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“Historias de Nueva York” – Capitulo 2: "Lazos de Sangre"

I-"Reunión"

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08/09/2009, 03:34
Director

Barry abre los ojos. Lo primero que ve es el techo de su casa, aquel techo de madera, del living, de aquella casa que le había visto crecer a lo largo de prácticamente toda su vida, aquella casa que le había acogido, junto con su familia, con sus padres y hermanos, y le había dado la posibilidad de salir de la calle.

Desde hace años que aquella casa a perdido la alegría de antaño, pero esa mañana en particular se había vuelto mas gris, mas triste y melancólica.

El teléfono había sonado media hora después de medianoche. Al atenderlo, Barry pudo oír la voz de Julia, la esposa de Terry, quien entre sollozos le anunciaba aquella fatídica noticia: Su hermano había muerto. Le habían disparado a la salida del bar en el cual se juntaba todos los miércoles luego del trabajo para compartir un trago con sus compañeros. Le habían asesinado a la salida del bar “bola 8”, a sangre fría, de un disparo, en la fría noche del miércoles, el primer día de diciembre...

Cuando a llegó a casa de Terry se encontró con Julia completamente devastada. Unos oficiales intentaban consolarla, pero solo se tranquilizo al ver travesar a Barry por la puerta principal de la casa, momento en el cual se lanzo a sus brazos en un llanto.

Luego siguió la burocracia. Llenar papeles y mas papeles... y ver el cuerpo. Aquel fue uno de los momentos mas difíciles en la vida de Barry, el tener que ver el cuerpo de su hermano, completamente rígido, con una ligera mueca de dolor en el rostro, escuchando el llanto de su esposa, completamente desconsolada, de fondo. Le habían dado en el pecho, tres disparos, sin ninguna posibilidad... "robo", eso había dicho la policia, y nada mas. Ellos se encargarían de investigar...

La había llevado de nuevo a su casa. Estaba mas tranquila, aunque aun desconsolada, devastada. Las niñas habían ido a parar a casa de su madre, y le había pedido a Barry que la dejara sola, que ella se encargaría de avisarle a sus hermanos...

Y luego volvió, a aquella casa que los había visto crecer. Se sentó en el sillón de la sala, pero no lloro, sonrió al recordar a su hermano, todos aquellos buenos momentos que habían pasado en épocas mejores, cuando estaban todos juntos. Y así continuó hasta altas horas de la madrugada, hasta quedarse completamente dormido en aquel viejo sillón.

Fuera todo es gris. Esa misma noche cayó la primera nevada, bastante tardía. El cielo esta completamente cubierto, como si guardara luto pro Terry.

No hay practicamente nadie en la calle, Barry puede observarlo mientras se termina de arreglar para el funeral, sin desayunar mas que una taza de café.

Los compañeros de Terry se organizaron para arreglar todo. El funeral es en una hora, en una vieja iglesia cerca de la fabrica. Julia se encargaría de avisar a sus hermanos... finalmente volverían a reencontrarse, un reencuentro mas que doloroso, sin duda.

Barry piensa en ello mientras toma su chaqueta y sale de su casa. El frío golpea su rostro mientras camina por las nevadas calles del barrio, el cual parece guardar luto. Aquel barrio, aquellas calles que los habían visto crecer parecen notar la ausencia de Terry. Barry no puede evitar pararse frente a la vieja cancha de Basket en la cual pasaban largas tardes los cuatro. Aquella cancha en la cual pasaban el verano junto a Terry enseñando deporte a los chicos del barrio, tratando de darles una oportunidad. No puede evitar sentir un nudo en el estomago al ver aquella cancha.

Continúa su camino por aquellas calles, por aquel barrio, hasta llegar a la vieja capilla. Fuera hay varios autos estacionados. Algunos compañeros de Terry están sobre las escaleras, fumando y hablando entre ellos, todos con un aspecto solemne, como si de verdad lamentaran aquella perdida. Se acercan y saludan a Barry mientras este sube las escaleras. Intercambian unas palabras, pero la atención de Barry cambia rápidamente.

A travez de la calle, caminando hacia la capilla, de la misma forma que antes le había recordado, puede ver a Ted de pie, mirando hacia la entrada, como si dudara sobre su próximo paso, o tal vez evitando afrontar aquella realidad tan dolorosa.

