Partida Rol por web

Hijos de Nyarlathotep

CAPITULO 2 - Prisioneros

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27/09/2020, 17:08
=Narrador=

La rueda siguió girando y el tiempo fue sanando las heridas que surgieron de su misión en las cuevas. Casi podría todo pasar por un mal sueño de no ser por el eterno recuerdo que eran los brazaletes que permanecían eternamente pegados a su cuerpo. El mes de diciembre trajo más frio y los días se volvían más cortos con cada día que pasaba. La ciudad seguía su vida, ajena a todo lo que ocurría por las venas que eran sus calles.

Todos despertaron intranquilos en sus camas, sudando y algo desorientados y sintiendo el brazalete más pesado que de costumbre. Sin embargo, la vida demandaba que todos siguieran hacia adelante.

¿Sería este otro día más? Algo en el ambiente parecía anunciar que no sería así…

Notas de juego

Nuevo capítulo chicos. Aunque podéis poneros a todos como objetivos (Así todos se divierten leyendo a los demas), recordad que cada uno está solo. Despertáis en un nuevo día y quiero que:

- Me digáis primeramente donde estáis y cuales son vuestros planes para el día.

- Han pasado dos semanas desde las escenas del Interludio por lo que comentadme que habéis estado haciendo ¿Habéis estado buscando información de algún tipo sobre los brazaletes, sobre símbolos? ¿Qué tipo de información, histórica o mística? ¿Habéis intentado escapar? Si es así ¿Por qué ha salido mal? ¿Habéis intentado quitaros los brazaletes? Lo que se os ocurra.

Según lo que hayáis estado haciendo, os pediré alguna tirada para daros información extra. En cuanto a daños psíquicos y físicos, están todos curados ya que nadie quedó realmente grave.

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28/09/2020, 10:27
Padre Graham

Las prespectivas que aquel sueño no se habían cumplido. Librarse de su esposa y su cuñada de una tacada había sido imposible, sólo había sido eso, un sueño que no se había podido cumplir. Una verdadera lástima, pues ya se había hecho a la idea de tener una vida nueva. 

Su mujer había llorado tras su vuelta. Sophia le miró con dureza por su repentina marcha, casi sin avisar y desde luego sin posibilidad réplica. Su cuñada tenía había tenido que encargarse de los cuidados de su hermana y aunque no le importaba hacerlo, siempre que podía se lo echaba en cara al pater. 

Caras largas y silencios incómodos sucedieron las primeras horas de su regreso. Explicarle a su mujer porque portaba un extraño amuleto en el brazo no fue fácil. Se inventó algo acerca de que era el nuevo símbolo de si iglesia, pero ni el mismo se lo creyó y luego guardó silencio y eso provocó más lloros por parte de Katherine.

Y es que su mujer estaba cada vez peor. Su cabeza, ya de por si confundida y con la depresión que padecía, cualquier cambio en su vida o su rutina, podía alterarla y desde luego, no le hacía ningún favor a su recuperación. No obstante, Graham sabía que no había recuperación posible. Su mujer acabaría sus días sumada en la más profunda de las locuras y eso en gran medida era culpa suya. 

Graham pasó la mayor parte del tiempo en su despacho, tratando de encontrar alguna referencia hacia aquel brazalete que ahora formaba parte de su cuerpo. Buscó en internet, aunque la búsqueda no fue desde luego muy fructuosa. Entonces decidió buscar en los manuscritos y grimorios antiguos que tenía tanto en casa como en la iglesia. Quizás había algunas l referencia hacia aquellos extraños objetos.

Cuando no estaba en su despacho, estaba en la iglesia. No iba tampoco a dejar de lado a su parroquia y a los fieles. Ya tenía demasiado enfadado a ese tal Dios que tanto se empeñaba en ponerle pegas. Si algo había aprendido de Dios durante sus mucho años a su servicio, es que era vengativo y prefería no enfadarle. También había descubierto que no existía, que no era más que un cuento para asustar a los niños y los ancianos. Pero aún así, prefería no enfadarle.

Recordó aquel sueño que tuvo antes de ser liberado por el terrorífico conejo. No conocía a ese tal Bertrand, aunque en el sueño le resultó un ser muy familiar. Casi se podía decir de él, que era una parte de si mismo. No obstante, prefería no pensarlo, pues tenía otras preocupaciones en esos momentos. Principalmente si esposa, que estaba peor que nunca y no hacía más que derramar lágrimas y anunciar que deseaba la muerte. 

- Ojalá ese sueño... - Chistó. -  ... lástima.

No trató de quitarse el brazalete. No después de ver que no podía hacerse sin ser forzado. Tampoco deseaba represalias por parte de RAIZ, si finalmente al mm forzarlo, se rompía. Además, después de unos pocos días ya se había acostumbrado a él. 

Pero sucedió aquella mañana al despertar. Sudaba y estaba intranquilo. El brazalete parecía pesar más y su mujer... ¡No estaba! Aquello, lejos de agobiarme, casi le alivió. No obstante, tenía que buscarla. No podía estar muy lejos, su lado de la cama aún estaba caliente. Posiblemente hubiera ido al baño o a desayunar, ya sean las 8.00. 

- ¿Katherine? - Llamó a su esposa mientras se incorporaba y tras ponerse las pantuflas, salió de la habitación en busca de su mujer. 

