Partida Rol por web

Aquel pequeño lugar era algo que, tal vez al inicio podía no afectar, pero el paso de tiempo hacía mella en cualquiera, incluso en un estudioso como Phillip, lo cual lo llevaba a sentirse intranquilo.

Hubo un momento en que una extraña niebla comenzó a rodearte y sentiste algo de temor, pero lo más extraño era que ninguno de los presentes parecía notarlo, tal vez era un fenómeno ilusorio que solo afectaba al profesor. Trataste de disiparla y avisar a alguien, pero todos sus esfuerzos fueron infructuosos. Nadie parecía verla, ni siquiera escucharte.

La necesidad de encontrar una explicación lógica seguía allí, pero su imposibilidad solo te ponía más ansioso y tal vez, comenzaba a aparecer el verdadero temor. Una figura de movimientos erráticos comenzaba a moverse a través de la niebla reptando hacia ti. Intentaste escapar, pero no había mucho dónde ir por el temor de perderse en la niebla hasta que, finalmente, la figura te alcanzó. Tus piernas se congelaron al ver lo cerca que se encontraba y agarró tus piernas.

Caíste al suelo irremediablemente y cerraste los ojos aceptando tal vez un destino irremediable, uno que nunca llegó. Abriste los ojos y pudiste ver una muñeca de tamaño humano que comenzaba a derretirse y a ser absorbida a través de tu piel. Era una sensación incómoda, pero no causaba dolor alguno.

De repente, sentiste cómo tu piel se autoflagelaba sin piedad y al observar tus brazos, comenzaste a ver cómo se dibujaban símbolos rúnicos dejando cortadas leves que no sangraban, pero se hacían sentir cada una de ellas. Todo tu cuerpo dolía y llegó el momento en que ya no lo soportabas, incluso tu rostro estaba siendo marcado con aquella extraña magia.

Los gritos de dolor y los quejidos por la agonía cesaron después de un tiempo que parecía eterno y buscaste con algo de desesperación un espejo. Al ver tu rostro, sabías que todo tu cuerpo debía estar igual, lleno de marcas que marcaban tu piel como estigmas. A pesar de ser judío, conocías los estigmas de la religión católica y no comprendías la finalidad, pero entonces miraste tus manos. Tus palmas tenían círculos de magia negra dibujados en ellas, lo cual era magia para traer de vuelta a los muertos y esclavizarlos.

Habías pasado de ser un escéptico a un practicante de magia negra, pero tu corazón no había sido corrompido por la oscuridad, solo gozabas de un poder que nunca habrías imaginado tener, el poder de desafiar la muerte.

Se sintió hechizado por aquella sangre, mirándola como si en realidad no fuese suya pero sin poder responder. Su visión empezó a nublarse desde fuera hacia dentro generando visión de túnel en la que sólo existía su mano y aquella sangre. No reaccionó en absoluto durante un tiempo.

Aquella visión nubosa pronto se convirtió en una niebla espesa y pegajosa que invadió la habitación e hizo pensar al profesor que en realidad nunca se había tratado de visión de túnel. La niebla tenía un deje mortecino que invadía de temor al profesor evocando en él las sensaciones más terribles y un profundo temor.

Dio aspavientos intentando apartar de sí aquella niebla, pero esta se le escurría entre los dedos en hilos blanquecinos de un fluido gaseoso palpable. Si cerraba los ojos, aún sentía la presión de aquella niebla espesa sobre su piel y un sexto sentido le decía que le rodeaba.

¿Pero qué es esto? ¿Ahora jugamos con hielo seco? - Dijo en voz alta. Pero nadie reaccionó ni le miró siquiera. Fijándose mejor, todo el mundo parecía paralizado o inerte.

¿Pero que....? - Repitió notando como su propia voz se ahogaba a media frase.

¡Chicos! ¡Alumnos! ¿Me pueden escuchar?

Nadie reaccionaba. Ni siquiera se movían un ápice. El profesor Radjinovic dio un paso para intentar zarandear al más cercano cuando una sombra en movimiento captó su atención entre la niebla. Al girarse pudo ver que la sombra era un ser de aspecto humanoide que avanzaba hacia él reptando sin pausa y a una velocidad más rápida de lo que un humano normal puede reptar.

Congeló un grito y dio un paso atrás volviendo a su posición inicial, pero no tardó en dar varios más intentando huir. La propia niebla y su espesor se lo impidieron. Miró a los lados y la niebla cubría todo y sus compañeros de cautiverio habían desaparecido tras ella. Sólo existían niebla, aquél ser que avanzaba sin pausa y él mismo. Cayó al suelo y se cubrió la cabeza con ambos brazos.

