Partida Rol por web

HLCN - Casa de Muñecas II: Ruinas

Noche 0: Arribo

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09/03/2015, 23:26
Salvatore Darthe

Anticipándose al viaje, había dispuesto de sus maletas tan pronto había enviado la solicitud. No tenía duda alguna de que su hermana y él sería inmediatamente aceptados, pues no aceptaría en esta realidad ni en dimensión paralela que sus nombres fuesen clasificados entre las personas de mayor importancia en el viaje. Solo bastaba que se tomaran dos segundos de su tiempo para revisar los incontables logros que él, como prodigio, había tenido en su corta vida, y que Andrea, aunque conflictiva, jamás había sido alguien que pudiese ser ignorada, mucho menos cuando se proponía algo.

Llegado el día, se vistió con un adecuado traje y camisa blanca que denotaban elegancia, y agradeció a Belcebú y a todos sus seguidores que Lucy estuviese lista a tiempo. Si se atrasaban pero no perdían el vuelo aquello afectaría su reputación permanentemente con el grupo, además de tensar innecesariamente al pianista. Por otra parte, si perdían el vuelo, la caótica criatura pasaría meses quejándose, sino años, de como había perdido su oportunidad y volviendo a sus lastimeras conductas habituales. No, aquella no era una opción. 

Como era de esperarse, las maneras de su hermana durante el viaje fueron deplorables, comportándose como una niña pequeña por nerviosismo y rebeldía. Ya llegaba un punto en que se preguntaba si todas esas pequeñas cosas las hacía exclusivamente para sacarlo de sus casillas y, en esta ocasión, impedir que pudiese disfrutar en paz de su whisky durante el viaje. Haciendo uso de una paciencia que superaba sus expectativas, permitió que la chiquilla continuara con aquella actitud, solo dedicándole un par de miradas de molestia cada pocos minutos, rostro que no fue ni una mínima medida del que pondría cuando se diera cuenta de que los simios del viaje no habían considerado que alguien les llevara las maletas.

Caminó hacia la guía, que seguramente debía ser tan inteligente como un mono entrenado para tener un trabajo que requiriera tan poca habilidad, y la saludó tomando su mano y besándola con una sonrisa cuando su hermana lo mencionó. Sin embargo, al escuchar su apellido alzó una ceja y miró a Andrea con aire reprobatorio, devolviendo la mano de la guía a su lugar y girando su cuerpo hacia el de su familiar.

Lucy, ¿Cuantas veces más vamos a discutir sobre lo inapropiado que es presentar a alguien por el origen de su apellido en vez de por su nombre legal? - le aclaró, instruyéndola con sus mejores deseos pero con una voz que servía de regaño automático. - Darthe, señorita. Salvatore Darthe. - corrigió la información a la rubia - Si pareciera que disfrutara las asociaciones corruptas de la gente en sus diminutas mentes sobre esforzadas. 

A medida la gente iba llegando, recibían dos tratos básicos por cortesía: Las mujeres, eran recibidas con un beso en la mano y una corta reverencia tras presentarse por su nombre y los hombres con un firme apretón de manos que llevaba al mismo intercambio de información.

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10/03/2015, 00:18
Paco Culebras

Cuando Chechu lo apuntó con él a la expedición se lo tomó a broma. La verdad, no tenía ni idea de qué iba la historia en un principio, y creía que era una idea peregrina de su amigo, como tantas otras tenía. Sin embargo, en el momento en el que los seleccionaron, decidió ver las cosas con más perspectiva. No solo la experiencia prometía ser interesante, la recompensa tras algo bien hecho, también. 

Durante el trayecto en avión ojeó una guía turística de Budapest, aún sabiendo que no iba a hacer turismo. Aún así, eso podría ayudarle a mostrar mejor la imagen que da, de un tipo moderno y cultivado con un conocimiento notable de las culturas del globo. Bromea durante el viaje con Chechu, su amigo de siempre, de esa manera que solo lo hacen los colegas con altas expectativas ante algo completamente nuevo. Al perderle de vista al salir del avión y coger su equipaje, una mochila de piel que lleva colgada de un solo hombro, trata de ocultar sus nervios por sentirse solo en el aeropuerto de Budapest. Gracias al señor, ve a esa rubia con el cartel. No hay duda. Con su clásica soberbia se acaricia el bigote y arregla los puños de la camisa antes de presentarse al resto que parecían haberse congregado ahí. Antes de pronunciar una sola palabra en inglés, se pone el chip, por lo que tarda en arrancar.

