Partida Rol por web

Sophia había acudido a aquel jardín secreto en cuanto había tenido ocasión. Y allí había esperado hasta ver aparecer a Sam, para rodearla con sus brazos y corresponder a su abrazo. Una sonrisa brotó en los labios de la joven viendo a su novia tan segura de sí misma, tan fuerte. 

- Te ha quedado increíble, Sam. - Dijo, sin sentir ninguna lástima por esa mujer que se había dedicado a matarlos por las noches. - Será el punto culmen del reportaje, ese momento en que un justiciero llegó para salvarnos a todos... - Añadió, sin perder la sonrisa, imaginando ya cómo colocaría los planos de Sam mirando asombrada su propia obra. 

- Creo que Phil de alguna manera copió lo que podía hacer Luis. Y debieron encontrarlos a ambos levantados de noche, por eso remataron la faena. ¿Crees que sólo quedará Mike? ¿O habrá alguno más? 

- No lo sé, cariño, pero si alguno de ellos sobrevive, me encargaré esta noche de solucionarlo- dijo, convencida- Impediré que Paco pueda proteger a Mike, y caerá. Y ya veremos qué sucede esta noche-suspiró- ¿Crees que el otro chico, Chechu, pueda estar implicado de alguna manera?

Sophia se lo pensó algunos segundos antes de responder. - Creo que no. Me parece que sólo quiere defender a su amigo por lealtad. Al fin y al cabo vinieron juntos... Pero sinceramente, los que más mal rollo me dan son ese tipo, Aurél, y el escritor, Michael. Tienen un rollo raro entre ellos, el primero apoyaba la teoría de Erika de que Jessie estaba siendo controlado por alguien y todavía lo sigue repitiendo... Y el escritor señaló a Phil hace dos días, además apoya a Aurél todo el rato y para terminar, se esfuerza por desacreditar a Andrea, que ya sabemos que decía la verdad sobre los asesinos... - Hizo una pequeña pausa y negó con la cabeza. - Esos dos no me gustan ni un pelo. 

- Me parece genial que inutilices a Paco, además, así veremos si Andrea también decía la verdad sobre eso. Si Paco hace lo que ella dice, no podrá proteger a Mike. - Añadió, antes de quedarse pensando un instante más. - Y creo que deberíamos pasar de lo de Katia. Me da mucha pena y es prácticamente una cría. Pero a cambio si finalmente necesitas... Bueno, matar a alguien, para recuperar la pureza de tu alma y eso... Quizá Sasha sea una buena opción. Así nuestro programa tendrá la exclusiva sobre este reportaje. - Hizo una mueca, consciente de lo superficial de sus últimas palabras, pero no se retractó de ellas.

- Sí. La marisabionda esa... Quizá deberíamos quitárnosla de en medio-dijo, pensativa- Yo también había pensado en hacer eso para saber si Andrea miente, y Aurél puede ser... Mi víctima esta noche, si Mike no sobrevive, ¿qué opinas?-preguntó, llevándose una mano al mentón- Tengo que pensar algo intenso y adecuado para él. Algo que quede bien en la tele. 

- Y tendríamos que buscar algún otro texto que dejase claro que es ese justiciero del bien del que todos hablan el responsable. - Declaró Sophia, asintiendo con la cabeza. - Aurél me parece que sería una buena opción, sí. No me trago el rollo ese de que lo atacaron y fue protegido. Pero esperemos hasta la noche para decidir del todo. 

Sophia en ese momento recordó que había una cosa que había olvidado comentar con Sam y dio un respingo. - Ey, por cierto, anoche encontré algo cuando bajamos a las ruinas. 

Se separó un poco de ella para sacar de su mochila una caja que contenía algunas barritas de incienso. - Mira. Tengo la sensación de que con ellas podría expandir lo que fuese que me hizo ese hombre árabe o lo que sea. Creo que con ellas podría conseguir que alguien se enamorase de mí e incluso diera su vida por salvarme si me pasara algo. Aunque sería algo temporal, hasta que se consuman, supongo. Y a mí no me afectaría, mis sentimientos seguirían aquí, como siempre.