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28/09/2020, 11:32
Director

Notas de juego

Antes de contestarte, puesto que te has centrado en buscar información mística (En manuscritos y demás) sobre los brazaletes, hazme una tirada de INT +  de dificultad 15. Una vez hecha te doy info y seguimos la escena

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28/09/2020, 12:08
Padre Graham
- Tiradas (1)

Notas de juego

Creo que ha ido bien!

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28/09/2020, 17:56

La vuelta a la rutina, a la siempre aborrecida -por otros- rutina, había sido para él un bálsamo medicinal. Llevaba varios días sin oir la Voz ni sentir nada extraño, salvo el peso añadido a su muñeca que suponía el brazalete, al cual había terminado por acostumbrarse... Era eso o cortarse el brazo a la altura de la muñeca, y puestos a elegir...

No había vuelto a hacer nada relativo al "asunto" desde la visita al Doctor Jamal; ni buscó información -pues no tenía fuentes adecuadas para ello-, y ni tan siquiera se fijó demasiado en la actualidad de las noticias por televisión. Simplemente, seguía viviendo, como cada día. Turnos en la empresa de autobuses, y turnos en un taxi... Ya que dormía una mierda o menos, al menos ganaba dinero aprovechando un tiempo que, si no, desperdiciaría viendo la, las, televisiones.

Dormía poco, si... y además, necesitaba ocasionalmente ayuda para ello... tripis, para entendernos; cuando no estaba conduciendo, estaba empastillado, en un estado de somnolencia con el que conseguía un remedo de descanso que le permitía mantenerse más o menos lúcido cuando debía estarlo.

Tal vez pareciese un asco de vida, pero era la vida a la que estaba acostumbrado. No recodaba cuando se había quedado dormido la noche anterior... las pastillas, el tarro de las pastillas, no estaba donde lo dejaba tras tomarlas, un truco para no tomar una dosis doble accidentalmente... No, debió quedarse dormido, de forma... cuanto menos más "natural".

No obstante,... se esforzó en intentar recordar qué coño soñó, para despertarse como lo había hecho: bañado en sudores fríos, el corazón palpitando que parecía que se iba a salir del pecho... y una extraña ansiedad. ¿Pánico tal vez?... no lo sabía... tenía que, primero, serenarse, e intentar recoger algún hilillo del sueño que fuese, pues estos solían desaparecer rápidamente...

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28/09/2020, 22:34

Había echado el telón. Un código con los de su banda para disolverse y no volver a reunirse hasta que la jefa abriera una nueva función. Podría seguir tirando de ellos si lo necesitaba, pero ahora se iba a meter en asuntos turbios, sobrenaturales y personales. Durante los días siguientes había investigado la nave en la que la habían encerrado con el cura, y había investigado a Raíz, sus propiedades, sus agentes y sus intereses.  Iba a poner en práctica su venganza contra el culto y nada iba a interponerse en su camino. 

Después de lo ocurrido con Bunny, que no podía asegurar que se tratase de Klaus, no tardó en almacenar todos sus bienes en un espacio alquilado y comenzó a hacer noches, o lo que fuera dependiendo de cuando pudiera descansar, en diferentes lugares de pago. A veces hoteles, a veces prostíbulos, a veces moteles... Sin embargo, más descansos que menos, se embriagaba con alcohol y en casi todos con compañía carnal. Su yo alcohólico no soportaba las noches frías, y por los números en su registro del móvil, al parecer había enviado mensajes y llamado tanto al doctor Jamal, como a Rowan, en busca de compañía. Tal vez hubiera podido salir con cierta dignidad del paso si no hubiera confundido los nombres de los hombres en alguna ocasión. 

Sin embargo, después de dos semanas, estaba preparada para iniciar su ataque, no sabía hasta que punto podía ser fiable la información que tenía. Las "disculpas por los inconvenientes y agravios" que el culto le había presentado se las iba a pasar por el arco del triunfo. Era hora de hacerles sangrar. 

Se vistió para la ocasión con su estilo tradicional, aunque esta vez de riguroso rojo oscuro, como el borgoña, casi granate. La sangre se vería menos, en caso de mancharse. El brazalete dorado, era un bonito accesorio, ni siquiera había pensado en ello. Estaba centrada en sus propios intereses y solo lo veía como un ticket "Queda libre de prisión" en caso de que el culto la pillase. La consideraban una elegida, y mientras pudiera, explotaría esa posición.

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01/10/2020, 16:05
Dr. Ahmad Jamal

Primeros de diciembre. Una fría noche cualquiera en Nueva York.

Minton's Place, Jazz Club.

 

El local está concurrido, lo que hace bastante sencillo pasar desapercibido entre un velo de tinieblas a un tipo silencioso y reservado como él. Viste su habitual traje de tres piezas y una corbata de seda. Impecable. Frío. Calculador. El hombre responde al nombre de Ahmad Jamal, pero en aquella parte de la ciudad le conocen como Doctor J.

Tras el incidente en Safford, el doctor ha retomado una de sus viejas y sacrosantas costumbras. Visita su templo particular cuando anhela reflexionar con profundidad y detalle sobre los acontecimientos de las pasadas semanas. También cuando desea escuchar jazz para calmar a sus demonios interiores. Sabe que no logrará espantarlos fácilmente.

