Partida Rol por web

Bienvenidos a la habitación de terciopelo. - dice el hombre de nariz larga, ojos bastante irritados y voz aguda.

Ah... Parece que nuestros invitados tienen un destino... Interesante. - acompañó con una leve risa.

Mi nombre es Igor. Es todo un placer conoceros. Este lugar existe entre el sueño y la realidad, entre la mente y la materia. Es una habitación a la que solo pueden acceder aquellos que tengan un vínculo muy especial.

Os presento también a mi ayudante, Erina, no dudéis en pedirle lo que necesitéis. - con una pequeña reverencia se os presenta la chica de pelos cenicientos y ojos amarillos.

También os presento a los usuarios de "La carta salvaje" o también conocida como "The Fool". - podéis observar un grupo de jóvenes, probablemente de la misma edad.

Los he traído aquí a través del espacio y el tiempo para que me ayuden a mantener esta habitación segura, pues he descubierto que algunos de vosotros sois unas poderosas sombras que desean tomar esta habitación, junto con el resto del mundo. Para mi desgracia, me es imposible distinguir quien es humano, quien sigue su propio camino y quien es una sombra, ya que después de todo, las sombras siguen siendo una representación de nuestros deseos más oscuros, nuestros mayores miedos e incluso de nuestros fetiches ocultos. Por ello, todo humano tiene algo de sombra y toda sombra algo de humano. Vuestro trabajo consistirá en dilucidar quien pertenece a cada bando y evitar la toma de esta habitación, pues a través de ella se puede acceder a cualquier lugar, a cualquier época, a cualquier mente y a cualquier cuerpo.

Pero antes, dejadme ayudaros en lo que pueda, usuarios de Persona, cogiendo un poco de vuestros poderes. - observáis que un montón de lucecitas aparecen encima vuestra y se dirigen cerca de donde está sentado Igor, para que este, después de chasquear los dedos, transforme las luces en unas llamas.

Estos números representan cuanta gente hay pura de corazón, cuantos tienen su propio objetivo y cuanta gente ha sucumbido al poder de las sombras.

Así que os espera una larga estadía aquí ¿por qué no empezáis por presentaros?

Algo sorprendido por no solo la situacion,si no por la cantidad de personas en el lugar,Jhin da un paso hacia delante sonriendo y practicamente haciendo un paso de baile mientras se presenta

Bien,Supongo que sere el primero en romper el hielo,soy Jhin Kazama,amante de la musica y segun parece usuario de persona,

¿asi se dice no?

pregunta rascandose la cabeza,mientras rie un poco,observando con cuidado a cada uno de los presentes

Mirando al chico que acababa de hablar, se come un cubo de pollo del KFC que se había teletransportado con ella. - Lo próximo que me voy a comer eres tu, tío bueno.

Tsk...

Makoto Tora miró con intensidad al grupo que allí había sido confinado. Un encierro en la puerta hacia cualquier mundo y época, aquello tenía su propia ironía, pero no dejaba de ser un confinamiento.

Así que nos has traído aquí para hacer aquello que ni tú, ni tu ayudante, ni mucho menos los niñatos que has traído para mantener este lugar seguro y ordenado, podéis hacer. ¿No es así? Porque se supone que nosotros no solo podemos si no que vamos a participar gustosos de esta búsqueda de traidores.

Veintitrés desconocidos entre los que hay cinco personas corruptas y otras seis que actúan bajo su propio criterio y objetivo... Comprendo. Pues podéis sumar uno más. Ahora serán siete los que actúen de por libre.

Miró con manifiesto desprecio a aquel grupo y permaneció un breve tiempo en silencio al final del cual, decidió hablar de nuevo contradiciendo aparentemente su anterior declaración.

Está bien, acabemos con esto cuanto antes. Me podéis llamar Makoto Tora.

