Partida Rol por web

Aquel cartel, medio roto y torcido, dibujaba unas grandes letras de lo que una vez fue un centro de diversión y ocio: Paradise Fall.

Ahora distaba mucho de ser divertido.

Al aire, sofocante y árido, casi muerto, os golpeaba la cara sin piedad en aquella "celda" si se podía llamar así:

Era una serie de rejas bien clavadas en el suelo en una esquina, en donde os tenían casi todo el día en un espacio muy reducido, de forma inhumana ¿pero que se podía esperar de los negreros?

A veces os sacaban a pasear siempre vigilados, a las mujeres las llevaban dentro de la antigua bolera y ahora casa de Eulogy Jones, el lider de aquella casa de los horrores, para que se asearan, mientras que a los hombres les daban un cubo, una esponja y que se las apañaran entre todos...y si había suerte, quizá aun no estaba manchada de la piel muerta de los Necrofagos con los que compartíais destino.

Solían venir varios tipos a ojear la mercancía. De hecho, un "Cowboy" del yermo había pasado por allí varias veces interesado en rubias. Las mujeres más deseadas del yermo ya que en el futuro estaban casi extintas.

Según Eulogy, la tal Mia y Vanis ya estaban casi vendidas, además, iban a llevarse a un tal Roy para que sirviera de mula de carga, tambíen habían comprado a un tipo de aspecto estirado para que fuera su sirviente, un tal Normand.

En cuanto a los otros, Scott posiblemente compartiera destino con Dax, aquel hijo de puta de la compañía Talon al que aporreaban constantemente (se lo merecía, pensabais) en The Pitt, donde los esclavos duran dos dias de media.

Sin embargo, una nueva chica hizo aparición. Era morena pero de ojos verdes y eso vendía mucho. La mujer dijo llamarse Alice y fue arrojada a la misma celda en donde todos descansaban.

Para su sorpresa, había otra chica igual ¡era imposible!

Unos caminones destartalados llegaron esa misma tarde y aquel Cowboy se presentó ante Jones, charlaron y fueron al interior de la bolera: posiblemente hoy harían el traslado.

Todavía no sabía como, pero algún día, aunque fuera lejano, volvería, y mataría a todos esos hijos de puta, uno a uno, dejando que todos vieran su cara y recordaran como le habían puteado, a algunos los dejaría medio muertos para que fueran pasto del primer cabrón que viniera, incluso dejaría un rastro de sangre fresca para que les encontraran.

Desde la esquina de la celda la cabeza de Scott no paraba de pensar la forma de escapar, la forma de hacerles pagar por todo aquello.

De pronto se percató de la presencia de la doble, una chica igual que otra que había en la celda

joder, menuda coincidencia, ¿a qué se deberá esto?, dos tias iguales, y ambas aquí

El mercenario, corpulento, aunque tuvo tiempos mejores, fue arrastrado por dos negreros por los brazos, mientras sus rodillas serpentaban por el suelo.

Goteaba sangre por la boca y su torso estaba amoratado otra vez.

Ya se habían divertido lo suficiente con el tipo de Talon hoy.

Abrieron la celda y lo dejaron tirado.

Dax trató de incorporarse a la primera pero falló. Su mejilla se golpeó contra el suelo arenoso, y la tierra quedó pegada a su piel debido a la sangre.

A la segunda vez, y tosiendo de manera preocupante, pudo ponerse de rodillas y gateó hacia un lado para dejarse caer bocaarriba luego.

Volvió a toser, llevándose las manos a la tripa.

Estaba hecho una mierda, eso no lo negaba nadie, ni siquiera el mismo.

Le diriguio una mirada a sus compañeros de celda y volvió a mirar al cielo, siempre nublado por la nube de polvo.

De todos modos, no hablaba mucho con ellos, no hablaba con nadie, mejor dicho, salvo para provocar a los negreros, eso les jodía bastante y Dax disfrutaba al verlos picados.

Lo peor es siempre que tu amo muera... nadie te quiere... nadie quiere la esclava de un hombre muerto y que encima sabe que no ha sido de muerte natural... Preferiría mil veces mas el trato cruel de los negreros a quedar al cuidado de alguien que, seguramente, te matará por saber demasiadas cosas.