Esa noche la banda del local está dejándose la piel. El saxofonista, Carter, es un viejo conocido de Jamal. Su especialidad es el saxo y hoy le ha dado por hacer un homenaje al titán Sidney Bechet con un soprano. Atrevido. Muy atrevido. Pero ahí reside la magia de Carter: en su descaro. Incluso la inexpresiva máscara de ébano del Dr. J no puede disimular un singular brillo de ojos escuchando la melodía y el intercambio de solos entre Carter y su pianista. Son fantásticos y por un maldito momento consiguen abstraerle de sus preocupaciones.

El doctor ha tratado de desconectar la mente estos últimos días. Quizás cruzó un par de llamadas con Baker en tono siempre cordial, ya que su relación con el mandamás siempre ha sido buena. No se ha interesado por el brazalete. No demasiado, al menos. Intuye que escapa a su control y ha preferido cerrar filas a su alrededor. Su mujer, Tess, no lo ha mencionado. Bendita sea su discreción. Su hija mayor, Farah, ha sido otro cantar. Es avispada y percibe las cosas con facilidad. Es difícil mentirle y al propio Jamal no le gusta. Está arrasando en la Universidad. El día de mañana, será una mujer extraordinaria para el mundo.

Lo que, en cambio, sí ha preocupado mucho al doctor es...

La Voz.

Le habló.

A él.

La figura está a salvo. Los sueños parecen haber regresado, pero no los recuerda. Y eso le enfurece. Como todo lo que escapa a su control. Y últimamente, muchas cosas escapan al control de Jamal.

Wheeler ha mantenido un exquisito respeto por la investigación y puede resultar muy útil en su desarrollo, pero ahora el doctor no tiene del todo claro si debe cruzar una vez más el umbral. Las palabras de su padre reverberan en su memoria como un eco insidioso:

Ten cuidado con lo que deseas, hijo. Podrías conseguirlo.

Otra cosa que mantiene intranquilo al doctor es que no ha sabido nada de sus compañeros de expedición en los últimos días. Aunque a decir verdad, sí que supo de uno de ellos.

Samantha.

Habían aparecido extraños mensajes a su nombre en su contestador.

Mensajes... impropios de Samantha.

Aunque, a decir verdad, ¿Qué era propio de Samantha? Jamal no sabría contestar a esa pregunta. Ni siquiera sabía si quería contestar a esa pregunta. No había olvidado el cruce de palabras que habían mantenido durante el final de la operación en Safford y la enorme frialdad que había demostrado la agente del culto ante la muerte de Brenda Reed. En cierto sentido, le había asombrado su resolución, pero también le había preocupado su falta de escrúpulos.

Fuera como fuese, el doctor había borrado los mensajes y no había replicado. Hasta ahora. Intuía que bajo la cubierta de hielo que componía la lechosa piel de Samantha se escondía una mujer con sentimientos reprimidos, quizás confusos. Otro enigma mental para el doctor.

Extrajo su móvil y lo depositó en la mesa. Se lo quedó mirando con aire pensativo antes de echar una ojeada al escenario. Carter reclamaba todos los vítores tras su extraordinaria exhibición. Jamal escribió un corto mensaje de texto.

Minton's Place.

Estaré aquí al menos una hora más.

Pulsó "Enviar" justo cuando Carter tomó el micro y le puso en un compromiso.

-Gracias, muchas gracias. Que Dios os bendiga a todos. Ahí va mi homenaje a Papa Bechet. A continuación, damas y caballeros, me gustaría invitar al piano a un buen amigo mío. Casi como un hermano para mí, de hecho. Un hombre bueno que se preocupa de su comunidad. De su gente. Un hombre de familia al que no le gusta demostrar que podría haber sido un diablo al piano a la altura del Duque de no ser por su pasión por la psicología conductual. O alguna mierda así. Él os lo sabría explicar mejor que yo. Por favor, hermano J., ¿Te unirás a nosotros esta noche para la siguiente?

Los ojos de los presentes se fueron hasta la solitaria mesa velada en penumbra espoleados por las palabras del saxofonista con una mezcla de sorpresa y suspense. No era normal que Carter invitase a alguien a tocar con él. Mucho menos con esos elogios tan cercanos.

Jamal esbozó una tímida media sonrisa y se alzó de su asiento. Se acercó al escenario entre los aplausos de la clientela y miró a Carter con cara de circunstancias.

-Si serás cabronazo...-, musitó Jamal.

-Venga, abuelo. Veamos si puedes seguirme el ritmo-, replicó desafiante Carter.

Ignoraba el saxofonista que quien tuvo, retuvo.

Notas de juego

Creo que he contestado todo.

Como viene siendo habitual, Doc lanza pases al hueco ;D

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01/10/2020, 23:15

Había que decir que el Doctor J estaba resplandeciente bajo los focos, si no fuera por los calores que llevar el ritmo de la música y los parroquianos, cualquiera pensaría que estaba un poco pálido cuando se encontró a la actriz sentada en su mesa.

Le recibió con una sonrisa generosa, y le aplaudió lentamente al llegar. 

- Oh, my, my...- Admiró con sinceridad.- No le tomaba a usted por alguien con un espíritu tan vivaz y cercano al arte, mi querido doctor.- Tal vez la mujer fuera realmente un gato, ¿Cómo si no se había colado allí en los minutos que Ahmad había estado tocando? Nadie parecía prestarle demasiada atención, y era claramente llamativa con aquel vestido y los tacones, también rojos.- Igual somos espíritus más afines de lo que creía. Tengo que decir que no me esperaba su mensaje, tenía preparando un plan caza para esta noche. Pero me puedo permitir el rodeo. 

