Partida Rol por web

No, definitivamente Darren no había cogido las indirectas. Pero no importaba, lo hecho, hecho estaba, era el momento de avanzar.

Tranquila, Jade, querrá decir autoridad, o que ha sido a la fuerza. Quizá alguna comisaría o algo.

La encontraremos. Ya tenemos misión para la noche, quizá haya que pagar alguna fianza o algo.

Lo más importante, Darren ¿estás bien? ¿Necesitas refuerzos?

En su tono había algo de preocupación.

Le hizo un gesto a Jade para que le siguiera el rollo y le guiñó un ojo.

- Jade... - se lo escucha murmurar junto a una honda exaltación - Si quieres ayudar hay algo que puedes hacer.

Todo esto se ha precipitado por un libro.  Un libro que parece conllevar más peligro de lo que podría parecer por su título ¿Tienes donde apuntar? - Le costaba imaginar a la muchacha sin algo a mano en lo que anotar cualquier curiosidad. Aún así le dió unos instantes - Se trata de un libro del siglo diecinueve. Forrado en cuero con letras doradas.

 "Vida y creencias de la antigua Mesopotamia"

¿Lo tienes? - Otro par de instantes para dejar a la muchacha apuntarlos - Si todo ha ido bien, en una o dos horas tendré una copia. Y tengo que localizar el albarán en el que me aclare cómo llegó en primera instancia a la tienda. Quizás ese dato nos aclare algo.

¿Te puedes hacer cargo?

Seria conveniente que no estés sola.

hay varios grandes poderes involucrados que amenazan con la caída de un portal. Aún no puedo ser más preciso

Escuchó atentamente lo que Darren decía, sacando su móvil para apuntar la información que aportaba. - ¿Hay alguna información en concreto que necesites saber sobre el libro? ¿O es más información genérica? – preguntó, haciendo ya listas de lugares donde buscar información, luego añadió, - ¿Centrado en el libro o en el autor? ¿O ambos? – se toqueteó el labio, pensativa, - ¿Lo importante es la información que contiene el libro o el libro como objeto? Mmmm… Mesopotamia… ¿De qué época estamos hablando? ¿Sumeria, Babilonia, Asiria…?

- Si, me has dado una buena tarea para distraerme temporalmente de las preguntas asociadas a la “desaparición” de Mara – respondió a Darren aun con un deje preocupado pero con una sonrisa divertida, - Adrian seguro que se presta voluntario para hacerme compañía mientras investigo – comentó, sacándole la lengua al joven.

 -Si no puedes ser más preciso, no lo seas, pero respóndeme a esto por favor: ¿debo preocuparme por Mara? ¿O tienes la perfecta certeza de que esté donde esté está bien? – preguntó con la voz seria, por una vez olvidándose de los libros y centrándose en lo importante, su mejor amiga.

No le importa que hagas una copia... -masculló el pelirrojo- ¿Y si hay algo en el libro? No sé, una llave entre las cubiertas o algo así. Quizá sea eso lo que busca. Cuando lo tengas quizá deberías revisarlo. Con algunos... parientes, a veces las cosas no son lo que parecen. De hecho, tienden a no serlo.

De algún modo sólo avanzaba un poco más en lo que decía su amiga rubia, quizá el tema era el objeto en sí más que el contenido del mismo. Luego le miró y tuvo que contenerse de reír.

Claro, yo le hago compañía para que no invoque una docena de demonios serpiente mesopotámicos por error. Si lo hace, que sea a posta -le sacó la lengua de vuelta-. Y eso, si sabemos algo de Mara te lo hacemos llegar, si dices que está bien, claro... si no...

Estaba clara cuál era la alternativa. Bastaba con cruzar la mirada con su compañera para saber qué estaban pensando ambos.

- Pude echarle una ojeada - comienza explicando el contenido del libro - habla de la evolución histórica de los ritos funerarios de Mesopotamia desde la antiguedad hasta referencias más modernas, pasando por varias ciudades. Ur, Ugarit... y sobre los rituales que describía recuerdo la repetición del nombre del difunto, libaciones al estilo griego, enterramientos en vasijas... hasta la exposición a los elementos de ritos Zoroastristas. 

Es lo que pude identificar en unos minutos de lectura diagonal.

No sé si lo peligroso es el libro en sí o su contenido, pero a mi cliente no pareció preocuparle que quisiera una copia.

No era tan ágil con la documentación como podían serlo Jade o Mara, pero la experiencia era experiencia.