Mire a los alrededores el lugar era algo único pero aún no tenía idea de cómo fue que nos trajeron aquí pero según lo que nos decía aquel sujeto con apariencia de pájaro junto a su asistente estábamos fuera del espacio y del tiempo confinados para descubrir quién de nosotros eran sombras,mire a mi alrededor a los demás presentes y era verdad todos a simple vista eran humanos unos con algunos rasgos diferentes pero eso era todo.

Al ver que todos empezaron a presentarse no podía quedarme callado -Me llamo Leon Pris y supongo que ahora nos guste o no deberemos vivir juntos un gusto a todos- tenía una sonrisa que más que parecer sincera pareciera que me reía de los demás en especial de los que se estaban enojando -Makoto un gusto conocerte pareces algo enojado ¿Estás bien?- me acerque a Makoto burlonamente.

Kai oteaba la habitación en la que había aparecido en silencio, moviéndose únicamente para dirigirse a una de las paredes en la que apoyar su espalda y analizar todo con más perspectiva. Su miraba pasaba por todos y cada uno de los congregados sin detenerse en ninguno en particular, escuchando la extraña explicación de Igor y la relación que tenían entre todos ellos. Un vínculo especial, interesante.- Cruzó los brazos en torno al pecho, alzando levemente el rostro para apartarse unos mechones de cabello rebelde que le incomodaban.

Esperó hasta que Igor parecía haber terminado de hablar, mostrando un panel con números que, en total, sumaban 23 personas. De inmediato bajó la mirada de las luces para contar a los presentes, asegurándose que no hubiera más o menos en la sala.

Sus labios dibujaron una discreta sonrisa, tan fugaz que apenas se podían haber percatado si no le prestaban atención, negando después con la cabeza.

¿Ahora es el momento en el que todos fingen ser amigos? – Le sorprendía en exceso tanta “amabilidad” cuando tenían entre ellos a enemigos camuflados. El único que más o menos pareció capar su interés fue Makoto, quien al igual que ella pasaba de las formalidades y falsedades.- Si queréis jugar a eso, adelante. Kai.- Se presentó de forma escueta, todavía pendiente de ellos.

 Meiyo Rodo escucho atentamente las indicaciones de Igor y se quedó pensativo sobre la situación en la que se encontraban todos allí. Realmente había mucho en juego, y actuar con calma y perspicacia era lo necesario para poder resolver ese preocupante escenario. Pero antes de cualquier cosa, las presentaciones eran lo primero que se debían llevar a cabo.

- ¡BUENAS TARDES A TODOS LOS PRESENTES! ¡MI NOMBRE ES MEIYO RODO, OFICIAL DE LA POLICÍA JAPONESA! ¡DEDICADO AL CUIDADO DE MIS COMPATRIOTAS Y A LA SEGURIDAD DE CADA UNO DE LOS HABITANTES DE LA TIERRA DEL SOL PONIENTE! ¡ESPERO QUE PODAMOS COLABORAR PARA SOLUCIONAR ESTA AMENAZANTE SITUACIÓN!

Jhin se dirige hacia Kai Fujioka se para frente de ella y casi susurrándole 

Señorita,Cuyo nombre a un no se,créeme que para mi esto no es un juego. sus ojos la miran fijamente,voltea al resto

Solo Considero que es mejor saber quienes somos,después de todo estaremos mucho tiempo juntos

algo Aturdido por los gritos de  Meiyo Rodo,se limpia el oído

Woah amigo ajajaj,y yo creía que yo era capaz de hacer escándalo, y comparto tu opinión,después de todo mientras mas rápido se resuelva mejor no les parece

Ayase se abrió de piernas todo lo que pudo y se acomodó en el sofá de terciopelo, apoyando los brazos en las orejas del asiento. Tenía una risilla en la cara que temblaba en su rostro, como a punto de estallar, y en cuanto el hombre terminó de explicar la situación, se echó a reír.

