna ayuda brindada por Glynt, ahora bajo el soporífero sueño del alcohol, y Gwendar en el oscuro callejón donde fueron asaltados, los jóvenes aventureros se encaminan por fin hacia la mansión de los Nanther con el ánimo de informar sobre los hallazgos y pistas encontrados hasta el momento.

Una vez allí, Woarsten Nanther les atiende en persona, a pesar de lo tarde que es, y hospitalariamente les invita a pasar un par de días de descanso en su hogar hasta que hayan recuperado las fuerzas necesarias para proseguir con la investigación.

Durante esos días el grupo llega a la conclusión de que lo más sensato sería dirigirse hacia el norte por la carretera que conduce a la aldea de Glíster cruzando parte de las yermas y frías tierras de Thar.

¿Quién sabe si lograrán encontrar algún rastro de los jóvenes desaparecidos en el peligroso trayecto?