La meten en una celda minúscula junto con otros esclavos, aunque por sus pintas podría deducir que nunca lo han sido... y también que tienen un odio casi homicida a ese hombre corpulento ensangrentado.

Se sienta en un rincón de la celda, mirando a los demás... se fija en una mujer que podría decirse que es clavada a ella salvo por el pelo... y quizá por que ella esta mas maltratada...

-Eres igual que yo...

Vanis había estado demasiado callada, en realidad no había mucho que se pudiera decir en un maldito lugar como aquel pero le habría gustado una buena charla, el problema era que cuando eras mercancía, conversar no era lo que más tenías ganas de hacer. No dejaba de mirar alrededor suyo, odiaba aquel lugar como a pocas cosas en la vida a pesar de que no había conocido más que otro lugar igual de sucio con ese pero sin barrotes, claro ésta. Sólo cuando trajeron a rastras a Dax y lo aventaron dentro, la joven repasó con la mirada todo a su alrededor pero no iba a ser la única vez que maldijera al menos mentalmente. La recién llegada se dirigió a ella y ella permaneció con los ojos abiertos, casi sin respirar, mirando aquellos rasgos que le parecían tan familiares.

-¡Vaya! ¡Tú y yo...!

Balbuceó algo incomprensible, estaba realmente sorprendida.

El olor era hediondo debido al hacinamiento. Todos allí dentro apestaban sin excepción pues nadie quería compartir el agua con los necrófagos. O al menos eso era lo que Roy había decidido.

El hombre se encontraba pegado a las barras del recinto, buscando respirar el mejor aire posible. Aunque en vano. Dios... vaya infierno... a saber lo que van a hacer con nosotros... Justo en ese momento, los guardas lanzaron al recinto a un joven magullado y sangrante. ..aunque algunos ya saben lo que van a hacer con ellos. Con un chasquido de lengua, Roy se giró sobre sus pies e intentó pasear pegado a la valla.

Tengo que encontrar una salida... llevamos aquí el tiempo suficiente como para haber confirmado que sólo estoy yo de mi clan. Tengo que volver al Yermo... tengo que encontrarles... sobretodo a ella. Una sombra de pena cruzó la dura mirada del duro hombre, haciéndole vulnerable por unos instantes. Tengo que salir de aquí...

Estaba sentada en el suelo, con la cabeza entre las piernas y los ojos cerrados, como si estuviera durmiendo. Abrió los ojos y al levantar la cabeza vió que acababa de entrar más gente. Aún se sentía mareada y tenía mal cuerpo por lo que el cabronazo ese le dió, o eso creía porque la chica nueva que entró le resultó muy familiar, como si viera a la que estaba antes con ella dos veces. Pensaba que estaba viendo doble.. pero cuando ya reparó más en ella se dió cuenta de que era otra mujer distinta.

- Por lo menos pasa algo bonito.. un reencuentro familiar.. - dice mirando a las chicas y sonrie levemente.

Aunque por su mente pasaba que al haber gemelas.. estarían más interesados en las dos que en ella misma, y así la dejarían a un lado.

Miró por toda la jaula, observando a los nuevos, todos permanecían muy callados, pero su mirada se fija en uno que está en el suelo y al que han debido de dar una buena paliza.

Se incorporá y se acerca a él, le enseña las manos como indicandole que no lleva nada y que no le hará daño, despues se fija en sus heridas. Ahora tiene la obligación moral de ayudar a quienes pueda por todo el daño que ha causado anteriormente.

Tose de nuevo, llevaba todo el día igual. Seguramente hubiera cogido algo de frío durante la noche en ese asqueroso lugar. Pese a todo, la razón principal era el pútrido hedor del ambiente... repulsivo.

La compañía no era tampoco demasiado recomendable, ya había topado con dos necrófagos desde su llegada y sospechaba horrores que uno de ellos era canival... suerte que los hubieran trasladado a otra celda.

