Partida Rol por web

Al descubrir el interior del "Eliseo" un hormigueo recorre mi cuerpo.

- Están locos. - musito. Están todos locos. Y luego dicen que nosotros somos los locos.

Una breve risa histrionica surge de mi ser la cual se corta en cuanto uno de los presentes me presta más atención de la que me gustaría.

Me acerco a la pita de baile e intento alimentarme un poco pues, aunque no pueda verla, la imagen de toda esa sangre corriendo libremente por las gargantas me nubla el cerebro.

- Vamos a ver que encontramos. - me digo a mi mismo.

Mierda...

Exclamo consciente de mi situación. El viaje en coche me ha servido para organizar mis ideas. He decidido confiar en Cesare, después de todo, en alguien debo confiar, y probablemente después de esto sea uno de los pocos amigos que me queden aquí.

No tengo mucho que contar: Llegamos a la habitación, despedimos al botones, registré la habitación en busca de micrófonos ocultos o cámaras y, al no encontrar nada, me di por satisfecha. Helena se fue a dormir antes, yo algo después. Cerré los ojos y lo siguiente que recuerdo es a ti despertándome.

Resoplo

Pero hay algo que no me cuadra. No he sentido ni la más mínima molestia durante el sueño. Nada interrumpió mi descanso ni recibí ningún tipo de ataque. Creo que hay alguien interesado en ir a por mi de una forma desagradable, y no descarto que Helena formara parte de un complot de este tipo... Dime una cosa, Fiorno, ¿por qué creíste oportuno juntarme con Helena? ¿te lo pidió ella? ¿Te dio algún motivo?

Me sorprendo al oír el nombre de la cantante. No hubiera pensado que podiéra ser de los vástagos que entran en combate aun siendo una antigua como yo.

-Bien William, puedes retirarte, descansad tu y tus hombres,  pero tened todo preparado para entrar en acción si os necesito.

Cuando el lider de los mercenarios sale del despacho me siento en mi sillón.

Bien hay que ponerse manos a la obra. Tengo que llamar Roger Fenton para que contacte con el líder nosferatu de esta ciudad. Hmmmmm, a raiz de lo de anoche tengo que hablar con Marcelo y esa cantante.

Saco mi móvil y llamo a mi aliado nosferatu de Lecce. 

Tras hablar con Roger, llamo al chiquillo del príncipe Endre para que me ponga en contacto con Marcelo o que directamente concerte una cita con él y otra con Anne O'Conel, o con los dos a la vez.

Tras hacer las llamadas me preparo para salir, me visto con un traje y oculto en el mi pistola y mi cuchillo, como hago siempre. Cuando he metido el cuchillo en su funda, en el interior de mi pierna izquierda me quedo mirando la espada que esta en la pared, siempre ha sido mi arma predilecta, pero hace ya mucho tiempo que no puedo portar una libremente por la calle.

Cuando estoy listo me dirijo al garaje, por movilidad escojo la moto de cros.

Te moviste por pista de baile, los vástagos bailaban y se alimentaban sin prestarte mucha atención, sería fácil entre el revuelto alimentarte sin permiso, pero si te pillaban era posible que te matasen, ya que al igual que en un Eliseo normal aquí no se permitían poderes ni ataques, y quitar sangre a la fuerza podía considerarse un acto de rebelión que te costase la vida. Siempre podías intentar seducir a alguno de los presentes y alimentarte, aunque tu aspecto no fuese el más útil para ello. Pero aun así tampoco era ese tu objetivo principal.

Cesare te escucho soltar toda la información que podías prestarle, estuvo unos segundos callado y después hablo.

- Helena llevaba bastante tiempo intentando conocerte, pero la rechace durante mucho tiempo, hasta que pude investigar lo máximo posible, es absurdo que fuese una estrategia para meterte en problemas, habría sido más fácil buscarte por otro lado, ya que hasta que no comprobé que era fiable no permití que se acercase a ti, además, ¿Semejante espera para acabar muerta? Seria de locos. – Hizo otra breve pausa en la que camino algo nervioso. – Aunque peores cosas se han visto entre los nuestros, podemos llegar a ser muy extraños.

Siguió paseando durante otro pequeño periodo de tiempo, después se dejó caer en una de las sillas, como cansado y molesto.

- Solo se me ocurre esperar a que el príncipe nos llame, no tardará mucho en descubrirlo y mucho menos en llamar a los antiguos de la ciudad a ver si alguno tiene algo que confesar.

Después de contactar con tu aliado nosferatu, intentaste contactar con el chiquillo del príncipe, pero este no cogió su móvil, parecía que estaba más interesado en otras cosas, asique llegaste a tu garaje y montaste en tu moto, pero realmente no tenías un objetivo claro a donde ir, la única idea podía ser ir al local de Marcelo, pero no podías asegurar que este allí.