 

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08/09/2009, 07:00
Director

La nieve cae sobre Nueva York, sobre aquellos rascacielos, sobre esos edificios llenos de lujo, sobre aquel paisaje tan diferente al que había visto durante gran parte de su vida.

Un par de horas antes había recibido aquella llamada, en el trabajo, en la madrugada, a punto de terminar su turno. Era Julia, la esposa de Terry. Su voz estaba débil y a punto de quebrarse. Se podía sentir la profunda tristeza que la invadía al escuchar sus palabras, al escuchar como le decía a Ted que hacía tan solo unas horas habían matado a su hermano a sangre fría, mientras volvía a casa luego de tomar una copa con sus compañeros de trabajo, tal cual lo hacia todos los miércoles en la noche. El llanto le impidió decir mas, la angustia no le permitió dar mas detalles, salvo avisarle a Ted que el funeral sería esa misma mañana, en la vieja capilla de aquel barrio de Queens, aquel barrio que no había pisado en dos años y en el cual se había criado.

Hacía dos horas que había sucedido eso. Comienza a amanecer en la ciudad, mientras Ted la atraviesa de un lado a otro, luego de salir del trabajo y asearse en su casa, camino a Queens, al funeral de su hermano mayor, mientras comienza a amanecer y contempla la tormenta que se cierne sobre Manhattan a través de la ventana del autobús que va de Brooklyn a Queens.

Los copos de nieve golpean contra el cristal cuando Ted se duerme en el asiento de aquel autobús casi vacío.

Al despertar, el panorama es muy familiar. Las viejas calles de Queens, de su barrio, alejadas de aquella opulencia del centro de Manhattan, se suceden una tras otra al otro lado de la ventana. Ya no nieva, y es de día, un día gris, frío, a cielo cubierto, como si aquel día guardara luto por la muerte de Terry.

Aquellas calles le traen viejos recuerdos. La secundaria, la fabrica, el cine... incluso el billar, aquel antro en el cual habían pasado varias noches los cuatro, antes, cuando todo era mas agradable, antes de separarse, antes de que todo cambiara.

Dos años han pasado desde que Ted piso aquellas calles por ultima vez, dos años sin ver a sus hermanos.

El autobús se detiene en la ultima parada. Al bajar, un golpe de aire frío golpea el rostro de Ted, quien se lleva las manos a los bolsillos de la chaqueta. Camina unas calles bajo aquel frío, sobre la nieve, esquivando la basura, sin necesidad de tener que preguntar donde se encuentra la capilla, pues conoce su ubicacion de memoria. Todo se mantiene justo como lo recuerda, aun despues de dos años de no pisar aquel sitio.

Luego de caminar un rato, finalmente, llega a la capilla. Hay algunos automóviles frente a ella, y algunas personas en la escalera de la entrada. Entre ellas, su hermano Barry, quien conversa con otras personas hasta girar la cabeza y observarle.

Ted hace lo mismo, le observa desde el otro lado de la calle, con ambas manos en el bolsillo. Después de dos años vuelve a verle, pese a la situación en la que lo hace, es agradable encontrarse con él.

 

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08/09/2009, 10:05
Barry

Dejaba que el frio hinchara sus pulmones, para cualquiera aquella sensación era desagradable, quizás por ello quería sentirla en aquellos momentos.

Su hermano venia caminando, dibujando un cuadro extraño. Normalmente solía hacer aspavientos, y se le colaba una sonrisa cuando veía a algún miembro de la familia. Sin embargo, esta vez no era así.

Espero, quizás un minuto, puede que toda una eternidad a que su hermano se acercara. Que decir, que hacer, aquellas situaciones siempre le habían incomodado. Cuando murió mama, padre estaba encargándose de todo, y recordaba que todo fue como una extraña película para él. Un largometraje gris en el que la gente hacia lo que tenía que hacer y decían las palabras adecuadas.

Pero parecía que la muerte. Que ya había repetido más de una vez al mordisquear su alma, no estaba dispuesta a dejar pasar otro momento como aquel, casi ajeno a la realidad. Se llevo a su padre, rompiendo por completo las cadenas de una vida de felicidad. Y ahora, cuando tocaban fondo, se llevaba a su hermano.