Le pegó un trago a la bebida de Jamal, sin miramientos, después de lo que llevaba metiéndose entre pecho y espalda la última semana, podría ser aguarrás y le entraría igual.

- No he podido apreciar toda la actuación, pero he podido comprobar que sabe manejar los dedos muy bien. Tiene que tener a sus amates muy satisfechas.- La mirada de Sam brilló por un momento, clavada en las manos de su anfitrión. La alianza era una restricción para el Doctor, ella no había contraído ningún compromiso. Así que se sentía libre de continuar esa lía de conversación.- ¿Siempre bailan así sobre el marfil?- Preguntó inocente, mientras exhibía su blanquísimo cuello al llevarse la mano a la nuca y girar la cabeza para mirar al escenario.

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02/10/2020, 12:22
Rowan

"Joder a esos cabrones"

"Estas sólo"

Solo podía pensar en esas dos cosas desde el incidente de la misioncita con Root.
Rowan llevaba varios días fuera, desde los últimos incidentes era muy dificil dar con él, se movía por las calles y cambiaba de morada casi constantemente; como si fuera un camaleón se movía entre los desamparados como si fuera uno más, aunque no lo fuera.
Había puesto a sus amigos en los bajos fondos a hacer preguntas sobre quien se había movido por los alrededores la noche que le secuestraran, a sobornar a un par de polis para conseguir las imágenes de tráfico, en busca de furgonetas o vehículos sospechosos. En definitiva a averiguar dónde coño le habían retenido.

También había intentado ahondar en aquellos sueños raros. Había meditado, tratando de soñar con aquello.En el mejor de los casos no había conseguido nada, en el peor, sueños como los ya recibidos o peores.

Ahora mismo Rowan se encontraba en un fumadero de crack y heroina, en aquel sitio dejado de la mano de dios era de los pocos sitios donde encontraba paz, en mitad de la mas absoluta miseria humana. Allí podía estar realmente solo y nadie querría entrar allí, por miedo al camello y por lo desagradable del lugar.

Miró alrededor a los Yonkis que estaban tirados por los esquinos, puede que alguno estuviera muerto. Ese de la esquina no parecía moverse para respirar.

Desde que todo ocurriera no había hecho mas que trabajar, ir con los chicos a cobrar, a pasar mierda y a dar alguna que otra paliza a quienes les tocaban los huevos. No se encontraba en el estado anímico ni para sonreir, mucho menos para plantarse delante de terceros a cerrar tratos. Sus chicos lo notaban y le dejaban espacio, pero de ese modo no llegaría a ningún sitio, quizá descubriera una tapadera y la reventara, quizá quemara un edificio, pero era consciente de que Root era una organización de la que poco sabía y por tanto a la que poco daño le podía hacer.

Miraba al tipo que no respiraba, no tardaría mucho en cagarse, no tardaría mucho en empezar a oler peor que su puta mierda. Rowan era como ese cadaver, adicto al poder, pensando que obtenía algo que le hacía sentir bien, se había jodido a si mismo.
Tenía que volver al ruedo, tenía que obtener una forma de hacerles daño de verdad a Root, a todos ellos o jamás saldría de aquella puta mierda. Y tenía que hacerlo solo por que no podía fiarse de nadie. En menudo lío le había metido Allan, puto Allan.... pero lo había visto en sus ojos, para él era un conejillo de indias, como lo era para Raiz ¿Pues no le había metido el allí? Deseaba el brazalete, ese inutil brazalete que no valía para nada más que para joderle la vida.

Siempre has estado sólo, gilipoyas. - Se dijo paseando entre todos esos miserables.- Me mataran, pero moriré jodiendo y me llevare todo lo que pueda por delante. - Se prometió a si mismo.

La desesperación de aquel lugar se le había contagiado, quizá. Había ido allí a cobrar lo de la semana y a por eso mismo, una buena bocanada de desesperación. Ver como podía acabar de seguir por el camino que llevaba. Eso siempre daba fuerzas, eso y la frustración y la rabia era lo único que le mantenía en pie ahora mismo.

Había enviado a uno de sus chicos a por las direcciones de las matriculas que había visto en las cámaras de seguridad, pero esta noche iba a volver a ese sitio, a ese edificio a investigar y si encontraba algo o no lo encontraba, quemarlo. había aprendido la lección y se había hecho con una máscara de gas. Parecida a la que usaban sus colegas grafiteros para no inhalar todo el rato los vapores de los sprays.

Si no encontraba nada en ese edificio, trituraría a los putos dueños de esas matriculas hasta obtener respuestas, alguien tenía que saber algo. Pero no podía involucrar a la banda. Tenía que hacerlo solo, menuda novedad.

Notas de juego

Rowan lleva oculta la pulsera en todo momento. Manga larga, sudadera amplia. Lleva chaleco y pistola, ademas de un cuchillo de monte.

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05/10/2020, 17:00
Dr. Ahmad Jamal

Tras su improvisación en el escenario, Jamal regresó a su asiento tras estrechar manos con el saxofonista. Comprobó que tenía visita y sonrió ligeramente mientras tomaba asiento de nuevo al ver la reacción de Samantha. La mujer de piel nívea podía estar satisfecha: poca gente hacía sonreír ligeramente a Jamal.