Se quedó pensativa, analizando las personas disponibles y con la cabeza ladeada miró a su novia. - Se me ocurre que podría usarlo con alguien de quien queramos saber más, para que nos cuenten sus secretos. Tal vez Janko, parecía que tenía mucha seguridad cuando dijo que Richard y Sasha eran inocentes en la nota, así podríamos averiguar por qué estaba tan seguro. O quizá Aurél o Michael, para ver si descubrimos qué traman. Aunque esos tres permanecen bastante callados, no sé si conseguiría tirarles de la lengua. O si no... Con la misma Andrea, podríamos averiguar qué hace Salvatore y qué rollo raro se traen los dos con Katia. Y ella no se calla debajo del agua. - Buscó con su mirada las dos profundidades azules de los ojos de Sam, con una pregunta en los suyos. - ¿A ti qué te parece? ¿Crees que alguno de esos sería una buena opción?

Sam escuchó a Soph, con atención, pensativa- Parece bastante útil....-dijo, llevándose una mano al mentón- Y ciertamente la que parece más útil de entre los que has nombrado, por todo lo que te podría decir, es Andrea- admitió, frunciendo a continuación el ceño- Pero no sé... No me gusta un pelo la idea de que se reuna contigo en privado... Y que se ponga como tú te has puesto conmigo. Tan... Ansiosa- explicó, cruzándose de brazos- Como se encariñe mucho contigo, la mato. Tenlo claro- dijo, sin bromear-Tú eres para mí. Y para nadie más. -añadió, tajante, respirando hondo a continuación, intentando apaciguarse.

- Yo he encontrado un set de maquillaje. Al parecer me sirve para poder disfrazarme de alguien, y parece que si lo hago este sitio hará que esa persona crea estar muerta mientras me hago pasar por él o ella...-suspiró- Estaba pensando hacerme pasar por Paco, pero creo que directamente lo voy a matar esta noche. Porque acabar con Aurel me pondría en evidencia.

Sophia no pudo evitar sonreír al escuchar las preocupaciones de Sam y se acercó a ella para rodearla con sus brazos. - Da igual lo que ella sienta, yo no lo compartiré. - Sus ojos se posaron en los de Sam con intensidad mientras seguía hablando. - Mi alma está aquí contigo, Sam. Es tuya. Yo soy tuya. No existe incienso en el mundo que pueda cambiar eso.

Acercó sus labios a los de Sam para besarla con una ternura cálida que encendía su pecho una vez más. Y tuvo que controlarse para centrar su atención en lo que ella le explicaba sobre ese maquillaje. - Vaya. Eso suena verdaderamente útil también. Si queda algún asesino en pie podrías usarlo para usurpar su cuerpo y confesar. O como mínimo serviría para desviar la atención de nosotras. ¿Cómo funciona? Si esa persona se reúne con otros en privado como nosotras aquí... ¿También podrás reunirte tú en su lugar? O si se reúne en forma de muñeca, como en la fiesta del té, ¿también usurpas su muñeca? ¿Y cuánto dura?

Finalmente asintió. - Me parece bien lo de Paco. Ahora mismo muchos estarán vigilando lo que hagas y es el único que sabemos seguro que es uno de ellos.

De repente un temblor recorrió la espalda de Sophia y su mueca se crispó con un gesto de dolor. Abrió los labios, intentando llamar a Sam, pedirle ayuda, pero era incapaz de hablar y sus ojos se clavaron en un punto más allá de ambas como si estuviera viendo algo en ese lugar vacío. Su cuerpo empezó a contraerse en fuertes arcadas y con las manos trataba de agarrar algo que sentía brotar de sus labios para finalmente quedarse inmóvil, mirando hacia el suelo con ojos idos.

Poco a poco esa mirada perdida se fue transformando en una llena de furia, de una sed cargada de una lujuria animal e instintiva. Rabiosa. Peligrosa. Y aún así tardó un par de segundos en hablar, con una voz más grave y densa. 