Su puño se apretó de manera involuntaria. Con fuerza, con rabia. Mientras sus ojos seguían perdidos esperando a que Ted llegara a su lado, su puño estaba lleno de fuerza. Una fuerza que provenía de la ira.

Porque Terry, porque no él, que no tenía otra familia que alimentar, unas niñas estupendas. Una mujer maravillosa.

Soltó el puño, y dirigió la mirada de nuevo hacia el interior de aquella iglesia. Las puertas de madera blanca, con la pintura un poco raspada, por el uso continuo de la gente que entraba y salía pidiendo perdón por una vida llena de pecados eran lo único que lo separaba de ver otra vez a su cuñada.

La noche anterior había sido un ataque a su integridad como persona. Y no estaba seguro de poder soportar otra batalla más. Pero ahí estaba el. Firme, de pie, contra el viento y la nieve que inundaban poco a poco las calles de Queens. Porque una vez más, eso era lo que había que hacer.

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08/09/2009, 11:45
Ted

Ted permanece un rato, pensativo, mirando desde el otro lado de la calle a su hermano Barry. De los cuatro, con él era con quien mejor había mantenido la relación, seguramente más por sus esfuerzos que por los propios... Y ahí estaba, de pie, aunque su figura en ese momento no era la del tipo imponente y lleno de vitalidad que recordaba, sino más bien la de un hombre derrumbado, la mitad de lo que solía ser. A decir verdad, todo a su alrededor le parecía mucho más gris y apagado que de costumbre. La pesadumbre debía hacer mella en su ánimo.

Al observar a Barry le vuelve a venir a la cabeza la figura de Terry. Ellos dos tenían mucho en común, siempre con una sonrisa en el rostro, siempre queriendo ayudar a los demás, era una buena persona. Al igual que su madre y su padre, Terry se había marchado también para siempre, y lo peor de todo es que había dejado en el camino a Julia y a su hija... ¿Qué hijo de puta podría haberle matado a sangre fría?

Tras hacer acopio de aire, se dispone a caminar en dirección a las escaleras. Al inspirar, un frío gélido le inunda todo su cuerpo, aunque una sensación parecida ya le estaba acompañando toda la mañana ¿Se trataba de un sentimiento de culpa por haber dejado extinguir la relación con Terry? Quizá deberían haber intentado arreglar sus diferencias, pero ahora ya no había vuelta atrás... ahora ya no hay vuelta atrás...

Abatido, camina con paso lento pero con la cabeza alta, hasta detenerse en silencio ante su hermano. Su gesto intentaba ser todo lo firme e inmutable que podía. 
 

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08/09/2009, 12:18
Barry

Ya con su hermano a su lado no quedaba más remedio que entrar en la pequeña iglesia. Era un trance por el que había que pasar, no quedaba más remedio.

Casi no podía mirar a su hermano. No tenía la culpa de nada. Ted nunca había sido culpable de nada, o al menos de nada que no fuera ser el pequeño. Sabía que ahora debía de sentirse mal, y claramente no era el momento de dar consejos, cuando el mismo estaba más fuera de lugar que nunca en su vida.

Esto va a ser duro de verdad.

Las primeras palabras que le dirigía a su hermano en meses y no eran reconfortantes, ni para él, ni para su hermano. Pero eran reales, duras pero reales. Entrar a dentro. Ver a su cuñada, al resto de la familia, el resto de los amigos de Terry, ver como todos daban palabras más llenas o mas vacías.

Aquello los iba moler, no pretendía engañar a nadie. Así que se sacudió su cuerpo cuando su mano se acerco para abrir las puertas.
Y entro.

Dentro, había calor, un calor frio. No sabía si era por la nieve que se acumulaba en el techo del edificio, o por el frio que sentía en su alma. Pero aquella pequeña iglesia no conseguía reconfortarlo. Se le hacía extraña a la vista.

Dejo un segundo para que Ted pasar tras él, y busco con la mirada a Julia, era la única persona a la que quería ver aquella mañana. Y la única a la que temía en aquellos momentos. Verla, como lo había visto el día anterior, rota, en cuerpo y alma le había marcado. Porque siempre la había visto riéndose, y regañando al bueno de Terry.