-Estoy muy lejos de mis mejores tiempos, pero celebro que le haya gustado-. Alzó dos dedos al camarero, que asintió tras guiñarle un ojo. -A veces pienso que debí dedicarme por entero a la música. Todo habría sido...-. Miró su muñeca, ahora rodeada por aquel brazalete dorado. -Más fácil.

Jamal era muy sutil eludiendo preguntas veladas, algo que estaba seguro intrigaba a Samantha. No incidió en las elocuentes provocaciones de la mujer, más un gato en su forma de moverse y de actuar que un ser humano propiamente dicho. Le llamó la atención su referencia al "plan de caza", pero quiso entender que tenía una cita dentro de poco.

Mientras la escuchaba hablar, una presencia se les acercó entre el tumulto. El bartender era silencioso y escurridizo como una sombra. Apareció, dejó las bebidas, asintió a Jamal mientras fruncía los labios en un gesto de aprobación enfático y volvió a desaparecer antes de Jamal levantase la vista de su whisky escocés.

-Ignoro si somos espíritus afines, pero quién sabe, quizás haya esperanza. Al igual que usted, no esperaba sus llamadas estos días atrás. Eso me ha hecho pensar en esto-. Alzó su larga mano derecha sosteniendo el vaso con el líquido color ambarino en clave de brindis y, en su muñeca, relució la argolla que habían encontrado en Safford. -Por el renacer-, dijo con un matiz críptico. -Y por la música. Siempre por la música-, añadió antes de dar un sorbo a su bebida.

-Verá, quería disculparme con usted. Su desempeño en Arizona fue más que notable. No la conozco, no aún, pero sé que sin usted habríamos regresado unos cuantos menos. Perder a Reed fue una derrota personal. Confiaba en poder indagar más sobre esa esquiva mujer al terminar el trabajo...-. Jamal dio un trago y sus ojos rasgados evaluaron el local antes de detenerse en los de su felina invitada. -Descuide, no la he llamado para hablar de eso. Dígame...

Jamal bajó considerablemente su tono de voz.

-¿Se ha sentido vigilada estos días atrás? ¿Ha sentido algún... cambio?-.

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05/10/2020, 17:53

Brindó alegre y bebió un poco. Quería llegar lúcida a por su presa, no quería que el alcohol la llevara a la búsqueda del placer en vez de la venganza. 

Los ojos de Samantha eludieron los del Doctor al mencionar la muerte de Reed.

- Yo también perdí los estribos un momento con mi reacción hacia usted.- Sin embargo, no parecía estar pidiendo disculpas.- Puede que mi duelo no fuera ortodoxo, pero dudo que hubiera puesto en peligro el anonimato de nuestra misión. La caverna estaba sellada, y las fuerzas climatológicas, tarde o temprano habrían borrado mi rastro. No tenía ningún derecho a entrometerse.

Hizo una pausa, desafiando a Jamal a contradecirla. Sus miradas se chocaron en un combate de voluntades. Él frío, acostumbrado a dominar, a saber, a predecir el comportamiento de los grupos y coronarse líder. Ella salvaje, ardiente, acostumbrada a actuar, a seguir su instinto, a estar sola y ser independiente. Cadenas contra fieras. Una vez más terminó en tablas. Sam era consciente que era eso lo que le atraía de él. Estaba segura de que a Ahmad le molestaba y también era consciente de ello.  

- Aún así, entiendo que actuase como lo hizo. Sé que no actuó de mala fe.- admitió.-También fue un fracaso personal para mí, estaba bastante segura de que sería capaz de devolverles a todos sanos y salvos, que me ganaría un ascenso y podría descubrir algo más de...lo oculto. Pero perdimos a Brenda y Lea fue gravemente herida. 

La pregunta le pilló por sorpresa. Estaba bastante segura de que había sido ella quien vigilaba y no al revés. 

- No, y me he guardado mucho las espaldas. Claro que al cura y a mi nos encerraron en una celda y mandaron a una especie de telépata sociópata para enfrentarnos a nuestros pecados e interrogarnos. Tal vez se hayan dado por satisfechos con nosotros. Además, desde entonces he abandonado mi casa, y estoy haciendo una vida nómada. Lo que dio por consecuencia los mensajes que le mandé. No pienso disculparme por encontrarle atractivo, ni sobria ni borracha. - Pero si había preguntado, era por que él sí que había percibido cambios en las últimas dos semanas. Así que tras una pausa dramática en la que observó si su declaración tenía algún efecto sobre su compañero de mesa, continuó- ¿Qué ha notado? Tal vez pueda serle de ayuda, al menos, a no tener esa... incertidumbre, para usted solo. 

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05/10/2020, 19:24
Dr. Ahmad Jamal

No tenía ningún derecho a entrometerse.

Jamal se reclinó en el asiento, entrecruzó las manos encima de la mesa y entornó la mirada, saboreando el silencio que sucedió a la respuesta de Samantha. El carácter de aquella mujer era incandescente, pero de un modo frío y afilado, como una cuchilla. Y había algo más. Cuando centró sus ojos en él pudo leer sincero desafío, un deseo de retar al psiquiatra como podría hacer un animal acorralado. Parecía disfrutar tratando de atisbar sus límites, de advertir la brecha en su defensa. De detectar una debilidad que explotar.

Imperceptible fue la efímera sonrisa que esbozó Jamal por toda réplica. Siguió escuchándola hablar, matizar sus palabras, ocultar el fuego que habitaba las la piel nívea. Quizás, después de todo, Brenda fuese más importante de lo que el doctor J. pensaba para Samantha.