- ¿Pero que me estás contando? ¿Para esto he dejado de jugar al Call of Duty? ¿No tenías a nadie más a quien darle el coñazo?-reprochó Ayase con una expresión de suficiencia en su cara.

Observó a todos los presentes con desdén. Especialmente le dedicó una mirada de asco al megáfono de Meiyo, que se lo iba a quitar en cuanto pudiera.

- Por mí podéis jugar a lo que queráis, pero no veo ningún tablero de parchís por aquí-se giró un poco en su asiento y señaló a Yokoshi Morichi- Si te pido que me des pollo, ¿me comerás a mí también?

ZzZzZZZzzzzZZZZzzzzzzzZZZZZZ.

Me encuentro roncando en una esquina de la habitación, en Santander eran las seis de la mañana y acababa de volver de una fiesta loca de viernes por la noche.

Descripción gráfica de lo que está soñando Asrai en ese momento:

- El personaje del megáfono tiene parte de razón, por muy desagradables que sean sus chillidos. - Kaguya apoyó su espalda contra una de las paredes de la habitación de terciopelo y se cruzó de brazos. - Colaboremos para encontrar y eliminar esas 'sombras', y cuanto antes lo hagamos antes podremos volver todos a nuestras vidas. Los que tengamos vida, al menos. - paseó la vista por la habitación mirando a todos los presentes. - No es necesario que hagamos como que somos amigos, pero tampoco sería inteligente que cada uno se marchara a un rincón y no hablara con nadie.

Después de unos segundos de silencio por su parte a partir del comentario de Makoto, el cara de mafioso da un paso hacia delante para presentarse.

Pensaba que el capullo iba a ser yo; pero parece que se me ha adelantado alguien ya. Mi nombre es Shigekichi Oniwa, tengo 33 años y me gustan las tías buenas, un buen brandy y el curry que preparan en la tienda del callejón de mi barrio.

Miro nerviosa a los que me rodean, los que iban más de amistosos eran los que más me hacían desconfiar,  solían ser los lobos con piel de cordero. Pero una chica habló y no pude evitar estar de acuerdo con sus palabras. Si, debemos colaborar todos. Ser precavidos pero no distantes. Por cierto, me llamo Naoki Kawa añado sonrojándome un poco, me daba bastante vergüenza hablar delante de tanta gente desconocida y que me observaran. Miro al suelo y jugueteo con los pies deseando que alguien tomara la palabra de nuevo.

El chico había escuchado a Igor (el cuervo según el) y había asimilado cada letra. El los había traído a través del espacio y el tiempo, y estaban en la puerta que manipulaba el tiempo y el espacio -Una puerta que permite cruzar cuatro dimensiones. Tres espaciales y una temporal... Fascinante- Pero no era una visita turística, era una guerra y el era una unidad mas. El ni siquiera conocía a los que estaban ahí, y parecía ser uno de los mas jóvenes, parecía ser que tenían ventaja contra las sombras, pero eso era relativo, no sabría hasta que den el primer movimiento.

Con el efímero pasar del tiempo se fueron presentando algunas personas, todos de forma relativamente inútil, nadie que estuviera allí parecía estar verdaderamente interesado en ayudar, algunos ni siquiera se ponían en contexto, otros parecían llegar a ser algo indiferentes, pero nadie verdaderamente claro, todos eran como peces en aguas turbias, pero el tiempo no paraba y el creía que ya llegaba su momento para presentarse, cosa que hizo.

-Me llamo Arlek- Dijo sin mirar a nadie y yéndose a un sillón mientras sacaba algo de sus ropas -Cuervo dijo que nos trajo de diferentes tiempos y lugares ¿de que año son ustedes?- Nada se le había escapado, todo lo que dijo lo había intentado analizar lo mejor que pudo -La única forma que tendremos de descubrir a las sombras será haciéndolas hablar y esperar a que digan estupideces, cosas que nos confirmen la inutilidad de su ser- dijo mirando por primera vez a Jhin Kazama y a Meiyo Rodo.