Maldito Terry, ahora estaba muerto, y el tenia que aguantar la vida sin apoyo por su parte. Sus pasos se acercaron lentamente, dejando atrás las caras de las personas que se acercaban para dar el pésame, para dar ánimos, tanto a él como a Ted. No las escuchaba, no quería saber nada de lo que le decían.

Se movía como un autómata, como si todo aquello sucediera al otro lado de la pantalla de la televisión. Pero esa sensación se apago cuando Julia se levanto del banco donde estaba sentada con sus hermanas y su madre y se preparo para recibirle.
Dolía verla vestida de negro. Con un pañuelo arrugado en la mano y los ojos rojos de llorar. Sin embargo su cara estaba tranquila, seria, como si pudiera salirse de aquella situación poniendo una cara de piedra.

Le dio un abrazo, fuerte, corto, seco. Que acabo tan rápido como había empezado.

Ya estoy aquí.

Fue lo único que atino a decir. No era mucho. De hecho era bastante lamentable, pero sabía que ella entendía como estaba el, por lo que estaba pasando. Se sentía culpable, aunque no fuera culpa suya que atracaran a su hermano, se sentía culpable, culpable por no haber unido más a aquella familia que adoraba. Y sobre todo, se sentía culpable, porque Roger no estaba con él.

Pero qué demonios, el se marcho. No podía estar siempre soñando con los días pasados, no podía pedírsele más de lo que hacía ya por aquella familia. Y sin embargo, se sentía culpable por todo.

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08/09/2009, 19:31
Director

Ambos entran a la iglesia, en silencio. Ahi dentro el ambiente es pesado, tan solo se olle un pequeño murmullo, mientras algunas personas se dan vuelta sobre sus silla para observar la entrada de ambos hermanos. Un murmullo se sucede mientras pasan. Sin duda, quien mas llama la atención es Ted, desde hace tiempo, dos años, que la gente del barrio no le veía por ahí.

El lugar esta lleno, cosa que no sorprende, Tery era uno de los tipos mas queridos de la zona, y parece que mucha gente a venido a despedirlos.

Al llegar al frente, pueden ver a Jullia, con la hija menor de Terry en sus brazos, de apenas unos meses. La mayor, Mary, una hermosa niña de seis años, de ojos y cabello oscuro, al igual que su madre, permanece sentada en la fila de bandos de adelante, mirando al suelo de manera melancólica mientras columpia sus pies, que no llegan al suelo.

Julia abraza a Barry. Se puede ver en su mirada como aquella situación la desborda. Saluda a Ted de la misma forma. Desde hace años que no se ven, pero había visitado la casa de Terry en todas sus visitas, no como Roger, por lo cual habían llegado a conocerse.

Ambos se sientan en un espacio a un lado de Lucy, al frente de la fila de bancos, mirando al altar, cuando la misa comienza...

La misa se sucede y ambos, Ted y Barry, sienten un nudo en el estomago durante toda su duración. Una pesadez sobre sus hombros al estar en aquel lugar, de nuevo, unos al lado del otro, y teniendo que despedir los restos de su hermano mayor.

Prácticamente no escuchan la ceremonia, aunque en ningún momento dejan de pensar en aquella situación, en todo lo que esta sucediendo.

Nadie se mueve, nadie dice nada. Se escucha algún llanto, pero nada mas. No hay señales de Roger.

Una vez terminada, una vez fuera de la iglesia otra vez, en medio de aquel frío, bajo el cielo gris, todos salen y suben a sus autos. Julia les indica que se reunirán, como es costumbre, en la casa de Terry. Les invita a pasar por ahí, aunque sabe que esa invitación no es necesaria. Todos comienzan a salir en dirección a casa de Terry. No hay entierro, sus restos serán cremados.

Finalmente, y luego de algunas despedidas solemnes, Ted y Barry quedan solos, parados ambos sobre las escalinatas de la escalera. Nadie queda ahí, aun se puede oír el ultimo automóvil alejándose en dirección a lo de Terry, a unas pocas calles de ahí, hasta desaparecer y dejar que el silencio inunde el ambiente.

Aun no hay señal de Roger...

