Partida Rol por web

Con fingido gesto de enfado, me separo de Zeus y me siento, como me ha pedido, es cierto que por segunda vez, pero es que no se puede ser Afrodita y no intentar al menos jugar un poco. Mientras, escucho la pregunta de Artemisa, y una vez sentada miro a Zeus para comprobar que no está desconforme con el hecho de que yo la conteste.

- Lo siento, hermana. Fui yo. Bueno, Némesis, quien te atacó. No me siento orgullosa, y por honor a nuestro amo, intentaré compensarte.

Después callo para escuchar de nuevo al señor de los dioses, e intento ordenar mis ideas antes de contestar para no caer en el olvido de información relevante.

- Estoy intentando convencer a Morfeo. Esa persona de la que habla pero no quiere decir su nombre, supongo que seré yo. Y ya ha intentado protegerme una vez. Se precipitó al acusaros, mi señor, y él lo sabe. Pero eso puede jugar a nuestro favor. Ahora los titanes piensan que Morfeo está de su lado. Pero es que Morfeo no está del lado de los titanes, está de mí lado, sea cual sea. Y mi fidelidad ahora está con vos. Yo se lo explicaré, creo que comprenderá. Por otro lado - cambio de postura cruzando las piernas y prácticamente recostándome en el asiento de piedra, - los titanes están confusos. Me da la sensación de que no saben muy bien qué hacer. Dándoles consejos creíbles creo que estoy consiguiendo que hablen delante de mí sin tapujos. Estos consejos consisten en convencerles de que no pueden atacar a Hera mientras vos estéis vivo, y que vos solo podréis caer bajo el voto de los dioses, no por acción de los titanes. Parece que se lo han creído, y por lo tanto ahora el plan es conseguir que los demás os voten, cosa que veo bastante difícil, aunque Poseidón sigue diciendo que puede cambiar un voto al gusto, y Dionisio piensa intentar desacreditaros diciendo que le habéis utilizado y que por eso ahora le acusáis.  - Callo un momento para seguir pensando y recopilar la información que tengo sobre Helios. - Sobre Helios... él se reúne con todos los titanes, con Dionisio, y conmigo. Él alberga ahora la esencia de Menecio, la cual pertenecia antes a Hefesto. Creo que ese es el poder que le concedió Rea, intercambiar su esencia.

Hago un gesto como de finalización, pues en este momento no se me ocurre nada más que pueda decir, y vuelvo a cambiar de postura echándome hacia adelante sobre mis propias piernas y cruzando los dedos.

- Majestad, no os precipitéis y usad esta información con cautela, que no averigüen que yo os lo digo todo. Dionisio ya me tiene en el punto de mira debido a que os informé de su reciente transformación. Dejémosles que piensen que ya no hay peligro por mi parte.

Me recuesto hacia atrás, satisfecha, pero un instante después doy un pequeño respingo al recordar algo.

- Sí, es cierto, hoy es día par. Puedo usar a Némesis para atacar a un dios. ¿Queréis que sea Helios el elegido? Si os puedo dar mi opinión, creo que Poseidón es más peligroso, pues tiene aún su poder activo. Más la decisión es vuestra, sin duda. La más inofensiva creo que es Iris. Aparte de proponerse continuamente como mártir y sacrificio, no hace gran cosa más.

Me encojo de hombros, y vuelvo a recostarme. Un par de segundos después de estar algo pensativa, devuelvo mi mirada a Zeus.

- Mi señor, ¿por qué rechazásteis a Morfeo cuando quiso unirse a vos? ¿Y quién atacó a Ares y a Nyx? Yo no fui, los titanes tampoco...

Zeus, con rostro de cansancio y enfado, observa a Afrodita. Sus palabras sobre Morfeo le cansan. 

- Si en verdad Morfeo está de tu lado, dile que se retracte de sus acusaciones en público. Y dime todo lo que has conversado con él. 

El resto de su información era, en cierta forma, valiosa.- Dime, ¿a quién planean atacar al final de este día los traidores?

- No os enfadéis, mi señor. Os afea el rostro. - Digo mientras vuelvo a cambiar mi postura, recostandome de nuevo y mirándome las uñas en un gesto de indiferencia. - Morfeo se comunica conmigo sólo cuando puede, que no es amenudo. Ya le estoy advirtiendo. Habló demasiado rápido, pero igual que vos. Y puedo ayudaros con él, pero no puedo hacer milagros.

Miro a los ojos a Zeus con algo de dureza. Le debo devoción y agradecimiento y me dejaré la piel por él, pero no me considero responsable de los actos y las ideas de nadie.

- Los titanes están decantándose ahora por Atenea, y yo seré quien supuestamente vigile de que no les descubran. ¿Veis qué útil soy, majestad? Más si seguís delatando a vuestra fuente de información, durará poco. Y hablando de ser útil, - junto mis manos entrelazando los dedos sobre mi vientre mientas columpio mis piernas - si acaso Iris cae en las manos del resto de los Dioses, ¿queréis que otro caiga en las manos de Némesis? Podéis darme dos nombres más por orden de preferencia.

- Olvidaba mencioanr. Utiliza el poder de Nemesis sobre Iris, Afrodita. Y tu, Artemisa, si puedes desvía el voto de Poseidón hacía Helios.-

- Afrodita, te he prometido una cosa. Te mantendré viva, y buscaré la forma de darte algo de "pureza" - Si es que la pureza en estos términos era lo opuesto a la traición.- Con respecto a Morfeo... - El arrogante y orgulloso Zeus no se sentiría agradado por tener que decir estas palabras.- Dile que reconoceré mi error al apuntarlo... en algún momento.