- Ha pasado algo, Sam. - Dijo, buscando la mirada de su novia. - Ha... Pasado algo. Alguien ha oscurecido mi alma. Alguien me ha transformado en una de esos asesinos que quieren continuar con lo que pasó aquí. - Su ceño se frunció. - Creo que ha debido ser Paco en un intento desesperado por sobrevivir esta noche, ¿quién si no? - Sentía la garganta todavía rasposa al hablar. - Y adivina quién se encuentra también en ese lugar de conspiraciones y traición... - Hizo una pequeña pausa mientras una sonrisa maliciosa se iba esbozando en sus labios. - La pequeña Katia. 

Se quedó pensativa un instante y ladeó la cabeza, con un brillo distinto en los ojos, más decidido y bestial. - Esto es lo que creo, Sam. Creo que es cierto que Katia al resucitar a Salvatore hizo algún tipo de vínculo con él, quizá le obligó a protegerla y por eso él estaba dispuesto a dar la vida si la atacaban. Y creo que cuando Andrea purificó su alma lo hizo cambiando su lugar por el de Katia, por eso ahora la niña es una asesina. Y Andrea debe tener lo que ella tuviera antes, tal vez la posibilidad de traer a alguien a la vida con ese vínculo. Quizá la misma Katia y por eso volvió a la vida tan rápido ayer cuando fue atacada. Y en ese caso, tal vez pueda hablar con Andrea en privado, tal vez ya le haya contado que he aparecido en ese lugar... Y eso es malo. - Terminó, con ojos centelleantes. 

- ¡Pero siento cosas, Sam! - Exclamó, abriendo las manos. - Siento ganas de matarlos a todos. A todos y cada uno de ellos, lentamente. Siento ganas de que mostremos nuestra supremacía. - Se mordió el labio inferior. - Pero por encima de todo te amo igual que antes. Vamos a salir de aquí juntas, pase lo que pase. ¿Qué crees que debería hacer? - Preguntó, con el mismo tono que había usado siempre para consultar todo con su novia. - Voy a usar el incienso para que Andrea se enamore de mí y me cuente sus secretitos, pero... ¿Debería quedarme junto a Katia por ahora? ¿O quieres que limpie mi propia alma y me libre de eso? Todo mi cuerpo me pide sangre, pero si tú me lo pides, lo haré. Haría cualquier cosa por ti y porque saliéramos las dos solas de aquí. Cualquier cosa. Incluso desgarrar las gargantas de todos uno a uno. ¿Qué hago, mi amor? 

El cambio en la actitud y la mirada de Soph le resultó a Sam tremendamente familiar. Como si supiera perfectamente cómo se sentía. Como si aquella rabia, aquel impulso, fuese tan suyo como de ella. Y es que en el fondo, hasta que no tomase las propiedades de otra alma, Sam sentiría sed de sangre, y querría sesgar una vida cada noche, tal y como lo había hecho Erika. 

Pero una cosa era asumirlo por Soph. Vivirlo intentando manejarlo para usarlo en su provecho y el de su pareja. Y otra bien distinta que alguien manipulase los anhelos de su compañera, enturbiando sus sentimientos. 

Sam escuchó a Soph, con una preocupación que iba creciendo a medida que escuchaba a su novia. Una preocupación que se mezclaba con una furia innegable hacia quien fuera que hubiese cambiado las lealtades de Soph, y que la llevó a posar las manos sobre sus hombros, para observar fíjamente aquel nuevo brillo animal y salvaje de su rostro. Sí... Lo veía. Se veía a si misma. Y estaba furiosa por ello, pero... - Dios... Soph... No... No puedes decirme esas cosas. No me gusta. ¡Alguien te ha manipulado!- dijo, crispando sus dedos- Joder, pero... Estás tan sexy, cariño...- confesó, al mismo tiempo que se le humedecían los ojos- Mierda. De sólo imaginar que ahora eres una pequeña psicópata, como me ocurre a mí ahora... Imagínate... Tú y yo, juntas, sesgando una vida... La sangre... Dios.... No... ¡Esto está mal!- miró al suelo, avergonzada- Nosotras no somos así, Soph. Y debemos enfocarnos. Tenemos que salir juntas de aquí. Juntas y enteras, tanto física como espiritualmente. Y yo ya estoy metida de mierda hasta el cuello, cariño. - la abrazó, estrechándola contra su cuerpo, sintiéndose confusa e impotente a la vez.