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08/09/2009, 23:12
Barry

Barry no sabe si estar iracundo o triste. Apenado o cabreado. No sabe si tiene miedo por saber que su hermano mayor ya nunca estará mas allí, o por saber que algún idiota por 20 pavos le ha robado la vida a toda su familia.

Mira a Ted, parece que esta tan jodido como él, puede que incluso más. No quiere ni hacerse una idea de lo mal que lo puede estar pasando. Últimamente no se veían mucho. Eso era un duro golpe para su hermano pequeño. Sabia, que a pesar de todas las tonterías que pueda llegar a hacer o a decir, quería a Terry casi como a un padre.

¿Has dormido algo?. ¿Quizás quieras quedarte en casa y descansar un poco después de pasar por casa de Terry?

Aquellas palabas le duelen. Sabe que no queda más remedio que ir a pasar tiempo con la familia que Terry había creado. Aquella que él no tenía ya. Era un deber, de hermano. Una obligación moral. Y aunque no fuera así, seguramente se hubiera acercado de igual modo.

Pero no pensaba estar mucho tiempo. Sabía que Julia agradecería que estuviera allí, pero que comprendería que se fuera a lamer sus heridas. Para todos había sido un duro golpe.

Si al menos Ted se quedara un día o dos. Podría apoyarse en alguien. Ahora parecía que él era el puto hermano mayor. Y con Roger fuera del planeta, Ted era lo poco que le quedaba de su familia.

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09/09/2009, 10:14
Ted

Asiente lentamente con la  cabeza ante el comentario de Barry
-No, no he dormido nada... conforme he salido del curro me he venido directo aquí en el primer bus que he pillado...

...

¿sigues teniendo esa cacharra de Ford rojo?

Era una pregunta banal y ridícula dada la situación, pero Ted evitaba conscientemente tener que hablar de nada relacionado con su recién fallecido hermano. Había permanecido callado durante toda la ceremonia, y lo prefería así, aunque había que pasar todavía por casa de Terry. Quería que todo se pasara rápido, otro golpe más que había que afrontar de los que ya le había dado la vida.

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09/09/2009, 16:33
Director

El viejo Cadillac “El dorado”, modelo 86, rojo, gastado por el uso, de segunda mano, se pasea por las calles de Queens.

Las viejas calles de Queens, de su barrio, alejadas de aquella opulencia del centro de Manhattan, incluso de Brooklyn, se suceden una tras otra al otro lado de la ventana. Ya no nieva como en la noche, es de día, un día gris, frío, a cielo cubierto, como si aquel día guardara luto por la muerte de Terry.

Un par de horas antes había recibido aquella llamada, mientras dormía. Era Julia, la esposa de Terry. Su voz estaba débil y a punto de quebrarse. Se podía sentir la profunda tristeza que la invadía al escuchar sus palabras, al escuchar como le decía a Roger que hacía tan solo unas horas habían matado a su hermano a sangre fría, mientras volvía a casa luego de tomar una copa con sus compañeros de trabajo, tal cual lo hacia todos los miércoles en la noche. El llanto le impidió decir mas, la angustia no le permitió dar mas detalles, salvo avisarle a Roger que el funeral sería esa misma mañana, en la vieja capilla de aquel barrio de Queens, aquel barrio que no había pisado en dos años y en el cual se había criado.

Aquellas calles le traen viejos recuerdos. La secundaria, la fabrica, el cine... incluso el billar, aquel antro en el cual habían pasado varias noches los cuatro, antes, cuando todo era mas agradable, antes de separarse, antes de que todo cambiara.

Dos años han pasado desde que Roger piso aquellas calles por ultima vez, dos años sin ver a sus hermanos, y sin embargo todo parece igual, todo en su sitio, como si nada hubiera cambiado, como si el tiempo se hubiera detenido en aquella parte de la ciudad.

Sin embargo, hay algo diferente, algo que Roger no puede identificar. Antes, esas mismas calles, pese a su aspecto marginal, parecían alegres, al menos para Roger. Antes de que todo cambiara. Pero ahora, al mirarlas a través de la ventana del coche, mientras este surca sus calles, tratando de deslizarse lo menos posible sobre la nieve, aquellas calles se ven diferentes, nada alegres...