En aquella tan solo había otro puñado de gente, aunque con lo pequeño que era aquello... hasta unos pocos resultaban una multitud agobiante. Uno de ellos acababa de ser llevado allí de vuelta de lo que parecía haber sido una sesión intensiva de interogatorio con tortura añadida... a saber qué tenian con aquél tipo. La otra gran sorpresa del día fue la llegada de una nueva residente, idéntica a otra que estaba ya allí antes de su llegada. Aquello le trajo a la memoria su agradable estancia con "Gary", era injusto haber tenido que terminar así... al menos ellos sabían apreciar su música.
Por lo demás se había pasado la mayor parte del día aferrado a los barrotes de la jaula, con la cabeza apoyada entre ellos.

-... Gary...-masculló lacónico.

-Reencuentro familiar? hasta hace 2 segundo no sabía que hubiese alguien igual que yo en este mundo...

Sigue mirando a la que parece su reflejo en el espejo. Si ella fuese su hermana, tiene muy claro que sus padres fueron muy crueles al traerlas al mundo... a ese mundo muerto y árido... donde la sola existencia de la vida es un milagro... y seguramente, su madre murió al traerlas al mundo.

Roy se volvió a mirar hacia un grupo de gente que se arremolinaba en la entrada, buscando distraerse de sus pensamientos. ¿Qué pasará? No podía ser algo malo, pues nadie estaba ni llorando ni gritando. Intrigado, se acercó al grupo para averiguar lo que ocurría. Y  entonces vió a dos jóvenes idénticas que se miraban completamente extrañadas, como si hubiese un espejo de por medio. Increíble...

Mientras las miraba, escuchó un comentario de un hombre que se encontraba en la jaula con ellos, aunque no parecía dirigido a nadie. "Ojalá estuviera de vuelta con Gary..." Con una sonrisa en la cara, me volví hacia el desconocido y le señalé a las jóvenes.

- No son Gary, pero sí parecen clonadas. 

Los Gary.. qué gente más extraña. Aún recuerdo cuando comerciaba con ellos... unos días te recibían de brazos abiertos y otros a punta de fusil... jodidos clones, están fatal de la cabeza...

Dax oía voces, pero parecían muy lejanas, a pesar de estar al lado. Estaba aun aturdido de la brutal paliza, tardaría un rato en volver a ser el mismo de nuevo. Captó el movimiento de una chica por el rabillo del ojo.

Dax había vivido el tiempo suficiente en el yermo como para saber que nadie se acercaba por las buenas y menos si era "el" especialmente.

Así que se arrastró hacia un lado, alejándose de Mia. La miró desde una distancia prudente. Ella levantó las manos para decirle que no iba a hacerle daño. Aun así se fia poco, como si fuera un perro al que su dueño ha apaleado antes.

Cuando ella se acerca, no le quita ojo de encima.

-¿Quien eres..?

Desde la distancia, Eulogy se acercaba junto al cowboy. A medida que se acercan ois de que hablan.

-Ya sabes, Jimmy Texas, aqui las cosas van así, primero el pago y luego el traslado.

El tal Texas tenía un traje antiguo oscuro y un sombrero de cowboy, vamos, que parecía un vaquero.

-Y tu entiéndeme a mi, Jones, no pienso pagar chapa alguna hasta no asegurarme de que no me tangas.

El negro se volvió hacia el tejano, con pinta de estar enfadado.

-Yo nunca NUNCA he tangado a nadie que tenga las chapas ¿está claro Texas?

El cowboy se echó a reir.

-Vamos, Jones, no te lo tomes a la tremenda, ya sabes como va esto, la última vez que compré un esclavo se murió al mes porque tenía contaminación.

Jones volvió a caminar, mirando al blanco con la ceja derecha levantada.

-....Aqui no están ningunos así.

El dueño de Paradise se acerca a la reja

Golpea la reja con las palmas de las manos para llamar vuestra atención, aunque no hacía falta en realidad.

-¡¡Ehh!!

Eulogy se gira hacia el cowboy.

-...Aqui están las zorras. Hoy hemos traido a esa zorra de ahi, es gemela, como la otra, te haré un descuento si te la llevas a las dos...

Explicó, con su voz algo lenta y grave, como si estuviera colocado (quizá era así y se había enchufado algo de Jet)

-¡¡¡Oye oye!! Blanquita, deja de tocar al asqueroso Talon, que te podrías hacer daño y a saber si está contaminado...

Replicó a Mia. Luego volvió al vaquero.

-¿Todo en orden?

El vaquero se tocó la barbilla mirando el genero, parecia satisfecho, luego señaló a Roy.