Barajó la posibilidad de colgar allí mismo para atender otra urgencia en la puerta de atrás, pero se detuvo unos instantes más.

- Y chicos... tened cuidado. Ninguno está fuera de peligro ahora. Y eso incluye a Mara. Pero se la ha llevado una fuente por la que me jugaría la vida y he de pensar que soy un recurso lo bastante importante como para que quiera que ha hecho con ella sea confiable. 

Aún estoy intentando que me responda qué es lo que ha hecho con ella, pero si se ha negado hasta ahora tendrá buenas razones. 

Al otro lado del teléfono se hace un breve silencio.

- Puede que Adrian te quiera hablar del cliente agresivo que vino antes a la tienda para intentar hacerse con el libro que ya había vendido. 

Insisto. Tened cuidado.

... como para que quiera que ha hecho con ella sea confiable. 

-... la garganta me sabe a sangre...-

Se apuntó la información que Darren daba sobre el libro, asintiendo pensativa mientras escribía. – OK, empiezo a investigar, cuando sepas algo más nos dices, igual que nosotros.

- ¿Cliente agresivo? – enarcó una ceja hacia Adrian.

- Sobretodo mantennos informados sobre Mara, - suspiró, - no me entusiasma que esté sola por mucho que la fuente que se la ha llevado sea… confiable.

¿No te había dicho que tenía un día de...? ¡Ah! Ese cliente. Meh, un tipo agresivo que se fue en cuanto me vio, ladrando algo de bandos y mirándome con asco y desprecio. Está claro que es un tsundere.

No hacía falta ser muy perceptivo para saber que estaba tratando de calmar los ánimos para no preocupar a nadie.

Venga jef... Darren. Nos vemos.

Dicho aquello, colgó.

¿Y ahora?

Preguntó, mientras su cuerpo cambiaba junto con el olor de la tierra mojada y de hojas secas. Estiró sus perezosas y rotas alas y cruzó la mirada con su amiga.

Los libros se te dan mejor. Yo voy a buscar... algo.

Se puso en pie para buscar el cepillo de Mara, o incluso entrando en su habitación. Buscaba un pelo, algo con sangre de alguna herida, un pintalabios. Cualquiera de ella, o todas, le serviría.

[ no me entusiasma que esté sola por mucho que la fuente que se la ha llevado sea… confiable.]

- A mi tampoco...

Se escucha brevemente en los instantes antes de que la comunicación se corte.

Jade sonrió a Adrian cuando éste colgó el telefono, ¿tsundere? – Lo que no te pase a ti, cielo, lo que no te pase a ti – cabeceó divertida.

Observó curiosa el cambio físico de Adrian a Au Fae, cada vez que lo veía cambiar no podía resistirse a observarlo como si fuera la primera vez. Era tan curioso… Volvió a cabecear para volver al presente, asintió a Au Fae, - Si, los libros definitivamente se me dan mejor – replicó, sacándole la lengua.

– Jope… si no fuera porque no hay tiempo que perder…  - hizo un mohín al saber que iba a hacer magia para tratar de buscar información. Finalmente suspiró, - Hazlo en la otra punta del piso porfi, no quiero perder información cuando las ondas anti electricidad que causáis hagan que mi portátil haga “puff” – comentó mientras sacaba el susodicho de su lugar y se aposentaba en una silla en el otro lado del piso.

Está bien, está bien...

Accedió, alzando las manos en un gesto de rendición. Aunque no pudo evitar terminar riendo.

Al final sí me va a tocar preparar una copa. Con Mara siempre es igual -negó-. ¿Querrás un chupito? Es de esos que te despejan las ideas y, además, está pensado para compartir.

En cuanto a lo que nos pasa, pues mira... somos demasiado importantes para el universo, así que tiene que trolearnos un poco. Imagínate que las cosas fuesen fáciles y normales por una vez, qué royo ¿no?

Se le notaba animado, pese a todo lo que estaba pasando. Claramente tenía un plan en mente, uno que iba a llevar a cabo.

Tras conseguir el pelo fue a asaltar la nevera en busca de... ¿frutas y verduras? Mientras lo hacía miró a Jade.

Usaré la habitación de Mara, así que puedes usar mi habitación para tener una mejor conexión. Trataré de enfocar las fuerzas para que no te afecten demasiado, pero por si acaso haz guardados cada poco.

Comenzó a silvar, mientras seguía trabajando.