-Lamento su pérdida-, dijo lacónico, antes de dar un oportuno trago al whisky. -En mi opinión, la peligrosidad de la operación era demasiado elevada para el grupo que reunió R. Fue una temeridad. Y pudo salir terriblemente mal. Según pude saber, la petición de reunirnos a nosotros nació expresamente de Brenda... El por qué nosotros creí que jamás lo sabría-. Jamal tensó la mandíbula un instante y uno de sus dedos recorrió el relieve del vidrio en el que reposaba su bebida. El brazalete golpeó con un sonido seco la mesa, como si recordase su presencia. -Pero últimamente tengo el pálpito... La intuición, si lo prefiere, de que vamos a averiguarlo. Y de una manera que no puedo garantizar sea agradable. No he sabido nada de ninguno de los implicados en el incidente en estos días, con la notable excepción de Harris... Ahora me doy cuenta de que debí contestar a su llamada antes.

Cuando la mujer narró los episodios de las últimas semanas, el rostro de Jamal adquirió un matiz grave, quizás de preocupación. Quizás porque había confirmado sus sospechas.

-No tiene que pedirme disculpas. Y tampoco recuerdo haberme ofendido. Todavía-. Fue lo más parecido a una broma que podía esperarse de Jamal para aliviar la creciente tensión en el contexto de la conversación. -Hábleme de ese telépata. Su nombre. Qué quiso saber. ¿Dijo quién le enviaba? ¿Mencionó a alguien en concreto? Haga memoria, por favor. Puede ser importante.

Jamal centró su total atención en las respuestas de Samantha sabiendo que, si habían ido a por ella y a por el páter, también podían ir a por el resto. No recordaba que hubiese un detector de pensamientos humano en el culto, más aún uno tan peligroso como el que mencionaba Samantha. Quizás era un subordinado directo de Baker. O quizás había un tercer jugador en la mesa. Uno invisible, insondable. Y que iba muy, muy aventajado en el juego.

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05/10/2020, 20:18

Sam ladeó la cabeza mientras escuchaba, entrecerró los ojos lentamente.

- ¿Quién es R?.- Ahora le importaba la estructura de la organización, y teniendo en cuenta el frío contacto que se establecía con los cerberos, cualquier pista que pudiera agarrar era valiosa.- Desconozco su nombre, era un hombre con una voz que desafinaba constantemente, como un adolescente exagerado de una comedia barata. O un psicópata trastornado de una película de serie B. Llevaba puesta una máscara de conejo. Era subordinado de otra persona que le acompañaba, y que tampoco pudimos ver. Tenía la capacidad de obligarnos a dormir, o dejarnos inconscientes. Después entró en mis recuerdos, era como un sueño lúcido. Podía controlar lo que hacía, incluso pude evitarle y hacerle daño. Aun que lo maté, eso no terminó su influencia sobre mí. 

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06/10/2020, 09:10
Dr. Ahmad Jamal

-R. es lo que se extiende bajo la sombra del árbol-, replicó Jamal, como si fuese una obviedad. Señaló a Samantha y luego hizo lo propio consigo mismo. Hizo el gesto con tal elegancia que quedó patente que incluso en público, el doctor tenía buen cuidado de las palabras que pronunciaba. Porque lo cierto era que nunca se sabe quién está escuchando.

La narración de Samantha sumió a Jamal en lo que podría denominarse silencio activo. Como buen psiquiatra, Jamal estaba acostumbrado a relacionar la información que llegaba a sus oídos y conectarla con múltiples cuestiones.

-Antes de nada, debo decirle que la creo. Lo que me cuenta me preocupa. Irónicamente, tengo la impresión de que es una mujer que sabe mantener un perfil bajo. El padre Graham, sin embargo... Puede ser un hombre más sencillo de localizar. ¿Pero usted...?-. Jamal meció los cubitos de hielo que iban derritiéndose en su vaso con aire pensativo. -Me gustaría decirle que en R. no entran perturbados mentales o psicópatas de manual-. Dedicó a Samantha una larga y penetrante mirada de azabache. -Pero ambos sabemos que le estaría mintiendo de modo flagrante-. Dio un último trago a su bebida tras dedicar a Samantha una sonrisa enigmática y se masajeó una de la sienes.

-¿Por qué querría alguien en R. torturarles...? ¿Para saber qué...?-. Era evidente que pensaba en voz alta. -Me ha llamado mucho la atención algo que usted ha dicho. "Un sueño lúcido". ¿Dice que mató al hombre de la máscara en él? ¿Llegó a verle la cara?

Jamal empezaba a hacerse una situación de conjunto. Y no era nada buena.

-Dígame, Samantha... ¿Sabe usted quién es El Corintio?

El mejor oneiromante que Jamal había conocido en su vida. Sólo que no era joven. Ya no. Tampoco tenía la voz chillona. ¿Un aprendiz? ¿Un discípulo?

Preguntas. Preguntas. Preguntas.

Rowan. ¿Habría mantenido perfil bajo? Rezaba porque sí.

Lea. Convaleciente en el hospital. Fácil de abordar. Demasiado.

Samantha y Graham ya habían sido secuestrados. ¿Quizás les seguían?

De Harris no había vuelto a saber nada desde... el incidente.