-Como dijimos, quiero a este, pero está para el arrastre, creo que el precio que me pediste ha sido superior a la mercancía, hay que renegociarlo.

Como alguien que va a la perrera, golpea con la punta del zapato la reja, como si así provocara al perro que hay dentro.

-..Me vendrá bien para cargar los bartulos.

Luego miró a Normand.

-Este estirado con pintas de eunuco también, ya verás que cara pone mi señora cuando le diga que tenemos mayordomo jajaja aunque parece colocado...da igual.

Hizo una pausa y estrechó la mano con la del negro.

-Creo que vamos bien encaminados, Jones. Vayamos a discutir los flecos...

Jones os envía una mirada amenazante mientras rodea con un brazo al cowboy y se dan la vuelta para seguir charlando de sus asuntos, alejándose del lugar.

Iba a mirarle las heridas y los golpes, cuando unas fuertes voces dicen que se aparte. Da un respingo pensando que no habia nadie y se separa, esperando que aquellos hombres se alejen de la jaula.

- Ya estoy.. me llamo Mia. Veamos.. - se acerca más al hombre y le levanta la camiseta por el estómago para ver que heridas tiene.

Durante un largo rato observó a la otra mujer, casi con la boca abierta, ladeaba la cabeza e intentaba comprender qué diablos era lo que había pasado allí; entonces la otra chica, aquella de cabellos largos llamada Mía, según oía le decía al hombre mal herido, habló de un reencuentro familiar. Vanis hizo una mueca y negó con la cabeza.

-Soy hija única, esto es imposible...-pero algo muy en el fondo, le decía que no era así.

Miró al otro hombre, al que menciono a Gary y un escalofrío recorrió su columna, eran demasiadas cosas para una sola persona, a pesar de que estaba bastante acostumbrada a aquellas circunstancias. Se ordenó mentalmente guardar silencio, eso era lo que ella siempre hacía pero simplemente le costaba trabajo con las cosas que estaba escuchando.

¡Claro, clones! ¡Gemelas! ¡Mucho mejor! ¿Qué mierda es todo esto?

Entonces los pensamientos de la joven mujer fueron interrumpidos por las voces de más afuera. Se arrinconó en un lugar y respiró profundo escuchando cómo comerciaban con ellos. Bajó la mirada, no quería pensar más pero era obvio que en algún momento tendrían que resolver el asunto de el parecido asombroso entre ellas.

Roy desvió la mirada al suelo cuando oyó cómo le nombraban y sellaban su destino: mula de carga. Cabrones... me quieren esclavizar hasta que me derrumbe del agotamiento... momento en el que me pegarán un tiro en la nuca y me "reemplazarán" por otro "trabajador"... Cuando sintió que los hombres se alejaban de la jaula levantó la mirada, cargada de odio. Y sus ojos se cruzaron con los del negrero, que también destilaban amenaza. Pero en vez de bajar la vista de nuevo, la mantuvo. No te voy a dar el placer, hijo de puta... tengo una vida que recuperar.

Desde una esquina de la celda, sentado en cuclillas, Xiong observaba todos los acontecimientos. Tenia los brazos cruzados sobre las rodillas y mantenia el torso muy estirado.
Ni siquiera movia la cabeza, se limitaba a alternar la mirada entre los presentes e incluso mas allá de los barrotes.
Al observar a los recien llegados comenzó un analisis en busca de los primeros en irse, los que mas tiempo estarian alli y, por ultimo, los que moririan en esa celda.

Abrieron la puerta para arrojar a un tipo enorme, sus musculos no le sirvieron de nada. Los negreros le dieron la paliza que siempre habian querido pero nunca habian podido.

Tambien habia llegado otra mujer. Lo que no parecian saber los captores es que ya la tenian repetida. O eso parecia.

Y dicen que nosotros somos todos iguales...

El cowboy era un comprador. La mitad estaban vendidos, la otra mitad no estaba en condiciones de servir para nada o eran esa escoria necrofaga.
Finalmente quedaba Xiong. Era cuestion de tiempo que apareciesen los autenticos interesados en "poseer" al oriental. La pregunta era si ellos se rebajarian a pagar o se lo llevarian por la fuerza.