Finalmente Roger llega a la capilla, aquella vieja iglesia que tanto conocía. Varias veces había ido a aquel lugar, peor hubo dos ocasiones en especial, y que se asemejaban mucho a esta, que recuerda con particular dolor al pararse frente a la iglesia.

No parece haber nadie fuera. Roger mira su reloj. Llega una hora tarde... la nevada y el trafico son cosas a tener en cuenta en una ciudad tan grande y caotica como aquella. La ceremonia parece haber terminado, pero Roger sabe en donde se pueden encontrar todos.

Vuelve a poner en marcha el coche y se dirige a casa de Terry. Nunca había estado ahí. Siempre que se habían juntado, hacia mas de dos años, lo habían hecho en casa, pero nunca en lo de Terry.

Roger da varias vueltas por aquella zona, mas que conocida para él. Sin embargo, algo llama su atención y le hace retrasarse unos minutos en su viaje. No puede evitar pararse frente a la vieja cancha de Basket en la cual pasaban largas tardes los cuatro, en tiempos mejores. Aquella cancha continua igual, como su hubiese sido ayer cuando los cuatro muchachos correteaban por ahí. Es entonces cuando Roger siente un nudo en el estomago al recordar aquellos días.

Pero el viaje continua. Sigue dando vueltas hasta, finalmente, y luego de veinte minutos, llegar a casa de Terry. Fuera hay varios automóviles y algunas personas que entran y salen. La nieve se agolpa en todas partes.

Estaciona el coche lentamente, mientras los frenos chillan hasta volver a quedar en silencio. Aun esta a unos metros de la casa, pero desde ahí puede ver a sus dos hermanos, Barry y Terry, de pie en la puerta de la casa. Conversan hasta oír el chillido de los frenos de aquel viejo Cadillac modelo 86, momento en el cual se giran y clavan la vista, a través del parabrisas, en Roger.

Dos años han pasado desde la ultima vez que se habían encontrado los cuatro. Dos años, e incluso en aquellas épocas el encuentro había sido mas alegre...

 

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09/09/2009, 16:32
Barry

A modo de respuesta hace tintinear unas llaves. Sería un buen momento para una risa. Porque el viejo Ford llevaba con él desde los 16. Aunque ya la mitad de sus piezas eran de todo menos del modelo de coche tendrían que ser.

Sin embargo la fe en el viejo coche era poca. Hacia una buena temporada que solo usaba su coche para ir a hacer la compra y cosas así. Casi siempre iba andando hasta la cooperativa de Taxis donde trabajaba. El coche que usaba, también era viejo, pero estaba mejor cuidado que su lata.

De hecho, al pensar en el tiempo que hacía que no usaba su coche, se dio cuenta, de que con la nevada que había caído, y el tiempo en desuso, a lo mejor este no encendía.

Sería una excusa perfecta para no ir a casa de su cuñada. Pero por mucho que le tentara, sabía que aunque el vehículo decidiera morir también ese día, el tendría que hacer lo que tenía que hacer.

Al menos su hermano parecía interesado en quedarse un poco, y no volverse rápidamente a su vida. Aquello lo reconforto. Al final encontraría un apoyo para superar aquel palo.

Caminaron durante un rato. Puesto que había venido a la iglesia a pie. No tenía intención de pasar frio. Aquella mañana no le había importado. Pero el camino de vuelta estaba siendo un poco más duro que el de ida. Cuando llegó hasta la fachada de su casa. De la casa de su padre. Se paró en seco.

La vivienda parecía una ruina, un desecho de la historia de aquel país, en un barrio que lloraba y pataleaba por seguir en pie, cuando estaba completamente todo perdido. Supuso, que la casa tenía el mismo aspecto que el.

Abrió el coche. Se notaba que estaba helado, una fina capa de nieve cubría el capo, el techo y el maletero. Una vez dentro se sacudió un poco el frio. Quizás arrancase, pero no podía estar seguro.

Cruza los dedos Ted, puede que el frio haya acabado por fin con este viejo guerrero.

Giro la llave en el contacto, esperando oír el característico ruido del motor, o tal vez un ronroneo de que le costaría arrancar.

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09/09/2009, 16:52
Director

Como era de esperar, el viejo ford no responde. Parece intentarlo, pero no lo logra, el motor no se esfuerza demasiado. Ni el frío, ni los años ayudan, pero, especialmente, no ayuda el hecho de estar con el tanque vacío, por lo que no queda mas alternativa que ir hasta casa de Terry a pie. Por suerte, aquel lugar tan solo esta a unas pocas calles de distancia.