Acto seguido, logró encontrar lo que buscaba, saco de sus ropas un libro que se titulaba "El Príncipe" de Nicolas Maquiavelo -Erina, ¿verdad? podrías traerme una vela, un te y algo para escribir si no es mucha molestia?- Terminó con su parte, ahora volvía a estar en un perfil bajo, leyendo ese libro con la misma concentración que una araña esperando que algo toque su tela.

El Noble no sintió ningún tipo de asombro por aquella habitación aterciopelada, tampoco se inmutó a la hora de conocer la información acerca de las sombras bajo máscaras humanas, ni siquiera arqueó una ceja cuando la voluptuosa señora se relamía pensando en el joven atrevido que había hablado.

-Para los que aún no sepan mi nombre soy Eldwin Von Richthofen; espero que este nombre sea recordado por vuestros oídos plebeyos, pues si no, me veré obligado a grabarlo en fuego en vuestras carnes.

El Noble no habló hasta ahora y para lo que hubo dicho, era mejor que se hubiera quedado callado; pues la situación era ya tensa de por sí para buscarse enemigos entre los que podrían ser sus aliados, pese a ello a Eldwin no le importaba en absoluto, al contrario, parecía disfrutar de su situación vilipendiana contra todos los presentes; por lo que allí se encontraba removiendo ligeramente su copa con aquel líquido carmesí, esperando a que la situación se encauzara de forma apropiada.

-Si tenéis alguna duda, yo soy uno de esos "Neutrales". Y sinceramente, gane quien gane, siempre y cuando fallezcan los indicados, me importa un rábano -Dijo dando un ligero sorbo y relamiendo de sus labios el líquido carmesí- Eso sí, no diré quienes son los "indicados" a fallecer... esperaré que la suerte esté de mi parte y esos 11 desaparezcan del tablero de juego...

se giró un poco en su asiento y señaló a Yokoshi Morichi- Si te pido que me des pollo, ¿me comerás a mí también?

Pollo no te doy, pero tu a mi me puedes dar... - no acabó la frase y empezó a lamerle toda la cara al guapeton. 

El pequeño ser que era Haru no sabía como había llegado a tan extraño lugar, aunque por lo vario pinto que estaba todo no pudo esbozar una sonrisa divertida caminar hacia el centro de aquel extraño sitio y mover su rosada cabellera como colegiala curiosa, así como su falda de instituto que la hacia lucirse tan bien, con una sonrisa divertida miro a los presentes.

-Hola a todos, es un gusto conocerlos yo soy Haruka Kotomine pero pueden llamarme Haru, soy idol, gamer, cosplayer, estudiante de preparatoria, espero que todos seamos amigos y aquellos corruptos que sepan que si los eliminamos no es en mala intención- con una sonrisa amable camino  en dirección de  el chico rubio.

-León-Chan espero que tu y yo seamos amigos muy íntimos- dije mientras me sentaba a su lado - Creo que eres lindo, ¿Puedo decirte Leo-chan?- con mi habitual encanto esperaba lo que los demás dijeran, aunque había personas realmente muy desagradables, una mujer gorda, un policía feo, bueno también había gente muy linda y en lo personal era a los que les quería agradar.

-Bueno y ¿Cuándo empezamos, podría dar una lista de posibles  sospechosos?- dije hablando sin parar después de todo las miradas siempre deben estar sobre Haru.

Makoto Tora se cruzó de brazos y miró fijamente a Leon Pris unos segundos. Al poco, desvió la mirada y fijó su atención en otros. El gesto con el que le había mirado era con absoluta y completa indiferencia y no dio más muestra de haberle escuchado. Como quien escucha a una mosca volar cerca de sí.