- No puedo perderte, tal y como eres. Hago todo esto porque sé que tú me esperas, y que cuando estoy contigo, vuelvo a ser la misma de siempre- añadió, inhalando el perfume de su cabello- No quiero que alguien te vea. Que te saquen fotos, o que te acusen de deambular por las noches. No quiero que te pongas en peligro, cariño. Yo al menos he conseguido convencerles de que lo hago por justicia y venganza, y a ellos les parece bien. 

Respiró hondo, intentando tranquilizarse, apaciguar los sentimientos convulsos que se agitaban en su pecho, para meditar y responder con razocinio- Lo que me dices de Andrea tiene bastante sentido. Y podrías comprobarlo si la engañas, tal y como me has propuesto.-dijo, suspirando- Aunque ya te he dicho que si se encariña demasiado contigo pienso matarla- le recordó, evidenciando que las mismas ansias de cercenar gargantas la invadían a ella también- Con respecto a Katia... No sé Soph. Tengo miedo. No quiero que te expongas. Y la noche es peligrosa. Yo he salido ahí fuera... Y todo es... distinto. No sé si poder sonsacarle algo a la cría puede pagar el precio de que las acusaciones caigan sobre ti. 

Durante un instante la imagen de salir las dos juntas, de sentir la sangre caliente brotar de la garganta de su víctima, de compartir la adrenalina y saciar esa nueva sed unidas llenó la mente de Sophia, haciendo que su piel aumentase su temperatura y se mordiese el labio inferior con ansia. Sin embargo, Sam siguió hablando y el pecho de Sophia tembló al ver el dolor que su novia sentía al verla en ese nuevo estado.

El nuevo brillo animal de la mirada de Sophia se empañó cuando sus ojos se humedecieron con las palabras de Sam. Se aferró a ella con fuerza en su abrazo, crispando los dedos sobre su blusa y escondiendo el rostro en su cuello. Las ganas de matar eran fuertes, pero su amor por Sam lo era mucho más. Si debía volver a cambiar por ella, usar con su propia alma aquel regalo que le había dado ese lugar, lo haría. Se tiraría por un barranco sin pensarlo dos veces por ella. 

- Yo... Volveré a ser la misma para ti. - Dijo, tras un suspiro ahogado. - Lo haré. Limpiaré mi alma. El riesgo es demasiado alto y las dos tenemos que salir de aquí. - Sentía cómo sus entrañas se revolvían con la idea, pidiéndole que saciara su sed de sangre y venganza, pero las ignoró, aferrándose a la calidez del cuerpo de Sam. - No sé qué haría sin ti, Sam. No habría podido enfrentarme a esto sola. 

Cuando Sophia regresó a aquel lugar secreto después de ausentarse unos minutos, lo hizo con una sonrisa de agotamiento en el rostro. Tenía el cabello algo apelmazado tras haber sudado, pero había hecho todo lo que había podido para asearse con algunas toallitas húmedas. 

- Lo he logrado, Sam. - Dijo, contemplando a su novia con ojos límpidos, libres de aquel instinto animal y salvaje que los había inundado hacía un rato. - Ha sido difícil pero... He limpiado mi alma. - Terminó, ampliando su sonrisa. - Por nosotras.

Se acercó entonces a ella y la abrazó con fuerza. - Ya he abandonado ese lugar terrible. Pero escucha. - Dijo, recordando en ese momento lo que la pequeña le había contado. - Katia le dio unas pastillas a Aurél en secreto, para obligarle a decir la verdad a tres preguntas que ella le haría. No llegué a escuchar la respuesta, pero ya me encontré también con Andrea, espero que ella me lo cuente. ¿Usarás al final ese maquillaje? Tal vez podrías usarlo con Michael, que es el defensor más firme de Aurél, y así podríamos hacer que el húngaro muriese mañana en el ritual de vudú... Y podrías hacer que Michael le diera la razón a alguien todo el rato, de forma que si luego descubre lo que le ha pasado todos crean que ese es el responsable y no te miren a ti. 