Intercambian unas pocas palabras en el camino. El frío cala en los huesos mientras caminan cabizbajos y con las manos en el bolsillo, aunque eso no sea algo a tener en cuenta en aquel momento.

Aquellas calles son conocidas, no están muy lejos de casa. La nieve se agolpa por todas partes y la acera esta resbalosa.

Continúan aquel camino hasta llegar a casa de Terry. Una bonita casa, a la cual se había mudado hace casi seis años. Barry conoce aquella casa, modesta, y conseguida con el fruto del Trabajo y esfuerzo de Terry.

Ambos se detienen en la puerta. Algunas personas entran, otras salen. Al frente hay varios automóviles estacionados. Sin embargo, algo les llama la atención. Escuchan el chillido de un automóvil, de unos viejos frenos haciendo lo imposible para cumplir su función, y al girar la cabeza, pueden ver el viejo Cadillac “El dorado”, modelo 86, rojo y desgastado, de segunda mano, perteneciente a Roger.

El coche se detiene a unos metros de la casa. Pueden ver a Roger a través del parabrisas, con ambas manos en el volante, con la misma mirada penetrante de siempre... dos años después, todo parece seguir igual.

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09/09/2009, 19:04
Roger

Permanece ahí sentado en el asiento del conductor unos segundos, con el ceño fruncido - como siempre - lanza un suspiro negando con la cabeza al tiempo que abre la puerta del coche que chirria ligeramente oxidada, mientras sale del vehiculo, se levanta el cuello de la cazadora de cuero, para que cubra su garganta. Cierra la puerta de espaldas, con un ligero empujon de la pierna, sin dejar de mirar a sus hermanos Ted y Barry, que le observan desde la distancia. Con las manos en los bolsillos camina hacia ellos, mirando al frente, apenas sin parpadear, con rostro serio, casi petreo; como de costumbre.

Llega hasta ellos y abraza a Barry, luego a Ted. - Vaya putada reencontrarnos así... - suspira sacando un cigarrillo del bolsillo izquierdo de la chaqueta - No pensé que podría pasar esto. - explica llevando el pitillo a sus labios y sacando un zippo con un aguila grabada - Siempre pensé, que al menos habría tiempo para solucionar las cosas entre nosotros. - susurra tras expulsar el humo de la primera calada - Ahora ya no se puede... ¿Sabeís que ocurrio exactamente? - termina preguntando cogiendo el cigarrillo entre sus dedos y apartandolo de sus labios tras dar una larga calada.

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09/09/2009, 19:42
Barry

Barry no sabe ni que decir. Hay esta Roger, como si nada. Parece que hubiera pasado por lo mismo que ellos toda aquella mañana. Y solo le importa escuchar el sonido de su voz.

El abrazo por su parte es un poco seco. Ahora no tiene tiempo para escuchar comentarios vacios.

Deja a sus hermanos atrás, haciendo un gesto con la mano. Como si toda aquella palabrería le resultara incomoda. No tiene tiempo para aquello. La hija de su hermano, su cuñada, están en casa esperando. Esperando que el valla a hacer lo que tiene que hacer. Ayudar a cargar los pésames, que sin valor, o con él, descargan todos los vecinos y conocidos de Terry.

Ahora el no está, y su mujer tendrá que cargar con todo eso durante mucho tiempo.
Llega hasta la puerta dejando a sus hermanos afuera, y entra sin pensárselo mucho. Adentro lo necesitan. Y afuera. Afuera solo hay dolor.

 

 

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09/09/2009, 20:11
Roger

Mira como su hermano se marcha al interior, le falta hacer un gesto de desprecio ante sus palabras. - ¿Que le pasa? - mira a Ted dando otra calada al cigarrillo - Estoy aquí ¿no? - pregunta señalandose con ambas manos - No he venido antes por el puto tráfico y la jodida nevada... - señala afuera - He llegado en cuanto he podido. - suspira negando con la cabeza y dando una calada aun más larga mientras se da la vuelta y mira al exterior - Joder. Nunca se contentan con nada... - termina gruñendo mientras expulsa el humo y se lleva el cigarrillo a los labios, como si Terry aun siguiese allí y hubiese entrado con Barry, molesto con él por llegar tarde.