Por transcurso de un instante que se hizo eterno, no ocurrió nada. Radjinovic apartó los brazos, levantó la vista y se encontró con una muñeca frente a él. Como si esa hubiera sido la señal que estaba esperando, la muñeca estiró un brazo y le tocó sin tocarle. Atravesó su piel como si fuese permeable y, horrorizado, el profesor comenzó a sentir que aquél ser fluía a través de su brazo metiéndose en el interior de Phillip.

Todo sucedió muy rápido entonces, la sensación de poder, las marcas sobre su piel, el horror indescifrable que sintió... pero no hubo dolor.

Después todo pasó y una certeza se instaló en su corazón: ahora él podía jugar con poderes que nunca había soñado reales. Mientras, su cerebro lo negaba una y otra vez.

Todo ha sido una alucinación. El golpe me ha afectado más de lo que creía. Probablemente algún lóbulo cerebral haya sido estimulado por demás. ¡Dios mío! ¿Habré sufrido algún daño permanente? La visión de túnel seguro que fue la que estimuló la sensación de niebla. Y aquella muñeca... Sí. Eso es. La muñeca ha sido la que inspiró ese ser. En cuanto a los estigmas.

Se miró en un espejo para comprobar su rostro y lo vio marcado por runas místicas.

Aún estoy alucinando. No pueden ser reales. No. No SON reales. Eso es.

La niebla desapareció por completo y ya nada quedaba allí salvo sus estigmas para recordarle lo sucedido. Pronto, el resto de personas presentes comenzó de nuevo a moverse y nadie pareció notar nada extraño en él. Aunque su corazón tenía la certeza de que un nuevo poder inexplicable se había apoderado de él, el cerebro de Phillip le dijo que había estado inmóvil en el sitio mientras su mente divagaba. Un cerebro con sobrecargado por la búsqueda de explicaciones, se concentró en aquello tangible que rodeaba su entorno: La sangre de su mano.

Cita:

Resucito a Leslie Shay por votarme. Mi ego no me deja otra salida.

Un círculo de sangre, unas marcas arcanas y unos cánticos espectrales llenaron el lugar mientras las marcas del amo brillaban con total intensidad en aquel espacio. El alma que había sido arrebatada volvía levitando hasta el lugar donde su cuerpo habitaba. Las muñecas del cuerpo derramaban sangre que se mezclaba con la de su salvador, creando un vínculo de sangre que trascendería la muerte.

Estabas allí, en un lugar nuboso. No sabías muy bien dónde, pero no era donde todos estaban reunidos. Podías estar en ambos lugares a la vez, y así lo sentías. Sin embargo, algo ardía terriblemente en tu cuello. Abriste los ojos, pero viste que tu cuerpo seguía con la rigidez de un cadáver. Te costó mucho mover tus dedos y el sonido del ácido láctico quebrándose era en extremo doloroso, arrancando una mueca de dolor en ti. Por más que sentías la necesidad de gritar, no había sonido que abandonara tu boca, tu garganta seguía inerte mientras quebrabas el ácido de tus piernas. Tu piel seguía en mal estado, pero al menos ahora podías intentar ponerte de pie.

Al intentarlo, tus piernas no te resistieron y caíste de rodillas nuevamente. Viste una figura con múltiples marcas acercarse a ti y aunque al inicio temblabas de temor, esta figura te tomó gentilmente del mentón, cortó su lengua con un cuchillo y con la boca enrojecida por la sangre, te besó. A pesar de lo cadavérico de tus labios, podías sentir la sangre bajar por tu garganta, calentando todo tu ser.

Al principio, era una sensación de lo más desagradable, pero mientras más tiempo pasaba y tu cuerpo se recuperaba, el beso se volvía más placentero para ambos. Era una sensación indescriptible, tan intensa como un orgasmo, pero con una connotación diferente. Entonces, como una explosión, tu corazón volvió a latir.

La figura se retiró y pudiste ver cómo tu cuerpo parecía estar en perfectas condiciones, además de que tu voz había regresado.

La sangre escurría por tus labios mientras tratabas de tragar aquel delicioso néctar, intentando que nada escapara, mientras veías ante ti a tu nuevo maestro, aquel que te había regresado a la vida y que merecía tu total devoción. Ahora eras su sirviente y seguirías sus designios. Analizaste mejor su rostro y te diste cuenta de que se trataba de Phillip Radjinovic; él era tu nuevo amo. Tocaste tu cuello y, por alguna razón, sabías que tenías una marca en este, la marca del esclavo.

Bienvenida de nuevo a la vida, señorita Shay.

Phillip apenas podía creerse sus nuevos poderes. Eran impensables. Inepxlicables. Tanto tiempo escribiendo para deslegitimar el mundo paranormal y ahora... ahora simplemente sabía cómo actuar y qué hacer para utilizar una magia que nunca antes hubiera pensado que podía ser real. Aquello tenía su propia magia.

Es cierto que era una magia lasciva y salvaje la que guiaba sus actos, pero poco importaba aquello ante el poder que le proporcionaba: Ser Guardián de la vida y la Muerte.