Me refería a que todo fuera un montaje y la sangre no fuese de Helena o fuese intencionadamente dejada ahí, es decir, cualquiera de nosotros puede verter incluso su propia vitae si tiene una fuente de alimento para ir reponiéndola. No sé, pero una cama hecha pedazos y manchas de sangre no es especialmente concluyente, ¿no?*

Sentado sobre la moto espero a ver si tengo noticias de mi aliado nosferatu, tras unos minutos pierdo la paciencia, así que arranco y salgo de la casa para dar vueltas por la ciudad mientras espero qque me contesten, después de un rato se me ocurre ir a ver a Marcelo, por si puedo sacarle algo del ataque. Sin medio para localizar a Marcelo voy a su local con la esperanza de que se encuentre allí.

El sujeto recien llegado aun sigue en mi campo visual? No ha ingresado nadie nuevo al local?

Me acerco a la muchedumbre y me camuflo entre ellos sonriendo divertido mientras observo todo el espectáculo grotesco que hay a mi alrededor.

- Si esto se hiciera hace unos años todos estos dementes estarían muertos. - pienso todavía sin llegara comprender como el príncipe permiteesto tan abiertamente.

Busco a alguien que esté en un estado de extasis total, a ser posible vástago, para alimentarme. Ese sería más difícil que se diera cuenta de lo que va a pasar.

- Veamos que tenemos por aquí.

Cesare te miro unos segundos, después sonrió, como intentando ser comprensivo ante tus palabras.

- Igual tu mente para protegerte quiso ocultarlo, o igual no lo viste por las prisas, pero también había trozos de una mujer, no se veía en exceso que pudiese ser su cara, pero sin duda lo que ahí se encontraba era el cadáver de una mujer. – Antes de que nadie más pudiese hablar alguien llamo a la puerta. Cesare se acercó y mantuvo la mano en el picaporte mientras escuchaba fuera a ver si había una amenaza, tres un momento escuchando decidió abrir la puerta. Tras la puerta había un chico que no tenía más de 22 años, parecía nervioso.

- Disculpe señor, no quería molestarle, pero el príncipe reclama la presencia de todos los antiguos en el lugar, hoy hemos encontrado el cadáver de uno de los nuestros, y el príncipe reclama la presencia de todos los más antiguos del lugar, tienen máximo tres horas para tardar – El joven parecía estar incomodo de estar en el lugar, tal vez porque era un lugar que no era aceptado ningún vástago, aunque esta vez era algo ordenado por el príncipe. Cesare se quedó callado como si meditara la respuesta, aunque sabía que no podía negarse sobre lo sucedido.

- De acuerdo, allí estaré, intentare llegar lo más puntual posible. – El joven asintió y se marchó, Cesare se te volvió preocupado pero no sorprendido. – Era obvio que encontrarían el cadáver, ¿Qué vas a hacer? No creo que seas considerada una amenaza, sino habrían venido varios a visitarme, ya que es casi seguro que saben que estas aquí, ¿Cuál es tu idea?

Pues ir contigo, claro. A no ser que prefieras que vaya sola. No voy a esconderme de algo que no he hecho y sé que el príncipe es honorable. No creo que me niegue la posibilidad de intentar limpiar mi nombre averiguando qué ha ocurrido

Había tenido tiempo de pensar y sabía que el príncipe sabsabría sin lugar a dudas que yo había estado con ella. No presentarse era equivalente a declarar una caza de sangre sobre mi, y seguramente también implicaría consecuencias para Cesare por ayudarme a escapar, así que lo mejor era ir y afrontarlo todo.

El hombre con ropas extrañas se perdió entre la multitud, dentro de la pista de baile, demasiada gente para observarlo, al poco rato entro un hombre trajeado y serio al local, podía pasar por un ventrue.

Entraste al local de Marcelo, pero al contrario que la otra vez, este no fue a recibirte, el ambiente era el mismo que el del otro día, muerte, sangre, fiesta sin final, sin duda todos los días debían de ser lo mismo.  En la barra había alguna persona, pero sobre todo las personas que se encontraba allí estaban en la pista de baile.

Me acerco hasta el nuevo sujeto de trajes y aspecto fino...

Me pongo a su lado y saludo...

Antes de poder acercarte a la barra uno de los hombres que en ella se encontraba se acercó a ti y saludo sin decirte nada, como esperando que tu fueses el que diera el paso.

Tras echar un vistazo al bar sólo pude comprobar que la fiesta en ese lugar era continua. Ese instante de observación sirvió para que un hombre desconocido se acercará a mi.

-Buenas noches, ¿puedo ayudarte en algo?

Brandon al fin logra entablar contacto con un sujeto de la ciudad...

Estaba reciente su llegada a la ciudad y era importante cumplir con algunas labores formales como todo recién llegado, adonde fueres haced lo que vieres pensó para si.

Muy buenas noches Señor, Mi nombre es Brandon, acabo de llegar a la ciudad y si, posiblemente pueda usted ayudarme, por tradición me gustaría de ser posible me dijera cual es el nombre de la persona más importante de la ciudad pues es mi costumbre presentarme y hacer saber mi presencia...

Para Brandon era importante presentarse ante el príncipe pues es amante de las tradiciones y esa era una importante a cumplir. Esperaba por supuesto la amabilidad del sujeto y su indicación, parecía alguien de etiqueta y buenos modales, esto fue lo que principalmente motivo su acercamiento. Después de todo la primera impresión es lo que más cuenta en la mayoría de los casos.