- Hey, hola. - Saluda de manera casual bajando la mochila hasta el suelo. - Soy Paco, encantando. - Se presenta con una sonrisa de oreja a oreja y busca entonces el bigote de su amigo entre los ahí presentes. Le pilla entonces haciendo de las suyas ante la cámara de una manera que no le va un pelo. No es la imagen que quiere transmitir. Niega suavemente con la cabeza y chasquea la lengua. - ¡Chechu! Deja de hacer el mamón, tío... - Le pide indignado.

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10/03/2015, 00:21
Andrea Barbara Roots

Al ver aquel torbellino rubio que decía llamarse Astrid empezar a abrazar a todas las chicas Andrea dio un par de pasos hacia atrás, apartándose de su camino y evitando que invadiera su espacio personal.

Acto seguido, al escuchar la pedante respuesta de su hermano, puso los ojos en blanco, asegurándose de que él lo viera. Había sido difícil llegar a quererle, pero aún con todas esas cosas no lo cambiaría por nada ni por nadie. Ella estaba acostumbrada ya a su forma de presentarse, beso en la mano y reverencia incluidos, pero aún así se quedó mirando, siempre curiosa por las reacciones de los demás ante tal comportamiento.

Mientras tanto los recién llegados atrajeron su atención. Había algunos que parecían demasiado estirados para una expedición, aunque no sería ella la que hiciera algún comentario al respecto. Luego había otros dos que no parecían conocerse de antes, y sin embargo no paraban de hacer chorradas delante de una cámara. Frikis, pensó, mientras se tomaba un momento para escuchar las presentaciones de los otros.

Sintiéndose un poco fuera de lugar, Andy se alejó también de ellos cuando el más motivado de los dos empezó a pedir una ola. Y acababan de llegar... Sin embargo, al ver llegar a Shasha, sus ojos se clavaron en ella un instante. Al fin una persona que parecía saber a lo que venía. Aquella mujer tenía toda la pinta de ser alpinista, espeleóloga o, si eso fuera posible, cazatesoros profesional. Alguien a tener en cuenta cuando estuvieran tratando de hacer algo relevante con una resaca terrible.

- Andrea Roots. - Se presentó, inclinándose para echar un vistazo a su macuto. - ¿Traes tu propio material? - Preguntó, sorprendida. - Creo que eres la única. - Señaló. Quizá esa era la forma de proceder de los profesionales.

Mientras todo se iba desarrollando los ojos de Andrea pasaban de unos a otros, y no tardaron en localizar a dos personas que quizá pudieran tener algo de material que ofrecer: Jessie y otro que no se había presentado, pero que tenía toda la pinta de haberse destrozado por dentro y por fuera la noche anterior. Y las últimas doscientas, también. Anotándolo mentalmente decidió esperar a que fuera un mejor momento para preguntarles. Uno en que no estuvieran todos tan en piña sería lo mejor. Y, sobre todo, que no estuviese su hermano cerca.

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10/03/2015, 01:32
Richard Connors

El periodista que se definía a sí mismo como de la vieja escuela se sorprendió al ver que su solicitud había sido aceptada. Recordaba haberse interesado por el caso años antes, cuando todo pasó. Aunque la verdad oculta, si la había, no había quedado descubierta. Con la idea de que podría encontrar algo de luz sobre el asunto que le intrigó en su momento, se dirigió a aquella expedición. Al menos, si no encontraba nada, se pegaría unas merecidas vacaciones. Escribir columnas insulsas para periódicos online por hacer algo para comer, y beber, no era precisamente algo que denominar como trabajo del que sentirse orgulloso.