Apoyó la frente en el hombro de Sam. - Va a ser difícil dejarte salir sola esta noche, sabiendo que podría haberte acompañado... Pero no me arrepiento de haberlo dejado. Tienes razón, el riesgo de que me pillasen era demasiado alto.

Sam respiró hondo, aliviada- Menos mal.-dijo, correspondiendo su abrazo, acariciando su pelo, con delicadeza- Me habría gustado que salieras conmigo esta noche... Pero... Sólo de pensar en que eso podía provocar que te pusieras en peligro... No, Soph. No merecía la pena-posó las manos sobre sus mejillas, mirándola fijamente, y esbozando una sonrisa complacida antes de besarla, anhelante- Ten cuidado con Andrea... Dios, no me gusta nada que estés sola con ella...-susurró, volviendo a continuación a probar sus labios, acariciándolos, como si necesitase aquello para sentirse segura. Para sentir que todo estaba bien, y que todo tenía una razón de ser y un fin determinado- Te quiero, Soph.-suspiró, serenándose.

- Sí, ya había pensado en Michael. -confesó- Si me comporto como una imbécil quizá crean que es Astrid quien lo ha hecho. O podría darle la razón a Janko constantemente. No lo sé...-se encogió de hombros- Tú enfoca bien ese broche. Va a ser muy gracioso verme después. A mí ya sabes que no se me da bien planear. Improvisaré, a menos que tengas una buena propuesta, de esas tuyas de chica lista- añadió, riéndose.

La caricia de los suaves labios de Sam hizo que un escalofrío recorriese la nuca y los brazos de Sophia, reverberando en sus venas, limpias ya de la oscuridad que las había anegado. - No tienes de qué preocuparte. - Susurró cuando Sam mencionó a Andrea. - Sabré manejarla. - Dejó que sus manos resbalasen hasta la cintura del pantalón de Sam y enredó los pulgares en las trabillas. - Sólo te amo y deseo a ti. Y puedes estar segura de que eso no va a cambiar. - Sentenció con seguridad antes de buscar de nuevo sus labios sintiendo cómo ese calor familiar empezaba a crecer de nuevo bajo su piel. 

La soltó apenas el tiempo justo para escuchar sus palabras y una risita salió de sus labios. - Improvisa. Será genial verte siendo la única que sabe lo que pasa. - Dijo, sonriendo de medio lado con ojos brillantes. Por mucho que lamentase no acompañar a Sam en su excursión nocturna, no podía evitar sentirse aliviada, liberada de ese peso que alguien había intentado imponerle. 

Cuando llegó la mañana Sophia acudió al jardín secreto buscando a Sam y cuando la vio, una sonrisa iluminó sus labios. - Vaya, parece que te ha salido una fan imitadora. - Comentó divertida. - Fue Katia quien se encargó de Chechu. Y si por lo que parece fue él quien atacó a Saoko... Sólo nos falta saber qué pasó con Janko y Aurél. Aunque si tengo que elegir, yo diría que el asesino que puede quedar habrá ido a por Janko. ¿Qué ha pasado entonces con Aurél? Tengo la sensación de que ahí hay truco. Mucho repetía anoche que iban a ir a por él. ¿Crees que se lo puede haber provocado él mismo para que todos nos miren a nosotras?

Suspiró y se acercó a ella. - Cuéntame, ¿qué tal te fue? - Preguntó, lamentando de nuevo no haber podido acompañarla. - ¿Hiciste también aquello del maquillaje?

- Yo también creo que lo de Aurél es un poco conveniente y sospechoso.-dijo, suspirando- Y sí, me he hecho con la apariencia de Michael. Estoy pensando cómo usarla.- le pasó el brazo por los hombros, sonriendo- Anoche pensé en ti mientras me cargaba a Paco. Te eché mucho de menos... -confesó, besando su mejilla- Pero creo que acabaré con todo esto esta noche. Porque si es verdad lo que dicen y Abigael es la última asesina que queda... Debo buscar un alma nueva. Y lo mejor será que tome la de Richard y acto seguido, utilice sus capacidades para traerlo de vuelta. 