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10/09/2009, 12:29
Ted

Tras el tibio abrazo, se había quedado unos segundos observando a Roger sin decir nada, con las manos en los bolsillos, para luego bajar la vista hacia la nieve viendo cómo las huellas de Barry se alejaban. Después de tanto tiempo no sabía qué decirle, pero tampoco lo necesitaba, y le importaba una mierda el por qué no había estado en la capilla.

Tras girarse en dirección a la casa, dice encaminándose sin mirar a Roger:

-Me dijo Julia que le mataron anoche, a sangre fría... pero sé poco más... entremos...

 

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10/09/2009, 13:25
Roger

Niega con la cabeza mientras su hermano menor entra en la casa tras Barry. Da otra calada al cigarrillo y expulsa el humo, observando las calles desde el porche, se queda allí parado un poco, mientras se termina el cigarro.

- Bienvenido a casa Roger... - expulsa humo haciendo oes - ¿Cuanto tiempo ha pasado? ¿Dos años? - sonrie negando con la cabeza mientras sujeta entre sus labios el cigarro, que humea mientras se consume al aspirar con fuerza - Joder, dos años... ¿Esperabas una jodida alfombra roja? - expulsa el humo y lanza el cigarrillo a la nieve del jardín - Es indiferente, acabemos con esto.

Entra en la casa, arreglando el cuello de la chaqueta que ya no necesita estar en alto, se suelta los botones, pero no se la quita; camina entre la gente del velatorio en busca de Julia y cuando la encuentra, se queda frente a ella en silencio, no sabe que decir. Y lo mas importante, no sabe como ella va a reaccionar. Asi que espera.

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10/09/2009, 17:56
Director

Dentro de aquella casa el ambiente es mucho mas cálido, y un fuerte y agradable olor a café invade toda la casa. Hay varias personas, en grupos. Algunos sentados en el sillón, otros en la cocina, junto a Julia, y otros fuera, en el patio, el cual se puede ver a través de unos ventanales.

Aquella es una casa familiar, cómodo, pero aun así modesta, nada lujosa. Sobre una de las paredes a un lado de la entrada, a la izquierda, hay varias fotos colgadas en la pared. Fotos de Terry con su esposa e hijas, y entre ellas, fotos de sus padres, y de sus hermanos, con todos ellos. Fotos muy viejas de cuando los cuatro aun estaban juntos.

Roger se aleja del grupo, acercándose a la cocina, en donde esta Julia.

 

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10/09/2009, 17:56
Julia

La mujer, que estaba sirviendo café mientras conversaba con otra mujer, posiblemente su amiga, se gira al ver a Roger. Sus ojos, todavía un tanto vidriosos, se clavan en él. Se hace un silencio incomodo durante unos segundos, hasta que Julia extiende la mano hacia Roger, en un gesto de saludo.

- Hola, Roger... - es lo único que dice, con una voz suave y dulce, que denota la tristesa que le invade.

Aquella reacción no es tan extraña, despues de todo, poco conocía a Roger, los encuentros de este con Terry en los últimos años habían sido muy espaciados, y en muy pocos había estado presente Julia, por no decir que casi en ninguno. De hecho, Roger no puede recordar la ultima vez que había visto a la mujer.

 

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10/09/2009, 22:24
Roger

Estrecha la mano de la mujer con la diestra, mientras con la izquierda la cubre con calidez y le sonrie con cierta tristeza.

- Siento mucho que nos volvamos a ver de este modo, Julia. - suspira manteniendo la mirada de ella - Mi hermano y yo no estabamos muy unidos, pero joder... - niega ligeramente con la cabeza mientras descubre la mano de la mujer, llevando su zurda al bolsillo de la chaqueta - Era mi hermano. - la voz se quiebra durante un instante - Si necesitas algo, lo que sea y cuando sea... - extrae las cosas de su bolsillo, el tabaco, su zippo y un par de tarjetas - Llamame. - sentencia entregando una de las tarjetas a su cuñada - Te ayudaré en lo que pueda. - termina asintiendo y observando en silencio la cocina.