Pronto subió al avión y tras unas horas de vuelo, que pasó entre dormido y meditabundo, llegó al aeropuerto con otra gente que se dirigía, al igual que él mismo, a la expedición. Desconocía sus motivos, tampoco podía decirse que le importaran demasiado. Allí algunos se presentaron. Connors no era precisamente un tipo afable, menos si haber bebido, pero se unió a los saludos. 

-Me llamo Richard Connors, periodista freelance- sus palabras carecían de entusiasmo. Dudaba también que la gente conociera su nombre o sus noticias, había tenido cierta fama. Pero la mayoría de los presentes eran niños de teta en la época en la que Richard invadía los tabloides con sus noticias de investigación. Eso si habían nacido.

Fue al presentarse cuando se fijó en la persona que había venido a recibirlos. Joven, escultural, pocas luces a juzgar por el saludo que les ofrecía. Alegría para la vista pero poco desafío intelectual. Otra señal de que los tiempos cambiaban. En los suyos, enviaban a un chofer feo que no hablaría a menos que le preguntaras. Y tenías que hacerlo al menos dos veces para sacarle algo más que un monosílabo.

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10/03/2015, 02:13
Sasha Dixon

En el grupo había un poco de todo. Algunos solo parecía que buscaban aventura, otros algo que subir a Twitter, otros se conocían de antes… Estaba observando a los que formarían parte de la expedición cuando una chica se acercó a mí.

-Sasha, un placer.- Sonreí con amabilidad, la chica parecía bastante seria, comparada con algunos de los demás pensé que sería el tipo de persona que resultaría útil si finalmente existían los túneles de los rumores. Me fijé en que miraba mi macuto al preguntarme por el equipo. Durante un momento me sentí confusa, ¿a qué equipo se refería?

-Es mi equipaje, pensé que sería más cómodo que una maleta si vamos a una expedición. He intentado organizar todo lo que podemos necesitar, pero no sé si considerarlo un equipo. Lo más importante lo llevo aquí.- Le di un golpecito a la bolsa sin aclarar mucho más.- Soy algo así como una investigadora, pero he estado en sitios parecidos.- Me acordé de las minas abandonadas de la fiebre del oro, de la isla de tuberculosos de Italia y de los campos de batalla de la guerra civil.

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10/03/2015, 02:22
Ekaterina Kuztnetsova

Mientras esperaban a que llegaran todos, Katia se mantuvo sujeta a su maleta. Miraba con timidez a la gente que se iba acercando. Uno empezó a hacer la ola, mientras grababa con una cámara. Otros parecían familiarizados con esa clase de eventos, de conocer a gente extraña y parecían encontrarse cómodos. Pero ella estaba hecha un flan. 

¡Oh! No le he dicho a mama que he llegado. Su madre le había insistido en que la llamara nada más aterrizara el avión. Buscó el móvil en el bolso que llevaba cruzado por delante de su pecho y lo encendió. Mientras esperaba a que todo el sistema arrancara, su mirada azul se detuvo en un hombre, bastante guapo, que le daba un beso en la mano a la guía. Sus ojos se abrieron como platos y se quedó mirándole fijamente. Al poco su móvil vibró, indicándole que ya podía poner el pin. Katia pestañeó y sintió como el rubor caldeaba sus pálidas mejillas, al darse cuenta que se había quedado mirando al hombre como una tonta. Bajó rápidamente la mirada, centrándola en el móvil y empezó a pulsar los cuatro dígitos. De los nervios se equivocó y una pequeña mueca se formó en sus labios. Volvió a marcarlos, esta vez correctamente, y esperó, sin apartar la mirada del móvil, a que empezara a funcionar y así poder enviarle un whatsapp a su madre. Ella quería que la llamara, pero le daba vergüenza hacerlo delante de todos aquellos desconocidos.

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10/03/2015, 07:52
Phil Chekh

Un individuo callado, introvertido y algo rarito, puras circunstancias. Un poco maniático dentro de lo perezoso que se había vuelto durante los últimos 5/6 años, también por circunstancias. Así es Phil, quien a pesar de lo que fuese, lo tenía todo meticulosamente provisto para este éxodo personal. Aquel e-mail fue un toque de algo parecido a motivación.