Entrecerró entonces los ojos, antes de preguntar- ¿Qué tal te va con Andrea? La muy mentirosa no se atreve ni a mirarme ahora. Seguro que se cree importante en tu vida o algo. -la incomodidad en sus palabras era casi palpable. 

Sophia asintió a la idea de Sam de hacerse con el alma de Richard. - Ciertamente, me parece una gran idea. Así limpiarás tu alma y al mismo tiempo lo salvamos a él. Aunque sea periodista y sea competencia y eso... Ha salvado muchas vidas. 

Después no pudo evitar soltar una risita al ver la expresión de Sam. - Ohhhh, no me digas que estás celosa. - Dijo, con una sonrisa. Se movió un poco para llegar a su rostro y empezó a besar repetidamente su nariz en un gesto tierno y divertido. - No tienes por qué. - Aseguró. - Andrea ha picado completamente el anzuelo y me ha contado muchísimas cosas. Pero no ha intentado propasarse por ahora. Aunque me mira con adoración, tiene su gracia.

Entonces sonrió, antes de empezar a contar todo lo que había descubierto. Lo cierto era que desde que se había librado de esa oscuridad en su pecho, se sentía más ligera y optimista. - A ver... Resulta que Aurél, Michael y Astrid se reunían en secreto los tres y al parecer se protegían mutuamente de los ataques nocturnos. Así que sí debe ser cierto que atacaron a Aurél y los otros dos lo defendieron. Por lo visto no son los asesinos, sino solamente gilipollas perdidos. - Explicó, soltando una carcajada.

- ¿Qué más...? - Se preguntó a sí misma mientras sacaba la libreta del bolsillo de sus vaqueros y echaba un vistazo a las últimas páginas escritas. - Sí, Kim. Kim también es de los nuestros, pero podría llegar a dejar de serlo. Él ha creado una especie de vínculo con Sasha por un lado y con Salvatore por otro. Si alguno de los dos muere, Kim podría enloquecer y querer vengarse de todos. Pero mientras los dos estén vivos, no hay problema con él. 

Entonces alzó la mirada y arrugó la nariz. - Y luego, al parecer Katia tenía esclavizado a Salvatore y le obligaba a adorarla como si ella fuese una diosa. La pequeña está coladita por él. Luego Andrea se cambió por Katia y ocupó su lugar, por eso ahora Katia es una asesina, pero Andrea ahora tiene esclavizados a los dos, a ella y a Salvatore, así que Katia puede controlar su rabia gracias a ese lazo. Supongo que por eso quiere imitar al justiciero, creo que te admira. - Hizo una pequeña pausa. - Y Salvatore es quien ha estado protegiendo a algunos por las noches. Supongo que también por eso desconfiaban de Aurél cuando dijo que lo habían protegido. Así que con eso y lo que ya sabíamos de antes... Si Goro y Geonwoo han dicho la verdad, la asesina restante sólo puede ser Abigael. 

Cayó en algo y abrió los ojos con incredulidad. - He flipado cuando Goro nos ha contado esa película sobre el sitio ese del té. Pero me huele fatal ese tipo... Primero entra él mismo fingiendo que no conoce el lugar, luego aprovecha para dejar claro lo superinocentes que somos todos allí y luego nos lo vende como si fuese el país de las gominolas... Creo que nos escuchó desconfiar de quien nos estuviera metiendo allí y por eso se ha adelantado a decir que es algo bueno. ¿A ti qué te parece? 

Finalmente los labios de Sophia se estiraron en una sonrisa misteriosa. - Y te estoy preparando una sorpresa. Algo con lo que vas a alucinar por completo... Pero tendrás que esperar un poco todavía. 

En ese momento, la mirada de Sophia se desvió y se quedó confusa un instante mientras pestañeaba varias veces, cuando volvió a enfocar la mirada, buscó a Sam con los ojos muy abiertos por la sorpresa.

- Escucha, me ha pasado... Algo. Mi mente se ha dividido o algo así. Estoy en una especie de ilusión de nuestro apartamento. Con Jessie. - Matizó, frunciendo el ceño. - Él me ha llevado allí para hablar. Fue él quien oscureció mi alma ayer y al parecer cree que sigo estando en su bando. - Enarcó una ceja mientras una sonrisa de medio lado se instalaba en su rostro. - Voy a seguirle el rollo, a ver hasta dónde puedo tirar de la manta. 