Por suerte para Makoto, otras personas sí parecían más interesantes. Alzó una ceja ante la estridencia del policía y se reafirmó en su opinión ante la insistencia y casi acoso del joven que había hablado el primero cuando no le bastó la concisa y clara expresión de Kai, pero no fue hasta que habló Kaguya Kitamura que no suavizó ligeramente su mirada de superioridad. Poco después, otra chica reforzó su opinión. No se le escapó el hecho de que ninguna de las dos se presentó al resto.

Al menos alguien demuestra tener un mínimo de cerebro, pero contéstame una cosa ¿colaborar con quién? 

No quedó claro si en sus palabras se encerraba el desprecio hacia la mayor parte de los presentes o la cuestión principal de los traidores infiltrados.

No tardaron en hablar más personas que parecían esconder una personalidad poco sociable. Entre ellas habría participaciones vacías, pero también personas a tener en cuenta, así que tomó nota de ellas. Ignoró las preguntas de Arlek y se centró en la intervención de Eldwin von Richthofen 

Has dado mucha información. Tan pronto como algo de lo que has entredicho resulte ser falso, te convertirás en un objetivo, así que más te vale poder respaldar tus palabras. Mientras tanto, eres la persona más confiable. Sencillamente, no creo que fuera necesaria tanta transparencia. A veces entre líneas se dice tanto o más para quien tiene un buen oído preparado. 

Hizo una breve pausa en la que no dio tiempo a obtener respuesta y apartó su mirada del estrambótico personaje dejando claro que su respuesta era innecesaria y no sería escuchada.

Mi interacción contigo termina aquí.

Miró también a la chica de instituto que, a juzgar por su comportamiento, estaba acostumbrada y disfrutaba la atención de cincuentones pervertidos, y chasqueó la lengua asqueado.

...Tsk...

Todavía apartada del resto del grupo en su pared particular, Kai seguía escuchando cada presentación o intervención hasta que se fijó que uno de ellos andaba directamente hacia ella. Mantuvo la mirada fija en Jhin Kazama a medida que se acercaba, una especie de duelo en el que ninguno pestañeaba con tal de demostrar ¿qué? No lo sabía, pero le divertía tanto que no pudo reprimir una irónica sonrisa.

Señorita, cuyo nombre a un no sé, créeme que para mí esto no es un juego.

- Deberías entonces escuchar mejor, porque sí me presenté.- El silencio se adueñó de ambos hasta que la chica descruzó los brazos y se apartó de la pared, pasando por al lado de Jhin mientras posaba unos segundos una mano en su hombro, bajando el volumen de su voz para imitar el tono susurrado del joven.- Kai Fujioka.- Siguió caminando con la cabeza alta, dejando que sus tacones resonaran por la estancia y dirigiendo sus pasos a uno de los sofás para sentarse con las piernas cruzadas.

Hubiera dejado que el resto siguiera con su charla si no fuera por las palabas de Eldwin von Richthofen y la consiguiente contestación de Makoto Tora.

- Creo que pensamos distinto, porque justamente los más “transparentes” son los más sospechosos. Mira donde estamos.- Extendió sus manos, abarcando todo el espacio antes de volver a dejarlas sobre su regazo.- Hay sombras entre nosotros y en vez de intentar averiguar los traidores algunos parecen estar más interesados en buscar amigos. Cuanto más amable parezca, más tiene un cartel de “enemigo” sobre la cabeza.- Se encogió de hombros, como si hubiese dicho alguna obviedad.- Y justamente que empiece hablando sobre su neutralidad no le excluye de nada. Si realmente fuera cierto lo único que tendríamos es a un posible traidor que te daría la espalda porque no le importa un bando u otro.

De ser así, sus palabras se demostrarán falsas y le delatarán. Como ya he dicho, hasta que eso ocurra es el más confiable.

Miró a la mujer que tomaba asiento y esgrimió una sonrisa de autosuficiencia.

Y si te planteas que ahora todos empiecen a hacer lo mismo... Ese carro solo tiene espacio para un pasajero.