- A pesar de haber sido contaminada por el rencor, en verdad eres tu quién nos ha entregado la victoria en esta guerra, y pretendo que seas recompensada. Ahora, es cierto que he actuado sin considerar en ningún momento tu fortuna en este guerra, hasta ahora.- Extendió la mano a Afrodita, para invitarla a tomar asiento sobre sus rodillas.- Escucharé tu consejo, si es que formulas un plan de acción que asegure tu vida en los días que vienen. Déjame reparar mi error. También, he pensado mejor las cosas, quiero que apuntes a Nemesis en este orden: Dionisio, Iris, Poseidón.

La situación cada vez me enfurece más. Yo, fiel servidora de nuestra madre Gea, me he visto envuelta en una guerra civil de bandos y alianzas en el Olimpo en la que el salvoconducto de nuestra madre tierra es lo que menos preocupa ahora mismo al resto de Dioses. Por suerte, mi Padre sigue firme en su puesto y a él he de seguir para mantener mi promesa de defender por siempre la naturaleza de aquellos que quieren mancillarla.

Y hoy por hoy, mi cabeza sólo encuentra dos bandos: aquellos que están conmigo y con mi padre, y aquellos que no, y las palabras de Afrodita me demuestran cada vez más que todos aquellos que se encuentran fuera de esta sala son nuestros enemigos.

Miro hacia el exterior frunciendo el ceño y acariciando las flechas de mi arco. Pronto, pronto morirán todos.

Observo durante un instante la mano que me ofrece Zeus, dudosa, pero finalmente la acepto y dejo que me guíe hasta quedar sentada en sus rodillas, quedando de perfil con respecto a él. El tintineo de la cadena me arranca una sonrisa, a la vez que su calor, más que hacerme sentir una esclava, me hace sentir segura.

Con el Señor de los Dioses tan cerca, pudiendo aspirar su aroma a nubes de lluvia, mi instinto vuelve, y no puedo evitar rodearle con mis brazos. El más cercano a su cuerpo se prende a su cintura y el otro a su cuello, mientras mi cabeza se apoya suavemente en su hombro, dejando que mi cabellera le acaricie la piel y mi aliento caliente su fuerte cuello.

- Majestad, gracias a vos puedo controlar a Némesis. En realidad, no necesito más. No tengo mayor interés en seguir viva más que por ayudaros y seguir al lado de Ares, y eso puedo hacerlo con o sin Némesis en mi interior.  Mi plan tan solo se basa en que los titanes, y el resto, crean que mi esclavitud no vaya más allá de lo que ya os conté. Que fui vuestra informadora sólo de lo que sabía hasta el momento de la resurrección, y que pueden seguir confiando en mí. Y si me preguntáis sobre eso, no podré mentir, pero sólo sobre aquello, no sobre lo que me cuentan después.

Un profundo suspiro se escapa de la boca de Zeus. El día anterior dejaba atrás con un saldo positivo a los olímpicos. Por suerte, las amenazas de Helios parecían ser vacías, pues Apolo seguía vivo.

- Afrodita, vuelve a tu asiento.- Despachó a la diosa con un tono indiferente, acompañado con un gesto de su mano.- Informame de las novedades en el lugar de reunión de los traidores.

Tiró de sus barbas, mientras consideraba quién debía de caer en este día.

Estoy agusto en esta postura, tranquila, con los ojos cerrados y una sonrisa relajada, disfrutando del contacto del cuerpo de Zeus, mientras pienso en que todo ha salido bien. Nadie me ha visto atacar a Dionisio y Helios ha caído. Todo va bien... hasta que de nuevo el Señor de los Dioses me echa de su lado con un tono frío. No lo entiendo. Tan pronto se muestra afable y cariñoso como que me trata con indiferencia.

Levanto mi cabeza de su hombro y le miro, esperando que dijera algo más o hiciera algo más. Una caricia reconfortante, un gesto de agradecimiento, una mirada cómplice... Pero no. Ya era hora de que me diera cuenta de que yo no estoy aquí por tener el aprecio del dios, sino porque soy una esclava, una marioneta, de la que sólo se preocupa porque es útil.

Deshago el abrazo, y me levanto de sus rodillas con un gesto brusco que hace tintinear violentamente las cadenas, y vuelvo al asiento de piedra, donde me coloco encogida, sentada abrazándome las piernas y apoyando mi cabeza sobre las rodillas.

- Aún no dicen nada útil. Están preocupados porque sólo quedamos tres. Dos noches más y esta farsa terminará. Y todos volveremos a nuestras vidas.

Me duele profundamente pronunciar las últimas palabras de mi frase. Hasta ahora no había tenido ningún interés en los asuntos y la existencia de los ocupantes del trono del Olimpo, pero siento que todo esto me ha acercado a Zeus, y todo terminará con los titanes, pues él no parece tener interés en trabar una amistad más allá de aquella sala.

Miro de soslayo a Artemisa. Y por un momento, la envidio.

- Y hablando de terminar. ¿Quién caerá esta noche?

- Iremos tras Iris durante este día.- Sentencia Zeus, mientras mira de soslayo a Artemisa y Afrodita. Tenía una petición más que hacer a la diosa de la casa.- Artemisa, ¿crees poder desviar el voto de Poseidón, o el de Morfeo, a Iris? 

- Quiero conocer sus palabras, Afrodita. Informame a detalle, ¿sigues reunida con Morfeo? Quiero saber si también pudiste averiguar la naturaleza de sus poderes.

Sentía que quedaba poco tiempo. Las votaciones de este día podrían ser decisivas.