Partida Rol por web

- Gracias – dice con su voz dulce mientras suelta la mano de Roger y toma la tarjeta. Se queda observándola unos segundos en silencio. Luego clava la vista en Roger por unos segundos, antes de que otra mujer vuelve a llamar la atención. Julia vuelve a la cocina, volviendo a dejar a Roger solo.

En ese momento un muchacho, de la misma edad de Terry, aproximadamente, se acerca al grupo. Barry le conoce, se llama Joseph, y es un compañero y amigo de Terry, conocido del fabrica. A compartido mas de un partido (y una cerveza), con Barry, por lo que le conoce. Es un buen tipo.

-Hola, tu debes ser el hermano de Terry, ¿verdad? - dice mientras estira la mano hacia Ted, en un gesto de saludo, para luego mirar a Barry – Barry... - le dice mientras le abraza – siento lo que paso, muchachos... de verdad. Yo estaba ayer con él... dios, es increíble que un hijo de puta te pueda arruinar la visa así... - comenta indignado, haciendo una pausa, como si intentara contenerse – todos queríamos a Terry – comenta. Se hace un silencio.

Asiente a Julia pero se queda allí inmovil, mirando de reojo al "amigo" de su hermano Terry. La dura vida que ha llevado le ha hecho desconfiar de los extraños que se abalanzan tan a lo loco y rompen a hablar. No puede evitar enarcar una ceja mientras escucha que estaba con su hermano antes de que muriese; cuando menciona ese dato, echa a andar, quedandose aparte, no quiere molestar a Barry que parece enfadado, mientras observa las fotos de sus sobrinas y las viejas fotos de aquellos años en los que todo era, no perfecto, pero si mejor.

Hay fotos de todo tipo en aquella pared, fotos que traen a Roger todo tipo de recuerdos. Imágenes de los cuatro de niños, con sus padres. Imágenes de ellos unidos y sonrientes, de épocas mejores.

También hay imágenes de Terry con su familia, con su hija mayor, recién nacida, en sus brazos. De su casamiento, cumpleaños y navidades. Solo Barry sale en algunas de aquellas fotos, pero no los demás, se habían perdido de aquellos momentos.

Sin embargo, otra cosa llama la atención de Roger mientras observa aquella pared cargada de fotografías. A través de la ventana puede ver, en diagonal y al frente de la calle, unos metros detrás de su auto, en la mano contraria, a otro automóvil. Un ford Taurus 99, azul oscuro, dentro del cual se mueven dos siluetas. Ese automóvil no estaba ahí cuando llegó Roger.

No puede identificar a sus ocupantes, no a la distancia, pero permanecen allí, puede verlos, aunque no sea con claridad.

Tras apoyar dedo indice y corazón en el marco de una foto de su hermano, con sus sobrinas, se dá la vuelta y abrochandose la chaqueta sale al exterior, fingiendo la necesidad de fumarse un cigarro, pero con la intención real de observar quien está montado en ese Taurus y porqué parecen discutir.

 Introduce la mano en el bolsillo izquierdo y saca un cigarrillo y el zippo, llevandose el pitillo a los labios y abriendo el encendedor, que mientras obliga a prender, le permite mirar hacia el vehiculo. Después con el cigarrillo encendido, expulsa el humo mientras devuelve el zippo a su bolsillo. Permaneciendo allí parado en el porche, mirando su viejo barrio de Queens y, de reojo al Ford.

Mientras tanto, notan como Roger se acerca a la ventana y mira los cuadros. Antes de que puedan darse cuenta, Roger sale fuera, por la puerta de adelante, mientras se ajusta la chaqueta y saca un cigarro del bolsillo.

- Sí, el mismo -  le respondo escuetamente al amigo de Terry  mientras le doy la mano. Después de escucharle decir que estaba con él anoche no puedo evitar preguntarle, con los brazos cruzados

- y... ¿cómo fué? ¿Visteis a ese hijo de perra?

AL salir, el frío vuelve a invadir y rodear a Roger, quien enciende el cigarro, intentando ver a los ocupantes el ford de manera disimulada. El humo del cigarro se eleva mientras enciende el cigarrillo y da una calada, y a través de él puede ver a los ocupantes del automóvil, estacionado frente a la otra acera, en frente y en diagonal.

Conoce a uno de ellos, es Adam Meyer, un viejo amigo. Lo conocen de chico, los cuatro, vivía en la misma calle. Era un amigo, casi siempre estaba con el grupo, especialmente en la secundaria, al igual que muchos otros. Jugaba horrible al basket, cosa por lo cual siempre se burlaban... pero le habían perdido el rastro al terminar la secundaria, se había metido en la policía y no se lo había visto mas por el barrio... cosa entendible, pues “los azules” no son muy queridos por ahí, no los buenos y honrados, y Adam era uno de ellos.