En su caso y para este caso, había hecho uso de un dinero que no solía utilizar, no para caprichos… pero esto era distinto. Una pequeña inversión tiempo, o así quería verlo. Un pequeño delirio. “La montaña de las muñecas”… Tras dejar su mascota a buen recaudo, Budapest le esperaba.
Maletas nuevas, calcetines nuevos, camisas nuevas y un largo ect de cosillas a estrenar. Incluso había obtenido un caballete plegable para la ocasión, aunque finalmente... ¿a quien pretendía engañar? no se llevaría nada de esto. Vamos, vieja maleta, ropa de siempre, un antiguo y simbólico reloj de bolsillo, pasaporte y algo de efectivo, que nunca se sabe, oye.

Sale en vuelo desde Vancouver, unas 14 horas de inquietud, curiosidad y algún sueñecito. “La montaña de las muñecas”. Había escuchado alguna historia del lugar...

En su primer paseo por la terminal, Phil se ofrece al mundo como el típico hombrecillo perdido en un aeropuerto, daba igual que tuviese las instrucciones precisas, Phil era capaz de ahogarse en un vaso de agua, incluso cuando lo veía medio lleno. Entre inseguro y asustado, como si nunca hubiese visto un Starbucks. Maleta en mano, mirada seria, pero confusa… en momentos como estos, no puede evitar necesitar a su esposa a su lado.
Para su fortuna, su angustia y situación de “tierra trágame, no se dónde estoy”, termina cuando al caminar, divisa un pequeño grupillo con algunos jóvenes que llaman su atención con una cámara, y enlazando, lleva su mirada hasta la chica del cartel para entender el resto. Phil arrastra las ruedecillas de su maleta hasta el punto de reunion, algo cortado.

- Hola… ehm, Phil... – Saludo general. Alguno individual también, y con mucho gusto. Se va fijando en cada cara durante unos segundos, rasgos, los cogía rápido.

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10/03/2015, 16:13
Janko Constantinia

Al comenzar a llegar gente comencé a dudar si me encontraba en el lugar correcto. Con una ceja alzada observé a la chiquillería que me rodeaba y que actuaban como si aquello fuera un viaje de fin de curso.

- Debe ser el primer día que les dejan la puerta abierta. - Digo sin pudor, a quien quiera escuchar, refiriéndome a los que han comenzado a hacer el cabra alrededor de una cámara de vídeo.

Luego escuché algo interesante, dicho por una de las mujeres que se habían unido al grupo. Lo cual hacía que creciera en interés.

- ¿Algo así como una investigadora? - Interrumpí. - Qué casualidad, la misma frase que usé la última vez que alguien preguntó por mi profesión. - Tendí mi mano ofreciendo un apretón a ambas mujeres*. - Soy Janko. Un placer. ¿Primera vez en Budapest? - Les pregunté.

Notas de juego

*Sasha y Andrea.

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10/03/2015, 17:38
Camille Levau

Todo lo bueno se hace esperar, eso había quedado claro cuando, tras un mes de angustiosa espera el correo de confirmación por fin aparecía en mi bandeja de entrada. No podía creerlo, simplemente era una de las mejores noticias que había recibido, así que tras reservar el vuelo a Budapest, me dispuse a dejar todo arreglado en la universidad, temarios, exámenes… todo lo que la profesora sustituta tendría que tener a mano para guiar en condiciones a mis jóvenes monstruos.

Cuando desperté al fin sobrevolábamos Hungría, el viaje se me había antojado eterno y aunque llevaba libros de sobra para el trayecto, era incapaz de concentrarme de forma apropiada. Al aterrizar tuve que hacer un esfuerzo hercúleo por mantenerme en el asiento hasta que se nos permitió salir del avión, sentía las piernas entumecidas al igual que el resto de los músculos, pero el viaje sin duda valía la pena.