- Y oh... lo de Michael ha sido brutal. No creo que nadie sospeche que no se trata de él, pero ahora mirarán con recelo a sus amiguitos. Podrías insultar a Astrid directamente con él, a ver si consigues hacerla saltar, eso sería muy divertido. 

- Madre mia cariño. No te dejan de pasar cosas...-dijo, con cierto asombro-Y esa Andrea, qué puesta está en todo, ¿no? Muy listorra la tia- añadió, dejándose besar y abrazar, algo molesta- Y no, no puedo evitar estar celosa. Nunca te he compartido con nadie. No puedo acostumbrarme. Y lo acepto porque es cosa de... Supervivencia-suspiró, besando su frente y abrazándola más fuerte- Jo, es que eres tan mona que... Seguro que al final va a intentar algo- se lamentó- Pero confío en ti. Sé que harás lo correcto- admitió, un poco a regañadientes.

Esbozó entonces una sonrisa- Menuda pieza ese Jessie. Y Katia... Pobrecita. Ya se veía que bebía los vientos por Salvatore, pero es una cría. -negó con el rostro- En fin... Con suerte, lograremos resolver todo esto esta misma noche. Y a ver si mañana logramos hacer algo para salir de aquí o para investigar en mayor profundidad lo de la casita del té. Tú mientras dale duro a ese capullo, a ver si suelta prenda y te dice algo que no sepamos ya. 

La miró entonces frunciendo el ceño y puso voz varonil, añadiendo- Yo por mi parte me fumaré un buen habanito, ya que no tengo Brandy. 

Sophia recibió los mimos con una sonrisa y no pudo evitar soltar una carcajada al escuchar la imitación de Sam. - De la misma Cuba, chico. - Respondió, intentando imitar a su vez el acento de Luis. 

- Andrea se me insinuó, pero le solté un rollo de que no quería que ninguna de las dos arriesgásemos una relación real como la que yo tengo contigo y ella con Salvatore por algo que sólo durará un día y que ha sido provocado místicamente por este lugar. - Se encogió de hombros. - Lo aceptó. Dice que me respeta. Me sigue mirando con adoración, pero no ha vuelto a intentar nada. - Entonces en sus labios brotó la sonrisa que solía aparecer cuando tenía un cotilleo que contar y elevó las cejas. - Aunque según ella, su relación con Salvatore es abierta y ambos se lían con quien quieren. Pero no sé. Viendo cómo se puso él con Jessie y todo eso, creo que él no lo ve del mismo modo.

- Oh, y hablando de Jessie. - Continuó, frunciendo el ceño. - Ahí lo tengo, fumando porros en nuestro salón imaginario y contándome todo lo que sabe. Aunque la verdad es que creo que ya lo sabemos todo. El pobre está muy desinformado. No sabe que Katia ahora está en su bando y cree que es la que está resucitando a la gente. Dice que el encuentro sólo durará hasta el amanecer y que tratemos de resucitarlo. - Sophia no pudo evitar un resoplido de risa. - Ahora mismo nos encargamos de ello, sí. - Dijo con ironía, asintiendo con la cabeza.

- Bueno, me ha contado que al principio eran él, Erika y Mike. Paco le protegió. Dice que intentó oscurecer el alma de Salvatore, pero que una luz se lo impidió. Tal vez Salvatore se había protegido a sí mismo esa noche. Dice que ha visto por las noches paseando a Phil y a Luis. Y bueno, dice que al morir nombró a Andrea su sucesora, pero que no saben cómo se libró. Dice que Sasha está allí con ellos, a medio camino entre los dos mundos. Y que Mona no deja de repetir que ella sería muy útil viva, pero que Sasha sólo transmite lo que quiere y no les cuenta nada. Tendré que contarle algunas cosas para que siga confiando en mí. - Sacudió la cabeza. - Creo que no me ha dicho nada que no supiéramos ya.