Sin embargo, Roger no puede identificar al otro tipo, aunque también luce como policía, parece mas joven, y su cara no le suena para nada. Ambos miran A Roger, se puede dar cuenta de eso, aunque no parecen notar que los haya visto.

- No... - contesta Joseph, de manera grave y negando con la cabeza – nos despedimos dentro, el se iba a ir temprano... y segundos después de cruzar la puerta escuchamos los disparos. Al salir no vi a nadie, solo a Terry... ahí... - interrumpe sus palabras, como si no quisiera recordar aquel momento.

Barry saluda a Joseph, sabe que no es mal tío. Puede decirse que es de fiar. Lo único que pasa, es que en cierta manera le molesta, que nadie supiera nada del asesinato de su hermano.

Muchas gracias por todo Joseph. Es una pena que no vieras al culpable. La policía va a archivar el caso hoy mismo. Y sin testigos, la muerte de mi hermano quedara impune.
Si al menos supieras si alguien había salido antes que él, o que podía estar allí fuera cuando paso. Un borracho, otro vecino.
Bah, da igual, tú que vas a saber. Seguramente ni te distes cuenta de lo que pasaba.

Barry tenía una forma de hacer las cosas. Y normalmente no era diciéndole a la gente lo que quería escuchar. No, solía dejar caer las cosas, hacer sentir feliz o culpable a la gente con sus comentarios. Casi como si no fuera con él se metía a la gente en el bolsillo.
Y lo que intentaba ahora, era bastante sencillo.

Una conversación casual con un tipo normal, puede que él no viera nada, pero seguro que alguien sí que pudo verlo. Alguien tenía que estar fuera del bar, los bares son así, siempre entra y sale gente. Y siempre hay alguien cerca en los momentos más comprometidos.

Si al menos, Joseph se sintiera culpable, y señala con el dedo a alguien. Al menos así tendría una pista que seguir la policía. Así que la culpabilidad, de no poder ayudar, era la baza que intentaba jugar con aquel hombre.

Pero podía no dar resultado. La vida nunca era lo que uno pretendía de ella.

Empieza a caminar hacia el coche de Adam con el cigarrillo en los labios, humeando como un tren de mercancias que pretende embestir un objeto en medio de la via. Su ceño fruncido y su gesto serio dirian que va directo a agredir a los hombres, aunque la realidad es otra, es el precio a pagar por tener un gesto rudo como el suyo. Cuando llega al coche, dá un par de golpecitos en el cristal de la ventanilla de Adam y espera a que este la baje.

- ¿Vienes a dar el pésame a la viuda? - pregunta apoyando los antebrazos en el marco de la ventanilla tras recoger el cigarro de su boca - ¿Que sabes de la muerte de mi hermano, Adam? - vuelve a preguntar, casi a ordenar que se lo cuente, su ceño fruncido y gesto de tipo duro, se tornan un instante en tristeza y dolor, mientras espera a que el hombre le responda.

- Siento no poder ser de mas ayuda, Barry... - dice como si sintiera realmente el no poder ayudarle mas – estaba dentro cuando todo sucedió... de todas formas, estoy seguro que la policía se estará encargando de todo esto, mejor que se lo tomen con calma – agrega, intentando tranquilizar a ambos hermanos, antes de girar el rostro y mirar hacia aquella pared cargada de viejos cuadros y fotografías.

Adam dibuja una sonrisa torcida en su rostro al ver a Roger. No le intimida, le conoce bien, conoce su andar de brabucon, su forma de hablar directa y aquella mirada intimidadora. No funcionan con él, conoce bien a Roger, no tanto como sus hermanos, pero desde tiempo.

Abre la puerta del vehículo y baja de el, al igual que su compañero, un muchacho de color, bastante joven, de seguro un novato.

- Roger – dice mientras estira la mano en un saludo – siento lo de Terry – le dice de manera sincera, mirándolo a los ojos, recordandole que pese a ese aspecto de policía, sigue siendo el mismo joven que jugaba pésimamente al Basket en la secundaria.

Aquellas palabras, sin duda, buscan calmar los ánimos de Roger.

- Todos lo sentimos, Adam. - sonrie al policia estrechando su mano y apoyando la izquierda en el hombro de este, con el cigarrillo en la boca - No esperaba volver a Queens en estas circunstancias... - niega con la cabeza, liberando a Adam de sus manos y recogiendo el cigarro para expulsar el humo que guardaba en sus pulmones - Perra vida... - dice dando otra calada de este - Cuentame lo que sabes Adam, ¿quien le hizo esto a Terry? - pregunta haciendo una O con el humo - No voy a hacer nada, solo quiero saber que vais a por el cabrón que mató a mi hermano. - termina sonriendo con tristeza sujetando el cigarro entre indice y pulgar a media altura, preparado para darle otra calada.