Con el equipaje en la mano y las gafas de sol en su sitio me dispuse a buscar a quien sería nuestra guía , quizás este fue el trabajo mas simple de todos ya que, mientras caminaba un grupo de lo mas variopinto rodeaba a una joven de cabello rubio que cargaba consigo un cartel.

Buenas a todos, Soy Camille Levau  - saludé y me presente a quienes estaban ahí con una enorme sonrisa en los labios.  

                                            

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10/03/2015, 19:33
Chechu Cabezas

Chechu miró a su colega mientras alzaba una ceja después de su reprimenda por saludar a la cámara. Tras ello le dedicó una sonrisa y acabó por ponerse rojo como un tomate. —La cámara me busca tio, es algo que no puede evitarse —dijo haciéndose cada vez más pequeño. Pronto cambiaría de tema y se dirigiría al resto del grupo con normalidad.

¿Y qué os ha traído aquí, gente? —quiso saber el chico. Cuando terminó la pregunta echó un vistazo a algunos de los presentes, unos sin duda parecían más capaces que otros para una expedición así. Después de todo Chechu creía que hacía falta una buena condición física para avanzar por los posibles túneles y ruinas del antiguo hotel.

Se quitó la mochila y la dejó apoyada en el suelo entre sus piernas. —Yo primero pues, vi la expedición en internet y me pareció una pasada. Toda la historia del incendio y las muñecas... buff —suspiró.

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10/03/2015, 20:11
Astrid Moonshine

La joven se puso en el selfie también saltando y riéndose junto al resto del grupo, ignoro un poco el gesto de la chica que le ofreció la mano, hay gente mas dulce y otra menos, se dijo a si misma quitando hierro al asunto.

Se tapó la boca con la mano para soltar una risilla inocente ante las palabras de Chechu, le hacia mucho bien tener gente positiva a su lado y reír sin complejos.

Bueno yo estoy estudiando para ser diseñadora, estoy en Paris con mi mami, comenzó a hablar casi entre susurros, le avergonzaba aun un poco hablar en publico, aunque ella era visceral  y disfrutaba regalando afecto y positividad, el acto de hablar para muchos le daba aun un poco de reparo, pero soy de nacionalidad estadounidense, ya dijo con un tono un pelin mas alto, perdón, me llamo Astrid, siento mis modales.

Al terminar de hablar se puso a un ladito con una dulce sonrisa dibujada en sus labios recién pintados. 

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10/03/2015, 20:16
Krysta Davis

La chica saludaba con una gran sonrisa a todo aquel que llegaba en ese momento al lugar donde se encontraba y parecía emocionada de ver sus rostros. En la organización de un evento como este, siempre era posible que gente no se presentara pero teniendo al grupo completo, era sentir que el proyecto se hacía cada vez más real.

Rió ante la broma de Andrea y se sonrojó con el gesto de Salvatore para luego reír nerviosamente. Acomodó su cabello cuando estaba segura de quetodos la oían y dijo - Como ya todos están aquí, me complace darles la bienvenida a Budapest - su acento era claramente canadiense, aunque era difícil en ocasiones distinguir la diferencia con el americano, pero de seguro los estadounidenses lo hacían fácilmente.

- Mi nombre es Krysta Davis y seré su anfitriona en esta expedición. Pronto nos dirigiremos al autobus encargado de trasladarnos a la Montaña de las muñecas - después de pronunciar esto, dio un pequeño salto, se encontraba bastante emocionada.

- Cuando descendamos del autobus, les entregaré a cada uno lo necesario para acampar, ya que no considero prudente acampar dentro de las ruinas - ríe más para sí misma y luego continúa - Además, conocerán a mi camarógrafo en el autobus. Espero que disfruten la vista de la ciudad porque les aseguro que será hermosa - con una mirada coqueta, se voltea para comenzar a caminar mientra los mira y dice - Por favor, síganme. Nos espera un largo camino - se dirigió lentamente hacia el autobus, tratando de no agobiarlos por el ritmo, ya que todos llevaban su equipaje.

Notas de juego

Aún falta un jugador pero ya he hablado con él, así que tendrá que narrarlo todo hasta donde lleguemos.