Pensó en el resto de personas encerradas siendo cazadas por demonios disfrazados de muñecas y de humanos. Él no podía caer aún. No ahora. Debían ayudar a aquellas personas a salir de allí acabando con las amenazas. Debían hacerlo todos juntos, y él contaría con dos ayudantes para conseguirlo. La primera ya estaba allí.

La sangre le sienta muy bien, señorita Shay.

Tenía algo de hermoso ver volver a la vida a una mujer como Leslie. Era una imagen extraña, insólita y muy excitante. Despertaba la líbido del profesor.

Se acercó a ella, posó el dorso de su mano derecha en la mejilla de ella y la miró intensamente. Después, su parte racional, tomó el control de nuevo.

Y ahora cuénteme qué sabe de cuanto ha ocurrido aquí... señorita... Shay.

Muy buenas de nuevo señor Radjinovic - respondí. - Primero de nada, quiero darle las gracias por traerme de nuevo al mundo de los vivos y pedirle perdón por votarle el primer día. La verdad es que votaba un poco a ciegas y no sabía muy bien de quien podía fiarme.

Luego respiré hondo antes de responder y pensé en todo lo que sabía para intentar no dejarme nada en el tintero - Le puedo contar que Sam es inocente y siempre ha dicho la verdad. También puedo decirle que Fisher es inocente, ella es el enlace entre mundos.

Por otro lado sé que el señor Tegan no lo es. Él mató a Thomas y Thomas le mató a él según parece. Me explico:

Yo tengo el don de salir por las noches y poder ver lo que pasa. La primera noche salí y vi a Tegan matar a Tommy, pero ellos me debieron ver a mí y me mataron. Por su lado, el don de Tommy era acabar con la vida de quien le matase y eso hizo; al morir Tommy, Tegan murió con él.

Luego guardé silencio, no sabía si me faltaba algo por contar, pero creía que estaba todo lo importante.

Bien, bien, bien. Entre los vivos ya habíamos descubierto la afinidad de Tengan. Creo que la difunta Daisy Thomas podía conocer la afinidad de alguien examinando su cadáver. También el señor Oliver (¿fue él?, tengo que comprobarlo) confirmó la afinidad de Tengan diciendo que había tenido una pesadilla y se había despertado en la noche descubriendo a Tengan. Una habilidad bastante parecida a la tuya. Dime, querida, ¿sabes quiénes son los enamorados? ¿te une alguna relación con Sam Mitchel?

No - respondí - Sé que se habló que podíamos ser nosotros, pero no es así y no tenemos ni idea de quienes pueden ser. No sé porqué murió Sam. Yo morí a manos de los asesinos tras ver a Tegan matar a Tommy.

Luego guardé silencio.¿Cómo podía explicarlo para que se me entendiera? - Yo puedo salir de noche a observar lo que pasa. Existen varios escenarios posibles:

1. No veo nada extraño y nadie me ve a mi.
2. No veo nada extraño pero los asesinos me ven a mi (suele significar que puedo acabar muerta)
3. Veo algo pero nadie me ve a mi
4. Veo algo, pero alguien me ve a mi.

Esto último fue lo que ocurrió y por eso acabé muerta. Ya lo decía mi madre que la curiosidad mató al gato.

Bueno, entonces supongo que más nos vale tener suerte, porque volverán a por ti. Habrá que reclamar tu protección

Puedo traer de vuelta a alguien más y estaba pensando en traer a la señorita Thomas. ¿qué opina?

Nunca supimos a ciencia cierta si era o no inocente - respondí encogiéndome de hombros - Supongo que si tu la traes tendremos la certeza ya que, al igual que yo, ella tampoco podría mentirte

No me parecía mala idea de todo. Era arriesgado, por si Daisy no fuese buena, pero así los sabríamos a ciencia cierta y quien sabe si su poder podría ser útil para nuestra supervivencia.

Por cierto Phillip, comentar que yo también estoy en la sala de la que habla John. Lo que no sé es cómo he llegado allí.

A este paso, eso tendremos que arrancárselo al joven Mitchel a la fuerza

Revivo a Daisy Thomas

¿Sabe alguien más lo que vas a hacer? - pregunté de repente a mi interlocutor. Parecía que mi pregunta no venía al caso, pero tras su respuesta entendería mis palabras. No pretendía esconder nada, pero antes de hablar necesitaba poder comprender.

Nadie. A no ser que nos estén escuchando

Te lo pregunto porque Akire ha dicho en la sala en la que estamos con ella, Witaker, Seller y yo que Daisy será la próxima en aparecer allí - respondí - no sé como lo sabe.

Pues puede ser que ocurra como ocurrió con Witaker. Quise resucitarlo pero el resucitador luminoso se me adelantó. Si no es así, solo puede ser un farol. Es curioso, yo desconfiaba de Akire. Veamos qué ocurre...