Ted se pasa la mano por la boca con la mirada perdida, pensando unos instantes en cómo podría haber acabado Terry de esa manera, sin que hasta el momento nadie hubiera visto ni oido nada.

Joder, a uno no lo matan así porque así, algún motivo tendría ese maldito bastardo para asesinarle...

Gira la cabeza y mira también, con el ceño fruncido,  las fotografías que colgaban de la pared

Gracias por todo.

Esa fue la última frase que Barry le dijo a Joseph. Hablo brevemente con algunas personas más durante un rato. Luego volvió a la cocina a despedirse de Julia.

Ella sabía que tenía cosas que hacer, y que con Roger allí había muchas cosas doloras que resolver, así que no dijo nada cuando este dijo que se iba a casa.

Aun así, le aviso de que lo llamara a la hora que fuera si lo necesitaba. Era una expresión un poco vacía. No porque no pensara atender a Julia si esta llamaba por teléfono, sino porque sabía perfectamente que ella no lo llamaría. No había nada que pudiera devolverle a su marido. Y ahora lo que necesitaba más que ninguno, era quedarse sola y lamerse las heridas.

Cogió a Ted por el hombro, y cariñosamente lo saco a la calle. Tenían cosas que hablar. Los tres hermanos que quedaban, y aunque fuera duro, era el momento de hablarlas.

Una vez fuera, volvió a respirar aquel aire contaminado y frio de Queen. Era su aire, había crecido con él, y hacia tanto daño como bien sentirlo en aquellos momentos.

Apenas Roger termina de Hablar, el otro tipo sale del automóvil. Es un muchacho un poco mas joven que Adam, al parecer su compañero, pues tiene el mismo aspecto de policía.

Cierra la puerta tras él y se para a un lado de Adam.

Oh... - dice mirando a su compañero de reojo – él es Raymond, mi compañero – hace una pausa, mientras Reymond, sin decir una palabra, estira la mano hacia Roger en un saludo – te voy a ser sincero – continua, mirando a Roger a los ojos – no tenemos muchos... como le dije a Barry, se cree que fue un robo. Tres disparos en el pecho, sin testigos. No encontramos su billetera ni nada de valor.

Hace una pausa, mientras se queda mirando a Roger en silencio durante unos segundos.

- De todas formas no vine aquí en calidad de policía... no hoy – vuelve a hacer una pausa – dime, Roger, ¿Por cuanto tiempo piensas quedarte aquí?

Pregunta serio, mirando fijamente a Roger, como si aquella pregunta ocultara mas de lo que parece.

Estrecha la mano del compañero - Un placer Ray. - sonrie al hombre dando una última calada al cigarrillo y tirandolo a la nieve - ¿Tres disparos? - ladea la cabeza liberando al policia de su mano volviendo a mirar a Adam - Son muchos disparos para un atraco. ¿No crees? - le pregunta asintiendo a su amigo cuando le dice que no ha venido en calidad de policia - Claro, claro, vamos adentro, Julia se alegrará de que hayas venido. - le sonrie apoyando su diestra en la espalda de su antiguo compañero de Basket - ¿Sigues siendo un manta en el baloncesto? - responde a su pregunta de con otra, para ante la mirada de este responder - No creo que mucho, mis hermanos no se han alegrado mucho de verme. - suspira encogiendose de hombros y dando un golpe amigable en el hombro a Adam - Como ha cambiado todo, ¿eh? - termina ladeando la cabeza para mirar a la casa.

Julia se despide de Barry con una sonrisa, diciéndole que no se preocupe, y que se pondra mejor.

Ambos, Barry y Ted, aunque este ultimo “ayudado” por Barry, salen de la casa. Fuera, ambos se encuentran con una cara conocida.

Cruzando la calle, en dirección a la casa, esta Roger, acompañado de dos tipos, uno de ellos es un viejo conocido.

Se trata Adam Meyer, un viejo amigo. Lo conocen de chico, los cuatro, vivía en la misma calle. Era un amigo, casi siempre estaba con el grupo, especialmente en la secundaria, al igual que muchos otros. Jugaba horrible al basket, cosa por lo cual siempre se burlaban... pero le habían perdido el rastro al terminar la secundaria, se había metido en la policía y no se lo había visto mas por el barrio... cosa entendible, pues “los azules” no son muy queridos por ahí, no los buenos y honrados, y Adam era uno de ellos, aunque hace tiempo no se lo ve por aquellas calles, ahora es un tipo de la gran ciudad, por lo que sorprende verlos por ahí.

El otro tipo es mas joven que Adam, aunque también tiene pinta de policía.