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10/03/2015, 20:42
Narrador

Caminaron a través del aeropuerto, llevando sus maletas, aunque quien quisiera, podía pedirle ayuda a un cargaequipajes. A pesar de eso, Krysta no se detuvo hasta llegar a la puerta Sur, la cual estaba cerca, afortunadamente.

Al salir, pudieron ver una gran cantidad de autos y taxis, pero ninguno parecía llamar la atención de la rubia, hasta que un autobus de color azul que estaba tras todo eso pudo ser divisado.

El conductor del autobus bajó para abrir el compartimento del equipaje, esperando recibir sus maletas para acomodarlas, aunque su estilo era algo tosco. No parecía importarle el contenido real de ellas.

Habiendo terminado, simplemente quedaba subir al autobus para comenzar el viaje.
 

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10/03/2015, 20:48
Aurél Pataki

Que chica tan sexy comento al escuchar las instrucciones de nuestra anfitriona, mientras le sigo, camino del parking donde se encuentra el autobus que nos enrutará hacia las ruinas. El conductor empieza a pedir nuestros equipajes, pero no se lo entrego-Solo es una mochila, la llevaré al hombro contesto al sujeto cuando me la pide.

 

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10/03/2015, 21:23
Mike Straton

Mike se encontraba algo cansado y la mera idea de hacer relaciones sociales en aquel momento le pareció un trabajo digno del mismísimo Hércules... Así que cuando la guía comentó que les esperaba un autobús se dirigió al él sin perder de vista a la guía...

Quizá una pequeña cabezada durante el viaje le haría disponer de algo más de fuerzas para poder presentarse y conocer al resto del grupo.

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10/03/2015, 21:41
Jessie Marley

-¡¡NOOooOOoo tiiiiooOOoooOoo!!!-Corte chinotuber con lo de la ola-Ahora estás en mi territorio, y aquí no se hacen esas cosas, aquí hacemos el baile del mono. Vamos, intentalo, es el swag de aquí, el furor de ahora o como se llame.-Le señalé delante de mi con la mano para que lo intentase.

La sirena al ver que llegamos todos, empezó a presentarse y explicar las cosas.

La seguí mientras se dirigía hacia la salida y unavez fuera, me encendí otro "jessiepiti" de los que ya tenía preparados en la pitillera mientras esperábamos a aquel bus azul que nos indico la sirena. Pero me esperé fuera a terminar, pues total solo tenía la mochila no me hacía falta dejar nada.

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10/03/2015, 21:59
Goro Gaara

La guía pillo a Goro en medio del baile del mono. Aquel tipo parecía tan Budapestino como la estatua de la libertad, pensó el surfero youtuber, pero aquel pelón le caía bien, también le hizo gracia ver como el otro chaval de bigote se ruborizaba.
Subió corriendo al autobús -lo bueno se ir ligero de equipaje- y se sentó en la última fila de asientos del autobús, se sentó en pose mística a la que sacaba un iphon y lo conectaba a su cámara. Puedo seguir grabando más video con la cámara mientras edito el vídeo con este trasto, dijo Goro a la persona que más quería en el mundo: él mismo.
Por su posición uno diría que no iba a estarse demasidos segundos sentado en el mismo asiento.

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10/03/2015, 22:10
Samantha Lowell

Sam permaneció atenta a la gente que iba llegando. Le sorprendió que algunos pareciesen tan desubicados y que otros pareciesen imbuidos por el espíritu del Mardi Gras o similar. Una mujer se dedicó a repartir abrazos, provocándole una sonrisa divertida, y acto seguido un chico llegaba con una cámara, cláramente pasado de pirulas. O quizá estaba un poco mal- Pobre...-pensó, después de llegar a aquella conclusión, antes de girarse y mirar a Soph- La emoción se palpa en el ambiente, contagiando a algunos con, quizá, demasiado entusiasmo- dijo, dedicándole un guiño, antes de acercar la mano al bloomer de pavo que había pedido para ella, y arrancar un trozo, llevándoselo acto seguido a la boca, con evidente placer-  Buenísimo. -balbuceó, con la boca llena.