A él le habían dejado tranquilo por el momento. ¿Cuestión de rango? ¿Buscaban fisuras en sus testimonios tras la expedición?

Preguntas. Preguntas. Preguntas.

Había llamado demasiado tarde a aquella mujer.

Notas de juego

Doc has a lead ;)

Ya puede estar contento el Boss. Menudo toma y daca le estamos haciendo aquí en lo que viene a denominarse en el argot MANO A MANO.

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06/10/2020, 17:25

"Oh, el culto" cayó en cuenta. Le parecía tan ridículo esconderlo tras la inicial que ni se había detenido a pensarlo. 

- Nos torturaron con relación a los brazaletes. A Rowan y a mi nos pidieron que nos quedásemos un poco más, nos gasearon para dormirnos y desperté con el padre Graham en una celda. Al ver que no nos lo podían retirar o cualquier otra forma de confirmación, dijeron que éramos elegidos. Alguien dio la orden de detener aquello de inmediato.

Escucho fascinada como en la cabeza de Jamal todo encajaba, ligeramente escéptica. Desde que había dicho que todo había salido como Reed había planeado, estaba bastante segura de que el doctor veía sombras en todas partes. Tal vez por eso necesitase controlarlo todo. Lo que no estaba dentro de sus redes le aterraba. 

Negó con la cabeza ante la mención con temor reverencial de Ahmad acerca de El Corintio. Pero había otras preguntas para las que sí tenía respuesta, Doc las cogía al vuelo.

- Si, maté a mi perseguidor dentro de mis sueños, y en mi pasaje de los recuerdos traumáticos enterrados, al morir, decidió tomar el rostro de mi hermano. Aunque dudo, mucho, que fuera realmente él. En todo caso, desde que entramos en contacto con los Mitos, incluso lo improbable puede ser habitual. Cuando pueda le rastrearé, es un miembro productivo de la sociedad, seguro que tiene alguna pagina en redes sociales. Pero no se confunda, nos secuestró el culto con trucos baratos y el telépata es parte de la estructura. Parece que hemos puesto nuestros huevos en la cesta del zorro. 

Dio un beso más a su bebida, dejándola a medias la dejó a un lado.

- Por ameno que haya sido este rato, tengo que hacer un acto de trasmutación y convertir a alguien vivo en materia orgánica en proceso de descomposición. - Al levantarse y pasar hacia la salida, su mano acarició la mesa, hasta encontrarse con la mano del doctor y siguió acompañando su movimiento por el brazo hacia el hombro, donde se detuvo un instante, esperando la respuesta de su anfitrión. 

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07/10/2020, 16:20
Dr. Ahmad Jamal

Las palabras de Samantha no hicieron más que dar una base sólida a las sospechas que mantenía desde su regreso de Arizona.

-Extreme las precauciones, Samantha-, dijo mirando de reojo a la puerta de salida del local. -Aquellos que tienen la capacidad de ver los sueños de otros tienen una variante de lo que en psiquiatría conocemos como voyeurismo. Mucho más potente. Mucho más adictiva. Si el enmascarado accedió a sus sueños y tomó la forma de su hermano, es porque ha comprendido una parte de su misma esencia, de aquello que la hace ser usted misma. Ahora querrá completar el puzle. Necesitará hacerlo-, comentó mirándola a los ojos fijamente.

-Hace años, antes de entrar en la compañía, conocí a un hombre con la capacidad de acceder al subconsciente de cualquier individuo que se hallase inconsciente. Más aún. Aquel hombre era capaz de esculpir sueños. Implantarlos en otras mentes. Podía plantar semillas de ideas que germinaban en cuestión de días, semanas... o meses después-. Jamal hablaba evocando el pasado, rememorándolo con lucidez y precisión. -Y al igual que podía usar su don para el bien, podía hacerlo en sentido contrario. Pesadillas. Terrores nocturnos. Tan reales, tan verosímiles, que eran capaces de hacerte entrar en pánico.

Jamal hizo una pausa. Ya no había whisky en su vidrio. El doctor sonrió con ese deje a medio camino entre lo insondable y lo inquietante.

-Hicimos una apuesta. Un juego estúpido. Le sugerí crear a una pesadilla e implantarla en la mente de uno de mis pacientes. Pura experimentación. Mi paciente, el señor G., me visitaba a menudo con persistentes indicios de un trastorno obsesivo compulsivo. Era escritor. De novelas de terror y misterio, si no recuerdo mal. Por lo general, era bastante creativo, dotado de una mente oscura y perversa. Sin embargo, se encontraba angustiado cuando empezó a visitarme. Estaba pasando por una crisis. Al parecer, no encontraba inspiración. Le sugerí un camino para alcanzarla...-. Jamal hizo un efímero gesto con su ceño. Era difícil de interpretar, pero parecía satisfecho de sí mismo. Extrajo su móvil de su chaqueta.

-Dicen que los verdaderos artistas viven sus creaciones. Puedo garantizarle que este hombre lo hizo.

Jamal enseñó a Samantha una imagen de lo que parecía una viñeta en Google Images.

En ella, un tipo albino y de complexión enjuta sonreía con una mueca peligrosa a algún infeliz al otro lado del plano mientras se retiraba unas gafas de sol. Tras ellas no había ojos. Sólo dos bocas babeantes. Parecían tener hambre.

-El Corintio-, concluyó Jamal.

Volvió a guardarse el móvil con un elegante gesto y dejó escapar una larga bocanada de aire.