Entonces la chica que los había recibido en el aeropuerto habló, y Sam la escuchó muy atenta, acercándose algunos pasos para captar mejor sus palabras. La caminata que vino después hacia el autobús la hizo al lado de Soph, mirando alrededor con curiosidad. Cuando se acercaron al vehículo volvió a mirarla- Vamos a subir al autobús- aclaró, con una sonrisa de entusiasmo, entrando para buscar dos asientos libres y dejarse caer con un suspiro, prestando atención a quién se sentaría delante y detrás del sitio que había escogido. 

 

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10/03/2015, 22:22
Sophia Hall

Sophia sonrió con timidez a Kim cuando se acercó a ellas y alzó el vaso de cartón del Starbucks en una especie de brindis. - Sí. Eso parece. - El chico le cayó bien a primera vista, pero viendo que sacaba su móvil, ella se dedicó a contemplar al resto de los que llegaban. 

Inclinó la cabeza levemente cuando un joven atractivo se acercó a besar su mano. No estaba muy segura de cómo se reaccionaba a un saludo así, así que intentó mantener la seriedad y cuando él siguió su recorrido enarcó las cejas mirando a Sam, con una expresión clara de "¿Pero este de qué guindo se ha caído?". El caso es que tanto él como la chica con la que había llegado le sonaban. No tuvo que pensar mucho para darse cuenta de que los había visto en el avión y le gustó saber que no serían las únicas londinenses en la expedición.

No pudo evitar una risita al escuchar a Sam y se giró un poco para contemplar de lejos a los chicos que hacían el tonto delante de la cámara. Desde luego había gente muy pintoresca en aquella excursión. Sin embargo, en el momento en que la guía comenzó a hablar, se aseguró de colocarse cerca de ella para enterarse bien de todo. Sacó su libreta y tomó algunas notas en ella antes de volver a guardarla. 

Cuando Sam se puso en marcha, ella lo hizo también, caminando a su lado hacia el autobús. Sacó un portátil con su funda de la maleta antes de dársela al conductor. No podía permitirse que su Macbook se golpease y por lo que estaba viendo el hombre no era precisamente cuidadoso. Después subió tras Sam pero antes de sentarse junto a ella giró sobre sí misma, echando un vistazo a todo el interior con una sonrisa. 

Buscó a la guía con la mirada y mientras jugueteaba con el broche le preguntó con una sonrisa tímida. - Perdone, ¿cuánto durará el viaje? - Todo iba sobre ruedas y según lo previsto. Podía relajar su espalda y dedicarse a disfrutar. Pero sencillamente le costaba dejarse llevar sin saber qué sucedería a continuación. Así que mientras esperaba la respuesta, sacó de su libreta un pequeño plano que había impreso de Google Earth y le echó un vistazo, tratando de averiguar dónde estaban y hacia dónde iban.

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10/03/2015, 22:44
Sasha Dixon

Mientras estaba con Andrea observé a algunos de los presentes. Estaba claro que no iba a haber tiempo de aburrirse si empezaban con tanto entusiasmo. Un hombre se acercó interesado por la conversación y se presentó, acepté la mano que me ofrecía con una sonrisa.

-Un placer, Janko. Sasha Dixon de Los Ángeles. Sí, es mi primera vez en Budapest aunque dudo que tengamos tiempo para hacer turismo. La verdad es que el término investigador es muy amplio. Trabajo en una productora de televisión, me encargo de documentar y seleccionar los lugares que luego se investigarán en el programa.- No continué con la explicación porque la guía comenzó a hablar, presté atención a las primeras instrucciones con una mezcla de nervios y entusiasmo. –Bien, parece que nos ponemos en marcha. Tal vez podamos seguir con la charla en el autobús. Ahora será mejor que sigamos a Krysta.- Comencé a caminar siguiendo al grupo y dejé el macuto en el maletero del autocar. La bolsa siguió conmigo, aunque no confiaba demasiado en esos aparatos, eran demasiado caros para arriesgarme a que se llevaran un mal golpe.