-El hombre del que le hablo es el que nos encargó la expedición a Safford-, remató.

Cuando Samantha se levantó e hizo mención a sus siniestras intenciones mientras su mano se balanceaba por el brazo del doctor, Jamal permaneció aparentemente impávido.

-No la tengo por una asesina. Al menos, no en el plano físico. Con todo, algo me dice en sus ojos que no está bromeando. No sé si quiero ahondar en la cuestión, aunque sospecho que prefiere resolver su asunto... personalmente. ¿Me equivoco?-. Jamal miró su reloj. Se hacía tarde. -Ha sido una velada interesante. Quisiera hacerle una última pregunta.

Jamal no se puso en pie. Simplemente, la miró directamente, sentado como estaba, sabiendo que iba a irse de un momento a otro, como haría una gata callejera.

-¿Ha pensado quién puede ser el séptimo?

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07/10/2020, 21:32

Acercó sus labios a la oreja del doctor, rozando ligeramente la curvatura del cartílago. La mano apretó ligeramente el hombro, algo excitada ante la idea de dar rienda suelta a su salvajismo en cuestión de un par de horas. 

- Pretendo matar a todos los miembros de Raíz hasta descubrirlo.- susurró, emocionada. Olía la colonia y el aroma de la piel de Ahmad, dejó que su perfume saliera de su escote embriagador.- Nunca he dicho que no a un trío. 

Le guiñó un ojo al apartarse y comenzó a caminar hacia la puerta. 

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10/10/2020, 14:03
Dr. Ahmad Jamal

Visiones panorámicas de la existencia.

Se manifiestan como una perspectiva extracorpóreas muy vívidas de la propia vida en su conjunto. Jamal sabía que aparecían en situaciones de enorme riesgo vital, pero también en estados crepusculares.

Se vio a sí mismo ante una disyuntiva. Un dilema con forma de encrucijada en el que el desvío a izquierda o derecha. Retornar a casa. O indagar en el misterio, adentrarse en la oscuridad.

¿Cuál era la elección correcta?

...

¿Había elección correcta?

El doctor dejó propina. Se despidió con un gesto de cabeza de Carter y del barman y cogió su abrigo largo, alzando las solapas para cortar el gélido viento que asolaba salvaje las calles de Nueva York. Afuera aguardaba Samantha, sus ojos brillantes y entusiastas.

-Voy a hacerle dos preguntas. La primera: ¿Tiene coche?-. Jamal sostenía las llaves de su Chevrolet en el interior del bolsillo de su abrigo. No las mostró aún. -La segunda: ¿Qué le hace pensar que no la han seguido hasta aquí?

Notas de juego

Estamos forzando ya la aparición de Fret, pero ojo, que Doc y Sam no tienen límite xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

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25/05/2021, 19:21
=Narrador=

Rowan

El asqueroso olor a vómito y suciedad no parecían molestar a Rowan que seguía recostado en uno de aquellos cochambrosos sillones. El móvil comenzó a vibrarle por enésima vez. Casi por deferencia lo miró y pudo ver que era la misma persona de siempre, Eire seguía intentando contactar con él desde que se había marchado de aquella casa. Allan también le había intentado llamar un par de veces, pero los había ignorado.

Finalmente, el móvil se detuvo y justo vio entrar por la puerta a la persona que había mandado a buscar información de los vehículos. El cuelgue que llevaba Rowan pareció desvanecerse repentinamente y se puso en pie, saltando por encima del cuerpo inmóvil del yonki que antes estaba a su lado y que ahora yacía en el suelo.

El joven que traía la información se plantó frente a él con una carpeta y se la tendió.

- Ha sido complicado conseguir estos datos. Es casi como si no quisieran que alguien los viera. –

Apenas le dejó terminar y Rowan le quitó los papeles de la mano y comenzó a investigarlos por si veía algún patrón o información interesante. Lo que vio fue aun peor. Uno de los coches que habían estado aquella noche allí, era el de Allan.

Notas de juego

¿Quien es el que te ha traido los papeles? ¿Te fias de él? ¿Por qué?

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25/05/2021, 19:22
=Narrador=

Padre Graham

Tras revisar la primera planta y no encontrarla ni en el baño ni en ninguna otra habitación, recordando aquel extraño sueño, se dirigió hacia la ventana que daba al patio interior y observó por si veía alguna lápida, pero no fue así. Así que extrañado, el padre Graham bajó a la planta baja.

Fue entonces cuando escuchó la televisión, por lo que se encaminó hacia el salón, extrañado de que su mujer estuviera viendo la tele ahora. Desde su enfermedad, era una persona muy rutinaria, como un robot, sin embargo, hoy se había saltado todas las rutinas.

Cuando atravesó el umbral del salón, comprobó que la televisión solo mostraba imagen estática y que su mujer estaba sentada en el sofá, mirando aquella imagen blanca sin apenas pestañear. El cura accedió al salón y esto hizo reaccionar a su mujer que lentamente se giró hacia él, aunque su mirada seguía perdida en el vacío.

- Me duele el cuello. –

Y volvió a su posición. Graham se aproximó a ella y vio como su mujer se rascaba la nuca. Al situarse a su lado, contempló por qué le dolía a su mujer la cabeza. Tenía lo que parecía una especie de hongo brotando de la piel.

- Me duele mucho –

Volvió a decir sin dejar de rascarse justo por donde salía el hongo.